sábado, 27 de junio de 2020


“TREMBLING NERVS”
Los esfuerzos revisionistas por manchar la imagen de Vladimir Putin proveniente de los sectores neoconservadores en Washington evidencian una gran inquietud por su estabilidad política ¿Puede ser esta maniobra contraproducente para la imagen de EEUU?

Por Charles H. Slim

El mundo está cambiando rápidamente y para cuando la situación creada por el COVID-19 termine de estabilizarse, habrá muchas situaciones políticas que  marcaran la pauta geopolítica de la década entrante. En EEUU puede intuirse que Trump en las próximas elecciones caería ante un opaco Joe Biden; China pese a las presiones se reinventa y busca abrir nuevas rutas de la seda y extenderse a nuevos mercados en occidente, el Oriente Medio vuelve a mostrar una nueva metamorfosis por nuevas e impensadas alianzas y Rusia refuerza su posición de potencia al consolidarse como un actor influyente tanto allí como en Eurasia.

El 24 de junio pasado y con un mes de atraso, pese al COVID-19 Rusia celebró con una multitudinaria parada militar el 75° Aniversario de la victoria del “Ejército Rojo” sobre la Alemania Nazi. Para muchos que veían con asombro desde la lejanía –y muchos otros con innegable furia- y en medio de la psicosis mediática creada sobre la pandemia, el movimiento de tropas y de los asistentes (entre ellos a veteranos de más de 90 años) invitados a estar en las gradas junto a Vladimir Putin, causaba una impresión contraproducente para los fanáticos de la cuarentena interminable.

Sin lugar a dudas, Putin envía un mensaje al mundo y especialmente  a sus adversarios en Washington y Bruselas  diciéndoles que la Federación rusa sigue de pie, buscando crear un nuevo sistema de seguridad regional  y que estará preparada para afrontar las próximas amenazas por venir. Esta enterza política molesta y mucho a los adversarios de Rusia.

Para los personeros en el Departamento de Estado, el Pentágono y obviamente la CIA, con este desafiante desfile patriótico Vladimir Putin busca manipular los sentimientos patrióticos de su población a fin de fortalecer su posición para el próximo referéndum constitucional a celebrarse el 1° de julio que de ser favorable, le permitiría permanecer en el Kremlin hasta 2024.

También, ante el intento de occidente (entiéndase EEUU, Gran Bretaña, Alemania y Francia) por reescribir la historia de la II Guerra mundial, el presidente ruso vuelve a recordar con claridad y contundencia el papel central y decisivo que tuvo la URSS para derrotar a la maquinaria nazi entregando para concretar aquel objetivo, nada menos que la vida de más de 20 millones de ciudadanos.

Pero el marco recordatorio, sirvió también para que Putin deje en claro que Rusia aprendió del pasado y como lo hace todos los años en cada conmemoración, recordó con énfasis que estarán preparados para afrontar las nuevas amenazas a su autodeterminación y soberanía que ya no se materializan con portentosas “Blitzkrieg”[1] o invasiones militares “conmocionantes y pavorosas” sino más bien, mediante los silenciosos movimientos de la extorsión político-diplomática, el chantaje financiero y el ahorcamiento económico que a tono con las políticas de Washington, facilitan esa tela de araña de organismos internacionales contra naciones enteras.  

Desde el 2014 muchos ciudadanos rusos han sido blanco de sanciones económico-comerciales unilateralmente impulsadas por EEUU y la UE sin existir de manera concluyente de dónde surge la legitimidad para ese tipo de acciones.

La aparición del COVID-19 agravo las consecuencias de esas medidas. Y aunque esta claro que el causal de la pandemia no ha sido natural e incluso podríamos especular que su difusión no tuvo nada de azarosa, estando ello deliberadamente fuera del tratamiento y de las opiniones informativas, es una verdad espinosa que por el momento no es conveniente de ventilar pero que Moscú no ha dejado de lado.  

Mark Esper y  Mike Pompeo
Putin y su círculo gubernamental no dudan que todo este marco viene siendo explotado por la OTAN. Casualmente desde comienzos de año en incluso antes (por diciembre de 2019) y a pesar de que ya se sabía en Washington sobre el supuesto “brote de Wuhan”, se ha venido viendo como la organización atlántica  no hizo más que ampliar sus operaciones militares en Europa y en especial en los países nórdicos sin dejar de incursionar con peligrosa persistencia en las cercanías de la península de Crimea.  

Todo esto no logro conmover al Kremlin y mucho menos a Putin quien ha demostrado con bastante inteligencia y contundencia, la determinación de un estadista de carácter y alto nivel ejecutivo. En ese sentido tanto el Kremlin como sus Fuerzas Armadas dieron señales de advertencia  concretas a estas provocaciones que pusieron un límite a las provocaciones que se estaban realizando. Esto ha llevado a que Washington y sus aliados, -pese a los problemas domésticos- nerviosos por la estabilidad política de Putin, hayan comenzado con maniobras propagandísticas más agresivas.

Aquellas se basan en llevar adelante una extensa campaña de revisión sobre el pasado funcional del mandatario ruso tratando de hallarle “algún muerto” en el placard o alguna suciedad escondida debajo de la alfombra. En realidad, nada nuevo bajo el sol en la historia de las operaciones de propaganda y manipulación informativa llevado adelante por las agencias de inteligencia. Durante las últimas tres décadas esto ha sido una constante.

Para ello, han abordado a Putin indagando su pasado como ex KGB[2], sin escatimar en calificaciones  prejuiciosas, tratando de recrear esa rusofobia de las épocas de la guerra fría, haciendo semblanzas oscuras y siniestras que lo pintan como un villano afortunado. En nombre de la investigación histórica y la supuesta búsqueda de la verdad, los cerebros pensantes al servicio de Washington han elaborado artículos que muestran a un tenebroso pero insulso Vladimir Putin en su base en Dresden en la ex Alemania Oriental por finales de la década de los ochentas (1985-1989) con supuestas injerencias con el terrorismo internacional.

El joven Vladimir Putin
Estas investigaciones tratan de probar, mediante una reconstrucción documental, que Putin como oficial soviético de la KGB había sido uno de los orquestadores y encargados de coordinar junto a la STASI[3] las operaciones terroristas en Europa[4], protegiendo y apoyando a grupos marxistas que operaban en y desde Alemania occidental. En síntesis, tratan de ligar a la inteligencia rusa de ese entonces al terrorismo internacional que era ejecutado por grupos como las “Brigadas Rojas” en Italia, “Baader-Meinhoff”[5] en Alemania e incluso las FPLP (الجبهة الشعبية لتحرير فلسطين )[6], el ala izquierdista de la OLP.

Como puede leerse, la palabra clave es “terrorismo” como eje para tratar de desprestigiar la figura del actual mandatario ruso.

Al mismo tiempo nadie puede negar al día de hoy, que la KGB sacó algunos beneficios del actuar de algunas de estas células que [7]operaron especialmente en Europa occidental pero, no fueron los únicos que estaban embarcados en la misma dinámica de utilizar al terrorismo como un arma más del arsenal. Estos mismos revisionistas aún no han dicho nada sobre las infamias cometidas en Vietnam con la “Operación Phoneix”,  de los años oscuros y de los crímenes de George H. Bush como director de la CIA entre 1976 a 1977 y las nefastas consecuencias que como presidente causó (mediante propaganda y engaños) el intervencionismo con finalidades hegemonistas lanzado desde 1990[8].

Incluso ha quedado muy claro, como las agencias occidentales han abusado de esta “táctica” la cual ha venido siendo utilizada en los últimos treinta años contra el mundo árabe-islámico mediante los programas “yijadistas” (“Al Qaeda”, "Jabbat Al Nusra" y el “ISIS”) desplegados en países como Afganistán, Libia, Iraq y Siria.  

Durante la década de los setentas y ochentas, las agencias de inteligencia de los países de la OTAN tenían activo un programa ultrasecreto de operaciones propio denominado “OPERACIÓN GLADIO”[9] dirigido por la CIA que entre otras tareas, estaba la de ejecutar asesinatos y acciones terroristas con bombas contra objetivos comunistas y de sus simpatizantes en suelo europeo.

La CIA, el MI-6 y sus colegas israelíes del Mossad tuvieron una muy activa participación en esta guerra clandestina e incluso, en el montaje de todo tipo de operaciones de contrainteligencia y sabotajes para tratar de embarrar a la Unión Soviética. En ese contexto Vladimir Putin fue comisionado para resguardar la seguridad y actuar en consecuencia ante las operaciones de sus rivales occidentales. En aquellos momentos el territorio europeo fue el escenario de atentados y asesinatos que –por las presiones políticas- varios no pudieron ser investigados por las autoridades locales.

Igualmente, cuando el muro cayó en 1989 y la URSS desaparece en 1991, las operaciones de la KGB se desactivaron y  para ese entonces Putin ya estaba ocupando tareas administrativas en la Diputación de Leningrado para luego pasar a ocupar el puesto de Jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Ayuntamiento. Por el contrario,  por esas fechas Washington estrenaba el intervencionismo belicista contra Panamá en 1989 e Iraq en 1990 que se reimpulsaría tras el 11/S con catastróficas consecuencias. Entonces ¿Qué persiguen estas revisiones presuntamente históricas de los intelectuales anglosajones? Y ¿Tienen autoridad moral para juzgar?

A la primera cuestión queda claro que solo buscan tratar de desprestigiar y desfigurar la personalidad estadual de Putin de cara al plesbicito. Asimismo ello es la continuación de la misma campaña de desprestigio que durante los veinte años que ocupa el poder en Rusia, han venido llevando aquellos a cabo sin éxito. No olvidemos que aquí en occidente y con ello nos referimos a EEUU y a la Europa atlantista, se tilda al mandatario ruso de “autócrata”, “tirano” o incluso de “asesino” como lo supo decir en algún momento el presentador Bill O'Reilly de la cadena FOXnews cuando entrevistaba a Donald Trump en febrero de 2017.

Y por último en lo referente a la segunda cuestión, queda claro que con todo lo que Washington y sus aliados han desplegado y causado tan solo en los últimos veinte años hasta el presente, ninguna autoridad moral ni política revisten para señalar a otros.





[1] La estrategia conocida como la llamada “guerra relámpago” con la cual los nazis pudieron abrirse paso sobre Europa. Vease también el siguiente link: https://es.wikipedia.org/wiki/Blitzkrieg
[2] El Comité para la Seguridad del Estado Soviético en cirílico, Комите́т госуда́рственной безопа́сности CCCP. Dejo de operar en diciembre de 1991.
[3] El Ministerio para la Seguridad del Estado STASI era el órgano de inteligencia de la llamada República Alemana Democratica que cesó sus operaciones en marzo de 1990. 
[4] Documento de los archivos de la KGB publicado por el disidente Vladimir Bukovsky que tuvo acceso a los archivos: http://www.bukovsky-archives.net/pdfs/terr-wd/ct132-74.pdf
[5] Corresponde a la pareja de Andreas Baader y Ulrike Meinhoff conocida como Fracción del Ejército Rojo (RAF), que  actuaba a comienzos de los años setentas contra objetivos estadounidenses en Europa. Ambos aparecieron ahorcados en sus celdas en la prisión alemana de Stuttgard.
[6] El Frente Popular para la Liberación de Palestina es una organización revolucionaria marxista-leninista y laica fundada en 1967 por George Habash.
[7] Fue nada menos que un program de la CIA que reclutaba vietnamitas con los cuales formaba celulas de asesinos para realizer atentados terroristas tanto en el norte como en el sur.
[8] THEINTERCEPT.com. “The Ignored Legacy of George H.W. Bush: War Crimes, Racism, and Obstruction of Justice”,  Mehdi Hasan, December 1°, 2018, https://theintercept.com/2018/12/01/the-ignored-legacy-of-george-h-w-bush-war-crimes-racism-and-obstruction-of-justice/
[9] DANIELE GANSER, NATO's Secret Armies: Operation GLADIO and Terrorism in Western Europe, 2005, USA and Canada, Frank Cass, ISBN. 0-203-01777-3

lunes, 22 de junio de 2020


“THE BOLTON SHOW”
El dilema del Sistema de revisión previa que pareciera no funcionar con la obra del ex asesor John Bolton ¿No está comprometida la Seguridad Nacional o quizá, ello sirva para desbancar a Donald Trump?


Por Charles H. Slim
La mañana del 10 de septiembre del 2019 en la La Casa Blanca para algunos sería un día para recordar y para otros, mejor olvidar. El aire se cortaba con un cuchillo y las tensiones entre Trump y uno de sus asesores especiales de seguridad nacional estaban por llegar al climax. John Bolton, un funcionario republicano con un amplio record de trabajo dentro de las filas del estado federal y leal un neoconservador dispuesto a llevar los intereses de EEUU hasta las últimas consecuencias, sería despedido como un simple empleado por un caprichoso presidente que no aceptaba sus puntos de vista.

Sin dudas Trump metió la pata y si esperaba que Bolton no se iba a vengar de semejante humillación, se equivocó y mucho.

Un mes antes uno de mis contactos en Washington me había comentado de unos rumores sobre que John Bolton estaba por lanzar una primicia que haría temblar la administración de Trump. Sonaba bastante creíble ya que Bolton ocupaba un lugar sensible y estratégico dentro de la administración pudiendo saber de los entretelones más finos y escandalosos de las decisiones que se tomaban en La Casa Blanca.

La noticia de que Bolton el 23 de junio lanzaría un libro con sus memorias no hizo esperar sus consecuencias y la primera de ellas fue, la de poner muy nervioso al nada previsible Donald Trump.

Como asesor de Seguridad Nacional, Bolton tiene muchos secretos bajo su conocimiento pero sabe muy bien que no puede exponer aquellos que comprometan a la integridad y la seguridad nacional.  Para los detractores de Trump y en particular para la elite del negocio de la política, es una oportunidad invalorable para terminar por desbancar al indeseable “outsider”. Bolton puede llegar a ser la bota que le patee el trasero a Trump y lo desaloje de la Casa Blanca. Sin dudas que en sus memorias habrá descripciones más que elocuentes y muy incomodas de episodios vividos dentro de la administración Trump.

Ante semejante panorama Trump y su círculo leal han tratado de frenar la publicación de estas memorias, algo que no solo no encontrara éxito sino que vuelve a dejar muy parada a su administración. Los primeros que tuvieron la primicia de conocer algunos pormenores de éste compilado de memorias fueron –como no podía ser de otra forma- el “Washington Post”, “The New York Times” y el “Wall Street Journal”, medios detestados por  el esquizofrénico mandatario.

Algunas de las revelaciones que el mismo Bolton ha ventilado antes de la salida de este libro son tales como que, Trump no estaba capacitado para ser presidente o aquella referida a una supuesta conversación en la que le habría suplicado a nada menos que al Primer ministro chino Xi Jinpin que lo ayude para obtener la reelección en noviembre de 2020 a cambio de fomentar las compras de material agrícola para surtir las necesidades de los estados que producen granos. Desde la vista de un profano, una verdadera incoherencia con las posturas que ha venido mostrando La Casa Blanca al público, pero desde el punto de vista del ejercicio de la política del “Doble rasero”, es algo que no sorprende.

Una de las formas que Trump busco para tratar de sabotear la publicación  fue la de alegar que en ella, habrían documentos clasificados (calificación altamente sensible) que podrían comprometer a la Seguridad Nacional lo que de por sí es un delito federal en los EEUU. Pero como lo dejo en claro el abogado de Bolton, Charles Cooper, tras haber realizado durante cuatro meses la revisión del manuscrito con 500 páginas que se pretende publicar, aseguro que no constan en las citas del libro documentos clasificados.

Igualmente, Donald Trump cuenta con la ventaja de hallarse en el poder y es por ello que tiene los recursos que le brinda el sistema con los cuales a lo menos, puede  retrasar indefinidamente la publicación. En ese camino parece estar dirigido el Fiscal General William Barr quien aseguró que el proceso de revisión de ese material “no estaba concluido”.  Para el abogado Cooper esto solo es una maniobra dilatoria con la cual la administración pretende censurar la libre publicación de un material que el público norteamericano tiene derecho a conocer.

Era esperable la reacción del gobierno. Aquí no se puede culpar a Trump de estas tretas administrativas. No es la primera vez de que se trata de obstruir la publicación de material que puede llegar a ser embarazosa para un funcionario determinado, una administración o incluso, de información que es de legítimo conocimiento público. Se estaría tratando de usar el proceso de revisión como un obstáculo administrativo que terminaría siendo definido por la Corte de Justicia. Con ello el presidente Trump tendría tiempo suficiente para llegar a las elecciones sin los cuestionamientos y las increpaciones que podrían desatar en la opinión pública de los estadounidenses. El sistema funciona siempre para el poder pero, no hay que olvidar que Trump tiene enemigos poderosos dentro del Establishment por lo cual no se hace raro que –ratificada la sentencia judicial- el libro logre publicarse.

Pero si no se interfiere con los mecanismos administrativos que desde hace cuatro décadas revisa toda producción de documentos que pueden afectar a la Seguridad Nacional,  Trump puede estar tranquilo de la publicación no será inmediata.

¿De qué diablos puede asombrarse usted? Si hay algo que el pueblo americano y gran parte de los ciudadanos del mundo no pueden ya ignorar es que el gobierno federal por medio de sus agencias de inteligencia, ha censurado todo tipo de informaciones que implicaban hechos y situaciones inconfesables que disfrazados detrás de la Seguridad Nacional han manchado la imagen de los EEUU como una nación de libertades y democracia.

El historial de operaciones sucias de la CIA es prominente. Para frenar la ola de escándalos que su ventilación podía causar la Agencia uso las mismas maniobras para convertir el “Procedimiento de Revisión” en un obstáculo burocrático para censurar  informaciones que podían afectar los ánimos en el interior.

Desde la década de los 70´s (1970) la CIA vino usando estas tácticas sucias para impedir la publicación de trabajos documentados de algunos de sus agentes en retiro. El caso de las memorias en Countercoup del agente retirado Kermit Roosvelt, es una de ellas quien develaba en su obra la implicancia que tuvo la “Agencia” (Op. Ajax) en Irán para gestar y ejecutar el derrocamiento del primer ministro Mohammad Mossadegh en 1953.  

La CIA logro detener la publicación de este libro durante años haciendo que su autor se frustrara y abandonara la empresa. Igualmente la obra se termino por publicar pero con los cambios que la CIA realizo en su contenido, hizo que se la deformara al grado de convertirla en una obra “de ciencia ficción”. El precedente “Frank Snepp”, un agente de la CIA que pretendió publicar su libro Intervalo Decente sin la revisión, fue contraproducente para los partidarios de la libertad y la transparencia de los actos de gobierno ya que la Corte de Justicia falló contra Snepp dándole argumentos al gobierno de seguir implementando el mecanismo de revisión previa.

Aquello fue el punto de inflexión que se cerró en la administración de Ronald Reagan con la Directiva n° 84 de Decisión de Seguridad Nacional de 1984 que, pese a ser inmediatamente bloqueada por el Congreso en el mismo año, se continuo con la práctica administrativa que obliga a todos los empleados y funcionarios de agencias de inteligencia a “firmar un acuerdo de confidencialidad” (Información Compartimentada Sensible, LIC) que para el caso de pretender realizar una publicación obliga a la revisión previa.

Al día de hoy las agencias de inteligencia siguen llevando adelante este tipo de procesos de revisión previa lo que sin más rodeos es una censura previa, aunque los burócratas en Washington no quieren reconocerla como tal. Los defensores de la libertad publicación de información luchan denodadamente contra estos mecanismo y con la actual situación de pandemia (que ha incrementado los costos para su solicitud), ha vuelto mucho más dificultoso avocarse a lograr esas desclasificaciones. Pero lo más irónico de todo esto y volviendo al caso de Bolton, es que ahora es uno de sus propios funcionarios (John Bolton) que tanto tiempo sirvió a ese sistema, tejiendo intrigas y sabiendo de primera mano oscuras situaciones y complots para beneficiar a los EEUU, hoy es quien debe tomar y tragarse la medicina que el mismo administró durante décadas de servicio ¿O tal vez no sea así?

viernes, 19 de junio de 2020



“HOT LINES”
Tension grows between China and India over their disputes in Kashmir. Who has an interest in this happening?


By Charles H. Slim and Yossi Tevi
By the end of 2018, the Indian forces occupying the Muslim territory of Kashmir carried out a wave of arrests and violent repressions against the majority Muslim population (an oppressed minority in India) as a form of collective scorn against the actions of extremist groups operating against their presence in the area. The result of that escalation reached its peak culminating on February 27, 2019[1] when two Indian planes were shot down by Pakistani aviation marking a limit to Indian movements over Kashmir.

The origin of the conflict dates from the partition of the territory in August 1947, separating the Muslims from the Indians, giving birth to Pakistan and the Union of India (later the republic), for immediately in October 1947 the withdrawal occurred from United Kingdom.

Since then, intrigues and clashes between fanatics on both sides have been alternately manipulated by British and allied intelligence agencies in order to maintain inter-ethnic and religious discord to underpin London's necessary political interference. In this context, the dispute over the Kashmir region remained, which despite being populated by a Muslim majority, was and continues to be fully claimed by New Delhi.

The images and testimonies of the bestiality of the Indian forces were not new, only this time they were framed in a well-directed state policy coming from the conservative government of the Indian ultra-nationalist Narendra Modi who, since coming to power, seemed determined to sweep the Muslim settlers of Kashmir.

Given this, the government of Pakistan issued several warnings to its neighbor to desist from continuing to commit the brutalities it was carrying out, but without success. Even Delhi sent more military forces and fighter jets to bombard Muslim villages in the area. Narendra Modi was confident that Karachi would do nothing as India has the political support of the US and Britain, something that would represent political and military protection in the event of a regional escalation.

But his calculation was wrong, and President Imran Khan, who also has a good rapport with Washington (especially for his intelligence cooperation in Afghanistan), immediately ordered planes to be sent to protect people in the border areas. Thus, on the morning of February 27, 2019, a Pakistani F-16 aircraft patrolling the Pakistani Kashmir airspace detected the intrusion of two Indian MIG-21 aircraft as they prepared to launch surface attacks. The result of the meeting was the shooting down of the two Indian planes and the subsequent capture of one of their pilots, thereby creating a humiliation for Modi and his government.

At that time New Delhi realized that it had overreacted and decided to take a step back, although it still continues with the brutal repressions against the Muslim population[2].

Indian MIG-21 crashed
Since the global pandemic was declared, the quarrels and hostilities of the Indian forces in Kashmir have not stopped and even plans for a more aggressive and aggressive Indian occupation with the intention of appropriating the entire region have been denounced. These plans do not amaze those who witness how the Indian repressive forces operate and who are their allies. Since public beatings, arbitrary arrests, torture and executions against Muslims are the daily bread that the United Nations has been unable to control. And why? Quite possibly due in part to the contacts and political influences that New Delhi has and that are limited to ultra-conservative sectors of countries such as Great Britain and Israel, he believes that he will have diplomatic support before international forums.

For London and Tel Aviv, the current Indian government has a special interest as a regional partner for its particular strategic objectives.

Narendra Modi in 2017 was the Indian Prime Minister who visited the state of Israel with whom they share geopolitical interests linked to Pakistan and its nuclear weapons program. Beyond the fact that India has endorsed the Palestinian cause before the United Nations, this has not hindered the good arms deals between the two[3] and the development of geopolitical agendas on issues of greater importance that unite them. In this sense, both are concerned to see a Muslim state like Pakistan with nuclear warfare and worst of all, with the means to use them[4]. In this sense, Modi and his supporters have been carried away by the false rhetoric that Tel Aviv and its supporters use mix religion and politics to deflect the geopolitical missteps against Iran[5] and other eminently territorial ones that it has with its Arab neighbors (Syria) and especially with the Palestinians.

Modi's visit showed that in addition to quickly getting along with his counterpart in Tel Aviv, both governments established several agreements regarding defense, intelligence (CyberWar ​​espionage programs) and energy resources. In this way, the Indian government deepens the gradual approaches that have been developing since 1992, clearly placing itself against those sectors and countries, who, in New Delhi's view, support “terrorism” such as Pakistan and the Organization for Islamic Cooperation (OIC) that it actually supports the legitimate political and humanitarian claims of Muslims in Kashmir.

Several violent episodes helped to deepen these controversies and one of them was the peculiar terrorist operation in Bombay in 2008 that, in addition to having no other purpose than to kill as many people as they crossed the road, was endiligated with terrorists from an unknown group; the matter reeked of something else[6].

Modi & Bibi joint for the war
When Modi achieved the electoral victory in 2019, he received the ardent telephone greeting of his Israeli counterpart Benjamin Netanyahu with whom he maintains a close ideological and political coincidence represented in general features in a separatist and segregationist nationalism, with similar political objectives such as the expansion of his states at the expense of foreign territories, something very contradictory for the “world's largest democracy”. Regarding the latter, it must be clarified that this qualification is not necessarily due to respect for equality and human rights or freedoms (something difficult to explain in a caste society), but for the number of inhabitants it has.

In this sense, Narendra Modi has not hesitated to face aggressive policies of appropriation of territories in Kashmir using all possible inhuman and underhanded means. Sources in the region have pointed out that the Israelis clandestinely operate alongside their US partners in Kashmir, facilitating the trafficking of weapons and explosives for cells of “Al Qaeda” and related groups trying to muddle - in the eyes of world public opinion - the Pakistan's support for the legitimate claims of Kashmiri and Indian Muslims.

In this way, while these agencies induce the continuation of the attacks against Indian targets, Israel and the United States provide India with programs to combat terrorism.

At the same time, it would not be surprising that among the ranks of the Indian police and military forces operating in Kashmir there are Israeli military and intelligence advisers, experts in torture tactics and suppression of opponents.

But not only Pakistan is an obstacle to Modi's megalomaniacal plans and his Indian nationalism. In the north with a border of 2.175 milesin length, it has China with whom it has disputes over territories in icy areas of Ladakh Jammu and Tibet located in the area of ​​Kashmir ceded by Pakistan to China.

The incidents in the Current Control Line located in the Galwan Valley had been escalating for a few months ago, when the first skirmishes occurred between the Indian and Chinese troops who did not stop throwing stones and taking themselves with fists. The reasons for this episode were due to the fact that the Chinese army red-handed Indian patrols, entering the territory administered by Beijin.

Even, the Chinese denounced that it was not the first time that they discovered the Indian troops raising checkpoints within their sector. Despite the fact that in the Western media this went almost unnoticed, this was not the case for Washington and London. The audience focuses on the importance of the region for both, who seek to open entry corridors to China. Likewise, this was not an anecdotal and curious episode, both in Beijing and Delhi they took it very seriously and from that moment they began to reinforce their detachments on both sides of the Line of Control. The clashes that took place between June 15 and 16 did nothing more than materialize those suspicions.


[1]   Pensamiento Estrategico y Politico.com. “INDIA Y PAKISTÁN”, https://pensamientoestraegico.blogspot.com/2019_02_24_archive.html
[2] The Guardian.com. “We are not safe': India's Muslims tell of wave of police brutality”, https://www.theguardian.com/world/2020/jan/03/we-are-not-safe-indias-muslims-tell-of-wave-of-police-brutality    
[3] A statistic showed that between 2012 and 2016 almost 41% of Israel's arms production exports go to India.
[4]Pakistan has its own development of medium and long range missiles. One of them is the "SHAHIN-3" which as pointed out by a senior Pakistani officer in 2019 can reach Tel Aviv in just 12 minutes.
[5] From the beginning of 2014 Saudi Arabia established secret talks with Israel in order to unseat Iran as an influential actor in the Middle East.
[6] Considered the 9/11 of India, this attack had a complex planning in which David Coleman Headley, a CIA asset related to the Pakistani ISI, participated. The US did not want to straddle India, preventing it from revealing the agency's implications for the operation.

sábado, 13 de junio de 2020


“CRIMEN NORMALIZADO”
¿A quién realmente sirve la OTAN?

Por Charles H. Slim & Dalibor Hrvoje
Desde la caída Unión Soviética en 1990, al contrario del novelado relato mediático occidental, el mundo entro en un desequilibrio evidente que beneficio a EEUU y a la OTAN que a la distancia hoy pueden verse las consecuencias que ello ha dejado para los derechos humanos y la seguridad del mundo.

Durante la “guerra fría” la organización atlántica se presentaba como la defensora del mundo libre contra la presunta amenaza del expansionismo comunista soviético y desde ese lugar, se arrogaba la representación de valores como la “libertad”, “los derechos humanos”  y la “democracia”.

Más allá de que su contraparte, el “Pacto de Varsovia” se disolvió y el ejército Rojo simplemente se desintegro, la OTAN –por el contrario- lejos estuvo por desmontar su tentacular estructura militar y de inteligencia y desde ese mismo momento comenzó a gestionar estrategias de una expansión sin freno hacia el este y más tarde hacia el sur. Los hechos hablan por si mismos y más allá de las argumentaciones de la misma organización[1], las consecuencias de sus acciones hoy son palpables para quien quiera verlas.

Fue así entonces, que había que hacer algo para sostener el negocio. Un gigantesco complejo de bases e instalaciones militares diseminadas alrededor del globo con sus respectivos edificios, equipamientos, vehículos, tropas y personal administrativo quedaría cesante y sin objetivos. Con esto podrán entender la desesperación y la incertidumbre que desato entre miles empleados que ya no tendrían propósito de seguir trabajando y por ende, serían despedidos.

Sumado a ello, el negocio de la industria armamentística perdería sus incentivos y la OTAN las justificaciones de su propia existencia por lo cual era necesario encontrar un nuevo enemigo para continuar e incrementar sus operaciones. La crisis del Golfo en 1990 y su manipulación[2] que llevo a su posterior desenlace bélico contra Iraq de 1991 sería la situación a medida para mantener momentáneamente su estructura y a su vez sería la comprobación de un particular desprecio por la vida de los civiles[3] y el puntapié para fabricar la nueva amenaza global para el próximo milenio (a partir del 11/S).

Sin dudas, quién más interesado en valerse de la OTAN era EEUU, como su brazo armado en Europa mirando al Oriente.

El mantenimiento de la OTAN representaba una respuesta clara a las aspiraciones hegemonistas de EEUU y sus principales aliados europeos (Gran Bretaña y Francia). Como herramienta militar, la organización ha sido fundamental para desplegar los nuevos objetivos geopolíticos y estratégicos que ya no se vinculaban con las ideologías (Capitalismo vs Comunismo)[4] sino, con los negocios privados y el dinero.

En Washington para comienzos de los noventas los sectores neoconservadores y sus socios externos (la ultraderecha israelí) ya trazaban los lineamientos de la agenda intervencionista para la década que estaba por venir[5] con el fin de ganar espacios geográficos altamente estratégicos y hacerse de los recursos energéticos de países petroleros y gasíferos con importancia estratégica.

No podemos dejar de señalar la criminalidad que ya representaba la preparación de estos planes para cometer estas acciones, pero que obviamente, se elaboraban y circulaban dentro de los círculos cerrados de estos sectores oscurantistas, hallándose obviamente ocultos a la vista de la opinión pública y maquilladas por la Corporación de medios anglosajona - actor importante en el despliegue de toda esta historia-, que ocultarían el desarrollo de estos planes y que recién se conocerían con su cruenta ejecución.

Al mismo tiempo, el papel de los organismos internacionales como la ONU fue lamentable. Apoyándose una vez más en la discursiva claramente guionada desde Washington y utilizando repetidamente el ambiguo y nada preciso concepto de la “Comunidad internacional”, permitió el uso de la fuerza con resultados catastróficos para la población civil. Y para peor, ello no terminaría allí. Ese fracaso por establecer políticas consensuadas y neutrales de negociación fueron constatadas con las condenables invasiones impulsadas por EEUU a Afganistán en 2001 y a Iraq en 2003[6], dos hitos cruciales de comienzos de siglo en lo que represento la abierta violación de la legislación internacional y la tergiversación de los fines de la Carta orgánica de Naciones Unidas que terminaron por hundir la credibilidad del organismo.

Y hablamos de EEUU no solamente por ser el gestor de éstas crisis en búsqueda del liderazgo global sino también, como el principal aportante en el sostenimiento de la OTAN y quien mejores beneficios ha sacado y sacaría de los despliegues que llevaría adelante.

Las tácticas para concretar sus planes han ido variando a lo largo de los años en cuanto a su amplitud y profundidad, pero siempre han estado apoyadas sobre acciones ilegales aprovechando circunstancias contingentes del país o la región que pretenden absorber. Así por ejemplo, cuando en 1991 estalla la crisis interna en Yugoslavia y mucho antes de su intervención directa en 1999, la OTAN ya estaba trabajando secretamente –mediante sus servicios de inteligencia- para intentar llevarla hacia occidente y para el caso de su fracaso,  fomentar la desintegración territorial mediante la agitación pro-separatista de los eslovenos y al mismo tiempo el apoyo de los nacionalismos de los otros pueblos que componían a esa nación.

Aquello conllevo el movimiento de agentes y células de las agencias de inteligencia aliadas –como el MI-6[7] británico y el Mutkhabarat saudí- e incluso seguramente de recursos especiales –como las células GLADIO[8]- para (entre otras cuestiones) fomentar las discordias entre las comunidades (con asesinatos, violaciones y destrucción de templos e iglesias de cada comunidad) y al mismo tiempo reclutar  combatientes dentro de la población en la Bosnia-Herzegovina.

Desde la diplomacia la excusa de Bruselas para involucrarse mediante el uso de la fuerza fue la de una “intervención humanitaria”[9], que en la realidad se demostró todo lo contrario. Su participación no solo no tuvo nada de humanitario sino que, sus bombardeos causaron  muertes, sufrimiento y miseria como sus colegas estadounidenses lo habían hecho en Iraq en 1991.  Ello le proporcionó el acceso a sitios estratégicos como Kosovo sin considerar las consecuencias humanitarias.

Sin dudas que el dinero fue (y sigue siendo) el motor central de estas aventuras siniestras. Los despliegues de fuerzas, la agresión y derrocamiento de gobiernos y la instalación de bases (militares y de operaciones clandestinas) en países del este tenían –y siguen teniendo- un costo[10]. Los bombardeos de la OTAN sobre Serbia en 1999 volvieron a demostrar –como los estadounidenses y británicos seguían haciéndolo en Iraq- el desprecio por la vida de los civiles[11] y el derecho internacional humanitario.

Los objetivos reales que perseguía la organización era la de hacerse con el control de los recursos estratégicos de los Balcanes[12] y la de establecer un punto de acceso a la incipiente Federación rusa desde los países Bálticos[13].

Su participación en la intervención directa y destrucción de Libia en 2011, fue otro capítulo demostrativo de la manipulación y de la vergonzosa connivencia entre Washington y Naciones Unidas[14] que termino en un desastre humanitario que aún permanece hasta nuestros días[15].

Sin dudas que aquello alentó a Washington –y valiéndose de la OTAN- a intentarlo en otros escenarios pero, con tácticas más solapadas. Con el objetivo netamente estadounidense de asentarse a las puertas de Rusia, se pusieron a rodar los planes. Y fue así que a instancias de injerencias de la embajada de EEUU en Ucrania[16], desde 2013 se impulsó una revolución de color que culminó en un violento golpe de estado en febrero de 2014 colocando a un gobierno títere que permitiera el ingreso de la organización dentro de su territorio. Ello llevo al levantamiento de una parte de la población ucraniana que decidió rechazar el nuevo Status Quo. Tras esto, se pudo comprobar el ingreso de  mercenarios y agentes encubiertos con intensión de aterrorizar y crear el caos en la región del Dombass algo que hasta el momento no pudo lograrse gracias a la ayuda de Rusia.  

Por último, la llegada de Trump a la Casa Blanca, ha puesto en crisis la relación entre Washington y la organización, creando la incertidumbre y desazón entre sus aliados un asunto que molesta y mucho al “Deep State” que desde las sombras maneja el poder detrás del gobierno.


[1] NATO.INT.doc. “La ampliación de la OTAN y Rusia: mitos y realidades”, https://www.nato.int/docu/review/2014/Russia-Ukraine-Nato-crisis/Nato-enlargement-Russia/ES/index.htm
[2] Para muchos queda claro que Washington manipulo a Saddam Hussein para que diera un paso en falso y luego negar cualquier conversación para llegar a un acuerdo diplomático.
[3] Los bombardeos indiscriminados de la Coalición de los EEUU sobre Bagdad y otras ciudades de Iraq dejaron miles de muertos y daños incalculables a la infraestructura civil. Fue la primera vez que se pudo comprobar el uso de agentes químicos como el Fósforo, el Napalm y el Uranio Empobrecido.
[4] Dentro del marco del supuesto final de las ideologías propuesto en 1989 por Francis Fukuyama
[5] Paul Wolfowitz sería uno de ellos quienes ya esbozaban las primeras ideas que luego se compilarían en el Proyect for the New American Century (PNAC) de 1997.
[6] El caso de la invasión a Iraq fue lamentable. Se comprobó que los informes sobre la supuesta adquisición de Uranio por parte de Iraq y  la posesión de armas químicas habían sido mentiras de la CIA y del MI-6 que George Bush utilizo como pruebas para lanzar la agresión.
[7] Esto es contrario al folklore que la agencia británica por medio de agentes como el Alex Younger ha tratado de instalar refiriendo que su intervención fue para “prevenir el genocidio” o cosas por el estilo.
[8] Un ejército secreto que podía llevar adelante acciones insurgentes y terroristas en otros países.
[9] ICRC.ORG. La "intervención humanitaria de la OTAN" en Kosovo y la prohibición de recurrir a la fuerza”, https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/misc/5tdnwn.htm
[10] Durante la década de los setentas el Departamento de Estado
[11] Según algunas fuentes los aviones de la OTAN arrojaron sobre centros urbanos serbios 9160 Toneladas de explosivos entre los cuales había Uranio Empobrecido.
[12] Tal como lo explica la escritora y socióloga alemana Jutta Ditfurth en su obra Krieg atom armut publicado en 2011.
[13] Esto fue lo que señalo el escritor alemán Elmar Altvater cuando se refiriere a la estrategia de las guerras regionales como forma de intervención.
[14] A instancias del Departamento de Estado norteamericano Naciones Unidas sanciona la Res. 1973/11
[15] Desde las masacres contra las poblaciones pasando por el asesinato de Gadafi, millones de libios se han convertido en refugiados a merced de las mafias que los cruzan a Europa.
[16] Tal como quedo en evidencia con la grabación de la charla entre Victoria Nuland y el embajador de EEUU en Kiev Geoffrey Pyatt.