INTERNACIONAL
“LOS SOCIOS DEL
DAESH DESCUBIERTOS IN FRAGANTI”
Cómo la desesperación de la OTAN y sus aliados regionales, llevan a que descaadamente proporcionen material antiaéreo al Daesh y demás grupos.
Por Dany
Smith y Javier B. Dall
Mientras
los medios occidentales hacen la vista gorda de las incongruencias y los crímenes
de sus gobiernos, las poblaciones árabes y no árabes de la región del Medio
Oriente siguen pagando las consecuencias de los teje y manejes que rodean el
embuste de la guerra contra el terrorismo.
Desde el inicio y retrotrayéndonos
unas décadas en la historia, veremos que la mayoría intuía que la llamada
primera guerra del Golfo de 1991, había sido una gran mascarada para que EEUU
se hiciera con el control de los campos petrolíferos de la región. Aunque no lo
hizo en ese momento, fue el primer paso que dio para instalarse en la región y
preparar lo que fue la invasión de Iraq en 2003. Todos coincidían que había
sido una guerra por petróleo y nada más. Pero muchos analistas e incluso
historiadores estaban desconcertados de ¿cómo era posible que Arabia Saudita,
diera cobertura para que se masacrara a la población iraquí?
De a poco se irían asomando los
fundamentos para responder esa pregunta. Acometida la invasión de 2003, las
empresas, corporaciones petroleras, empresas de construcción y servicios occidentales calculaban astronómicos negocios
a costa de la sangre de los iraquíes. Pero el paso del tiempo fue mostrando que
Iraq se había vuelto demasiado peligroso e impredecible para poder desarrollar
sus operaciones de expoliación con cierta calma. Allí es donde apareció la
necesidad de ampliar las fuerzas de seguridad con elementos privados. Aparecen
la BLACKWATER y otra docena de agencias europeas de “seguridad y servicios” que
llevaran más muerte e inseguridad a las poblaciones iraquies.
Para muchos, quien pagaba todo
este despliegue de elementos y recursos privados era Washington. Es cierto que
éste tipo de empresas de seguridad, habían celebrado jugosos contratos con el
gobierno pero, había otras fuentes de dinero que pagaban actividades extra y
que –desde el punto de vista legal- despegaban a los estadounidenses de
su responsabilidad. Detrás de varios de
estos gastos estaban nada más ni nada menos que los gobiernos del Golfo, que
sorprendentemente pagaban para que se matasen otros árabes. Dos de éstos
gobiernos eran Qatar y Arabia Saudí, que por aquel entonces daban un muy
cuidadoso y discreto apoyo a las operaciones de EEUU en Iraq.
Cuando la resistencia iraquí
escaló a ser un problema insoportable, los “amigos de Washington” no dudaron en
acudir nuevamente en su ayuda, para
tratar de contrarestar la fuerza opositora que rechazaba su presencia. Históricamente
habían lazos entre la Casa de Al Saud y el Partido Baat, aunque ello no
representaba una afinidad ideológica. De
ese modo Riad trató de comprar a todos los grupos de la resistencia para que
abandonaran la lucha contra los estadounidenses. En esas negociaciones secretas
en las que participaron la CIA, y altos jefes militares estadounidenses como el
mismo General Petreaus (Autor intelectual del programa de contrainsurgencia en
Iraq), se logró comprar la voluntad de algunos grupos sunitas como el “Rashedin
Army”, que tenía una de las estructuras más complejas y mejor armadas contra
los invasores.
Documento reservado |
Repentinamente y con muy buena
financiación, hace aparición la franquicia iraquí de “Al Qaeda” de la cual se
sospechaba, que no tenía componentes locales. Las armas, los explosivos y mucho
del material propagandístico que pusieron a rodar en las redes de internet acusaban
que contaban con una fuente de financiamiento muy superior a la que podía
acceder la resistencia iraquí. Apenas unos meses después de su aparición en
sangrientas operaciones en el centro de Iraq, comenzarían los ataques de esta
franquicia contra los grupos más importantes de la resistencia local.
Por aquel entonces, una de las
preocupaciones de la inteligencia estadounidense era la de desarmar a los “fedayín”
de sus misiles tierra-aire “Grail” o el SA-7 de origen ruso y que, tras la
invasión, los grupos del partido Baath habían logrado hacerse de los arsenales
del ejército. Se trataba de un misil portátil bastante viejo pero que disparado
por un experto podía derribar a un avión que volara descuidadamente a baja
cota.
En varias ocasiones y en medio de Bagdad,
helicópteros estadounidenses habían sido derribados a plena luz del día
desde algún punto remoto de la ciudad. Según
algunas fuentes, la forma más eficaz para lograr capturar una parte importante
de esos misiles fue, comprarlos a esos grupos y para ello, Arabia Saudí volvió
a poner su dinero para que el problema desapareciera.
Hoy por hoy con la agresión que
sufre Siria y en la cual los regímenes del Golfo tienen un protagonismo
absoluto, los estadounidenses y sus aliados vuelven a contar con esa mano amiga
que “todo lo paga”. A diferencia del ayer,
cuando era necesario desarmar a los iraquíes de capacidades antiaéreas, hoy tras
el ingreso de la aviación rusa y china al conflicto –entorpeciendo los
planes- se ha hecho necesario y vital para la supervivencia del proyecto de
despedazar en regiones a la república árabe de Siria, que los “rebeldes
moderados” –que son lo mismo que el ISIL, Al Nusra, etc- obtengan
discretamente, capacidades antiaéreas efectivas contra los aviones rusos.
Con el incidente del avión SU-24
derribado por aviones turcos dentro del espacio aéreo sirio, aquella necesidad de
proteger a los “rebeldes” se ha vuelto una regla si es que Washington y sus
aliados –entre ellos Israel- no quieren ver naufragar definitivamente
sus planes en la región. La OTAN sabe que aquel torpe acto de Turquía solo ha
irritado al “oso ruso” y por ello, Moscú ha endurecido aún más sus operaciones aéreas
lo que esta redundando contra los planes políticos y militares para Washington
y sus aliados por un lado y los negocios
del tráfico de petróleo sirio e iraquí por el otro.
PECHORA 2D |
En ese sentido y ante la
desesperación de lograr cobertura aérea para estos grupos –que cabe recordar
había sido proveída esporádicamente por aviones israelíes en 2013 y 2014- Qatar
y Ucrania celebraban acuerdos secretos para la compra de sistemas de misiles
antiaéreos “PECHORA 2D”, capaces de derribar desde tierra a un caza (1). Esta más que claro, que estas gestiones
están respaldadas por Washington, principal interesado en que el ISIS y sus
camaradas en Siria, pueda sobrevivir cuando menos, un año más.
A pesar de que estas operaciones de compra y
traslado de un equipamiento bastante visible y poco explicable ante los ojos de
la opinión pública, es mucho más discreto y conveniente que proveerles a los
mercenarios sistemas antiaéreos de fabricación estadounidense o europeo.
Indirectamente y con la compra de
este sistema de misiles a un tercer país como Ucrania, se busca que no haya
sospechas de que es occidente quien está reforzando a los “rebeldes” contra la
amenaza aérea rusa.
Como la compra de
misiles SAM- SA 3 sería inmediatamente detectada por Rusia y como Ucrania tiene
en sus disponibilidades, varios sistemas antiaéreos de la era soviética como
los BUK y los PECHORA, los cerebros de la inteligencia occidental habrían
sugerido que para cubrir los rastros de
la compra, era conveniente adquirir cuando menos un sistema medianamente capaz
de combatir a los aviones rusos y para ello, el sistema PECHORA 2D compensa
medianamente la falta de cobertura para los grupos que trabajan en tierra.
Sin dudas de que Moscú ya está al tanto de
esto y solo habrá que esperar a la evolución de los hechos mirando si alguno de
esos misiles derriba otro avión ruso y cuales serán las consecuencias.
1.
RED
VOLTAIRE.org. “Qatar y Ucrania entregan misiles antiaéreos PECHORA 2D al
“Estado Islámico” http://www.voltairenet.org/article189394.html