martes, 15 de mayo de 2018

EN  LA MIRA




“NADA NUEVO BAJO EL SOL”

Cómo se ve desde Argentina lo que el conglomerado de medios anglosajones condiciona a mostrar



Por Javier B. Dal
La escaramuza ocurrida entre el 9 y 10 de mayo último entre las fuerzas israelíes y las fuerzas armadas sirias han pasado olímpicamente desapercibidas por el espectro informativo argentino, que además de estar ampliamente cooptado por los intereses pro-sionistas que le financian, hoy se hallan en una severa crisis en la cual tiene mucho que ver el gobierno de Macri. Sobre el ataque israelí contra bases iraníes en suelo sirio y la sorpresiva respuesta lanzada contra la zona ocupada de los Altos del Golán han tenido una particular forma de interpretación desde éste lado del mundo.

A propósito de ello el gobierno argentino dio un lacónico e insulso comunicado que no dice nada y menos aún, se avocó a mirar lo que realmente allí había sucedido. Nada nuevo en la histórica postura de Buenos Aires sobre el tema. En ese mismo tono se comportaron los medios argentinos que poco o nada se atrevieron a discurrir sobre el incidente que pretendiendo actuar con prudencia revela más bien una política  para beneficiar a uno de los bandos.

En aquella concepción “informativa”, cualquier comentario hacia las acciones claramente ilegales y criminales que comete el estado de Israel pasan a ser reinterpretadas por presentadores y periodistas de estos medios que son más bien empresas de venta de novedades que informativos de la realidad. Cambiar el ángulo de la noticia y desviarla hacia el pantanoso terreno del acostumbrado “antisemitismo” ya aburre incluso a muchos de los propios miembros de la comunidad. En otros, despierta vergüenza ante las inconsecuencias en las que incurren sus líderes tanto locales como en Tel Aviv quienes representando a aquel estado, se arrogan impropiamente la representación de todos los judíos del mundo.

Durante todo el verano hasta el presente, se viene desarrollando una catastrófica campaña de bombardeos y bestiales represalias militares contra las poblaciones palestinas de Gaza y los territorios ocupados en Cizjordania, sin que los medios insignes argentinos de la cobertura nacional e internacional se hagan eco en una forma imparcial de lo que viene sucediendo y del papel deleznable de Israel en todo esto. Suena a burla que las masacres que Israel cometió el 14 de mayo último en la Franja de Gaza, asesinando a más de cincuenta palestinos e hiriendo a otros miles desarmados, haya sido comentado mediante algún sonido onomatopéyico de algún periodista que además de ser un recalcitrante sionista disfrazado de “socialista cubanero”, es un acostumbrado puntero político de la embajada israelí en Buenos Aires.  Mucho menos el gobierno de “Cambiemos” que cuenta entre sus filas nacionales como en la de la alcaldía de la capital, a una columna vertebral de la prosapia sionista argentina.
Bebé palestino asfixiado por los gases veneosos israelies-Gaza. 15 de Mayo

En cuanto a lo que viene ocurriendo en Siria, los comentarios y “análisis” no pueden ser menos tendenciosos. Con el uso recurrente de términos erróneos y otros deliberadamente ajenos a la realidad, se enmascara esa arabofobia e islamofobia que va de la mano de los intelectuales sionistas que desde hace décadas se rasgan las vestiduras cuando hablan de antisemitismo.  Durante décadas Tel Aviv conto con la impunidad para hacer cuantas acciones bestiales se le presento sin que hubiera formas de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pudiera –o más bien quisiera- aplicar una sanción efectiva ante tantas aberraciones. Fueron las épocas del unilateralismo estadounidense, que tuvo su apogeo con George W. Bush y que comenzó a declinar en forma irremisible con Obama hasta el presente lo que acentuó la estigmatización contra el Islam y lo árabe.

Cuando Iraq fue invadido y destruido, el ex ministro de defensa Ehud Barak confesó que ellos habían hecho mucho para desestabilizar a Iraq y ello abarcaba el asesinato, los atentados y la posterior participación encubierta durante la ocupación. En la opereta mediática llamada “Primavera árabe” también estuvieron presentes los dedos sionistas, apoyando desde todos los ángulos posibles, la creación del caos en el mundo árabe, especialmente en los países de gobierno laicos como el de Mohammar Al Gadafy lo cuales representaban un verdadero adversario para Israel. Pero ¿Qué sucedió con las monarquías petroleras del Golfo, que también son árabes? Como se vio, nada. Y la explicación para ello pudo ir develándose con el paso de los meses; Ryad y Doha, tenían mucho que ver en todo el embrollo algo de lo cual, los pueblos árabes e islámicos ya han tomado nota.

Pero los planes por arrasar Damasco y derrocar al presidente Bashar Al Assad y hacer una limpieza humana sobre los partidarios “Baasistas” como lo hicieron los escuadrones de la muerte  de la CIA en Iraq, se vieron frustrados por la no calculada participación de una Rusia “potenciada” que poco a poco y con progresivos actos políticos, fue tomando su lugar para sostener al legitimo gobierno sirio,  logrando frenar las continuas intensiones occidentales por causar el colapso interior usando como lo hicieron en el pasado en Iraq y Libia, al terrorismo de células reclutadas y financiadas por sus agencias de inteligencia.

Actualmente, cuando las fuerzas sirias logran recuperar zonas donde se habían instalado los mercenarios que impostan ser musulmanes “yihadistas”, hallan abundante material bélico que proviene tanto de la OTAN como de Israel y muchos exclaman ¿Pero cómo puede suceder algo así? Al parecer, siempre o más bien desde hace unas décadas hasta aquí, ciertas elites árabes son parte del sionismo y han traicionado continua y arteramente a sus hermanos y primos del mundo árabe. Su perfidia ha llegado a tal punto que han arrastrado al eje de la resistencia árabe islámica a que hoy se halle liderada por un país no árabe como Irán. En ese sentido, la llegada e instalación de bases militares iraníes en Siria no son para hostigar a terceros países (como acostumbradamente informan los medios occidentales), sino por el contrario, para garantizar la seguridad a su primo árabe sirio, cercado por fuerzas extranjeras hostiles entre las que se halla Israel.

En aquel sentido el continuo argumento al que Tel Aviv y Washington hablan de que Siria e Irán cruzaron una llamada “línea roja” que les traerá consecuencias inmediatas, solo son artificios discursivos y nada más ya que, han sido aquellos quienes desde hace tiempo han cruzado todas las líneas y de todos los colores que se grafican en los miles de muertos que tienen en su haber bajos las excusas tan variopintas como son la “derecho a la supervivencia”, la “seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo”, esta última montada sobre una siniestra farsa ejecutada por elucubraciones como el “Daesh”, “Al Qaeda y “Al Nusra”, para citar a las principales patas de este programa de engaños.


A la par de todo esto, el actual presidente norteamericano Trump ha ido más lejos al complacer a los más recalcitrantes sectores de neocon y sionistas de su país, para que EEUU reconozca y abra su embajada en Jerusalén como capital del estado de Israel. Con todo esto y las continuas acciones agresivas que Israel lanza contra las poblaciones de Gaza y Cizjordania y que extiende a Siria bajo los argumentos del “peligro iraní”-y jamás por el terrorismo de Al Qaeda o Daesh-, no dejan lugar a la paz, pero lo peor de todo es que, todo esto se mantiene fuera del foco informativo de países como la Argentina que tiene mucho que cuidar, no solo por el descarado desembarco de las tropas estadounidenses sino también, ante las repetidas incursiones s de los “mochileros sin fronteras” que no son más que soldados israelíes vestidos de civil que pululan por la Patagonia. Entonces ¿Cuánto tiempo puede durar esta situación de jugar al avestruz? 

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