viernes, 31 de agosto de 2018

EN DEBATE



“NEW FALSE FLAG”

Según informes de inteligencia rusa EEUU está concentrando fuerzas navales en el Mediterráneo mientras en Siria los grupos mercenarios apoyados clandestinamente por Washington preparan un ataque químico para endilgárselo a Damasco ¿Habrá tiempo para detenerlos?


Por Dany Smith
Tras casi ocho largos años de continua agresión sobre la república árabe de Siria, el ejército nacional sirio con el apoyo de las fuerzas rusas e iraníes han logrado liberar un 90% del territorio que supo estar ocupado por organizaciones armadas que fueron financiadas por los emiratos petroleros del Golfo Pérsico y adiestradas por las agencias de inteligencia de países como Francia, Gran Bretaña, Israel y por supuesto EEUU.  Ello ha causado consternación en Washington y Londres desde donde y a lo largo de todos estos años, se hizo cuanto fue necesario para crear las excusas más inverosímiles  para invadir a Siria.

Nadie puede negar que tanto demócratas como republicanos lo hicieron todo por destruir al gobierno de Bashar Al Assad utilizando desde elaborados embustes mediáticos, la elucubración de atentados de “Falsa Bandera” con agentes químicos (Al Gouta 2013, Sarmin en 2015 entre otros) la creación y sustento de bandas seudo-jihadistas como “Jabbat Al Nusra” el programa especial “ISIS” hasta la inserción de fuerzas especiales sobre el terreno con la esperanza de lograr erigir una fuerza armada compuesta de mercenarios árabes y kurdos capaz de derrocar a Damasco. Como se puede intuir, todo ilegal, clandestino  y contra el derecho internacional. Pero ¿Qué es lo que ha salido mal para los estadounidenses? La única respuesta a la vista es clara: Nadie les cree un comino y ello está llevando a que intenten una nueva jugarreta para tratar de ganar algo de credibilidad.

Según los últimos informes de la zona de conflicto los grupos mercenarios incluyendo a los remanentes del “ISIS” han sido arrinconados en Idlib y Hama creando una situación desesperante para los verdaderos interesados en que aquellos grupos continúen operando. Pese al importante apoyo logístico que se les proporciono a estas bandas armadas y la inagotable red de suministros con la que contaban al comienzo de todas estas acciones, la intervención de Rusia puso fin a tales ventajas. No hay que olvidar que entre quienes apoyaban abiertamente a estos grupos incluyendo al “Daesh” estaba Ankara, que de la mano del primer ministro Tiyip Erdogan y su familia, abrió sus fronteras para que aquellos pudieran operar desde suelo turco sobre el norte de Siria con la intensión de crear un colchón territorial contra las acciones kurdas.

Pero también Turquía aprovecho la inserción del embuste del “Estado Islámico” para robar y traficar el petróleo sirio e iraquí para sacarlo con una flota de cientos de camiones cisterna que cruzaban periódicamente la frontera para dirigirse al puerto de Ceyhan desde donde era intermediado por agentes israelíes para venderlo en Europa.

Cuando Rusia entro en escena todo esto quedo en evidencia y comenzó a equilibrar la balanza, y fue así que erróneamente Ankara (alegando una supuesta intrusión aérea) intento asustar a Moscú con el derribo del avión SU-24 por cazas turcos (que fueron guiados por un avión de vigilancia electrónica estadounidense), lo que termino siendo contraproducente para Erdogan quien tras el bochornoso arrepentimiento que debió mostrar públicamente ante un plantado Vladimir Putin y tras intentar ser sacado de escena por un golpe orquestado por la CIA en julio de 2016, cambio su discurso en unos 180 grados al denunciar públicamente que Washington era quien estaba detrás del “Estado Islámico” algo que a la altura de las circunstancias y de las pruebas que se hallaban de continuo en Iraq y Siria  no asombraba a nadie.

De ese modo para el 2017 Erdogan cortó la entrega de armas y apoyo a los grupos que los asesores militares estadounidenses y la CIA formaban en el norte sirio, compuestos especialmente de grupos kurdos a los cuales Ankara considera terroristas. Igualmente y más allá de que Trump le prometió que no se emitirían más autorizaciones para la entrega de armas a los kurdos del “YPG” y del “PKK”, los norteamericanos actualmente continúan suministrándoselas.

Pero las complicidades de Ankara en todo esto habían sido tan cercanas como siniestras. Durante toda la gestión de Obama, Erdogan colaboro sin titubeos en el impulso de todo el fraude que involucro a la “Primavera árabe” y el escenificado combate al “Daesh”. Se señalo en su momento que varios de los ataques con armas químicas caseras elaboradas por los grupos mercenarios habían sido orquestados con la ayuda del servicio de inteligencia turco MIT que a su vez colabora con la CIA y el MI-6 británico. 

Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca  hubieron dos importantes intentos por intervenir en Siria y para ello se usaron dos excusas salidas de dos operaciones denominadas como de “falsa bandera” y en ambas se vieron implicadas el uso de agentes químicos importados de laboratorios tanto turcos como europeos.  En el primero de ellos se dio en Jan Sheijun en abril de 2017 cuando se acuso a la aviación siria de lanzar un supuesto ataque con armas químicas sobre la población, cuando en realidad había sido el accionar de una de las bandas mercenarias que mantenía depósitos con bidones y tambores con elementos tales como “Cloro” y “Sarín” que más tarde fueron hallados por las tropas rusas en sótanos cercanos al lugar del incidente. Incluso el intento de probar el supuesto ataque aéreo terminó en un escándalo al comprobarse que la supuesta bomba aérea en realidad había sido un caño de agua relleno con explosivos detonado inerte (es decir colocado) sobre el terreno. Inmediatamente el Ministerio de defensa ruso expuso estas incoherencias y entonces, ante las evidencias en Washington y la UE  cundió el silencio.

En esos momentos en el foro de la ONU la representante de EEUU Nikki Haley realizaba una forzada actuación para los medios mostrando fotos amplificadas de supuestas víctimas del ataque químico acusando por supuesto al ”régimen” de Bashar Al Assad. Aunque no lo crean, jamás se logró identificar a ninguna de las personas que mostró Haley con sus pancartas y menos aún, explicar cómo sabía con tanta certeza el momento en que se había producido el supuesto ataque aéreo. Nada nuevo en las tácticas mediáticas de ésta leal sionista estadounidense que suele defender a sus dos amos en el mismo asiento.

Pese al embuste orquestado y los intentos de adulterar las investigaciones ejerciendo una solapada presión sobre la OPAQ, Washington no logró su propósito y quedo doblemente humillado al comprobarse que su ataque con misiles “TomaHawk” para “castigar al régimen” –y al cual Donald Trump califico como exitoso- había sido un estrepitoso y costoso fracaso.

En éste año un nuevo episodio por crear la excusa suficiente para una intervención definitiva, se produjo también el mes de abril un ataque químico en la localidad de Duma en cercanías de Damasco en un marco muy conveniente. El momento en que se dio este incidente coincidió con el acorralamiento de las bandas armadas que ocupaban el sector y que estaban por ser definitivamente derrotadas. Curiosamente Washington –que dice luchar contra el terrorismo- daba cobertura a estos grupos y fue así que tras la detonación de explosivos en tambores con Cloro, causan una masacre entre la población rehén de los mercenarios. El hecho fue masivamente publicado por la agrupación White Helmets que impostando ser una ONG humanitaria en realidad es una fachada del MI-6 que colabora con las operaciones de los grupos armados. Rusia volvió a advertir de esta jugarreta y nuevamente logro detener los planes de occidente.


Nuevamente se corren nuevos rumores de que EEUU y sus aliados se están reagrupando en el Mediterráneo para lanzar un nuevo ataque con misiles crucero e incluso preparan tropas embarcadas para una posible invasión. Rusia sin rodeos ha vuelto a advertir de un posible acto provocador que justifique el movimiento ofensivo que impida la definitiva expulsión de “Al Nusra” y ha dejado claro que uno de ellos puede llegar a ser un nuevo ataque con agentes químicos lanzado por sus grupos de mercenarios tratando de escenificar una nueva tragedia para endilgárselo al gobierno de Al Assad ¿Dónde está la ONU?

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