¿NASIONISMO O NACIONALISMO?
¿Cuál es el verdadero camino ideológico que mueve al gobierno de los
Milei para condicionar la geopolítica de la Argentina?
Por
Pepe Beru
El posicionamiento geopolítico que el gobierno de los Milei ha tomado no deja lugar a dudas y nadie debería escandalizarse por ello. Su postura abiertamente atlantista conforme su admiración y apoyo al régimen ucraniano bajo Zelensky, su algarabía por Donald Trump y su estrecha relación con los círculos sionistas locales y su publica admiración por Benjamín Netanyahu no dejan lugar cuál es el eje ideológico al que es leal.
Un
comentario aparte pero muy importante es, los Milei y su círculo usan las
mismas tretas de las que la “casta” (como gusta señalar a los políticos) se valía
para denostar a sus oponentes solo que hoy hay una diferencia: Hoy los
servicios de inteligencia están totalmente cooptados por las agencias extranjeras
de los estados que admira.
Ahora bien
¿Cómo se adaptará la Argentina a este eje ideológico de los Milei y su círculo?
Al parecer y aunque hay estructuras locales que facilitan en esta alineación,
la historia y la idiosincrasia del país (en especial en el interior) no se
conjugan tan fácilmente a ella.
Milei y su
junta de chupamedias (entre los cuales hay que meter a la oposición) están
metiendo al país en un juego muy peligroso (especialmente con las guerras del
Medio Oriente) y como ya lo hemos dicho antes, es mucho más riesgoso (por las
circunstancias geopolíticas) que el existente en la década de los noventas con
el menemismo.
Como ya
quedo bien claro, Milei y su hermana no son libertarios ni siquiera liberales, son
dos arribistas salidos del masivo descreimiento a la política que tan solo se
han acomodado al calor del resurgir del poder neoconservador (de tinte
nacionalista económico) que en enero entrará en La Casa Blanca con Donald Trump
y con el, sus colegas sionistas revisionistas (con los cuales Milei tiene una
ligazón teológica) que se salen de la vaina por hacer una carnicería con lo que
queda de la población palestina en la Franja de Gaza y ponerse en marcha para extender
sus territorios a costa del caos en Siria.
A la par de
todo esto, no es un secreto que el área de defensa e inteligencia están
alineándose a las agendas de Washington y Tel Aviv y es por eso que los recursos
para invadir la intimidad y controlar lo que piensa la población es infinitamente
más invasiva.
Todo este
panorama que ciertamente no es compartido en un sector del propio gobierno y
que mantiene como cara visible de ello a la misma vicepresidente Victoria
Villarruel, es tapado con informaciones baladí e intrascendencias que se
remiten a “guerras de twiteros”, discusiones inútiles sobre la posición de
Villarruel y puterío de cuarta en la que los editorialistas y chupamedias del
momento de los medios capitalinos llevan y traen chismes que mantienen al común
de la gente distraídos de todo aquello.
Entonces y
mirando por encima de toda la montaña de basura que deliberadamente se siembra
en los medios, los argentinos deberían preguntarse ¿Argentina tiene una agenda
propia o esta enganchada a la de otros?, ¿Qué clase de ideología es la que
define al gobierno y a qué intereses se deben realmente?
Lamentablemente
el común de la gente no se hace esta clase de preguntas y solo esperan
beneficios inmediatos para sus bolsillos. Si su gobierno es nacionalista,
socialista o cualquier rotulo que le guste, lo único que importa es “cuánto me
llena el bolsillo a finde mes”. Las medidas económicas de Milei están
reacondicionando la atmosfera viciada de las altas finanzas del país, es cierto,
sumado a los recortes en el estado, ello esa reacomodando toda una estructura
repleta de desajustes, prebendas y el clientelismo político crónico que convirtió
al estado en una vaca echada de las cual los políticos exprimían sus recursos
para sus propios bolsillos.
Pero pese a
esos grandes logros macro económicos, no hay señales de mejora en la vida de
los mortales ciudadanos, entonces ¿Deberían comenzar a ser ciudadanos más
comprometidos y coherentes con lo que quieren?, ¿Son argentinos por convicción
o por apariencia?, ¿Cuánto están dispuestos a pagar por la promesa de ser parte
del club de las “democracias” que aplastan a otros?
Si lo vemos
en una mirada rápida el actual gobierno en su política exterior ha vuelto a las
relaciones carnales y esta vez bien sucias (como ya se intuye con lo del
gendarme espía) para tratar de salir del atolladero económico-financiero que el
sistema partidocrático hundió al país.