EN DEBATE
“NEW FALSE FLAG”
Según informes de inteligencia rusa EEUU está concentrando fuerzas navales en el Mediterráneo mientras en Siria los grupos mercenarios apoyados clandestinamente por Washington preparan un ataque químico para endilgárselo a Damasco ¿Habrá tiempo para detenerlos?
Por Dany Smith
Tras casi ocho largos
años de continua agresión sobre la república árabe de Siria, el ejército nacional
sirio con el apoyo de las fuerzas rusas e iraníes han logrado liberar un 90%
del territorio que supo estar ocupado por organizaciones armadas que fueron
financiadas por los emiratos petroleros del Golfo Pérsico y adiestradas por las
agencias de inteligencia de países como Francia, Gran Bretaña, Israel y por
supuesto EEUU. Ello ha causado
consternación en Washington y Londres desde donde y a lo largo de todos estos
años, se hizo cuanto fue necesario para crear las excusas más inverosímiles para invadir a Siria.
Nadie puede negar que tanto demócratas como republicanos lo
hicieron todo por destruir al gobierno de Bashar Al Assad utilizando desde elaborados
embustes mediáticos, la elucubración de atentados de “Falsa Bandera” con
agentes químicos (Al Gouta 2013, Sarmin en 2015 entre otros) la creación y
sustento de bandas seudo-jihadistas como “Jabbat Al Nusra” el programa especial
“ISIS” hasta la inserción de fuerzas especiales sobre el terreno con la
esperanza de lograr erigir una fuerza armada compuesta de mercenarios árabes y
kurdos capaz de derrocar a Damasco. Como se puede intuir, todo ilegal, clandestino
y contra el derecho internacional. Pero
¿Qué es lo que ha salido mal para los estadounidenses? La única respuesta a la
vista es clara: Nadie les cree un comino y ello está llevando a que intenten
una nueva jugarreta para tratar de ganar algo de credibilidad.
Según los últimos informes de la zona de conflicto los grupos
mercenarios incluyendo a los remanentes del “ISIS” han sido arrinconados en
Idlib y Hama creando una situación desesperante para los verdaderos interesados
en que aquellos grupos continúen operando. Pese al importante apoyo logístico
que se les proporciono a estas bandas armadas y la inagotable red de suministros
con la que contaban al comienzo de todas estas acciones, la intervención de
Rusia puso fin a tales ventajas. No hay que olvidar que entre quienes apoyaban
abiertamente a estos grupos incluyendo al “Daesh” estaba Ankara, que de la mano
del primer ministro Tiyip Erdogan y su familia, abrió sus fronteras para que
aquellos pudieran operar desde suelo turco sobre el norte de Siria con la
intensión de crear un colchón territorial contra las acciones kurdas.
Pero también Turquía aprovecho la inserción del embuste del “Estado
Islámico” para robar y traficar el petróleo sirio e iraquí para sacarlo con una
flota de cientos de camiones cisterna que cruzaban periódicamente la frontera
para dirigirse al puerto de Ceyhan desde donde era intermediado por agentes israelíes
para venderlo en Europa.
Cuando Rusia entro en escena todo esto quedo en evidencia y comenzó
a equilibrar la balanza, y fue así que erróneamente Ankara (alegando una
supuesta intrusión aérea) intento asustar a Moscú con el derribo del avión
SU-24 por cazas turcos (que fueron guiados por un avión de vigilancia
electrónica estadounidense), lo que termino siendo contraproducente para
Erdogan quien tras el bochornoso arrepentimiento que debió mostrar públicamente
ante un plantado Vladimir Putin y tras intentar ser sacado de escena por un
golpe orquestado por la CIA en julio de 2016, cambio su discurso en unos 180
grados al denunciar públicamente que Washington era quien estaba detrás del
“Estado Islámico” algo que a la altura de las circunstancias y de las pruebas
que se hallaban de continuo en Iraq y Siria no asombraba a nadie.
De ese modo para el 2017 Erdogan cortó la entrega de armas y apoyo
a los grupos que los asesores militares estadounidenses y la CIA formaban en el
norte sirio, compuestos especialmente de grupos kurdos a los cuales Ankara
considera terroristas. Igualmente y más allá de que Trump le prometió que no se
emitirían más autorizaciones para la entrega de armas a los kurdos del “YPG” y
del “PKK”, los norteamericanos actualmente continúan suministrándoselas.
Pero las complicidades de Ankara en todo esto habían sido tan
cercanas como siniestras. Durante toda la gestión de Obama, Erdogan colaboro
sin titubeos en el impulso de todo el fraude que involucro a la “Primavera
árabe” y el escenificado combate al “Daesh”. Se señalo en su momento que varios
de los ataques con armas químicas caseras elaboradas por los grupos mercenarios
habían sido orquestados con la ayuda del servicio de inteligencia turco MIT que
a su vez colabora con la CIA y el MI-6 británico.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca hubieron dos importantes intentos por
intervenir en Siria y para ello se usaron dos excusas salidas de dos
operaciones denominadas como de “falsa bandera” y en ambas se vieron implicadas
el uso de agentes químicos importados de laboratorios tanto turcos como
europeos. En el primero de ellos se dio
en Jan Sheijun en abril de 2017 cuando se acuso a la aviación siria de lanzar
un supuesto ataque con armas químicas sobre la población, cuando en realidad
había sido el accionar de una de las bandas mercenarias que mantenía depósitos
con bidones y tambores con elementos tales como “Cloro” y “Sarín” que más tarde
fueron hallados por las tropas rusas en sótanos cercanos al lugar del incidente.
Incluso el intento de probar el supuesto ataque aéreo terminó en un escándalo
al comprobarse que la supuesta bomba aérea en realidad había sido un caño de
agua relleno con explosivos detonado inerte (es decir colocado) sobre el
terreno. Inmediatamente el Ministerio de defensa ruso expuso estas
incoherencias y entonces, ante las evidencias en Washington y la UE cundió el silencio.
En esos momentos en el foro de la ONU la representante de EEUU
Nikki Haley realizaba una forzada actuación para los medios mostrando fotos amplificadas
de supuestas víctimas del ataque químico acusando por supuesto al ”régimen” de
Bashar Al Assad. Aunque no lo crean, jamás se logró identificar a ninguna de
las personas que mostró Haley con sus pancartas y menos aún, explicar cómo
sabía con tanta certeza el momento en que se había producido el supuesto ataque
aéreo. Nada nuevo en las tácticas mediáticas de ésta leal sionista
estadounidense que suele defender a sus dos amos en el mismo asiento.
Pese al embuste orquestado y los intentos de adulterar las
investigaciones ejerciendo una solapada presión sobre la OPAQ, Washington no
logró su propósito y quedo doblemente humillado al comprobarse que su ataque
con misiles “TomaHawk” para “castigar al régimen” –y al cual Donald Trump
califico como exitoso- había sido un estrepitoso y costoso fracaso.
En éste año un nuevo episodio por crear la excusa suficiente para
una intervención definitiva, se produjo también el mes de abril un ataque
químico en la localidad de Duma en cercanías de Damasco en un marco muy
conveniente. El momento en que se dio este incidente coincidió con el
acorralamiento de las bandas armadas que ocupaban el sector y que estaban por
ser definitivamente derrotadas. Curiosamente Washington –que dice luchar
contra el terrorismo- daba cobertura a estos grupos y fue así que tras la
detonación de explosivos en tambores con Cloro, causan una masacre entre la
población rehén de los mercenarios. El hecho fue masivamente publicado por la
agrupación White Helmets que impostando ser una ONG humanitaria en
realidad es una fachada del MI-6 que colabora con las operaciones de los grupos
armados. Rusia volvió a advertir de esta jugarreta y nuevamente logro detener
los planes de occidente.
Nuevamente se corren nuevos rumores de que EEUU y sus aliados se
están reagrupando en el Mediterráneo para lanzar un nuevo ataque con misiles
crucero e incluso preparan tropas embarcadas para una posible invasión. Rusia
sin rodeos ha vuelto a advertir de un posible acto provocador que justifique el
movimiento ofensivo que impida la definitiva expulsión de “Al Nusra” y ha
dejado claro que uno de ellos puede llegar a ser un nuevo ataque con agentes
químicos lanzado por sus grupos de mercenarios tratando de escenificar una
nueva tragedia para endilgárselo al gobierno de Al Assad ¿Dónde está la ONU?
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