EN LA MIRA
“INVIABILIDAD
ASEGURADA”
La situación interior y exterior de Israel se complica cada día llevando a que se vuelva mucho más inestable su presencia en el Medio Oriente
Por Dany Smith
Mientras los medios globales distraen a la opinión
pública con los asuntos internos de Venezuela y toda la parafernalia que ponen
en rededor de ella, en el Medio Oriente las cosas nunca dejaron de estar tan
calientes como inestables. A la insufrible situación de la población palestina
en general y la de Gaza en particular, se han agregado las continuas
injerencias agresivas de Tel Aviv contra Siria y contra el Líbano con la
advertida intensión de desatar un choque con la resistencia libanesa de “Hizb´allah”.
Pero esta idea causa mucho nerviosismo dentro de los círculos militares y de
inteligencia israelíes, incluso de los más duros de la extrema derecha que
intuyen que un mal cálculo, acabaría con la estabilidad e incluso con la misma
existencia de su estado.
Las presiones son más fuertes que lo que los medios convencionales
pueden mostrar y ello se siente en el aire, aunque los maquilladores
profesionales de aquellos medios sigan
pintando a Israel como un sitio turístico amigable que goza de una tolerancia
confesional entre las comunidades religiosas.
Nada de ello es real. Desde la
declaración unilateral de Jerusalén como capital de Israel las fricciones han
comenzado a afectar a los cristianos quienes durante años han sido como el
jamón del medio en este conflicto, solo que en esta oportunidad, están siendo,
junto a los musulmanes, víctimas de la
frenética campaña de judeización de la ciudad santa que busca sin reparos en
los medios utilizados para tal fin, por hacerla solo para los judíos.
Netanyahu tiene mucho que perder si no logra
distraer a su población y a la comunidad internacional pronto. A los delitos financieros
por estafa que lo tienen procesado junto a su mujer Sarah, sumado a la
creciente impopularidad por las brutales represiones policiales contra los
judíos ortodoxos que reniegan tomar las armas en las FDI, su política racista
de expulsión de judíos negros etíopes; sus
más que inhumanas políticas que lleva adelante contra la población palestina
(sin discriminar a mujeres, niños y ancianos) fomentando la inmigración de colonos judíos de
otros países para dotarlos de armas del ejército con la finalidad de que
usurpen territorios en la Cizjordania y propiedades árabes en Jerusalén, ha
hecho que una franja importante del judaísmo mundial, se sienta abochornado ante esto y las bestialidades que
siguen produciéndose en Gaza.
Es este sector el que está rechazando el estado
político que durante estas décadas se ha sustentado en la sangre y el dolor y
que a la vista de cómo evolucionan los acontecimientos lo lleva, (como lo
pronostico Henry Kissinger) a ser a mediano plazo, insostenible.
Y esta conclusión no surge de un deseo o de la
postura política contraria al estado israelí. Es el resultado de un largo
prontuario de crímenes y violaciones a la Carta de la ONU que se han venido
acumulando desde hace décadas. Pero ello no ha sido por la culpa del terrorismo
de “Hamas” o de la “Jihad Islámica” como continuamente argumentan los voceros
de Tel Aviv.
Ha sido el mismo Netanyahu
quien en los últimos años ha dado una mano importante por complicar la
situación política en la que se encuentra Israel y su misión se ha potenciado
con el apoyo de Donald Trump, declarando a Jerusalén como capital del estado
judío en forma arbitraria e ilegal. Solo los extremistas sionistas festejan
esto mientras que los llamados izquierdistas y corrientes religiosas como los
judíos jaredíes de “Naturei Karta” apoyan y se solidarizan con la población
palestina repudiando la continuidad de este Status Quo racista y bestial.
Detrás de las políticas de Netanyahu y sus
ultraderechistas se encubren multimillonarios negocios inmobiliarios que no
solo provienen del robo impune de territorios palestinos para erigir colonias
que serán habitadas por militantes ultraderechistas bien pertrechados por el
estado, sino también para convertir a vastas extensiones de esos territorios,
en plazas de turismo para engrosar las arcas del estado ocupante sin olvidar
las importantes ganancias que ingresan por la venta de armamento y equipamiento
a varios países.
A ello no hay que perder de vista que Israel usa la
mano de obra esclava palestina a la cual puede utilizar y sojuzgar por la
situación fáctica de encerrona que mantiene sobre la población. Sin dudas que
esto pasara a la historia como el paradigma de la arbitrariedad y el cinismo
internacional.
Para tratar de maquillar todo esto, Tel Aviv y sus
cerebros de la guerra psicológica han venido implementando junto a sus aliados
estadounidenses y árabes del golfo nuevos y más sofisticados programas en este
campo destinados principalmente a frenar la difusión de información que afecte
a la imagen del estado y complique a sus funcionarios en delitos de lesa
humanidad como los tipificados en el Estatuto de Roma que tiene vigencia dentro
de la Unión Europea que dicho sea de paso, es una jurisdicción donde operan
muchas empresas y organizaciones israelíes. Y si bien a Netanyahu, sus
ministros de gabinete y generales poco les ha venido importando el respeto a la
ley internacional, en los últimos años los requerimientos por organismos de derechos humanos ante la
justicia de varios países, ha desatado una gran preocupación que es tema
recurrente en las reuniones de las organizaciones sionistas internacionales.
De esta manera, asesinar a un palestino o toda una
familia con sus bombardeos indiscriminados sobre Gaza hoy no pasa inadvertido
como sucedía anteriormente a la aparición de los medios digitales trasmitidos
por el internet. A la indignación de la opinión pública, ha ido creciendo el activismo político por
las redes sociales en busca de frenar estas aberraciones criminales que
obviamente, no molestan a los ojos del Establishment de Washington pero si les
causa problemas de imagen al momento de salir justificar a Israel. La tarea por
tratar de ocultar este tipo de crímenes abominables y bloquear los
emprendimientos como el BDS se ha vuelto una tarea ingente y difícil de
concretar a la vista de la interconexión global existente.
Incluso el montaje de situaciones supuestamente
amenazantes y de hostigamiento por supuestas células terroristas en el exterior
ya no bastan a la luz de muchos fraudes orquestados por sus propios servicios
de inteligencia. De esta manera apelar a la victimización ya no resulta como
excusa para acallar las críticas y a su vez tratar de limpiarse la sangre de
sus víctimas.
En el último año Tel Aviv ha metido la pata con sus
ataques contra Siria no solo por no haber podido encubrir sus operaciones tras
la recurrente marca de la sorpresa, sino porque en algunas de estas operaciones
ha matado a ciudadanos no árabes. Así paso con los 15 soldados rusos que se
transportaban en un “Iluyin”, fueron usados por los aviones israelíes como
escudo contra los misiles tierra-aire sirios. Pese a que los medios obsecuentes
a Washington y Tel Aviv buscaron redirigir las responsabilidades a los sirios,
Putin que conoce muy bien el tema, responsabilizó a Tel Aviv y no dudo en enviar un mensaje alto y claro a
Netanyahu y sus generales quienes desde ese momento redujeron sus incursiones
aéreas directas.
Algo parecido sucede con Hassan Nasrallah,
secretario general de Hizb´allah, quien hace poco ha salido en una entrevista
advirtiendo a Tel Aviv que modere sus movimientos en torno al Líbano y que no
teme en nada las amenazas de Netanyahu. Incluso el líder chiita aseguro que la
resistencia libanesa cuenta en sus
arsenales con nuevos misiles de mayor alcance y precisión lo que deja expuestos
a sus bases militares y de inteligencia en todo Israel. Al mismo tiempo el gobierno israelí parece
intentar fortificar sus posiciones con mayor inmigración judía y la construcción
de más asentamientos ilegales en territorio palestino que puedan servir como
barrera humana contra una iniciativa de sus vecinos. Sea como fuere, las
terribles políticas de usurpaciones territoriales y desplazamientos de
habitantes palestinos no hace más que
demostrar que el único idioma que entiende Tel Aviv es el de la fuerza.
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