EN DEBATE
“LA OFERTA”
Cuál será la oferta que Donald Trump le hará a Macri en su visita
del próximo día 27 de abril y que no podrá rehusar?
Por
Javier B. Dal
Sin lugar a
dudas y para quienes han venido estudiando las relaciones internacionales en
las últimas tres décadas, pueden afirmar que la actual situación de la
geopolítica internacional es la más compleja y nada predecible que se haya
visto. A las políticas de intervención permanente de los EEUU y la OTAN contra
vastos sectores del globo creando
estados fallidos que a su vez crean bolsones de miseria que propician el ambiente
perfecto para el desarrollo de una anomia social que favorece el reclutamiento
de mano de obra para las tareas sucias de las agencias de inteligencia, se
agrega el crecimiento de la desconfianza con los dos grandes actores de Oriente
como son Rusia y China, reeditando las viejas épocas de la guerra fría.
En
medio de esta turbia realidad está la Argentina, pretendiendo insertarse en un
marco muy complicado. Víctima de una clase política – de derecha a
izquierda- sin visión política más allá del Río de la Plata, el desarrollo
de las industrias de todo tipo deberán tener paciencia para esperar algún golpe
de suerte y como ha sucedido en el pasado, esperar que por efecto de las
desgracias ajenas, puedan abrirse oportunidades para que florezca la economía
nacional.
En
lo que hace a la definición de su rol geoestratégico regional, pareciera estar
realineandose en la égida política de Washington, lo que en las actuales
circunstancias no es poca cosa.
Es
así y no parece que haya visos de cambio en esta obtusa manera de ver el mundo.
Argentina
sufre el mal de los países desgarrados, sin que haya sufrido desgarros de
entidad para explicar esta situación. Algunos han encolumnado en esta categoría
a países como Rusia, Turquía o incluso a México, cada uno en su propia realidad
protagonistas de grandes y profundas tragedias colectivas que han amenazado con
destruir definitivamente sus identidades.
En
el caso argentino las calamidades que tanto han blandido las izquierdas locales,
no llegan a un mínimo porcentual en comparación a las masivas purgas estatales,
las guerras civiles o el cambio de filosofía del estado que llevó a matanzas
colectivas en los países mencionados que no tienen parangón con la historia
argentina. Entonces ¿Por dónde pasa el desgarro o el presunto desgarro de la
entidad llamada Argentina?
El
27 de abril próximo, Mauricio Macri se reunirá con su homologo norteamericano y
sinceramente nadie sabe bien qué es lo que planteara el mandatario argento y
menos aún, con qué le saldrá un Donald Trump que ya ha mostrado sus cartas y de
las cuales no tienen ninguna que se refiera a respetar a los demás.
Sin
dudas es un momento muy difícil y peligroso para que Macri tenga esta
entrevista, máxime si no interpreta que la política estadounidense esta más
allá de personajes como Obama o Trump.
Encontrara
a un Trump henchido de orgullo y con las ínfulas hasta las nubes, pese a que
sus acciones contra Siria y Afganistán hayan sido demostraciones de fuerza con
muy pocos efectos materiales, aunque muy estimulantes para sus aliados europeos.
Igualmente y como quedo en claro tras la
reunión en Moscú entre el secretario de estado norteamericano Ted Tillerson y
Serguei Lavrov, EEUU y Rusia acordaron que no se atacaría al ejército árabe
sirio, dejando en claro al inquilino de la Casa Blanca que no habrá lugar para
más demostraciones de “Macho-man”.
Obviamente
eso con Rusia, pero con un país como Argentina que apenas asoma con algún nivel
de gravitancia internacional y que no termina de sentir los temblores que
sacuden a sus instituciones (especialmente de la justicia), es muy posible que
Trump llegue a exprimir como a un “limón”, la desesperación del acuciado
gobierno argentino que en cierta medida ha retomado algún grado de cordura en
lo que hace a sus políticas de infraestructura de reconstruir áreas
estratégicas vitales, abandonadas por las anteriores gestiones.
Para
peor no hay que ser ilusos y ver las cosas como son. Trump ha demostrado que
jugara como lo manda el estado profundo estadounidense, dominado por los
intereses financieros, políticos, militaro-industriales ligados al sionismo muy
fuertemente representado por los poderosos lobbies en el Congreso
estadounidense.
Pero
eso no es lo peor. En el gobierno de Mauricio Macri abundan los partidarios del
sionismo y los incondicionales de Washington por el mero hecho de recibir una
recompensa. Con estos elementos gravitantes en ambos lados es muy posible que
presionen para que, Buenos Aires entregue algo a cambio de lo que Macri irá a
pedir.
La
actual y crítica situación en Venezuela, no ha surgido solamente por la
ineptitud de Maduro y la corrupción de la cual nadie es ajena; en ello tienen
mucho que ver las operaciones que vienen realizando desde hace una década las agencias
de inteligencias estadounidenses y colaboradores regionales con la finalidad de
hacer colapsar la “revolución bolivariana” asegurándose de que una vez caída no
pueda volverse a levantar.
Con
éste contexto y sumado a la cercanía ideológica del gobierno de Macri con
Washington, hace muy claro de que ya se estén dando estrechas colaboraciones de
las agencias argentinas o al menos, algunos de sus elementos con los planes
urdidos por la CIA y sus ONG que utiliza como pantalla para crear la subversión
en países como Siria y Venezuela.
Y
este no es el único asunto del cual Trump podría profundizar un pedido de
colaboración a su par argentino. Se sabe que en Argentina existe una gran
comunidad árabe especialmente “sirio-libanesa” la cual puede serle muy útil
para sus revelados planes contra Siria. No olvidar tampoco, que en Argentina
también existe la comunidad judía más importante del cono sur y junto a ella,
esa fracción de fanáticos mesiánicos que –muchos de ellos no judíos- se
denominan sionistas, que vienen bregando desde hace años por endilgarle los
atentados en Buenos Aires a la república Islámica de Irán.
Con
éstos asuntos en danza, es seguro que Trump escuche las súplicas de Macri y le
haga una oferta, que como dijo Don Corleone en “El Padrino” sea una que no
pueda rehusar.
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