EJERCITAR EL MUSUCULO ESTRATEGICO
¿Cuáles son las trabas en Argentina para desarrollar y mantener preparada
una defensa ajustada a los intereses estratégicos del país?
Por
Javier B. Dal
Hoy como nunca las naciones requieren de estar
preparadas para afrontar los más peligrosos e imaginativos desafíos globales
dado que, ya no hay fronteras que les detengan. Argentina no escapa estas
contingencias y aunque sus políticos han abandonado por décadas esta clase de
visiones hoy pareciera que en el actual gobierno de los Milei existe un interés
por enmendar esto.
Sacando las discutibles políticas y alineamientos que este gobierno
está llevando a cabo, la necesidad de unas fuerzas armadas equipadas y con
personal capacitado en todo tiempo para las contemporáneas contingencias que
amenacen a la seguridad nacional, están ausentes y adelantamos que no se
compensarán con material de rezago inservible donado por EEUU, Israel o países
de la OTAN. Tampoco adoptando doctrinas foráneas que (además algunas son del
enemigo británico) están salpicadas de políticas e intereses geopolíticos muy
puntuales que no incumben a los argentinos.
Las fuerzas armadas argentinas cuentan con su propia y rica historia y
no se resume (como maliciosamente lo han hecho ciertos sectores) al período de
1976-1983. La patria argenta nació en 1810 gracias a su ejército el cual en su modesto
comienzo como una guarnición de Buenos Aires, fue el primero y junto al
americano en el norte -en 1775- que expulso en 1806 y 1807 a los
“casacas rojas” del imperio británico y en esto sí, el único de todo el
continente que lucho en una guerra moderna contra ese mismo enemigo 175 años
después.
¿Por qué cayeron en el desprestigio que prácticamente las han
inutilizado? Las pésimas decisiones de pésimos políticos que dejándose
convencer por Washington terminaron haciendo cosas y acatando agendas de las
cuales sus mentores en el Departamento de Estado y el Pentágono más tarde se
lavaron las manos ¿Se acuerdan de Henry Kissinger y su visto bueno para poner
en marcha el Plan Cóndor?; ¿o el desconocimiento de Washington del TIAR durante
la guerra de 1982? O de las promesas de supuestos beneficios (que incluían un
ingreso a la OTAN) que Carlos Menem y Cía se tragaron por la participación de
buques argentinos en la guerra contra Iraq en 1991 ¿Dónde quedaron todas esas
promesas?
Tal como vemos, antes de continuar con la profundización en las
relaciones geopolíticas con estos mismos actores e Israel que hoy vemos con el
ministro de defensa Luís Petri y los hermanos Milei, debieran rever esta parte
de la historia para no volver a caer en el mismo error.
Nunca como hoy se hace imperioso el desarrollo de un músculo militar
ante los desafíos que ya hemos visto y que han mutado y mutaran en el futuro.
La necesidad incluye la reestructuración y modernización de la industria
nacional como Fabricaciones Militares y si los Milei han venido a limpiar la
administración del estado de los nidos de corrupción ¿Por qué no hacerlo también
en esta área y volverla eficiente? Pero incluso si existiera una política
tendiente a reestructurar y desarrollar el área, tomara al menos una década en
poder poner en condiciones operativas unas FFAA dignas a la medida de las
necesidades de un país tan extenso. Ello sería demasiado tiempo aún si comenzaran
hoy, pero al menos habría cambios y mejoras para su operatividad.
Estamos en una era en la cual los drones se han vuelto un elemento táctico
preponderante en los campos de batalla. Hoy un dron puede servir desde un
recurso de inteligencia como un arma letal tanto para vehículos blindados como anti
personal ¿Están hoy las instrucciones de combate argentino familiarizadas al
día con estas tácticas? Y seguro no lo estuvieran ¿Quiénes son los expertos que
están perfeccionando estas tácticas? Son las FFAA rusas pero, el collar
geopolíticos angloestadounidense al que están atados los gobernantes (y los
políticos en general) les impide establecer conexiones institucionales para
aprender.
Hay sin dudas un escollo que los políticos y la diplomacia deben
trabajar y es la situación de ocupación en el atlántico sur y los
condicionamientos que ello ha representado para el reequipamiento militar de
Argentina. Lamentablemente y conociendo la “vocación” de estos, no hay
garantías de que tengan muchas agallas de ir contra Londres y mucho menos,
pleitear con la embajada británica en Buenos Aires a la cual son anualmente
invitados a los cocteles y recibimientos.
La Argentina tiene uno de los espacios geográficos más importantes del
cono sur como es la Patagonia que además del espacio territorial para
desarrollos urbanísticos e inmobiliarios, sobre y bajo esos suelos tiene
recursos naturales invalorables que se extienden desde sus costas hasta la
cordillera y ha sido continuamente ignorada por cada gobierno que ha pasado por
La Casa Rosada. A pesar de esto la pregunta de ¿Cómo se protegen estos intereses
estratégicos? No tiene una respuesta por el simple motivo de que la clase
política no ha tenido interés siquiera en formularla.
Incluso si se abordara el tema, los representantes de esta clase
buscarán toda clase de argumentaciones incluyendo la situación en los países
vecinos o de “vocación pacífica” que no es otra cosa que una excusa para no
entrar en una materia en la que hay otros poderes geopolíticos que no les
agradaría ver a la Argentina levantarse.
El problema central de las FFAA es que no han sido abordadas con la
importancia que representan. Su menosprecio proviene de funcionarios ignorantes,
maliciosos y en el mejor de los casos aficionados que creen que disfrazándose con
una “dube” camuflada ya son militares o entienden del tema. Hasta tanto no hallan
funcionarios con verdadero interés y conocimiento, comprometidos en desarrollar
el área sin condicionamientos externos, que sepan la diferencia entre un cañón “Otto
melara” de 155mm, con el obús británico “AS-90” o un “Howitzer” norteamericano,
o conocer y pensar en el interés estratégico del país ¿Cuáles sistemas de armas
conviene desarrollar y cuáles conviene comprar y a quiénes hacerlo?, recién
allí comenzará a cambiar algo.
Mientras siga la calesita de inútiles, arribistas y corruptos en cada
gobierno pasatista, la Argentina seguirá de rodillas y sin un músculo militar
con el cual poder ir a una mesa de negociaciones como lo hace cualquier nación
que vea amenazados sus intereses sin dejar de lado (y pese a lo molesto que
ello es para los intereses particulares de algunos) que hay una región ocupada por
una potencia, parte de la OTAN en el Atlántico sur y que aunque no se la
visibilice, está allí.