martes, 24 de noviembre de 2015

NACIONAL


“¿PORQUÉ CARRIÓ NO QUIERE UN CARGO EN EL GOBIERNO?

Por qué repentinamente, Elisa Carrió desiste de ocupar uno de los cargos más ajustados a su sed de Justicia y Verdad



Tras el triunfo de la fórmula presidencial de CAMBIEMOS, varios puestos clave entraron en compulsa para ser ocupados por los funcionarios  estrella de éste mosaico centroderechista muy peculiar. Uno de los puestos clave en este nuevo gobierno es sin dudas, el del Procurador de la Nación. Se dijo que Mauricio Macri le había prometido a Elisa Carrió que de ganar la presidencia, le daría este alto cargo para que se investigaran los escandalosos casos de corrupción del gobierno K (1).

Durante años si algo representó a la persona de la diputada Carrió, fueron sus estridentes pero nada desacertadas denuncias contra altos personeros políticos y empresarios, que entre otras cuestiones, se vinculaban con el lavado de activos provenientes del narcotráfico. Sin lugar a dudas, la diputada ha demostrado que tiene el cuero duro para resistir la presión de los sectores vinculados con estos negocios sucios que incluyen a muchos sectores de la política nacional y que desde hace bastante tiempo, han permeado en la vida institucional de todos los estamentos gubernamentales.

Pese a que muchos la tachaban de loca o de ser una denunciadora compulsiva, lo cierto es que sus presentaciones judiciales resultaban tener suficiente sustancialidad como para que, al menos, muchas veces las causas quedaran en un eterno Stand By  hasta que algún juez con “pelotas” se atreviera a darle curso. Pero no todo lo que brilla en el planeta Carrió es oro.

Algunos han puesto de manifiesto sus dudas sobre la imparcialidad que Carrió pretende mostrar en su combate contra la corrupción. Esas dudas se extienden a su curiosa visión sobre cuestiones sensibles en cuanto a las relaciones internacionales de Argentina con el concierto mundial.  Con una retórica neosionista, la diputada se hubo aventurado a tomar posición en su visión en el conflicto árabe-israelí, dando su mano derecha a Tel Aviv mediante una mezcla de posicionamiento político de izquierda, mesianismo judío y un toque del sionismo religioso, que pretende justificar las criminalidades del estado judío.

En esa línea, la diputada brega por que el memorando de entendimiento con la república Islámica de Irán, sea dejado sin efecto. Esta es la misma línea de los grupos sionistas nacionales e internacionales, que a su vez, cierran filas con los planes de la geopolítica israelí que se digita desde Tel Aviv. Como una forma de contrarestar “este lado negativo de la realidad israelí”, Carrió y varios de sus compañeros de éste mosaico político, no dudan en señalar como “el modelo para la Argentina” que el de Israel.

Uno de los promotores de esta idea, es su viejo compañero de fórmula Héctor “Toty” Flores, quien embelezado tras haberlo llevado de viaje por el estado judío,  agasajado como a todo turista, fue paseado lejos de los dolores de los palestinos y por supuesto, del otro lado del murallón del Apartheid volvió al país asegurando que todo lo que se dice sobre la violencia y las barbaridades que comete Israel no son reales. 

Ciertamente que Israel se perdió un buen partido con el “Toty” Flores, ya que de haber ganado con la fórmula presidencial acompañado de Elisa Carrió, literalmente Tel Aviv habría puesto al país como un aliado político en el Cono sur.

Pero volviendo al “por qué” Carrió no quiere un puesto y menos aún el de Procurador, las suspicacias resuenan para varias direcciones. Primeramente, nadie se va a creer que Carrió es una gran persona desprendida y noble, que emulando a los grandes de verás como San Martín cede sus intereses por el bien de la república; por favor, quién a la altura de las circunstancias puede creerse eso? No, las razones de esto, están más bien orientadas a los asesoramientos que recibe de uno de los más consultados oráculos que le acompaña a todos lados.   Según algunas fuentes, pese al triunfo obtenido el domingo 22 de noviembre, Carrió fue advertida por su “oráculo” de que las cosas no iban a estar tan livianas como para estar contentos.

Aparentemente, el traje le queda grande a la diputada y siguiendo a esos consejos, si entra a ocupar la más alta magistratura del Ministerio Público debería lidiar con temas tan sensibles como escabrosos, tanto que los peligros que se ciernen sobre el horizonte son tan reales como cercanos. Aparentemente, influida por estos misteriosos consejos, la “valiente” Carrió se lo pensó mejor y para tapar esta falencia salió al cruce de las propuestas del nuevo presidente, tirando la pelota al corner diciendo que “quiero que el procurador sea el fiscal Campagnoli”(2).  Para quien no esté al tanto de la realidad política argentina, ésta actitud puede llegar a verse como de una hidalguía envidiable; pero para quienes estamos al tanto de cómo se mueven estas aguas negras, la decisión solo esconde un temor o algo que limita a la indomable diputada.

No caben dudas que entre las limitaciones que podría afrontar en ese cargo, será la investigación coherente de los atentados contra la embajada de Israel, la voladura de la AMIA y la muerte del fiscal Nisman, éste último rodeado de un sinfín de pistas que conectan al difunto con las redes de inteligencia extranjeras dirigidas para armar al “culpable islámico” encarnado en Irán. Si Carrió aceptara el cargo de procurador y obrara sobre la base de un funcionamiento leal e imparcial, no podría evitar tener que tocar a las agencias de inteligencia y grupos de presión de sus tan admirados países.

1-      LA POLÍTICA ONLINE. “Macri quiere a Carrió de Procuradora para que investigue la corrupción kirchnerista”. http://www.lapoliticaonline.com/nota/93535 /
2-      LA NACIÓN. “Elisa Carrió: Quiero que el Procurador sea el fiscal José Campagnoli” http://www.lanacion.com.ar/1848141-elisa-carrio-quiero-que-el-procurador-sea-el-fiscal-jose-maria-campagnoli


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