martes, 15 de agosto de 2017


OPINION




“IRÁN: ¿PRÓXIMO EN LA LISTA?”

Tras la escalada en las amenazas entre Washington y Pyong Yiang por el asunto del programa nuclear y su desarrollo de misiles, sectores influyentes estadounidenses a tono con Tel Aviv apuran políticas similares para aplicar contra Irán.



Por Charles H. Slim
La crisis en la Península coreana ha venido siendo el escenario de una pulseada de titanes entre EEUU y China por el asunto del programa nuclear de Pyong Yiang, que hace mucho ha dejado de ser un proyecto de realización y que actualmente se encuentra en pleno desarrollo a la par del programa de misiles de mediano y largo alcance que llevó a desencadenar un cataratas de bravatas por parte de Trump amenazando con literalmente pulverizar a la pequeña nación asiática.

Por su parte el líder norcoreano Kim Jon Um, lejos de amilanarse, dejó en claro de que si EEUU se atreve a lanzar algún tipo de agresión no dudaría borrar a su base naval en Guam. Para demostrar que sus palabras están apoyadas con hechos, el ejército y la marina norcoreanos realizaron ejercicios de defensa mediante el disparo de misiles de largo alcance. Ante esto entonces se puede hablar de un empate técnico ya que y pese al declarado estado de ALERTA DEFCON por parte de EEUU ¿Por qué las poderosas fuerzas estadounidenses no se han atrevido a realizar algún tipo de ataque preventivo como lo supieron hacer en el pasado contra Iraq? La respuesta es clara y ella es que, Corea del norte tiene el poder de responder de un modo decisivo y letal, demostrando que un país bien defendido no es presa fácil para las presiones vengan de donde vengan.

Esto ha desatado la preocupación de los cerebros en Tel Aviv y de los poderosos sectores sionistas internacionales que habían venido insistiendo durante los últimos ocho años,  que había que destruir a Irán; y cuando se dieron cuenta de que sus exabruptos despertaban un amplio rechazo en la opinión pública internacional, comenzaron a moderar sus discursos y se limitaron a decir que lo que había que destruir era el “programa nuclear iraní” lo que obviamente, conllevaría un ataque militar y obviamente, la causación de muchos muertos.

A pesar de los poderosos contactos que Tel Aviv mantiene dentro del Congreso estadounidense y del portentoso aparato financiero sionista en Wall Street que a su vez controla y solventa a los grandes conglomerados de medios estadounidenses, no han podido lograr conmover a la población estadounidense para que sus hijos se sacrifiquen en nuevos campos de batalla para defender los intereses de Israel.

Y es por el “mal ejemplo” de Corea, que los intereses sionistas estadounidenses y de Tel Aviv urgen a destruir cuanto antes  las capacidades tecnológicas de Irán ya que una vez concretados, será muy difícil de aprovecharse de la nación islámica. Y sus intentos mediáticos no pasan por la falacia de que sea “una amenaza para el mundo” o las gastadas acusaciones de ser una “nación que patrocina el terrorismo; la verdad no pasa por ahí.  Si Corea ha logrado perseverar y desarrollar sus capacidades nucleares pese a las amenazas de EEUU y sus aliados europeos, hoy Pyong Yiang puede empardar una amenaza de guerra y mantener a raya a la Casa Blanca. Si Teherán lograra esas capacidades en un futuro próximo, simplemente para Tel Aviv, sería imposible atacar con impunidad, ya que la retaliación sería inmisericorde.

Con esta situación no caben dudas de que los generales israelíes vienen apresuradamente mejorando sus bosquejos para orquestar un ataque al mejor estilo de la “operación Ópera”  realizado en junio de 1981 contra el reactor nuclear de Iraq en Al Tawaita”. En aquel entonces pudieron aprovechar el supuesto despiste de los sauditas para cruzar su espacio aéreo (de ida y de vuelta) y atacar por sorpresa, algo que con las actuales revelaciones sobre la extendida connivencia secreta entre Tel Aviv y Riad parecen echar por tierra aquella supuesta tesis del “despiste” y confirmar la perfidia de la Casa de Saud.

Igualmente, los iraníes no se olvidan de estos ejemplos de la historia ni de cómo actúan sus enemigos. Es más, ya han cruzado espadas en la lucha clandestina orientada a los mismos propósitos de sabotear los programas de desarrollo nuclear que además de ser legítimos, no están orientados para la industria bélica.

Mientras las editoriales sionistas y escritores contratados escriben en todos los medios influyentes de la prensa occidental, las células del Mossad y sus agentes negros contratados para llevar adelante sus trabajos sucios, realizaban cruentos  atentados contra personalidades académicas y del campo científico nuclear con la clara intensión de parar el desarrollo del país. Y si bien estos asesinos causaron daños y mataron a civiles inocentes en sus cometidos, no solo no lograron cumplir los objetivos encomendados sino que incluso, fueron capturados por las autoridades iraníes lo que sin dudas es para Israel, un fracaso con doble sabor amargo.

Desde la asunción de Obama a la presidencia, los poderosos lobbies pro-israelíes que anidan en el Congreso norteamericano junto a sus aliados del neocon (demócratas y republicanos) han impulsado cuanta iniciativa posible  para tratar de embarcar a la Unión en un nuevo episodio bélico de la “War Persian Goulf” , instigadas y apoyadas entusiastamente desde Tel Aviv. Sus esfuerzos han llegado tan lejos que estuvieron por poco, de crear un incidente deliberado con aquella extraña incursión de las dos lanchas de la marina estadounidense allá por enero de 2015  que fueron bochornosamente capturadas por la Guardia Revolucionaria de Irán (Pensamiento Estratégico y Político. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/01/veterans-of-yesterday-what-was-really.html ). 

Similar a la política de Pyong Yiang, Teherán tampoco se dejó amedrentar y mientras se encargaba de procesar a estos asesinos pertenecientes a una red financiada por el Mossad israelí y de denunciar la participación de Tel Aviv en estos planes sucios, su ministerio de defensa no detuvo sus avances en tecnología de misiles los cuales no están orientados a planes ofensivos.

Por lo pronto a Tel Aviv y en especial al régimen de Netanyahu poco les importa que los misiles iraníes sean para la defensa o para atacar; el propósito de aquellos y de los sectores sionistas que se hallan desperdigados por el globo es tratar de convencer a la opinión pública de que es imperioso doblegar la república islámica y arrebatarle sus avances tecnológicos que más que amenazar  la paz mundial, en realidad amenazan la supremacía mesiánica regional israelí

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