viernes, 4 de marzo de 2016

EN DEBATE

“EL HOMBRE CLAVO”

Cómo las declaraciones ante la justicia de un nuevo Antonio Stiuso, se ha convertido en una seria molestia para los K


Por Javier B. Dal

Si el lector cree que hay un error en el título de esta editorial, se equivoca. El mismo es deliberado y se ajusta al tema que desarrollaremos a continuación. Se sabe que hace una semana el ex espía de la SIDE (hoy AFI) Antonio Jaime Stiuso había llegado al país para prestar declaración en la causa por la sospechosa muerte del fiscal Alberto Nisman. Aquel veterano elemento de los servicios de inteligencia argentinos desde hacía un tiempo se hallaba resguardado en los Estados Unidos, obviamente bajo la protección de sus homólogos de la comunidad de inteligencia americana, quienes saben bien, que “se cazan más moscas con miel”. Su visita a tribunales parece haber abierto  la caja de Pandora por lo cual, él como testigo privilegiado de los enjuagues más sucios de los últimos cuarenta años y en especial de los últimos doce años, puede convertirse en el “clavo” del ataúd político de Cristina Fernández y de su gobierno.

Cuando en aquella mañana de enero del 2015 apareció el cuerpo sin vida del “fiscal y doble agente Nisman”, el gobierno argentino ciertamente acorralado por acusaciones y suspicacias que se lanzaban desde sectores alineados con las embajadas de EEUU e Israel en el país, lejos de apoyar a su más prominente hombre en las sombras, prácticamente lo arrojó a la fosa de los cocodrilos.  

Sin dudas, Stiuso arde por cobrarse de lo que se la ha hecho. De este modo, un Stiuso con su rostro publicado por todos los medios, quienes transitan por el bajo mundo de la inteligencia, sabe que ello es como sentenciar a muerte a un agente de estas características salvo que, como en el caso de Stiuso, hoy acogido bajo las alas de la CIA, pueda hallar respaldo para una protección  razonable. Además, el ex agente ha sido un elemento neutro carente de lealtades políticas dado que ha estado al servicio tanto de militares, radicales, peronistas y los mutantes K.  Sin lugar a dudas, podría  calificársele como un verdadero “funcionario” en toda la acepción del término; pero eso era antes. Hoy por hoy, estamos sin dudas ante un nuevo Stiuso, con nuevas lealtades y funcional a quienes ahora le dan cobijo en estas horas oscuras.  

Hoy por hoy, ante la compleja situación en la que se halla, nadie dice conocerlo o alguna vez, en el ejercicio de la función no haberlo conocido. Se trata de una constante en éste país, en donde, además de la costumbrista mansedumbre de sus habitantes, pocos son los que en la clase política tienen “el culo limpio”. 

De este modo, se ha visto como personajes como Miguel Ángel Toma (ex jefe de la SIDE de Menem) –y quien propuso desmantelar las FFAA- se callan cuando se les inquiere cómo no sabía quién era Antonio Stiuso.  Ni hablemos de la incómoda situación a la que quedó expuesto en un programa de TV el lisonjeado fiscal Moreno Ocampo, quien visiblemente nervioso opto por irse del programa.

Sin dudas, para muchos expertos que observan el desarrollo de los acontecimientos en el país, especialmente en áreas como la inteligencia y la defensa, antes de caer de espaldas ante tantas desprolijidades no tiene otro comentario para calificar a los programas que se dedican a “opinar” como si se tratara de chismes del alcoba e incluso a quienes gobiernan como “simples aficionados”.

Consciente de la situación en la que fue colocado por el gobierno de Cristina Fernández, en sus declaraciones prestadas ante la fiscal Fein, parece haber sido contundente y categórico al señalar que además que el gobierno conocía el contenido de las escuchas, dejo entrever ciertas irregularidades en los mandos de la entonces SIDE bajo la égida política de los “K” destacando con claridad de que el entonces jefe de la AFI, Oscar Parrilli manejaba al organismo obedeciendo a las directivas que bajaban directamente de la persona de la misma Cristina.  

No hay que ser demasiado ducho para sospechar de la “libertad” del ex agente para entrar y salir del país sin que ello represente un riesgo para su vida, máxime si se lo considera como una de las fuentes informativas que entre otras, podría echar luz sobre las verdaderas circunstancias y tal vez los verdaderos autores detrás de los ataques a la embajada de Israel en 1992 y a la AMIA en 1994.  Y ello por el simple motivo de que hoy por hoy,  pertenece a las filas de los “amigos del norte”. Esto último le garantizara –al menos hasta que les sirva- un salvoconducto mientras se trate de cerrar las causas AMIA y de Nisman. 

Pero lejos de que sea la verdad la que prevalezca, el Stiuso que llegó al país para  hundir a la misma Cristina Fernández y a todo su aparato político, ha causado otros efectos muy predecibles.  Uno de ellos fue, la huida de la jueza Palmaghini quien tras comenzar a evaluar los testimonios de éste ex espía nacional, vio que la historia que depuso era tan pesada para sus oídos como peligrosa para su carrera, por lo cual y haciendo uso de una herramienta que le provee el código ritual, opto por “excusarse” .

 A la par de esto –y casualmente-, la embajada de Israel daba a conocer que tiene el “identitik” del atacante suicida que habría conducido aquella fabulada camioneta con explosivos que fue planteada desde el inicio por el “Shin Bet” y el “Mossad” israelí, pero de la cual, las pruebas periciales no arrojaron evidencias de su existencia. Suena bastante raro que veinte años después, sean los israelíes los que vienen con estas supuestas “novedosas pruebas”. A la par de ello, los medios y algunos periodistas cercanos a la ideología que irradia desde dicha embajada, han puesto proa a volver a desplegar las velas islamofobas y prejuiciosas –dirigidas contra Irán- disfrazadas de “búsqueda de la verdad”. Ahora mediante interpretaciones de algunas escuchas –las mismas que se han difundido tras la muerte de Nisman-  claramente tiradas de los pelos, algunos periodistas con historia en la embajada de Israel en Buenos Aires, tratan de engatusar  al televidente con “aparentes revelaciones”. 

Más allá de que esto, se da en el marco de un gobierno claramente alineado a las políticas de Washington y Tel Aviv, el gobierno israelí por medio de la complacencia de funcionarios argentinos y de sus extensiones  en la DAIA está tratando de reinsertar sus ambiciones geopolíticas, especialmente dirigidas a fomentar sospechas xenófobas contra la república Islámica de Irán y el Partido de Dios libanes “Hesbollah”. Es una estrategia que se ve potenciada por las actuales y caóticas condiciones en las que se halla la región, especialmente en Siria sobre la cual, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu hubo declarado que sería muy auspicioso para Israel “la balcanización de Siria”, una declaración tan esperable como odiosa.

Solo para recordar cuales son las verdaderas  causas y las nefastas consecuencias que se le han impuesto a los árabes –musulmanes sunitas, chiitas y cristianos- sirios,  desde el 2011 la alianza entre Arabia Saudita, Qatar y Francia con el apoyo de Israel y dirección de Washington, usando a programas de mercenarios coordinados por la CIA como lo son el “Al Qaeda” y “Daesh” (ISIS),   han causado centenares de miles de muertos y una devastación que supera a la conflagración en los Balcanes en la década de los noventa.  

Obviamente que este ángulo no será expuesto ni por éste renovado Stiuso ni por algunos medios argentinos y menos aún por aquellos periodistas con clara simpatía sionista.  De este modo, la opinión pública argentina seguirá siendo distraída con esta verdadera campaña de desinformación y en la cual, Stiuso será parte de éste engranaje ya que, solo ha cambiado de amos pero no su oficio. No caben dudas de que éste ex agente, ahora funcionara para los intereses de Washington y sus aliados sionistas en el país, sin necesidad de que éste permanezca en la Argentina.  

Se trata de un juego muy peligroso y ello no porque los anteriores gobiernos no lo jugaran, sino porque las actuales circunstancias geopolíticas internacionales, combinado con la aberrante falta de una geopolítica nacional, puede llevar a la Argentina a ingresar a una contienda que no ha terminado y ciertamente no hay probabilidades de que culmine hasta que se resuelvan temas cruciales como la ocupación de Palestina, las agresiones a Iraq y Siria y las tramas constates de Tel Aviv para agredir a la República Islámica de Irán.


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