viernes, 17 de julio de 2020


“LINEAS EN LA ARENA”
¿Quién se impondrá en el Medio Oriente, los partidarios de la guerra infinita o el consenso establecido entre Washington y Moscú?


Por Charles H. Slim
A pesar de la pandemia, la guerra contra Siria no se ha detenido en un solo momento y los principales conspiradores que desde 2011 buscan derrocar al legítimo gobierno de Damasco, se han visto más que frustrados en concretar sus planes. Ante los ojos del mundo, las evidencias de una connivencia criminal entre las petromonarquías del Golfo que al amparo de Washington, Londres y París, han financiado los grupos terroristas que asolaron Siria e Iraq, son irrefutables siendo uno de sus más destacados programas secretos destinado a esos fines, el “Estado Islámico” (ISIS).

Pero esos planes fallaron, Siria pudo respirar hondo por un instante y como punto final para tratar de borrar los rastros de esas elucubraciones, vimos como en una cinematográfica operación los complotadores eliminaron a uno de sus recursos como era el “Estado Islámico” y su agente que impostaba el personaje de ese Califa Holliwoodense llamado “Abu Bakr Al Bagdadi”.
Como punto de partida, se debe tener presente las consecuencias que han traído las intervenciones de EEUU en la región las cuales se han estado profundizando de forma continua y dramática. De esta manera vemos como actualmente y al mismo tiempo, Washington tiene una eminente presencia militar dentro la península arábiga, como en Iraq e Israel siendo éste último a diferencia del país mesopotámico, un huésped voluntario.

Pareciera una redundancia tener que estar aclarando que fue Rusia quien logró deshacer la consagración de estos planes. Precisamente y en referencia a estos, los mismos estaban destinados  a destruir al estado nacional sirio –tal como lo hicieron con Iraq y Libia- como parte del gran plan por reconfigurar el Medio Oriente bajo los planes tejidos por Washington a la sombra de la llamada “Doctrina Rumsfeld-Cebrowsky”, usando el intervencionismo –directo e indirecto- y el establecimiento del caos como principales ejes de desarrollo de su geopolítica.

Estas aclaraciones las debemos hacer ante los nuevos planteos que sectores pro-estadounidenses y medios de este lado del hemisferio que, blandiendo las argumentaciones puestas a rodar por la administración Bush-Cheney en 2001 sobre la supuesta “lucha contra el terrorismo” –y que Obama continuo-, respaldaron aquellas políticas y hoy tratan de desviar la atención señalando a Rusia y a China de estar boicoteando la ayuda humanitaria que Naciones Unidas y ciertas organizaciones privadas pretenden  enviar a las zonas sirias desde Iraq y Turquía.

A la vista de un lector incauto, el argumento suena tétrico y deja a los rusos y chinos como los “malvados de la película” pero, si Ud se detiene a ver el detalle de cada escena en esta novela trágica que viene desarrollándose desde 2011, vera que las exclamaciones norteamericanas y de sus aliados británicos no provienen de estas presuntas preocupaciones “humanitarias” sino más bien, por la frustración en lograr conseguir sus objetivos estratégicos, aún a costa de la vida de los miles de refugiados sirios empujados por la infiltración de esas bandas de criminales que catalogados en algún momento por Washington como “rebeldes moderados”, los obligan a ser desplazados a campos de refugiados donde a su vez, quedan a merced de las mafias del tráfico humano.

Ataque suicida contra las FDS kurdas en Manjib
Tampoco debemos olvidar el papel y las consecuencias directas que han causado los bombardeos aéreos estadounidenses desde que Obama autorizó la intervención con la excusa de la “Lucha contra el ISIS” y que precisamente por la intervención de la Federación rusa, revelaron inconsecuencias inexplicables.

Los estadounidenses con  sus grupos de mercenarios “proxies”  y sus descartables aliados kurdos (FDS) han tratado de sabotear la estabilidad lograda por la presencia rusa, que dicho sea de paso es aceptada por el legitimo gobierno de Bashar Al Assad y que al mismo tiempo es apoyada por una parte importante de la población que sabe y es consciente desde hace años de que EEUU y sus aliados no están allí para ayudarles. La presencia de ciertas ONG con ya expuestos nexos operativos con la CIA y el MI-6 británico (perpetradores junto al MIT turco y socios del Mutkhabarat saudita de los ataques químicos de Falsa Bandera en Gouta y otros lugares de Siria) tiran por tierra las alegadas preocupaciones humanitarias de los funcionarios políticos estadounidenses.

Recordemos que ni bien comenzaron las hostilidades contra Siria, a mediados de 2011 y por el transcurso de varios meses Washington y Moscú celebraron conversaciones secretas para decidir las injerencias de cada uno y la suerte de la república árabe Siria. Fue así que el 30 de Junio de 2012, los presidentes Barak Obama y Vladimir Putin se reunieron en Ginebra donde arribaron a un acuerdo para detener las hostilidades.

Pero mientras aquello sucedía, en París el presidente francés Francois Hollande y su gabinete alineado al sector neoconservador y sionista de Washington  (que incluye indistintamente a demócratas y republicanos) preparaban un contragolpe. Una semana después celebraban con la presencia de la Secretario de Estado norteamericano Hillary Clinton y representantes de la OTAN una reunión con el grupo denominado “Amigos de Siria” –una denominación tragicómica- quienes para nada interesados en que se detuvieran las hostilidades, se encargarían de reactivar el conflicto alimentando (mediante financiamiento, provisión de armas y asesoramiento) el fortalecimiento de los grupos armados irregulares (ELS, Jaysh Al Islam, Jabbat Al Nusrah, ISIS y una media docena de subsidiarias).

Como vimos en el terreno, los medios empleados por estos instigadores han sido varios demostrando los inagotables recursos (incluida la connivencia política de la ONU) con los que contaban para sostener esta agresión. No olvidemos que dentro de este sector participaron con varias aportaciones –especialmente la financiera- Arabia Saudita y Qatar, componentes árabes centrales y estratégicos para concretar las charadas pintadas por los medios occidentales como “Primaveras” o revoluciones, sin olvidar también en todo esto la colaboración de Israel quien es la punta de lanza de los sectores anglosajones que pretenden rediseñar la región.

Estos partidarios de la guerra no estaban entonces ni no lo están aún al día de hoy, de acuerdo con que las tropas estadounidenses se desplacen a otras regiones y mucho menos que vuelvan a casa como lo había pretendido el presidente Donald Trump. Su objetivo es que los estados-nación árabes sean disueltos y de esa manera, rediseñar la región allanando el camino a la expansión del estado de Israel. Pero, esto se ha visto truncado por la llegada de las fuerzas rusas que han demostrado una notable capacidad de combate en el terreno y también grandes avances tecnológicos en su equipamiento militar que EEUU e Israel no puede obviar.

En lo estrictamente político, lo más preocupante para los complotadores  y sus colaboradores es sin dudas, las perspectivas geopolíticas de Rusia en la región que se ven reforzadas con la ratificación a la reforma constitucional que le permite a Vladimir Putin, tener acceso al cargo de primer mandatario hasta 2036.

A tal punto llega el fastidio del sector neocon-sionista en Washington y sus aliados, que han cortado todas las vías noticiosas independientes (especialmente las vehiculizadas por redes sociales) que reflejan el diario vivir de los sirios en los lugares que han sido liberados de las garras de las agrupaciones yihadistas y de sus benefactores estadounidenses. Igualmente y más allá de los deseos de estos partidarios del caos (responsables de miles de muertos, heridos, millones de desplazados), la realidad en el terreno demuestra que todos los actores involucrados no pueden hacer una movida independiente sin considerar el presente Status Quo regional bajo éjida de EEUU y Rusia.

martes, 14 de julio de 2020



“CUANDO LA REPUBLICA NO EXTISTE”
¿Quién interpreta mejor en la Argentina el término república?

Por Charles H. Slim
Una de las palabras que más se han venido voceando en los últimos años hasta esta parte en la Argentina es sin dudas “república”, lo que evidencia un síntoma de una ausencia de dicha institucionalidad. En los meses que lleva el gobierno de Alberto Fernández, seriamente golpeado por una situación económico-financiera endémica y la pandemia del COVID-19, el marco republicano se ha visto seriamente acotado no solo por imperio de la situación existente sino también, por los intentos oficialistas de establecer una forma diferente y claramente amañada de dicha institucionalidad.

Así, tal como lo dice el artículo 1° de la Constitución Nacional, La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, pero la realidad parece ir en otro sentido. La res publicae o república que significa “la cosa pública”, desde hace tiempo que pretende teñirsela de un color sectorial que cambiaría el significado de esta institución en más bien la “cosa del partido”, pero en el caso argentino, esto último ni siquiera eso existe.

El gobierno de Fernández ha tratado de usar la situación sanitaria como un argumento capitalizador para intentar  establecer una política de control de daños que ya se avizoran con una recesión interna y global tras la pos-pandemia. Para ello, ha mantenido un estado de reclusión ciudadano interminable que ya va por los 114 días y con ánimo de continuarlo de forma indefinida. Ciertamente, que esta situación extrema se ha reducido a la Capital federal y el denominado Conourbano (AMBA) pero ello no ha conseguido que muchas personas en éste último distrito salgan y transiten por las calles hastiados del encierro sin fin. Y como el gobierno no cuenta con la autoridad política suficiente y los medios para respaldar sus decisiones, poco puede hacer para controlar a esta población insubordinada.

A la par de ello, la crisis económica que ha causado seguir estos lineamientos provenientes del erróneo modelo británico de Neil Ferguson y el Imperial College de cerrar todos los negocios, fábricas y lugares de reunión para evitar los contagios, ha dejado en entredicho la hoja de ruta planteada por los asesores  “científicos” del presidente quienes (a la zaga de programas amarillos de TV) parecen más preocupados por asustar a la población que explicar con certeza la naturaleza del virus.

Que no queden dudas que el gobierno de Alberto Fernández, cuando termine esta situación pandémica, volcara todas las culpas por esta interminable cuarentena y las consecuencias sobre la situación económica desencadenante  –Tal como lo hizo Macron en Francia- en sus asesores científicos. Y esto es algo que puede llegar a concretarse en la realidad si el gobierno no reduce el gasto público (para solventar puestos y favores políticos) de forma seria y no estructura un programa de desarrollo sustentable de país que no sea el mantenimiento de un asistencialismo in eternum que estrangulará las iniciativas productivas.

Las perspectivas económicas para la pos-pandemia son lapidarias. Las previsiones que arrojan algunas fuentes como el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y Crecimiento (CIPPEC) estiman que la pobreza aumentara de forma alarmante afectando de forma directa a la niñez.

Al mismo tiempo la llamada oposición poco ha hecho por ofrecer soluciones factibles que den alternativas de una salida coherente y colectiva para frenar el proceso de hundimiento de la situación socio económica y del estado. Para peor, los personajes políticos que han salido a expresarse en las últimas horas han sido parte de la debalce económico social que situo al país en la actual situación. En esta misma línea se inscriben los medios y periodistas (de uno y otro lado) que desde sus tribunas tratan de capitalizar este descontento tratando de instalar un peculiar sentido del principio republicano.

Los que se dicen peronistas le dan a éste término el sentido partidario de épocas pretéritas y que incluso muchos de ellos (Kirchneristas) nunca adhirieron. Por otra parte, están los “liberales” quienes han encontrado en medio de tanta mediocridad y corrupción política, la oportunidad para arrogarse la aparente representación de un republicanismo que en realidad tampoco nunca respetaron.

Tanto unos como otros son poco creíbles ya que, cada uno en diversas maneras y de acuerdo a sus intereses, se han acomodado a las circunstancias del momento político imperante viendo como única preocupación el momento exacto para cambiar de lugar.

Pero mientras aquellos distraen a la población con sus impostaciones dialécticas, la crisis comienza a escalar. La desesperación comienza a tomar formas alarmantes que son aparentemente ignoradas o tal vez menospreciadas por la Casa Rosada desde donde y al mismo tiempo y por impulso de CFK,  buscan reformar subrepticiamente la Constitución con maniobras políticas y manipulaciones discursivas.

El peligro que implica este tipo de maniobras ya comienzan a materializarse con algunas actitudes y proclamas descuidadas de algunos actores políticos que evidencia la carencia de autoridad y credibilidad política con la que cuenta el actual presidente de la Nación.

Signos de esto ya se están advirtiendo en todo el territorio nacional. Los gobernadores de las provincias más alejadas de la Capital, hartos de un sistema de reparto tributario injusto, las restricciones que postergan sus desarrollos regionales y la política del miedo que pareciera extenderse sin término, han planteado que deben llevar adelante sus propias políticas para tratar de paliar la situación sin esperar nada de nación. Incluso la idea de la secesión territorial está dando vueltas en provincias como Mendoza donde hace años existe un Lobie llamado “MendoExit” que propone como solución a sus problemas económicos,  separarse de la Nación.

Estas señales de disociación no son nuevas ni exclusivas de la provincia de Mendoza. El gobierno de San Luís allá por finales del año 2001 y comienzos del 2002 en plena crisis económico-social estuvo trabajando en la posibilidad de separarse del resto del país, incluso –tras establecer gestiones con la empresa de armamento rusa  Rosoboronexport- previendo la posibilidad de conformar una fuerza armada propia para defender sus aspiraciones independentistas. Considerando el estado en el que ya se hallaba la defensa de la nación y las posibles adquisiciones que habría tenido una hipotética milicia independentista puntana, habían posibilidades ciertas de una situación cruenta.

Pero la actual atmósfera de desintegración política va más allá del “Peronismo” y de los militantes del “PRO”, quienes han llevado su batalla al centro de poder real del país. Las tiranteces que se han agudizado en estos últimos meses entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la provincia de Buenos Aires, revelan una rivalidad disgregante que se halla teñida por intereses partidistas que nada tienen de republicanos.

Entre tanto, estos tironeos ideológicos y las rencillas partidarias parecen estar yendo demasiado lejos. En semanas pasadas se registraron varios atentados contra los “silobolsas”, depósitos de semillas que fueron rotos y su contenido dañado en los campos bonaerenses y de Santa fe. Pese a que los medios se hicieron eco de estos hechos, no profundizaron en las implicancias políticas sectoriales involucradas. Las versiones de protagonistas en algunos de esos ataques, pudieron corroborar que esas incursiones estaban bien preparadas y su origen político muy bien identificado.

En uno de esos episodios, los campesinos de General Las Heras en el noroeste de la provincia de Buenos Aires pudieron atrapar con las manos en la masa a grupos de hombres que estaban siendo transportados en camiones que se internaban en los campos para que rompieran los silobolsas y les rociaran con productos químicos para inutilizar su contenido. Las fuentes de éste caso particular refieren a que los campesinos altertados de esto en altas horas de la noche, se movilizaron rápidamente con sus camionetas y armados con sus armas particulares conociendo bien los caminos rurales, lograron rodear y capturar a varios de estos sujetos quienes al verse perdidos y asustados por la situación, alegaron que habían sido enviados desde Buenos Aires pagándoles a cada uno de ellos sesenta mil pesos. 

Como puede verse, no hay dinero para reactivar la producción pero sobra el para tareas sucias. Los medios no quisieron dar a conocer estos hechos por un claro temor a retroalimentar la furia ya existente en la población.
Los últimos intentos del gobierno por desacreditar estos ataques han sido tratar de achacárselo a las “mulitas”, un animalito de campo característico de los campos de la provincia de Buenos Aires. Por cierto que éste animalito, a quien el gobierno pretende endilgar esas acciones coordinadas y peculiarmente destructivas, no habría podido rociar con químicos los granos almacenados. El planteo de este tipo de hipótesis pone más oscuridad sobre la ya existente.

El 9 de julio se realizo un nuevo “banderazo” que movilizo a en varias ciudades del país una gran parte de la población sin identificación de banderías políticas reclamando por el respeto a la Constitución (y los principios republicanos que la integran: Igualdad ante la ley, publicidad de los actos de gobierno, responsabilidad en la función pública), el final de la eterna cuarentena y basta de impunidad. Para algunos esto sería la demostración de un republicanismo ausente durante todos estos años, para otros intentos desestabilizadores contra el gobierno. Hay que mencionar que personajes como Mauricio Macri y Elisa Carrió trataron de usufructuar esto, usando el termino república como estandarte pero sin una aceptación general.

Ciertamente que es una demostración de un republicanismo, pero no como lo interpretan y pretenden insuflarlo algunos medios llamándolo “republicanismo popular” o “democrático” con la intensión de arrimarlo a su tendencia pro-anglosajona que mirando tan solo un poco de la historia contemporánea y reciente de los EEUU (autoproclamado campeón de la democracia), lo único que hay de republicano en este país del norte es el nombre del ala más recalcitrante, despiadada y violenta de la clase política de su historia.      

viernes, 10 de julio de 2020


“CONSPIRACION CONTRA IRÁN”
¿Quiénes son los que han estado complotando por degradar los desarrollos científicos de Irán y hasta dónde han llegado para ello?

Por Charles H. Slim y Yossi Tevi
Detrás de las apariencias y de una engañosa calma, desde hace tiempo que en los cuarteles de la inteligencia israelí, se urden complejas intrigas y operaciones para degradar la capacidad científica y tecnológica de la República Islámica de Irán. Como siempre, para Tel Aviv no hay limites cuando quieren lograr un propósito.

Bajo el argumento de que “Irán es un estado terrorista” que amenaza a la paz mundial y la existencia del estado de Israel, Tel Aviv ha tratado de impulsar a nivel internacional una campaña contra los desarrollos nucleares de Irán que para colmo están dirigidos a proveer beneficios de la vida civil. Como era de esperar, Tel Aviv logro que la AIEA realizara inspecciones al programa nuclear sin obtener los resultados esperados. Para magnificar sus justificaciones y mostrar a los iraníes como un peligro, Netanyahu hizo incapie que ese desarrollo en realidad persigue finalidades militares sin detenerse a ver, que el mismo estado de Israel es el único que mantiene un arsenal nuclear que amenaza a toda la región.

Acostumbrados a creer que están por encima de la ley internacional y que no responden a nadie que no forme parte de su propia grey, prepararon meticulosamente la forma para entorpecer los progresos iraníes.

Varios fueron los intentos por acometer estos planes, pero sin el éxito esperado.  Irán ha progresado en su desarrollo científico nuclear y no importa si sus finalidades sean para la industria militar o para el uso civil, los sionistas de Tel Aviv y los que los apoyan desde EEUU y la UE –islamofobos recalcitrantes- quieren destruir cualquier avance que provenga de un país islámico.

Rodeados de secretismo y amparados en la oscuridad mediática, los complotadores habían creído poder actuar desde dentro tal como lo hicieron en Iraq durante la ocupación angloestadounidense, contratando equipos de asesinos y criminales del bajo mundo para eliminar a científicos, académicos y mentes brillantes de aquel país árabe.

La ocupación de Iraq fue una ventaja estratégica muy bien aprovechada por Tel Aviv y con la cooperación de sus colegas británicos y estadounidenses, pudo desarrollar planes conspirativos y reclutar elementos antíraníes para operar desde allí sobre territorio iraní. Uno de los principales recursos con lo que contaron sobre el terreno para penetrar fue la organización armada “Muyahidines Al Kalq”[1] que fue entusiastamente apoyada por la CIA y el Mutkhabarat iraquí en la década de los ochentas para derrocar a la revolución chiita de Khomeini. Pese a que la ocupación angloestadounidense derroco en 2003 al gobierno de Saddam Hussein, quien colaboro para dar sustento y cobijo[2] a esta estructura armada, Tel Aviv se valió de ella para poder penetrar dentro del país persa donde reclutarían a los ejecutores locales de sus planes.

También los kurdos iraquíes del Clan Barzani fueron elementos invalorables para colaborar con estos planes.

Entre 2009 y el 2010 el Mossad había logrado reclutar a una red de criminales iraníes para que llevaran adelante varios ataques (atentados terroristas) contra científicos nucleares que incluso (en algunos casos) terminarían con la vida de sus familias. Los métodos empledos como los pistoleros motorizados y las bombas lapa llevaban la firma israelí. Su primer blanco fue el científico Majid Shahriari, quien en momentos que se trasladaba en su automóvil junto a su mujer, fue interceptado por motociclistas que le adosaron una bomba lapa matándolo en el acto e hiriendo gravemente a su esposa.  Simultaneamente y con el mismo fin, los atacantes trataron de asesinar al experto en lásers y en isotopos nucleares  Fereydoun Abbasi-Davani quien solo resulto con heridas leves.

En esta empresa criminal colaboro la CIA quien aprovechando la presencia en Iraq, tuvo sin dudas una plataforma territorial estratégica para operar a través de las fronteras de las provincias de Basora, Kut y obviamente a través de la frontera del Kurdistán (donde EEUU e Israel están concentrando armamento pesado).

Según lo dio a conocer el ex agente de la CIA Phillip Geraldi[3], la campaña de atentados contra los científicos iraníes que se extendió desde 2010 a 2012 y que termino con la muerte de cuatro de ellos y la herida de otras mas, estuvo encabezada por la inteligencia israelí, una conclusión que fue avalada por el mismo jefe del Mossad Meir Dagan quien en aquel momento celebro los asesinatos.

Para quienes conocen la historia de los procederes y métodos del Mossad, nada nuevo bajo el sol.  Mediante el mejor incentivo que Israel suele ofrecer para reclutar mano de obra y tentar voluntades para ejecutar sus trabajos sucios en el extranjero, el dinero, logra comprar criminales del bajo mundo y corromper funcionarios públicos del país que va a atacar.

De esa manera  –y valiéndose de su red de Sayan-  los israelíes ejecutan ataques en otros países sin quedar complicados en el asunto. Igualmente y pese al mito de la infalibilidad al final siempre se determina su autoria pero ello durante años, fue ocultado deliberadamente gracias a las presiones políticas y la cooperación de las corporaciones de medios estadounidenses (alineadas a “Kol Israel Radio” y los Lobies pro-israelies como AIPAC) que ocultaban denodadamente y hasta deformaban los hechos en los que alguien moría para conveniencia de Tel Aviv.

A estas alturas, estas acciones que en el pasado eran vindicadas y glorificadas por Washington y su maquinaria propagandística (Hollywood) ya despiertan amplio rechazo en el mundo[4] que se ven agravadas por la sistemática violación a los derechos humanos de los palestinos, remarcan aún más el camino hacia el aislacionismo que esta tomando el estado de Israel que lo llevara como dijo Henry Kissinger, a convertirse “en un estado inviable”.

En los últimos ataques terroristas cometidos contra Irán, se pudo ver como estas implicancias entre la agencia israelí y la CIA se concretaron gracias a la cooperación de elementos corruptos dentro de la misma estructura del gobierno iraní como fue el caso del asesinato del General Qassem Soleimani quien fue marcado por uno de sus guardaespaldas llamado Mahmud Mussavi Majd,  el cual desde  hacía unos años había estado pasando información sensible a Israel a cambio de grandes sumas de dinero.

El fue quien habría informado con precisión los movimientos y el viaje de Soleimani a Iraq ese 3 de enero y tras ser seguido –seguramente por un SoftWare instalado en el teléfono móvil de alguien en la comitiva- hasta que llego a Bagdad, informaron en que vehículo se trasladaba para inmediatamente ser asesinado junto a otros de sus acompañantes por un misil lanzado desde un Drone “MQ-9 Reaper” dirigido desde una sala remota de la CIA.

Para ejecutar este sofisticado atentado terrorista, los perpetradores se valieron de elementos iraquíes (entre ellos el actual Primer ministro iraquí Mustafa Al-Kadhimi) quienes bajo dirección de la CIA y con la cooperación del Mossad, pudieron marcar con precisión la llegada de Soleimani y su comitiva al Aeropuerto de Bagdad donde terminaron ejecutando su cometido. Sobre esto último, en las últimas horas el Consejo de Derechos Humanos de la ONU declaro que esa acción fue contraria a la ley internacional[5].

Las misteriosas explosiones de hace unos días en las instalaciones nucleares de Natanz, han despertado fundadas sospechas de un nuevo intento israelí por tratar de degradar la capacidad tecnológica de Irán usando medios altamente sofisticados y destructivos. En el pasado cercano, Israel uso medios tecnológicos maliciosos de avanzada como fue la infiltración en 2010 del un virus informatico (Malware) como el “Stuxnet” –de Siemens-, una de las primeras ciber armas empleadas por Israel (con la cooperación de EEUU) para dañar de forma remota e irrecuperable sistemas informáticos del complejo nuclear.

Para poder infectar  y sabotear el sistema cibernético iraní necesitaron de una puerta de ingreso. En un primer momento se sospechó de una filtración interna, pero ello no había sido así. La explicación sería mucho más escabrosa y comprometedora. Los detalles para identificar a sus blancos y el acceso al sistema informático del complejo, lo obtuvieron gracias al acceso que Tel Aviv tuvo a los documentos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) confeccionados durante las inspecciones que detallaban nombres y los esquemas de las centrifugadoras de la planta nuclear que le permitieron ejecutar sus objetivos. La posibilidad para que el Mossad pudiera acceder a esta información revelo que o bien hubo un descuido de la agencia internacional o más seguramente, logro comprar a alguien de adentro.

Las últimas explosiones que ocurrieron en el complejo de Natanz serían parte de una nueva campaña terrorista contra el programa nuclear, posiblemente ejecutada a distancia (utilizando Drones) que conto con la indudable aprobación de la administración Trump que ya ha demostrado hasta donde puede llegar para agradar a Israel.

Sea como haya sido, estas políticas (si puede llamárselas así) no debieran continuar a la luz de la ley internacional ya que no solo van contra las previsiones de Carta de Naciones Unidas sino también contra una consciencia global creciente de que la imposición de la fuerza y la guerra no es la solución de los problemas.



[1] Muyahidines del Pueblo de Irán es una organizacióniraní fundada el 5 de septiembre de 1965 https://otralectura.com/2019/01/17/que-es-la-organizacion-de-los-muyahidines-del-pueblo-de-iran/
[2] Saddam Hussein recibió en Bagdad al líder del MKO Massud Rajavi como señal de apoyo a su causa contra la Revolucion de Khomeini
[3] Ex agente de inteligencia militar de la CIA y especialista en antiterrorismo, también es columnista de The American Conservative y director ejecutivo de Consejo para el Interes Nacional.
[4] Tras el ultimo informe presentado ante el Parlamento británico por el Secretario de Asuntos Exteriores Dominc Raab fue duramente cuestionado por los diputados de la Cámara de los Comunes y en particular por el diputado laborista Afzal Khan de “hacer la vista gorda ante los abusos israelíes” y de su “desprecio por el derecho internacional”.
[5] ALARABY.com. “US killing of Qassem Soleimani was 'unlawful', says UN expert”, publicado el 7 de julio 2020, https://english.alaraby.co.uk/english/news/2020/7/7/us-killing-of-qassem-soleimani-unlawful-says-un-expert

sábado, 4 de julio de 2020



“NUEVAS PERSPECTIVAS”
Hace tiempo que EEUU ha dejado su sitial de poder hegemonico pero ¿Cómo se situará de ahora en más con la nueva realidad política en Rusia?

Por Charles H. Slim

El resultado del referendum para las reformas constitucionales llevado a cabo en Rusia el 1° de julio pasado fue contundente, Vladimir Putin podrá estar avocado en los temas de estado de la Federación rusa hasta el 2036. Para los partidarios del mandatario es la reafirmación de un liderazgo carismático y la garantía de una continuidad en las políticas de estado de una nación que busca un papel protagonico en Eurasia y el mundo. Para sus detractores internos y los rusofobos de occidente en general, esto significa la consagración in eternum de un nuevo zarismo encabezado por un autocrata.

Pero más allá de éstas posiciones tendenciosas y que obviamente no puede estar exentas de emoción y prejuicio, la reforma comporta un importante ito para la política rusa que trata de ayornarse a las nuevas y cambiantes circunstancias internacionales que requieren de sus gobernantes una constante gimnasia política que debe ir acorde a la construcción de un estado dinámico y sólido.  

Vladimir Putin y sus partidarios han entendido ya hace tiempo que no solo los misiles y las bombas nucleares son una amenaza para la seguridad de la soberanía nacional. Además de las tretas y los juegos sucios ejecutados por las agencias de inteligencia occidentales (valiéndose de grupos terroristas y mafias regionales del Caucaso) hemos estado viendo como en las dos últimas décadas, a la par de la globalización económico financiera se ha usado como herramientas de extorsión y presión a los organismos internacionales públicos y otros privados (especialmente ONGs) como extensiones subrepticias de las políticas de estado de EEUU y aliados de la UE.

Pese a ello, Rusia logro sobreponerse a ese intento de cooptación por parte de poderosos oligarcas que ligados a financístas en Wall Street trataron de controlar aquel endeble estado de cosas apenas colapso la Unión Soviética y Putin tuvo mucho que ver en eso.

Pero a pesar de esta situación, al día de hoy Washington es consciente de la importancia y la influencia que tiene la Federación rusa en el espectro internacional. En realidad desde 2011 en Washington ya sabían o más bien preveían que Rusia era un actor que no podían ignorar y que incluso crecería en forma paulatina ganando con ello, una influencia geopolítica nada despreciable. Fue en esas circunstancias y en aquel año que llevaron adelante arduas tratativas secretas que se extenderían hasta mediados del 2012 en las cuales discutieron las injerencias de cada uno con miras a repartirse su influencia sobre el Oriente Medio.

En apariencias existía la propuesta de una política conciliatoria y de moderación de un Barack Obama quien presuntamente (y por su condición de negro y demócrata), representaba la superación de la oscura administración precedente, acercando a su vez a la administración de Vladimir Putin para hacerle una propuesta de un acuerdo épico y duradero tendiente a superar la crisis que se había desatado en torno a Siria.

Por supuesto, de forma paralela y al amparo de estas conversaciones, EEUU (por intermedio de la Secretario de estado Hillary Clinton), Gran Bretaña y Francia, con la cooperación de Arabia Saudita y Qatar llevaban adelante (mediante el empleo de agrupaciones mercenarias seudo yihadistas –Al Qaeda entre otras subsidiarias-) el ambicioso plan por desmontar los estados árabes laicos del norte de África que los medios occidentales presentaron con espectacularidad como una “Primavera Árabe” tratando al mismo tiempo extenderla  sobre Siria.

Las consecuencias de este acostumbrado doble rasero de la política estadounidense han sido miles de sirios muertos, miles de lisiados y millones de desplazados, en síntesis, una catástrofe humanitaria de la cual por supuesto no quisieron hacerse cargo y que termino por acusar recibo a la Unión Europea con las oleadas de inmigrantes que cruzan el Mediterráneo para tratar de hallar la paz que esos mismos países les arrebataron.

Ante esto, tenemos a una Rusia que tiene intereses estratégicos en Siria de cara al Mediterraneo y entendiendo que la amenaza de ese terrorismo pre elaborado y sustentado por las agencias de inteligencia, podía migrar a sus fronteras,  hizo su movida logrando un efecto inesperado y al mismo tiempo contraproducente a los planes de Washington y París.

Al día presente Washington no puede ignorar la influencia de Rusia como un actor relevante y preponderante con quien debe negociar en igualdad de condiciones si pretende avanzar en ciertas regiones del planeta ¿Acaso esto se debe al respeto o la condescendencia de Washington con sus adversarios en Moscú? No obviamente no.

EEUU necesita tanto de la hegemonía geopolítica como la existencia de un nemesis que justifique trabajar por consolidar aquella. Hay detrás de ésta política un fabuloso y conocido negocio ligado a la política exterior y en especial a la política de defensa que se vincula directamente a la industria armamentistica estadounidense y de la Europa occidental. Obviamente que Rusia juega su parte en este esquema y hasta se podría asegurar que gustosamente coopera para mantener dicho Status Quo pero, ello no quita que también tenga en progreso una agenda propia.

Los EEUU de hoy no son la potencia que fue en épocas de la “Guerra fría” y mucho menos de como evoluciono tras su final a comienzos de los años noventas hasta el comienzo del siglo XXI. Pese a la potencialidad que heredo de la carrera armamentística con la Unión Soviética y que le proporciono un poderío militar  desproporcionado y aplastante, su empleo por las administraciones subsiguientes fue desmedidamente arbitrario y producto de ello desgasto su capital político e imágen dentro del concierto internacional.

Por el contrario la Federación rusa administrada por Vladimir Putin, desde su llegada al Kremlin fue creciendo en forma lenta pero continuada y pese a las dificultades internas en parte creadas por las sanciones impuestas desde occidente, no descuido en un solo momento sus intereses geopolíticos y estratégicos, ambicionados desde la caída del muro en 1989 por Washington y la OTAN. No caben dudas de que la paciencia de Putin dio sus frutos y ello puede verse desde varios ángulos.

Si lo vemos desde el lado de sus adversarios (y en particular de los pro-estadounidenses argentinos), su sola mención ya produce  rechazos y una catarata de improperios que salen más bien de la impotencia y de la mediocridad que disfrazan detrás de adherencias ideológicas con muy floridas autodenominaciones  como “liberales”, “demócratas” o “republicanos”, que dicho sea de paso, son los mismos que aplaudieron las brutalidades que EEUU y sus aliados han ejecutado en los últimos treinta años hasta el presente.

Además de demostrar que son (como se dice en Argentina) “más papistas que el Papa”, con estos comentarios quedan expuestos la pequeñez típica de los mediocres y la inocultable envidia de muchos políticos que sueñan despiertos por poder tener solo una pizca de la audacia e inteligencia de Putin.

Si lo vemos desde el punto de vista de la misma Federación rusa y de los logros que ha sabido conseguir de la mano de este liderazgo político, la cimentación de un peso geopolítico innegable se hubo concretado el 1 de febrero de 2019 cuando Vladimir Putin presento ante la opinión pública el desarrollo de nuevas e inimaginables armas estratégicas que demostró el trabajo que había venido gestándose durante su periodo  y que dejaron boquiabiertos a los estrategas del Pentágono y muy preocupados a los personeros del Departamento de Estado.

Ante esta nueva realidad, pese a que en Washington mantuvieron un silencio sordo, en la sombra de sus despachos los principales cerebros de planificación tomaron real conciencia que ya no podían jugar al gato y al ratón como lo habían estado haciendo desde comienzo del milenio con países pequeños y arrasados.

jueves, 2 de julio de 2020



“REALISMO GEOPOLITICO”
¿Es posible hacer coincidir los intereses geopolíticos de los actores internacionales con el valor justicia universal?

Por Pepe Beru
Ha sido una constante en el mundo de los medios y la propaganda el relato que presenta a los EEUU como el “líder del mundo democrático”, quien podía actuar como mejor le pareciera sin tener que responder ante nadie ya que, desde Washington irradiaba algo así como la luz de la moral y de la ética política con alcance global.

Pero eso solo ha sido una máscara que hoy ya no existe y debajo de la cual se encubrían las mismas e incluso peores arbitrariedades a las vistas antes de que existieran las Naciones Unidas. Ha sido un desconsuelo para algunos y una revelación para otros, la prueba del pragmatismo político estadounidense, ver que el mundo se salvo del nazismo pero paso tener que soportar por casi medio siglo las ambiciones imperialistas tanto de “EEUU y sus aliados” como de la URSS.

Durante esas épocas de guerra fría, también pareció congelarse la legalidad internacional ya que, bajo ese paraguas geopolítico imperante se avasallaron en varias formas derechos y la soberanía de muchos estados; es por ello que cabría preguntarse ¿Qué había sucedido por ese entonces con la ley internacional?

En realidad la ley internacional siempre estuvo allí y también era aplicable a éste presunto “campeón liberal” solo que fue continuadamente saltada gracias a la indebida influencia que ejercía Washington y por supuesto, la obsecuencia política de quienes deberían hacerla valer y de ese mal que tanto castiga a las estructuras organizadas y en particular a la administración de justicia contemporánea como es la corrupción.

Esa corrupción es la que ha carcomido a los organismos internacionales encargados de “promover y mantener la paz” en especial Naciones Unidas, convertida en un obsceno club de amigos para el tráfico de influencias que a éstas alturas podría asegurarse que ya no ostenta el respeto y la confianza que alguna vez pudo tener y menos aún ejerce ningún tipo de poder legal para hacer valer en forma imparcial e igualitaria, las prescripciones de la Carta Orgánica.   

En los últimos treinta años hasta esta parte se puede aseverar que ha prevalecido la ley del más fuerte y del más influyente (tanto en lo político como lo financiero), evidenciando como los organismos internacionales además de no tener poder alguno para resolver los conflictos que sacuden la paz y la estabilidad de varias regiones, solo tienen a la “democracia” como una fachada.

Los precedentes para llegar a estas conclusiones son varios y graves. Pese a todas las resoluciones, cumbres y mandatos existentes, el cumplimiento de la ley internacional ha sido sesgadamente discrecional y en algunos casos inexistente. Casos emblemáticos de esto han sido las muy discutidas interpretaciones que se han hecho de varias situaciones conflictivas y de los preceptos aplicables, o de los impedimentos y obstrucciones a investigaciones  que dejaban a la luz la subterránea –e inconveniente- implicancia de algunos actores influyentes del foro (Casos de las Armas de destrucción masiva en Iraq 1998-2002; supuestas represiones el gobierno de Gadafi en Libia 2010; ataques químicos en Siria 2013).

Esas influencias actuaron al amparo de una supremacía absoluta que con el paso de los años fue mermando gracias a la aparición de nuevos actores con un relativo poder limitador de esos abusos. Esto se vio en Siria, donde todo indicaba que terminaría como Libia hasta que Rusia decidió jugar un papel estratégico en la lucha contra las fuerzas irregulares que, utilizando el terrorismo, estaban asediando al país árabe y que a su vez respondían a esos poderes que pretendían rediseñar la región mediante tácticas siniestras (Fabricar ataques químicos). Fue así como Vladimir Putin impulso esta audaz política exterior que deshizo las estrategias engañosas de esos estados que acostumbradamente manipulaban los hechos y las decisiones de Naciones Unidas.

Sin lugar a dudas, el ingreso de Rusia a la arena geopolítica ayudo a dejar en claro que un acto de guerra es un acto de guerra venga de donde venga. 
Era evidente que ello desataría reacciones de quienes se beneficiaban del hegemonismo geopolítico y traería consecuencias que igualmente no cambiaron la política rusa. El convencimiento del presidente Vladimir Putin de que la ley internacional rige para todos se reflejo en los hechos. Fue así que cuando el Kremlin advirtió las injerencias occidentales para dar el golpe de estado en Kiev en 2014 que colocaría un gobierno pro-estadounidense, Rusia impido que Crímea cayera en manos de la OTAN ¿Qué habría podido hacer Naciones Unidas si ello ocurría? La respuesta hubiera sido, nada.

Es inaudito que para algunos estados y organizaciones (OTAN) no rija la ley e incluso se pasen por alto sus acciones criminales. Durante la segunda parte del siglo XX y lo que va de este, las forzadas y hasta escandalosas interpretaciones políticas que se han hecho de este tipo de actos a favor de la política exterior estadounidense y de algunos de sus aliados ha sido por demás vergonzosa.

Si partimos de la base de que la ley internacional regula hechos y situaciones en el marco de las relaciones entre los diversos actores públicos y privados, se presume que dentro de éste espectro global (aunque complejo y diverso) debiera primar el trato igualitario –entendiendo esto como un trato entre iguales- . En este sentido, la muerte de una persona de cualquier nacionalidad, confesión o etnia debiera ser tratada con el mismo interés y la misma importancia que el caso revista. Lo mismo con las agresiones a las soberanías de los países en sus más variadas formas.

La agresión, las intervenciones militares y las ocupaciones territoriales con eminentes intereses coloniales parecen males que en algunos casos particulares Naciones Unidas no puede o no quiere condenar. Precisamente la falta de actuación del organismo lleva a crear situaciones de injusticia que propulsan conflictos y con ellos calamitosas crisis humanitarias que se agregan al problema original retroalimentando así un ciclo vicioso sin fin.

El caso de las usurpaciones de territorios palestinos con desplazamiento de sus habitantes para construir asentamientos israelíes es una de las aberraciones más notables y vigentes de la actualidad contemporánea. Aprovechando la división interna y las carencias de la población árabe palestina, Israel puede hacer lo que quiera sobre la vida, la salud y los bienes de cada uno de ellos. En este sentido, se puede ver como la población palestina se halla virtualmente desamparada por la legislación internacional y mucho más por los organismos (Naciones Unidas) quienes debieran hacerla cumplir.

Parece un contrasentido hablar de este tipo de sucesos cuando éstas prácticas se hallan prohibidas desde la fundación misma de Naciones Unidas pero lamentablemente ellos son la evidencia de una cruda y turbia realidad de hasta donde llegan las influencias dentro de las decisiones del organismo. Y ciertamente que ello ha sido y sigue siendo una realidad bochornosa posible por los entuertos y las connivencias que existen entre los intereses que se basan en los estamentos políticos y financieros de EEUU y los funcionarios del organismo internacional.

La instauración de la Corte Penal Internacional a instancias del Estatuto de Roma (17 de julio 1998) encargado de investigar y procesar delitos gravisimos de lesa humanidad es sin dudas una esperanza para los oprimidos y los olvidados pero, desde el punto de vista realista es algo así como “lobo sin colmillos”. De este modo hay que preguntarse ¿Cómo podría procesar a funcionarios de estados y organizaciones que cuentan con la fuerza militar, la influencia política y financiera para desmontar a la misma Corte?

De ese modo podríamos preguntarnos ¿Hay diferencias entre la ONU y la OTAN? Obviamente sí en lo que respecta a sus objetivos pero no, en cuanto a quiénes responden al final. Todos ellos son funcionarios políticos y como tales responden a un mismo poder. Del mismo modo y mirando la región del Caribe y Sudamérica podemos hacernos una pregunta similar con respecto a la OEA, una organización que casi siempre ha marchado parejo a posiciones políticas que el Departamento de Estado tiene sobre la región.

Queda claro que con esta infraestructura de organizaciones que deben velar por la equidad y la paz entre las naciones, no hay garantías de una justicia real ya que esta muy claro que cuando los investigados por violar las leyes internacionales son juez y parte.