EN LA MIRA
“DEL ESTADO Y SUS
ABERRACIONES CONTEMPORANEAS”
Cómo la realidad y el pragmatismo político han superado a las doctrinas clásicas sobre la concepción del estado y la legitimidad de origen
Para los
autores clásicos de la concepción del estado como un ente aparte de los
individuos que lo componen y que persigue el fin de la seguridad, la
representatividad mediante la entrega de la soberanía de cada miembro a ese
ente colectivo que a su vez devolverá beneficios. Será en estas concepciones
como la de Thomas Hobbes en su metáfora monstruosa, que representaba al estado
como esa mítica bestia llamada Leviatan; o la del libertario Russeau o del
anárquico italiano Gramci que inspiro al insípido y aburguesado
“Eurocomunismo”.
Todo eso es solo letra muerta. A
la altura de las circunstancias actuales, las concepciones del estado de
cualquiera de estos autores clásicos e
incluso de Carl Marx, son inservibles
para entender cómo se puede justificar la existencia de fenómenos que, a pesar
de sus denominaciones, no parecerían ser un ESTADO pero, que en el desarrollo
de la realidad, se asemejan a uno. Para simplificar, los elementos básicos de un
estado son, territorio, gobierno y población.
El presente prologo es para
referirnos al mal llamado “Estado Islámico”. Los estados como tales, no crecen
de la noche a la mañana y menos aún, pueden sobrevivir si no tienen los
recursos suficientes para poder sobrellevar las naturales oposiciones y luchas
que suscita la decisión de crear un estado como tal. Con éste hipotético “Califato”, claramente
permitido por las potencias occidentales, se trató de pasar por encima
cualquier de las concepciones conocidas sobre lo que es y cómo evoluciona un
estado (v. “Estado Islámico” http://www.voltairenet.org/article189082.html )
En el caso de esta entelequia, la
misma no pudo haberse materializado sin la destrucción del estado de Iraq, el cual, que no caben dudas no se ha
recuperado desde la invasión del 2003. Pero lo peor no es esto último, sino el
hecho de que se lo ha mantenido deliberadamente
en estado de coma para que además de dependiente de Washington, sea una
mera maqueta decorativa que solo en apariencias conserva sus símbolos
nacionales y algún que otra intrascendente área de la política nacional (Por
ejemplo: Turismo, servicios y tal vez la salud) No caben dudas de que los
estadounidenses y sus aliados hicieron un muy buen trabajo para desmembrarlo
quebrando la cohesión social que existían previamente a su llegada.
Fue así que concomitante a la
presencia estadounidense que a su vez entronó a una secta chiita como el
partido “Dawa” que se dedicó a perseguir y encarcelar a los pobladores sunitas,
hizo su aparición “Al Qaeda-Iraq”, que lejos estuvo de agredir la presencia
norteamericana concentrándose en sembrar el terror contra los ciudadanos
chiitas en venganza por la “apostasía” de los personeros en Bagdad. La unidad nacional había sido destruida y a
pesar de la opresiva y brutal política pro-estadounidense implementada por el
títere Nouri Al Maliki y compañía contra la disidencia que no cesaba, la desobediencia civil y la resistencia
armada en las zonas del centro norte –especialmente en Al Anbar- se
convirtió en una situación constante y sin final. De esta manera se fue abonando el terreno para
que la semilla de un extremismo como el de “Daesh” floreciera sin problemas
hasta –y con la ayuda de agentes foráneos- convertirse en un “estado”
(v. Estado Islámico https://actualidad.rt.com/themes/view/131402-irak-guerra-eiil-isis ).
La aparición y progresivo desarrollo
de éste ente, además de servir de apoyo en la creación de un espacio físico libre
de autoridad estatal para respaldar las operaciones de los grupos mercenarios
que trataban de destruir al gobierno sirio, fue muy funcional para enturbiar
aún más la situación de por sí inestable de Iraq.
Pero la historia del siglo XX
tiene la muestra más cabal de cómo se puede crear de la nada un estado, otorgándole
todo lo necesario para que este germine; y es el caso de Israel. El estado
judío no nació y se impuso porque “sea el pueblo elegido de Dios”, o hubiese
intervenido “la voluntad divina” o
sandeces similares que suelen predicar las iglesias evangelistas neosionistas
que saturan el espectro comunicacional, especialmente en Latinoamérica. El
dinero, las armas y el apoyo político constante de Washington, Londres y la
entonces Comunidad Europea fue el factor para que los judíos implantados en Palestina pudieran
imponerse por la fuerza sobre los nativos árabes de la región.
Además, otro de los factores
vitales para impulsar esta “mística” mesiánica fue –y sigue siendo- la
propaganda mediática que por aquellas épocas se realizaba masivamente desde los
más altos niveles de la diplomacia internacional, hasta la pegatina de
panfletos en universidades estadounidenses y europeas, con el fin de reclutar a
jóvenes judíos y simpatizantes de la “causa” para moverlos a la lucha por la
conquista de la “tierra prometida” bajo el ideario secular del sionismo creado
por el periodista austriaco Thedoro Herzl.
Pero para ello, células sionistas
habían venido desarrollando una previa y muy activa campaña de terrorismo en
Palestina, tanto contra los palestinos como contra las autoridades británicas. Algunos de los más destacados grupos armados
como el “Haganá”, “Irgun” “Palmach” o las “Pandillas Stern” (1), tras la
implantación y reconocimiento internacional por parte de Naciones Unidas en
1948 pasaron a ser las llamadas “Fuerzas de defensa de Israel” que no son ni
más ni menos que sus Fuerzas Armadas.
Obviamente que estos grupos
armados, que comenzaron con acciones solapadas y muy sangrientas, pasaron a
tener la fuerza armada suficiente como para doblegar el brazo del imperio
británico en retirada y por supuesto, para imponerse sobre los pésimamente
armados beduinos que poblaban la región. Y esa fuerza no salió de las
bendiciones de “Dios” ni de los suplicantes y culposos pedidos de los rabinos ortodoxos ante el
“Kotel”, sino del incesante flujo de dinero, armas y municiones que llegaban
como ríos tanto desde occidente como desde algunos países tras la cortina de
hierro.
De ese modo, los jerarcas de
aquellas organizaciones armadas –entre ellos Ben Gurion- aprovechando lo
fresco de las desgracias de la segunda guerra, manipulando las culpas a los europeos
y muy bien direccionadas desde EEUU, muchos gobiernos no se atrevieron a negar
la ayuda que se les requería para concretar el plan de implantar un estado
judío. De esta manera, modernos rifles
estadounidenses y británicos se combinaban con los fusiles y ametralladoras
checoslovacas (2); y no era solo el apoyo a una “causa justa”, era el sonido
del dinero lo que movía esta gran empresa.
Detrás de la novela y las
propagandas mesiánicas orientadas a conmover a la opinión pública no judía del
mundo, se movieron grandes negocios de armas que atiborraron los arsenales del
repentino y espontaneo estado de Israel.
Para muchos historiadores, las reclamaciones sionistas de un estado
propio, se veían circunscriptas a la –y bien escondida- amplia negativa
estadounidense a receptar una masiva inmigración judía a sus tierras. Como
contraparte a estos sentimientos y en esos años, la URSS liderada por Josep
Stalin, veía con muy buenos ojos el proyecto de implantación de un estado judío
en medio de territorios árabes dado que además de no confiar en los partidos
comunistas árabes –a los cuales consideraba como agentes de Londres- creía
que podía conseguir en éste nuevo ente, un aliado contra las potencias
coloniales en decadencia y la creciente influencia de EEUU en la región.
Fue precisamente por la anuencia
y la firma de decretos gubernamentales por parte de Stalin, que la
Checoslovaquia vendió desde fusiles hasta aviones “Avia” y “Spitfire”. El
negocio fue redondo y se calcula que la suma en las transacciones alcanzaron
los 20 millones de dólares, lo que para la época representó una fortuna. La
caballería real de camellos transjordana y sus fusileros armados con
Mausers no representaron una amenaza para los organizados y bien armados grupos
de las autodefensas. Igualmente y pese a que muchos dirigentes judíos de ese
entonces señalaron que esas armas fueron las que salvaron a Israel de las
agresiones de sus vecinos árabes en las primeras etapas de su existencia, otras
más llegaron al mismo tiempo desde otros países y seguirían llegando sin cesar
hasta el presente, siendo con ello –y el desarrollo propio de una industria
armamentística (3)- el factor detrás de la inestable subsistencia
del llamado estado de Israel.
Hoy el mal llamado “Estado
Islámico” –ya que la mayoría de la Umma no lo reconoce-, sostiene su
posición por una continua provisión de dinero, armas y municiones y la pregunta
es ¿Hasta cuándo?
A pesar de las diferencias en
estos dos paradigmas de una concepción del estado muy peculiar, existen
elementos muy semejantes en la viabilidad para que se pudieran manifestar y tal
vez, los más odiosos como son la violencia, el dinero y la pretendida
representatividad de un colectivo que cada vez más, rechazan con vehemencia.
1-
ABC (Madrid). Pandilla Stern. Hemeroteca. http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1948/09/25/007.html
2-
RADIO CZ. “Legados del pasado”. http://www.radio.cz/es/rubrica/legados/en-el-primer-conflicto-belico-con-sus-vecinos-arabes-israel-se-defendio-en-1948-con-armas-checoslovacas
BALAGÁN. “Israel y el tráfico de armas”. http://blogs.publico.es/balagan/2015/08/31/israel-y-el-trafico-de-armas
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