“CASA REVUELTA”
Los problemas y
los escándalos no paran de asolar al presidente Trump, su pasado vuelve a
ponerlo en la escena y los demócratas liderados por Hillary Clinton, Nancy
Pelosi y los independientes como Sanders están a la saga ¿Será usado el escándalo sexual de Jeffrey
Epstein contra Donald Trump?
Por Javier B. Dal
Hay cierto aire de fastidio y hasta de fustigación
que se respira en los pasillos de la Casa Blanca. Las paredes y los cuadros
parecen escuchar y observar (diría alguien que ya paso por allí y sabe de las
sigilosas medidas de seguridad existentes), algo que no ha sido un problema en
esconder para los celosos sistemas del servicio secreto del presidente que pese
a las incongruencias en las que éste pueda incurrir, ellos se deben a su
protección.
Los viejos zorros de la política en Washington y que
han recorrido millas en estos pasillos, saben que una palabra de más puede ser
grabada en su contra, mucho más hoy con las intrigas que se han tejido en rededor
del presidente Trump quien es acosado por una misteriosa resistencia de
funcionarios que operando de incognito y desde adentro, tratan de sabotear las
políticas de la Casa Blanca.
Hoy Trump se ve asediado tanto desde dentro como
desde afuera, algo que podría hacer colapsar su capacidad psíquica de afrontar
los problemas que debe atender. En las últimas horas un hecho escandaloso
sacudió los cimientos de la sociedad neoyorkina y del Establishment financiero.
Un nuevo escándalo de pederastia en la exclusiva elite
política y financiera estadounidense –después del Pizza-Gate con Hillary Clinton y Cia-
sacude Washington y toca de cerca al ampuloso mundo de las finanzas de New York
y al propio gobierno de Trump que además de las intimas connivencias, revela un
alcance más allá de los EEUU. Quien se
habría imaginado que el en apariencias respetuoso magnate Jeffrey Epstein, un
celebrado personaje de la comunidad judía neoyorquina con grandes amigos tanto
entre demócratas como republicanos era
un depravado sexual.
Epstein al igual que muchos de sus poderosos
paisanos era sinónimo de impunidad, o sino pregúntese usted ¿Ha visto que sea
procesado Paul Wolfowitz, Robert Perle, Lewis “Scootie” Libby, Jhon Bolton o el
reconocido criminal Elliott Abrams? Y si hablamos de la industria del cine –importante pilar de la propaganda
norteamericana- tipos como John Besh, Harvey Weinstein o Woody Allen han
saltado la cerca de la justicia desatando los cuestionamientos sobre la
“igualdad ante la ley” que debiera ser parte de la manda constitucional de los
Estados Unidos. Cualquier prosecución se demora misteriosamente y pocas veces
llega a una corte de justicia.
La justicia norteamericana lo venía siguiendo desde
hacía años sin éxito. Sus crímenes son más que aberrantes pero, el peso de sus
conexiones con el poder causaba interferencias en el curso de la justicia.
Parte de este fracaso estaba sin dudas en las influencias con las que contaba
Epstein y que sin dudas hizo valer al momento que la justicia estaba por caerle
encima. En 2008 pudo escapar al rigor de la ley gracias a un arreglo que
planteo en esos momentos el fiscal federal de La Florida Alexander Acosta quien
actualmente ocupa el Ministerio de Trabajo de la administración Trump.
Epstein contaba con la amistad de entre otros, el
mismo Bill Clinton, el Príncipe Andrés de Gran Bretaña y por supuesto, el
estrafalario multimillonario Donald
Trump. Cada uno de estos grandes amigos
salieron inmediatamente a desligarse de aquellos años de amistad para, en una
clara muestra de canallada, desconocieron los crímenes cometidos por el señor
Epstein. Algo similar sucedió con el señor presidente quien allá por el 2002
califico a Epstein como un “tipo estupendo, a quien le gustan las mujeres mucho
más jóvenes”.
Este viejo amigo de ruta de Donald Trump además de
consumir sexo de niñas que además de aprovecharse de las desventajas
económicas, ellas eran menores de edad, tenía montada una extensa red de
prostitución VIP que se distribuía por los EEUU.
Según se ha informado, Epstein desde hace años
habría abusado de niñas en Florida y Nueva York sin que las denuncias de
aquellas hicieran mella en su reputación. Si alguien se cree que en los EEUU
existe la ecuanimidad y la aplicación ciega de la justicia, usted se equivoca
de cabo a rabo. Quien tiene el dinero y los contactos suficientes en el poder,
se asegura de que no será tocado por los tribunales salvo que se trate de algo
muy difícil de tapar. Cuando en 2008 fue procesado, solo lo fue por cargos
menores que ni rozaron siquiera las aberraciones que éste prominente usurero
cometía contemporáneamente a estas acusaciones.
La historia de abusos y sometimiento sexual en los
altos círculos de la sociedad y la política norteamericana es larga solo que en
las últimas décadas, se ha ido ventilando y por capítulos y con mucha
precaución, como grandes e influyentes personeros de la vida política
estadounidense se han visto envueltos en escándalos sexuales de los cuales no
han podido volver.
El caso del presidente demócrata Bill Clinton con la joven becaria Mónica
Lewisnky, que satisfacía las urgentes necesidades del inquilino de la Casa
Blanca, es tal vez el ejemplo más grafico de cómo se podían ganar puntos dentro
de la política.
En este sentido, las “teorías” o las “fabulas
callejeras” como las califican los
medios- que hablan de historias sobre fiestas negras en las que se ven
implicados menores de edad, drogas y altos personajes de la vida política
estadounidense ya han dejado de ser un mito ridiculizado por los medios o
incluso por películas de la industria del cine, dejando en el centro de la escena
a varios personajes de Hollywood, La Casa Blanca y el Congreso.
Algunas fuentes han dejado trascender que Trump
agarrándose la cabeza en el salón Oval dijo a uno de sus asesores estrella mientras
miraba para el ventanal de su despacho “Dios, cómo pude haberme sacado fotos
con éste tipo”.
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