EN DEBATE
“EL
HOMBRE CLAVO”
Cómo las declaraciones ante la justicia de un nuevo Antonio Stiuso,
se ha convertido en una seria molestia para los K
Por
Javier B. Dal
Si el lector cree que hay un error en el título de esta editorial,
se equivoca. El mismo es deliberado y se ajusta al tema que desarrollaremos a
continuación. Se sabe que hace una semana el ex espía de la SIDE (hoy AFI) Antonio
Jaime Stiuso había llegado al país para prestar declaración en la causa por la
sospechosa muerte del fiscal Alberto Nisman. Aquel veterano elemento de los
servicios de inteligencia argentinos desde hacía un tiempo se hallaba
resguardado en los Estados Unidos, obviamente bajo la protección de sus
homólogos de la comunidad de inteligencia americana, quienes saben bien, que
“se cazan más moscas con miel”. Su visita a tribunales parece haber abierto la caja de Pandora por lo cual, él como
testigo privilegiado de los enjuagues más sucios de los últimos cuarenta años y
en especial de los últimos doce años, puede convertirse en el “clavo” del ataúd
político de Cristina Fernández y de su gobierno.
Cuando
en aquella mañana de enero del 2015 apareció el cuerpo sin vida del “fiscal y
doble agente Nisman”, el gobierno argentino ciertamente acorralado por
acusaciones y suspicacias que se lanzaban desde sectores alineados con las
embajadas de EEUU e Israel en el país, lejos de apoyar a su más prominente
hombre en las sombras, prácticamente lo arrojó a la fosa de los cocodrilos.
Sin
dudas, Stiuso arde por cobrarse de lo que se la ha hecho. De este modo, un
Stiuso con su rostro publicado por todos los medios, quienes transitan por el
bajo mundo de la inteligencia, sabe que ello es como sentenciar a muerte a un
agente de estas características salvo que, como en el caso de Stiuso, hoy
acogido bajo las alas de la CIA, pueda hallar respaldo para una protección razonable. Además, el ex agente ha sido un
elemento neutro carente de lealtades políticas dado que ha estado al servicio
tanto de militares, radicales, peronistas y los mutantes K. Sin lugar a dudas, podría calificársele como un verdadero “funcionario”
en toda la acepción del término; pero eso era antes. Hoy por hoy, estamos sin
dudas ante un nuevo Stiuso, con nuevas lealtades y funcional a quienes ahora le
dan cobijo en estas horas oscuras.
Hoy
por hoy, ante la compleja situación en la que se halla, nadie dice conocerlo o
alguna vez, en el ejercicio de la función no haberlo conocido. Se trata de una
constante en éste país, en donde, además de la costumbrista mansedumbre de sus
habitantes, pocos son los que en la clase política tienen “el culo limpio”.
De
este modo, se ha visto como personajes como Miguel Ángel Toma (ex jefe de la
SIDE de Menem) –y quien propuso desmantelar las FFAA- se callan cuando
se les inquiere cómo no sabía quién era Antonio Stiuso. Ni hablemos de la incómoda situación a la que
quedó expuesto en un programa de TV el lisonjeado fiscal Moreno Ocampo, quien
visiblemente nervioso opto por irse del programa.
Sin
dudas, para muchos expertos que observan el desarrollo de los acontecimientos
en el país, especialmente en áreas como la inteligencia y la defensa, antes de
caer de espaldas ante tantas desprolijidades no tiene otro comentario para
calificar a los programas que se dedican a “opinar” como si se tratara de
chismes del alcoba e incluso a quienes gobiernan como “simples aficionados”.
Consciente
de la situación en la que fue colocado por el gobierno de Cristina Fernández,
en sus declaraciones prestadas ante la fiscal Fein, parece haber sido contundente
y categórico al señalar que además que el gobierno conocía el contenido de las
escuchas, dejo entrever ciertas irregularidades en los mandos de la entonces
SIDE bajo la égida política de los “K” destacando con claridad de que el
entonces jefe de la AFI, Oscar Parrilli manejaba al organismo obedeciendo a las
directivas que bajaban directamente de la persona de la misma Cristina.
No
hay que ser demasiado ducho para sospechar de la “libertad” del ex agente para
entrar y salir del país sin que ello represente un riesgo para su vida, máxime
si se lo considera como una de las fuentes informativas que entre otras, podría
echar luz sobre las verdaderas circunstancias y tal vez los verdaderos autores
detrás de los ataques a la embajada de Israel en 1992 y a la AMIA en 1994. Y ello por el simple motivo de que hoy por
hoy, pertenece a las filas de los
“amigos del norte”. Esto último le garantizara –al menos hasta que les
sirva- un salvoconducto mientras se trate de cerrar las causas AMIA y de Nisman.
Pero lejos de que sea la verdad la que prevalezca, el Stiuso que llegó al país
para hundir a la misma Cristina
Fernández y a todo su aparato político, ha causado otros efectos muy
predecibles. Uno de ellos fue, la huida
de la jueza Palmaghini quien tras comenzar a evaluar los testimonios de éste ex
espía nacional, vio que la historia que depuso era tan pesada para sus oídos como
peligrosa para su carrera, por lo cual y haciendo uso de una herramienta que le
provee el código ritual, opto por “excusarse” .
A la par de esto –y casualmente-, la
embajada de Israel daba a conocer que tiene el “identitik” del atacante suicida
que habría conducido aquella fabulada camioneta con explosivos que fue
planteada desde el inicio por el “Shin Bet” y el “Mossad” israelí, pero de la
cual, las pruebas periciales no arrojaron evidencias de su existencia. Suena
bastante raro que veinte años después, sean los israelíes los que vienen con
estas supuestas “novedosas pruebas”. A la par de ello, los medios y algunos
periodistas cercanos a la ideología que irradia desde dicha embajada, han
puesto proa a volver a desplegar las velas islamofobas y prejuiciosas –dirigidas
contra Irán- disfrazadas de “búsqueda de la verdad”. Ahora mediante
interpretaciones de algunas escuchas –las mismas que se han difundido tras
la muerte de Nisman- claramente
tiradas de los pelos, algunos periodistas con historia en la embajada de Israel
en Buenos Aires, tratan de engatusar al
televidente con “aparentes revelaciones”.
Más
allá de que esto, se da en el marco de un gobierno claramente alineado a las
políticas de Washington y Tel Aviv, el gobierno israelí por medio de la
complacencia de funcionarios argentinos y de sus extensiones en la DAIA está tratando de reinsertar sus
ambiciones geopolíticas, especialmente dirigidas a fomentar sospechas xenófobas
contra la república Islámica de Irán y el Partido de Dios libanes “Hesbollah”.
Es una estrategia que se ve potenciada por las actuales y caóticas condiciones
en las que se halla la región, especialmente en Siria sobre la cual, el primer
ministro israelí Benjamín Netanyahu hubo declarado que sería muy auspicioso
para Israel “la balcanización de Siria”, una declaración tan esperable como
odiosa.
Solo
para recordar cuales son las verdaderas causas y las nefastas consecuencias que se le
han impuesto a los árabes –musulmanes sunitas, chiitas y cristianos- sirios,
desde el 2011 la alianza entre Arabia
Saudita, Qatar y Francia con el apoyo de Israel y dirección de Washington,
usando a programas de mercenarios coordinados por la CIA como lo son el “Al
Qaeda” y “Daesh” (ISIS), han causado centenares de miles de muertos y
una devastación que supera a la conflagración en los Balcanes en la década de
los noventa.
Obviamente
que este ángulo no será expuesto ni por éste renovado Stiuso ni por algunos
medios argentinos y menos aún por aquellos periodistas con clara simpatía
sionista. De este modo, la opinión
pública argentina seguirá siendo distraída con esta verdadera campaña de
desinformación y en la cual, Stiuso será parte de éste engranaje ya que, solo
ha cambiado de amos pero no su oficio. No caben dudas de que éste ex agente,
ahora funcionara para los intereses de Washington y sus aliados sionistas en el
país, sin necesidad de que éste permanezca en la Argentina.
Se
trata de un juego muy peligroso y ello no porque los anteriores gobiernos no lo
jugaran, sino porque las actuales circunstancias geopolíticas internacionales,
combinado con la aberrante falta de una geopolítica nacional, puede llevar a la
Argentina a ingresar a una contienda que no ha terminado y ciertamente no hay
probabilidades de que culmine hasta que se resuelvan temas cruciales como la
ocupación de Palestina, las agresiones a Iraq y Siria y las tramas constates de
Tel Aviv para agredir a la República Islámica de Irán.
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