lunes, 22 de abril de 2019


EN DEBATE



“MOVIMIENTOS EN EL TABLERO AFRICANO”

La operación lanzada en 2010 por occidente con el objeto de reconfigurar el Medio Oriente y que los  medios engañosamente llamaron “Primavera árabe” parece abrir un nuevo capítulo que pareciera evidenciar el inicio de otra intentona con el mismo fin


Por Pepe Beru
En todos los aspectos y niveles de la política –y más aún la internacional- nada ocurre al azar o es producto de las casualidades. Si el vocero del Departamento de Estado norteamericano o del Foreign Office británico dicen: “nos ha tomado por sorpresa tal hecho o evento”, créanlo, eso es mentira. Cuando los medios masivos occidentales y sus gobiernos dan explicaciones con este tipo de argumentos o directamente pasan por alto situaciones que pueden hacer pensar a la opinión pública, hay algo grande preparándose detrás del telón. Este breve prologo está dedicado para ver qué es lo que ha sucedido casi de forma simultánea en las últimas semanas en tres países árabes de mucho interés estratégico para Washington, Londres  e Israel y nos referimos a Sudán, Libia y Argelia.

Como en 2010, todo comenzó con el descontento social y político por la innegable situación de insoportable corrupción en países árabes como Túnez que fueron aprovechadas por células de agencias de inteligencia occidentales para –mediante la manipulación de las redes sociales- crear “protestas espontaneas” que fueron creciendo en intensidad y violencia hasta convertirse en hordas de milicianos armados que con el paso de los meses fueron sofisticando sus pertrechos a tal nivel, que los medios debieron inventar los más diversos y ridículos argumentos que taparan la realidad de lo que verdaderamente estaba pasando detrás de los montajes para vender bajo el nombre de la “Primavera árabe”.

Hace una semana atrás se corrían noticias muy extrañas provenientes de la Libia balcanizada por la OTAN (de la cual entre otros salieron los principales jefes del “ISIS”) y que hacían referencia a la huida súbita de los asesores militares y toda la representación norteamericana en el país árabe ¿Pero por qué? Aparentemente los viejos amigos de una de las facciones que ellos mismos habían apoyado para traicionar y derrocar a Gadaffy en 2011 ahora estaban cercando Trípoli[1]. Gracias a esta invasión que “Al Qaeda” y el por entonces prototipo del “ISIS”, se desarrollaron en Libia y sin problemas se trasladaron a Siria.  Las explicaciones de Washington, por más imaginativas que ellas sean  para poder lavarse las manos en este asunto, no serán suficientes para convencer a un Comité de Inteligencia del Senado si se abriera una investigación.

Otro de los implicados en el desastre libio fue sin dudas Naciones Unidas, que tras prestarse a los enjuagues políticos de la entonces Secretaria de Estado Hillary Clinton, hundió a la organización aún más en la ciénaga de la incredulidad.  Por ello y sin dudas, se trata de otro asunto sucio de occidente que queda expuesto a la luz de la opinión.

Desde Argentina la noticia era vista –y como de costumbre- con el prisma monocromático de la Corporación de medios anglosajona que desde hace tiempo nutre a la red empresaria de medios local, salvo claro la intervención de los medios rusos quienes comenzaron a tener llegada a gran parte de los habitantes de la región y que en gran medida ayudaron a repensar las noticias e ir develando grandes embustes que se escondían por detrás de estos movimientos y los atroces crímenes en que desembocaron tras el derrocamiento del gobierno libio en 2011. El tiempo vindico esta visión oriental de los eventos y hoy sabemos por ejemplo, que británicos, franceses, qataríes, israelíes y sauditas –apoyados discretamente por Washington- con el contubernio de la Hermandad Musulmana (una organización basada sobre una ideología seudo religiosa creada por los británicos y el “Gran Mufti” egipcio hace más de un siglo)[2] desplegaron batallones de mercenarios (Yihadistas) y que a Mohammar Al Gadaffi lo asesinaron esos mismos mercenarios pagados y que muchos de ellos ni eran libios ni árabes.

Por supuesto que revelar y menos aún debatir semejantes puntos de vista en un país gobernado por sectores políticos que se hallan controlados por embajadas como la de Gran Bretaña, ello no era (y aún menos lo sería hoy) aceptado como una “versión seria” de los hechos y durante mucho tiempo sus noticieros y columnistas de opinión de los medios calificados de conservadores, se dedicaron a discurrir  las anodinas y maquilladas versiones bajadas desde los medios estadounidenses y europeos.  

Hoy con los acontecimientos que nuevamente se están desarrollando en el estratégico cuerno de África nos vuelve a llamar a la reflexión sobre quiénes y qué se está buscando con los cambios impulsados.  En Argentina pocos o muy pocos saben que el 11 de abril último hubo un golpe de estado contra el presidente sudanés Omar Al Bashir; incluso menos son quienes saben quién es este hombre y cuál es su historia. Desde los medios occidentales se dirá que se trata de un hombre malo y un réprobo gobernante musulmán, responsable de toda la cruenta situación en su país; pero algo que jamás dirán es que siempre estuvo en la secretitud y desde muchísimo tiempo,  apoyado por  las potencias occidentales (particularmente Gran Bretaña) para servir de contrafuego de las aspiraciones de otros intereses geopolíticos (caso de China). Como bien lo informan autorizadas fuentes, el origen de la violencia en el Sudán data desde comienzos del siglo XX, en pleno de la colonia británica en el Norte de África con base en Egipto y en lo que hace al verdadero papel del régimen de Omar Al Bashir en dicho punto del mapa, revela las incumbencias más impensadas de la política internacional o es que ¿Acaso alguien en Buenos Aires se imaginó siquiera que sudaneses de 14 a 17 años de edad fueron enviados a combatir a los Houtis en Yemen bajo directivas de Riad y conveniencia de Tel Aviv?  En realidad, pocos serían los periodistas con criterio independiente que se atrevieran a discurrir sobre semejante contubernio.

No hay que olvidar que pese a que el Sudán ha sido pintado como el refugio o el santuario de terroristas perseguidos por la “justicia”, ello era una mera máscara para engañar a los incautos. La entrega en bandeja de Carlos Ilich Ramírez Sánchez alias “El Chacal”[3] y el asilo concedido al agente de la CIA Osama Bien Ladem[4] luego del 11 de septiembre de 2001, son los ejemplos cabales de cuál era el verdadero Status Quo en Jartum.  Obviamente, con la instauración de éste gobierno militar pro saudita, las cosas no cambiaran. 

Estas inconfesables relaciones oscuras guardadas mucho tiempo bajo el velo de la clandestinidad cómplice de semejantes actores, revela el porqué del destino de un hombre como Al Bashir y su aparente impunidad ante los requerimientos de la Corte Penal Internacional. Ni a Londres, ni a Washington y mucho menos a Tel Aviv le interesaba cuestionar la brutalidad de éste representante de la Hermandad Musulmana tan útil y activa en el proceso de descomposición política impulsado durante la era Obama sobre el mundo árabe.

Es por ello que el derrocamiento del presidente sudanés Omar Al Bashir sin dudas responde a otras causales y ellas claramente están ligadas a los intentos desesperados de Washington y Londres por retomar sus objetivos por reconfigurar definitivamente el mundo árabe-islámico (fracasada en Siria) poniendo a la cabeza de las operaciones a uno de sus más prominentes alfiles en la región como sin dudas lo es Arabia Saudita, actor principal en el apoyo al golpe militar contra Al Bashir.


[1] THE SUNDAY TIMES. “US Military pulls out of Lybia as rebels close in on Tripoli”. Published in April 8, 2019, https://www.thetimes.co.uk/article/us-military-pulls-out-of-libya-as-rebels-close-in-on-tripoli-xnpsws5r9
[2] The Guardian.com. “No merezco esto: El solicitante de asilo egipcio en el limbo en el Reino Unido”. Publicado el 30 de marzo de 2019. https://www.theguardian.com/world/2019/mar/30/i-do-not-deserve-this-the-egyptian-asylum-seeker-in-limbo-in-uk  
[3] Carlos Ilich Ramírez Sánchez: https://es.wikipedia.org/wiki/Ilich_Ram%C3%ADrez 
[4] GreenLeft.org.au. “Cómo la CIA creo a Osama Bin Ladem”. Publicado el 18 de septiembre de 2001. https://www.greenleft.org.au/content/how-cia-created-osama-bin-laden

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