jueves, 6 de septiembre de 2018



OPINION



“EEUU Y LOS DERECHOS HUMANOS”

Qué puede hablar y a quién puede señalar un país como los EEUU que tiene un lamentable y tétrico record de violaciones a los Derechos Humanos



Por Javier B. Dal
A la altura de las actuales circunstancias internacionales, nadie puede negar las barbaridades que los EEUU ha cometido bajo los argumentos de la democracia, la libertad y la defensa de los derechos humanos, estos últimos dándole un entendimiento harto discutible y claramente sesgado. En este sentido nada de moralidad para envanecerse. Esto a cuento de algunas publicaciones que últimamente han salido a la palestra criticando las políticas del país del norte que suenan bastante extrañas, atento a que son ventiladas en sitios inesperados para quienes conocemos como se maneja la fabulosa maquinaria propagandística cercana al neoconservadurismo.

Dicho artículo publicado en el sitio Foreign Policy titulado “Estados Unidos está cometiendo crímenes de guerra y no sabe por qué” más que una crítica es un intento por explicar lo inexplicable e injustificable que desde 2015 viene sucediendo en Yemen[1]. Pero más allá de este artículo y lo que él refleja, hay que ver el trasfondo detrás de esta aparente inquietud por un tema que desde los últimos 17 años hasta esta parte ha sido usado y bastardeado por Washington a niveles inverosímiles.   

Primero que todo debemos dejar en claro que EEUU viene actuando en la Península arábiga y en toda la región desde hace mucho antes de 2015 ya que tanto la CIA como la inteligencia militar (JSOC), han estado involucrados en acciones cruentas, en especial con operaciones de bombardeos con Drones contra blancos civiles calificados por los informes de inteligencia como de “terroristas”[2] (situaciones que vivió Iraq y que continúan viviendo descarnadamente Afganistán y Pakistán). Creo que no es necesario decir que desde 1990 cuando EEUU ingreso a Arabia Saudita para desatar la primera guerra del Golfo contra Iraq, las acciones contra otros pueblos árabes de la región no han cesado.

La llegada de EEUU al Medio Oriente y más precisamente estacionándose con sus bases en Arabia Saudita y Kuwait (donde mantiene bases), desencadeno una catarata de violaciones a los derechos humanos que sería vergonzosamente relativizada por Naciones Unidas y el espectro mediático occidental. A partir de allí, los secuestros por los vuelos de la CIA para trasladar a personas a sus prisiones secretas alrededor del globo donde serían sistemáticamente torturadas, expondrían situaciones como Guantánamo, Abu-Graib, Bucca, Bagram y otra docena de sitios inhumanos que continúan siendo un tabú para la ciudadanía norteamericana.

Tampoco olvidemos que durante la década de los noventas y en especial por sus finales, la presión de los sectores del neocon con el invalorable apoyo de los poderosos e influyentes lobbies sionistas dentro del Congreso norteamericano (que dicho sea de paso, recordemos que odian a los musulmanes), buscaban la excusa para introducir aún más a los EEUU dentro de la región con el objetivo de beneficiar la situación geoestratégica del estado de Israel. Los atentados en Kenia y Tanzania en 1998 y el bombazo contra el buque “USS-Cole” en Adén, Yemen en octubre del año 2000 fueron sin lugar a dudas los prolegómenos de todo lo que vendría.

Fue a partir de allí que se comenzó a gestar todo el embuste que giraría en torno a la llamada lucha contra el terrorismo y sus estrellas centrales como son “Al Qaeda” y actualmente la remozada fábula del “Estado Islámico”, que aunque son muy reales en sus cruentas acciones contra civiles inocentes, son al mismo tiempo absolutamente falsas en cuanto sus orígenes y pertenencias. Desde el mismo 11de Septiembre de 2001 a la par que la administración neocon ponía a rodar sus planes (elaborados cuando menos cinco años antes) y ejecutaban sus acciones se irían esclareciendo muchas interrogantes sobre el “fenómeno” del terrorismo islámico.

No olvidemos que Washington lanzo una cacería de brujas contra los musulmanes estadounidenses y de todo el mundo, al implicarlos –en forma arbitraria y genérica- en aquellos nada claros ataques. Para ello los medios y en particular el conglomerado que controla la mayor parte de los grandes multimedios occidentales, pusieron a disposición de aquella administración la maquinaria de propaganda masiva para justificar lo que pronto George W. Bush y su staff pondrían en marcha.

El mensaje era simple y siniestro: El Islam estaba detrás del terror y para justificar este argumento, día y noche los medios bombardeaban el espectro con mensajes tales como: “Todos los males son culpa de los musulmanes y los árabes”; “quienes nos atacaron son los musulmanes”; “los musulmanes nos odian sin razón” etcetec. Y no hay que olvidar quienes se beneficiaron con la instalación de este Status Quo de la desconfianza, de la estigmatización y el miedo que a su vez ayudo a generar nuevas estructuras policiales, militares y de inteligencia tanto en el interior como en el exterior[3] de los EEUU, conllevando con ello, fabulosos presupuestos y desviación de recursos para sostenerlos. Hablamos de Israel que aún no explica la participación de varios de sus ciudadanos en aquellas discutibles circunstancias del 11 de septiembre[4].

A costa de aquellas maquinaciones y sus consecuentes acciones, se asesinaron a millones de seres humanos, justificándolo con una supuesta cruzada contra el “mal”, uno que (curiosamente) ellos mismos (agencias de inteligencia) habían creado.

Todo ello propicio las criminales invasiones en Afganistán e Iraq y ayudo al mismo tiempo a que Tel Aviv justificara mayores brutalidades contra la población palestina (mayoritariamente musulmana). A su vez justificó el espionaje masivo, la tortura, las detenciones arbitrarias  y los asesinatos bajo el amparo de legislaciones como la “Patriotic Act”, un engendro legislativo típico de regímenes Stalinistas. Como lo señalan incontables evidencias y el trabajo de autores como David Ray Griffin[5], todo fue producto de una cadena de elaborados engaños que al amparo de mucha impunidad, le costarían la vida a millones de personas. Y todo ello nos trae a lo que hoy por hoy sucede en Siria, donde Washington desde hace siete años –y con la complicidad de Tel Aviv, Riad, Aman y Ankara- trata por todos los medios de derrocar al legitimo gobierno de Bashar Al Assad llegándose a comprobar –pese a sus extensos silencios y negativas- su participación en todo lo que tiene que ver con el mal llamado “fenómeno” del terrorismo[6], un arma más en los arsenales de la inteligencia occidental que se ha visto neutralizada por inconveniente intervención de Rusia.

Hoy y por estas mismas horas, la administración de Trump controlada por el núcleo neoconservador y sionista, ve con furia como las fuerzas sirias y el apoyo aéreo táctico ruso, están borrando del mapa a las últimas formaciones de las agrupaciones mercenarias (y sus asesores) que se atrincheran en Idlib. 
Tal como lo denuncio el Ministerio de exteriores ruso la semana pasada, “EEUU y sus aliados trataran de crear un incidente químico para argumentar una intervención” y para ello le facilitaron la entrega a la agrupación “Hayat Tahrir Al Sham” (con miembros de Al Qaeda)  ocho tanques con Cloro para perpetrar un ataque contra el centro urbano de Idilib que luego sería endilgado a Damasco, tal como lo viene maliciosamente vaticinando la representante de EEUU ante la ONU Nikki Halei.

Ante las evidencias irrefutables de la directa implicancia de Washington en todos estos deliberados crímenes de lesa humanidad, no quedan dudas que todos los intentos por derrocar al gobierno sirio fracasaran irremisiblemente y tendrá –como es justo- el duro juicio que condenara a los EEUU al ostracismo de la historia.



[1] FOREIGN POLICY. “Estados Unidos está cometiendo crímenes de guerra y no sabe por qué”. 15 de agosto de 2018. https://foreignpolicy.com/2018/08/15/america-is-committing-awful-war-crimes-and-it-doesnt-even-know-why/
[3] Caso del Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Ejército en sus siglas en inglés JSOC que tiene entre sus elementos de ataque a los SEALS y células de la CIA.
[4] ABC. “Were israelis detained on Sept. 11 Spies? Published in june, 21, 2002. https://abcnews.go.com/2020/story?id=123885&page=1
[5] GLOBALRESEARCH.Ca. “Un imperio diabólico de Bandera Falsa”. Por Eduard Curtin. https://www.globalresearch.ca/a-diabolic-false-flag-empire/5652963

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