martes, 13 de septiembre de 2016

INTERNACIONAL



“AFILANDO CUCHILLOS”

Que se esconde detrás de las pruebas misilisticas de Corea del norte y la presencia estadounidense en el mar de la China




Por Dany Smith
Las pruebas nucleares que realizó Pyong yiang en la última semana, han dado letra a las editoriales occidentales, ávidas de fabricar argumentos políticos que le den sustento a la Casa Blanca y al Pentágono para que se concentren más armas y efectivos en el sureste asiático. Pero lo peor de todo esto es que los últimos ensayos realizados en el polígono norcoreano de Punggyee-ri han sido más exitosos de lo esperado y es muy posible que Corea del Norte disponga de una capacidad nuclear tal, que podría contraatacar a EEUU en caso de ser agredida por lo que Washington llama “Ataques preventivos”.

Si bien es cierto que el gobierno comunista (el último que queda) de Pyong Yiang es abiertamente confrontativo y decidido a no dejarse influir por las continuas estrategias políticas y de sanciones económicas que impulsan  EEUU y de su vecino, la Corea del sur, su posición en la región es tomada con mucha cautela y no caben dudas de que tanto Pekín como Moscú consideran al gobierno de Kim Yom Un como una potente bomba de tiempo en la región.

En las actuales circunstancias y las que están por venir, Corea del norte puede llegar a ser usado como un fulminante para disparar una guerra en la región y eso lo saben muy bien China y Rusia. Es por ello que se mantiene la vista expectante en las próximas elecciones estadounidenses. Con la posible llegada de Hillary Clinton a la Casa Blanca, los tambores de guerra ya se hallan preparados para hacerlos sonar y los rusos como los chinos saben bien, que EEUU usando sus variadas artimañas en las cuales usa recurrentemente a terceros que realizan sus tareas sucias, puede causar una situación o una provocación que lleve a los norcoreanos a lanzarse contra el sur. En realidad una situación semejante no sería la primera nada más que en esta oportunidad, sería posible que uno de estos engaños se realicen con elementos radiactivos.

El problema no es que Corea del norte tenga ya armas nucleares sino que parece que tiene la capacidad para lanzarlas sobre Washington. Esto que suena sensacionalista y hasta como parte de los argumentos amarillos de los medios estadounidenses, es una realidad tecnológica lograda por los ingenieros norcoreanos quienes podrían en un par de años,  desarrollar su propio programa espacial que supere al satélite “Unha-3”

Pero el desarrollo aeroespacial de Corea ¿por qué debería interpretárselo como un peligro o una amenaza a la seguridad internacional como lo balbucean los recalcitrantes sectores belicistas en el Congreso estadounidense y lo reproducen sus medios pagos alrededor del globo?  Sin dudas no hay más peligro que el que representa el sistema de armas nucleares que los EEUU y la OTAN mantienen en órbita con sus satélites armados apuntando a la tierra o los arsenales israelíes en el desierto de Bersheeva. 

Lo cierto es que cualquier impulso bélico en la región dependerá de quien sea el que tome la Casa Blanca y ante las últimas noticias que llegan desde Washington, es posible que hayan más sorpresas que las hasta ahora vistas, máxime si consideramos el endeble estado de salud de la candidata Hillary Clinton a quien, tras desmallarse en el acto del 15º aniversario del 11 de septiembre, parece que podría ser reemplazada por alguno de sus correligionarios demócratas.

Igualmente y sin ánimos de implantar el pesimismo, si gana Donald Trump la política exterior de los EEUU cambiara poco o nada. Es que este tema es una materia de la cual,  los presidentes estadounidenses no tienen opciones para maniobrar.  No importa si es demócrata o republicano, cualquiera que sea, deberá seguir la agenda del estado profundo el cual está gobernado por intereses sin rostro pero con objetivos perceptibles. Ya no es un secreto para nadie de que las guerras son una caja de ingresos demasiado tentadora como para dejarla de lado por argumentos morales o incluso, tratados internacionales. De esta manera es cómo piensa el “halcón necon” promedio  y los sionistas que modelan las políticas exteriores de Washington; y es seguro que ello no cambie por un hombre como Trump. Con Clinton estos sectores tienen sin dudas sus expectativas cubiertas y saben que a ella no le temblara la mano de firmar cuantos decretos sean necesarios para seguir aumentado los presupuestos de defensa, ordenando la ampliación de intervenciones militares sobre otros países  y claro,  asegurando que se sigan girando las jugosas contribuciones dinerarias para sostener al estado de Israel.

Ahora como hemos venido viendo a lo largo de estos meses que van del 2016, los ojos de esos halcones y sus socios sionistas se han posado en el sureste asiático y han estado laborando sin pausa para buscar una causa, una justificación que les de argumentos a Washington para meter a su flota dentro de las aguas norcoreanas, sabiendo que existen seguras posibilidades de que serían repelidas a fuego limpio por las lanchas artilladas de Pyong Yiang.  Para peor,  en la mentalidad retorcida de estos sectores nefastos de la política anglosajona, los norcoreanos son “orientales”, es decir, no son caucásicos o incluso de piel blanca lo que les facilita con seguridad, usar toda la potencialidad destructiva sin la menor contemplación, solo por el hecho de esos rasgos disimiles.

Si acaso alguien cree que esto es una exageración o un juicio apresurado, solo basta ver lo que hicieron con una saña bestial y sádica sobre la población de Iraq, sobre Libia y lo que tratan de instalar en Siria; por supuesto, ni hablar de lo que hacen desde hace décadas sobre la población palestina que llega a grados de brutalidad tan extrema, que hace revolver el estomago a algunos de los generales israelíes más temibles. No debe perderse de vista este ingrediente racista en todo esto. Los norteamericanos en la guerra de Vietnam solían llamar a los vietnamitas “monos”; similares apreciaciones solían hacer los israelíes sobre algunos ciudadanos asiáticos con los que realizaban tratos para la venta de armas y como olvidar, la calificación de “ratas” a los palestinos.

Pero volviendo al extremo oriente y en particular al Mar Meridional de la China está claro que los ensayos de Pyong yiang son la excusa perfecta para que la flota norteamericana que pulula por dicho espacio marítimo, amplíe sus operaciones navales y hasta las incremente en número aprovechando toda la cobertura  mediática que ha recibido el evento.  Es muy posible que el Pentágono este evaluando seriamente en tratar de deshacerse militarmente de Pyong yiang, atendiendo a las peligrosas capacidades que ha desarrollado asombrosamente en los últimos cinco años.  A la par de ello, tanto Pekín como Moscú saben y están al tanto del peligro de su pequeño vecino comunista pero también están al corriente de que a Washington le sería muy funcional detonar un conflicto en la península coreana, mediante algún incidente prefabricado.

Para contrapesar estas maniobras, Rusia y China han puesto manos a la obra mediante la realización de sus propias maniobras militares conjuntas que sin dudas, es un mensaje para los navíos norteamericanos que se hallan operando.  Para que Washington no se inquiete por esta cooperación militar, ambos países dejaron en claro que estas maniobras no estaban dirigidas contra nadie en particular aunque sin lugar a dudas de que EEUU sabe que es un mensaje para ellos.

Más allá de cualquier aclaración, lo cierto es que esto para Washington y sus aliados representa una agresión aunque, curiosamente sean ellos quienes continuamente se están metiendo en lugares ajenos con nada buenas intensiones. Y si no veamos lo que ha sucedido últimamente sobre el espacio aéreo ruso, específicamente sobre aguas territoriales próximas a Crimea. El 7 de septiembre último, dos aviones de patrulla con equipo electrónico P8-Poseidón de la Armada estadounidense se adentraron en la zona próxima al espacio aéreo de la península de Crimea, lo que al ser detectados por los sistemas de alerta temprana de la base aérea rusa de Sebastopol, despacho una pareja de aviones SU-27 para interceptar a los intrusos.

Al ser advertidos de que debían cambiar de rumbo, los aviones espía norteamericanos giraron en dirección opuesta para dirigirse al oeste abandonando sus claras intensiones de espiar a las maniobras militares que se estaban desarrollando en el Cáucaso bajo la denominación “Cáucaso 2016”.  Ante esto, el Pentágono solo le quedo elevar una queja por una supuesta actuación poco profesional de los pilotos rusos que espantaron a sus aviones (v. https://actualidad.rt.com/actualidad/218176-cazas-rusos-alerta-acercamiento-aviones-eeuu-frontera-rusia )

Para algunos analistas, estás operaciones intrusivas son deliberadas acciones de provocación para medir las capacidades de guerra electrónica de Rusia. Para otros, una estrategia improvisada y peligrosa que busca un tropiezo en Moscú que dé lugar a incrementar la presencia de la OTAN en dicho teatro de operaciones.

Provocaciones como estas han sido recurrentes en lo que va del año y no son más, que la reedición de viejas tácticas ya vistas a lo largo de la historia. Para desgracia del Pentágono y pese a que la inteligencia militar norteamericana intento operar bajo el más estricto secreto, sus aviones más modernos que están dotados de sistemas de invisibilidad electrónica que pueden burlar radares de la mayoría de las fuerzas aéreas del globo, se han visto descubiertas in fraganti ante los avanzados e inesperados sistemas rusos que están demostrando que tienen muchas más sorpresas de las que Washington puede especular.

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