EN
DEBATE
“MORAL 2.0”
Qué tipo de moral rige a la política estadounidense para éstas
elecciones?
Por
Charles H. Smith
La carrera por
la presidencia de los Estados Unidos ya ha entrado en la cuenta regresiva que
llegara a cero en éste 8 de noviembre cuando el electorado o mejor dicho, los
Colegios electorales que mantiene el sistema norteamericano, determinen quien será el próximo mandatario
para ocupar la Casa Blanca. En estos meses que han pasado del 2016 hemos visto
y oído las cosas más impensadas que la elite política y económica
estadounidense no hubiera imaginado tener que escuchar a la luz pública. La
batalla por acceder a la presidencia de una potencia tambaleante como EEUU refleja
que en esta lucha no se toman prisioneros y todos son sacrificables.
Durante
años y costa de la vida de muchos valientes investigadores, los planes de
Washington fueron expuestos a la luz de una corporación mediática que lejos
estaba de pretender ventilar esas verdades ya que, ella misma y sus monigotes a
sueldo forman parte de todo éste siniestro juego de poder geopolítico. Al
comienzo el uso de las tácticas brutales pero silenciosas de la CIA, aliados y
sus grupos de tareas en las que tercerizaban sus tareas sucias funcionaron para
acallar y sembrar el terror en aquel incipiente espectro de investigadores
independientes que se atrevieron a contradecir y denunciar las incongruencias
del gobierno.
No hay que olvidar que en esos momentos, personajes como Hillary
Clinton estaban al corriente de estas acciones y simplemente miraron para otro
lado por el simple motivo de que ellos forman parte de ese esquema.
De
esta manera desde el 11 de septiembre del 2001 el Stablishment fue
acumulando poder en forma progresiva y notoria llevando a que sus prerrogativas
privadas estuvieran por encima de la ley pública estadounidense a la cual,
reemplazaron con esos engendros legislativos que estaban muy lejos de la
voluntad popular. Bajo esa atmosfera de sospechas y manipulación de los
sentimientos de revancha contra un supuesto autor de esos ataques y ante
posibles acusaciones de ser cómplices del terrorismo que había golpeado al
corazón de Norteamérica, esos intereses representados por esta elite política,
financiada por los recursos financieros de Wall Street y de la banca londinense
abrió las puertas a la segunda fase con la invasión a Iraq en 2003 con el
luctuoso resultado de más de un millón quinientos mil iraquíes asesinados y la
cuenta no se ha detenido ya que las muertes siguen ocurriendo sin pausa tras la
farsa montada con el “ISIS” en el noroeste del país.
Todo
este baño de sangre acompañado inocente acompañado de grandes negocios que se
esconden tras el montaje de estas guerras, atentados terroristas y la
fabricación de una atmosfera de sospecha y miedo utilizando a los medios como
el trasmisor de los supuestos culpables, más allá de las manos que ejecutan
estos truculentos actos, están los cerebros y los responsables políticos que con
sus actos de gobierno –públicos y los secretos- son en última instancia
quienes deben responder ante la justicia por sus crímenes.
Si consideramos
estos antecedentes que claramente se vislumbran en EEUU y lo vemos desde el
punto de vista del ciudadano norteamericano que debe sobrevivir en medio de un
sistema expoliador y que se nutre de lo que le sacan con altas tasas e
impuestos, los norteamericanos tendrían
que meditar con mucha calma a quienes colocaran en los sitiales de la
administración, aunque los dos candidatos propuestos sean lo peor del lote.
Si a
alguien le quedaban dudas de lo que significa la llamada “democracia” a estilo
norteamericano no hay más que mirar los últimos meses de una encarnizada
campaña política llena de contrasentidos, costosos spots y una lucha mediática
por tratar de maquillar en que más fuere posible, la impresentable personalidad
de cada candidato. Un claro señalamiento que hay que destacar, es que las
elecciones a presidente en los EEUU aquellos no son para gente común, esto
quiere decir que solo pueden postularse quienes tengan fortunas importantes sin
importar que estas sean legales o mal habidas.
De
Donald Trump se podría decir mucho e incluso su propia personalidad invita a
que se le hagan las mil y una críticas que a primer golpe de vista nadie
estaría en desacuerdo en avalar. Catalogado de payaso, incompetente, estafador,
sexista y pedante, Trump también llamado el Outsider no hace palidecer a
los antecedentes que tiene su contrincante,
un personaje de peso dentro de la escena política estable de la elite
estadounidense. Hillary Clinton es mujer y eso no garantiza que vaya a traerle
algo de humanidad a la despiadada maquinaria imperial que hoy por hoy tiene
empastados sus engranajes con la sangre de millones de seres humanos (v. Red
Voltaire. “4 millones de muertos en Afganistán, Pakistán e Irak desde 1990”. http://www.voltairenet.org/article187311.html
)
Hillary
Clinton es la “Thacher” norteamericana del siglo XXI y eso amigos no es un
alago. Incluso podríamos asegurar que es peor que aquella bruja británica. Esta
comparación va más allá de las reales tendencias políticas que se encolumnan
detrás de Clinton sino que refiere a su personalidad y carácter que podría
llevar a la Unión a adentrase aún más en los conflictos que Obama deja abiertos
en el mundo. A pesar de que es catalogada como una mujer muy inteligente, políticamente
capaz por su educación en Yale, ha demostrado ser instintiva y astuta al
momento de impostar posturas supuestamente “progresistas” con la intensión de cooptar
sectores del público norteamericano para granjearse su voto, esto último en
referencia a la supuesta filiación feminista que Clinton desarrolla a favor de
los derechos de la mujer en general, de las madres solteras, los gays,
lesbianas y los trans. Para muchos se
trata de un embuste y una pose temporal que fue calculada desde hace al menos
una década atrás.
Precisamente
y a la sazón de lo anterior, Hllary Clinton ha demostrado con creces de que
dicha postura en pro- de los derechos de la mujer solo es una pose para las
cámaras ya que en ningún momento ha
levantado un dedo en protesta por las decapitaciones de mujeres sauditas por
atreverse a manejar un automóvil o criticar a los rabinos ortodoxos por su
trato misógino con sus mujeres.
Como
dice el dicho “cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”; así se
puede decir de la mediática bondad y amabilidad de la senadora demócrata y ex
secretario de estado de Obama. Con una carismática sonrisa y una afabilidad que
puede envolver hasta el más parco de los electores, Clinton se mete en el
bolsillo a los incautos y a quienes aún creen que existe una política
diferenciada entre Demócratas y Republicanos. Igualmente más allá de las
actuaciones descontracturadas de Hillary Clinton ante el público, existen
poderosas razones para que no esté tan tranquila.
Clinton y Abedin |
Anteriormente
y en plena campaña, Hillary Clinton logró obtener que el Departamento de
Justicia de los EEUU le borrarán, literalmente los cargos surgidos por el
escándalo de los correos electrónicos que además de haber quedado expuestos por
su no usar un servidor seguro, contenían una sustancial y muy comprometedora
información. En aquellos se vinculaban
las incomodas conexiones entre Hillary y las operaciones de la CIA en Libia que
desemboco en el asesinato del embajador Stevens en Bengazi en 2012.
Pero
esos no eran los únicos correos que podían entorpecer la carrera presidencial a
la Casa Blanca; habían otros contactos tan o más incómodos que había que
eliminar o tratar de esconder. Para pesar de Clinton el FBI reimpulso las
investigaciones y tras hacerse con uno de los ordenadores de uno de sus más
allegados, se pudo corroborar que allí habían sido eliminados unos correos tan comprometedores que simplemente se vino
la noche. Aquellos se vinculan con el ordenador de Anthony Weiner un político
judío que a su vez estaba casado con Huma Abedin, una ciudadana estadounidense
de ascendencia saudí quien a su vez es hija del director de una revista
académica en la que se publican las opiniones políticas de la Hermandad
Musulmana y su madre preside una asociación de mujeres adherentes a dicha
organización que respalda las operaciones Takfir y Wahabi en Siria e Iraq.
Pero
eso no es todo. Según una publicación de un sitio de noticias jordano del 12 de
junio del 2016, en la entrevista al príncipe heredero saudita Mohamed Ben
Salman éste afirmo que la Casa real Saud había financiado clandestinamente en
un 20% la candidatura de Hillary Clinton, lo que para la ley saudita y para la imagen
política de Washington, representa una contrariedad muy difícil de esquivar. Y
allí no termina todo.
Según lo ha investigado el prominente periodista francés
Therry Meyssan, Huma Abedin no sería la única persona miembro de la Hermandad
Musulmana, dejando en evidencia que la administración Obama estaba muy bien
relacionada y en los más altos niveles con esta organización a la que se
vincula con “Al Qaeda” y toda la
constelación de agrupaciones armadas que además de agredir a Siria son
financiadas y apoyadas materialmente en sus operaciones por occidente (v. Red
Voltaire. “Los emails de Hilary Clinton y la Hermandad musulmana”. http://www.voltairenet.org/article193922.html
)
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