sábado, 28 de noviembre de 2015


INTERNACIONAL


“LOS SOCIOS DEL DAESH DESCUBIERTOS IN FRAGANTI”

Cómo la desesperación de la OTAN y sus aliados regionales, llevan a que descaadamente proporcionen material antiaéreo al Daesh y demás grupos.


Por Dany Smith y Javier B. Dall

Mientras los medios occidentales hacen la vista gorda de las incongruencias y los crímenes de sus gobiernos, las poblaciones árabes y no árabes de la región del Medio Oriente siguen pagando las consecuencias de los teje y manejes que rodean el embuste de la guerra contra el terrorismo.

Desde el inicio y retrotrayéndonos unas décadas en la historia, veremos que la mayoría intuía que la llamada primera guerra del Golfo de 1991, había sido una gran mascarada para que EEUU se hiciera con el control de los campos petrolíferos de la región. Aunque no lo hizo en ese momento, fue el primer paso que dio para instalarse en la región y preparar lo que fue la invasión de Iraq en 2003. Todos coincidían que había sido una guerra por petróleo y nada más. Pero muchos analistas e incluso historiadores estaban desconcertados de ¿cómo era posible que Arabia Saudita, diera cobertura para que se masacrara a la población iraquí?

De a poco se irían asomando los fundamentos para responder esa pregunta. Acometida la invasión de 2003, las empresas, corporaciones petroleras, empresas de construcción y servicios  occidentales calculaban astronómicos negocios a costa de la sangre de los iraquíes. Pero el paso del tiempo fue mostrando que Iraq se había vuelto demasiado peligroso e impredecible para poder desarrollar sus operaciones de expoliación con cierta calma. Allí es donde apareció la necesidad de ampliar las fuerzas de seguridad con elementos privados. Aparecen la BLACKWATER y otra docena de agencias europeas de “seguridad y servicios” que llevaran más muerte e inseguridad a las poblaciones iraquies.

Para muchos, quien pagaba todo este despliegue de elementos y recursos privados era Washington. Es cierto que éste tipo de empresas de seguridad, habían celebrado jugosos contratos con el gobierno pero, había otras fuentes de dinero que pagaban actividades extra y que –desde el punto de vista legal- despegaban a los estadounidenses de su responsabilidad.  Detrás de varios de estos gastos estaban nada más ni nada menos que los gobiernos del Golfo, que sorprendentemente pagaban para que se matasen otros árabes. Dos de éstos gobiernos eran Qatar y Arabia Saudí, que por aquel entonces daban un muy cuidadoso y discreto apoyo a las operaciones de EEUU en Iraq.

Cuando la resistencia iraquí escaló a ser un problema insoportable, los “amigos de Washington” no dudaron en acudir nuevamente en su ayuda, para  tratar de contrarestar la fuerza opositora que rechazaba su presencia. Históricamente habían lazos entre la Casa de Al Saud y el Partido Baat, aunque ello no representaba una afinidad ideológica.  De ese modo Riad trató de comprar a todos los grupos de la resistencia para que abandonaran la lucha contra los estadounidenses. En esas negociaciones secretas en las que participaron la CIA, y altos jefes militares estadounidenses como el mismo General Petreaus (Autor intelectual del programa de contrainsurgencia en Iraq), se logró comprar la voluntad de algunos grupos sunitas como el “Rashedin Army”, que tenía una de las estructuras más complejas y mejor armadas contra los invasores.
Documento reservado

Repentinamente y con muy buena financiación, hace aparición la franquicia iraquí de “Al Qaeda” de la cual se sospechaba, que no tenía componentes locales. Las armas, los explosivos y mucho del material propagandístico que pusieron a rodar en las redes de internet acusaban que contaban con una fuente de financiamiento muy superior a la que podía acceder la resistencia iraquí. Apenas unos meses después de su aparición en sangrientas operaciones en el centro de Iraq, comenzarían los ataques de esta franquicia contra los grupos más importantes de la resistencia local.

Por aquel entonces, una de las preocupaciones de la inteligencia estadounidense era la de desarmar a los “fedayín” de sus misiles tierra-aire “Grail” o el SA-7 de origen ruso y que, tras la invasión, los grupos del partido Baath habían logrado hacerse de los arsenales del ejército. Se trataba de un misil portátil bastante viejo pero que disparado por un experto podía derribar a un avión que volara descuidadamente a baja cota. 

En varias ocasiones y en medio de Bagdad,  helicópteros estadounidenses habían sido derribados a plena luz del día desde algún punto remoto de la ciudad.  Según algunas fuentes, la forma más eficaz para lograr capturar una parte importante de esos misiles fue, comprarlos a esos grupos y para ello, Arabia Saudí volvió a poner su dinero para que el problema desapareciera.

Hoy por hoy con la agresión que sufre Siria y en la cual los regímenes del Golfo tienen un protagonismo absoluto, los estadounidenses y sus aliados vuelven a contar con esa mano amiga que “todo lo paga”.  A diferencia del ayer, cuando era necesario desarmar a los iraquíes de capacidades antiaéreas, hoy tras el ingreso de la aviación rusa y china al conflicto –entorpeciendo los planes- se ha hecho necesario y vital para la supervivencia del proyecto de despedazar en regiones a la república árabe de Siria, que los “rebeldes moderados” –que son lo mismo que el ISIL, Al Nusra, etc- obtengan discretamente, capacidades antiaéreas efectivas contra los aviones rusos.

Con el incidente del avión SU-24 derribado por aviones turcos dentro del espacio aéreo sirio, aquella necesidad de proteger a los “rebeldes” se ha vuelto una regla si es que Washington y sus aliados –entre ellos Israel- no quieren ver naufragar definitivamente sus planes en la región. La OTAN sabe que aquel torpe acto de Turquía solo ha irritado al “oso ruso” y por ello, Moscú  ha endurecido aún más sus operaciones aéreas lo que esta redundando contra los planes políticos y militares para Washington y sus aliados por  un lado y los negocios del tráfico de petróleo sirio e iraquí por el otro.  
PECHORA 2D

En ese sentido y ante la desesperación de lograr cobertura aérea para estos grupos –que cabe recordar había sido proveída esporádicamente por aviones israelíes en 2013 y 2014- Qatar y Ucrania celebraban acuerdos secretos para la compra de sistemas de misiles antiaéreos “PECHORA 2D”, capaces de derribar desde tierra a un caza (1).  Esta más que claro, que estas gestiones están respaldadas por Washington, principal interesado en que el ISIS y sus camaradas en Siria, pueda sobrevivir cuando menos, un año más.  

A pesar de que estas operaciones de compra y traslado de un equipamiento bastante visible y poco explicable ante los ojos de la opinión pública, es mucho más discreto y conveniente que proveerles a los mercenarios sistemas antiaéreos de fabricación estadounidense o europeo.
Indirectamente y con la compra de este sistema de misiles a un tercer país como Ucrania, se busca que no haya sospechas de que es occidente quien está reforzando a los “rebeldes” contra la amenaza aérea rusa.  

Como la compra de misiles SAM- SA 3 sería inmediatamente detectada por Rusia y como Ucrania tiene en sus disponibilidades, varios sistemas antiaéreos de la era soviética como los BUK y los PECHORA, los cerebros de la inteligencia occidental habrían sugerido que para cubrir los rastros  de la compra, era conveniente adquirir cuando menos un sistema medianamente capaz de combatir a los aviones rusos y para ello, el sistema PECHORA 2D compensa medianamente la falta de cobertura para los grupos que trabajan en tierra.

 Sin dudas de que Moscú ya está al tanto de esto y solo habrá que esperar a la evolución de los hechos mirando si alguno de esos misiles derriba otro avión ruso y cuales serán las consecuencias.


1.      RED VOLTAIRE.org. “Qatar y Ucrania entregan misiles antiaéreos PECHORA 2D al “Estado Islámico” http://www.voltairenet.org/article189394.html

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