miércoles, 27 de noviembre de 2019



“FRUTO ENVENENADO”
Qué es lo que esconden las ayudas de EEUU a los países tercermundistas y cuáles son las consecuencias de aceptarlas?

Por Charles H. Slim
Si como dijo el entonces Secretario de Defensa Robert Gates allá por el 2007 que “necesitamos gastar más en diplomacia que en comprar armamento”, usted creería que de haberlo escuchado la Casa Blanca tal vez hoy estaríamos viendo un mundo muy diferente. No se equivoque, eso no es lo que el quiso decir. Su comentario estaba más dirigido a golpear el orgullo de los militares del Pentágono que otra cosa. Es que todo lo arreglan con bombas y matanzas algo que ha terminado arruinando la reputación del país. Desde la perspectiva de Gates, los militares no tienen la capacidad (y menos aún la intensión) de plantear el desarrollo de nuevas tácticas de manipulación y de infiltración que logren el mismo propósito pero sin la necesidad de costosas guerras impopulares.

Gates se refería precisamente a invertir en programas más sofisticados de “persuasión”psicológica  para volcar las voluntades a favor de sus acciones. 
Una de las tácticas más conocidas en América Latina es la implementación de los programas de ayuda por el El Departamento de Estado y su Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) como presuntos y desinteresados benefactores para el desarrollo de la democracia y la libertad en los países donde desembarcan.  Todo eso, no es más que una mascarada que ya no puede ocultarse.

Lo ocurrido en Bolivia el 10 de noviembre pasado, demuestra como influyeron estas agencias para torcer procesos políticos adversos a Washington.  Hace unos años atrás, antes de ser expulsada por Evo Morales la USAID “donó” a los Comités Cívicos y a la Unión Juvenil de Santa Cruz de la Sierra ligada a los sectores evangelistas –neosionistas- la friolera suma de 84 millones de dólares con los cuales pudieron progresar en sus actividades contra gubernamentales.  

Más allá de los discursos y las palabras, esas “ayudas” salen dinero que en parte proviene de los impuestos de los estadounidenses. Esto causa una tensión permanente entre los sectores “moderados” y los “halcones” del Congreso tratando de volcar los presupuestos para un ministerio u otro.

Desde la asunción de Donald Trump pese a su política de retracción de fuerzas militares en el exterior y sus recortes de cooperación con la OTAN, el presupuesto militar se hubo incrementado en forma excesiva.  El gasto militar no se incrementaba así desde 2010 informan algunas fuentes señalando que desde que Trump entro a la Casa Blanca uno de cada tres dólares van a parar al gasto militar. Los números de esto son francamente obscenos pero para los neoconservadores esto esta justificado. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) en 2018 EEUU destino 649.000 millones de dólares lo que representa un 3,2% del PBI del estado de la Unión.

Robert Gates en el Pentágono

Para comienzos del año 2019 el Congreso había aprobado un presupuesto de 716.000 millones de dólares lo que indica una notable suba con respecto al presupuesto anterior  representando a su vez un 17% del presupuesto federal. Esto además de promover una nueva carrera armamentística, viene contribuyendo al aumento astronómico del déficit público norteamericano que termina repercutiendo en la situación interna del país.

Igualmente estos dineros han sido destinados para la investigación y adquisición de nuevos equipamientos militares y para la celebración de contratos de armas con las Corporaciones armamentisticas –que cotizan en bolsa- como Raytheon (RTN) y la Lockheed Martin (LMT) entre otras, postergando partidas de dinero para sectores relacionados con “operaciones especiales” y de colaboración con “aliados” en el extranjero quienes –no hace falta decirlo- son leales por el dinero y nada más.  

La política de inversión en programas de armas no convencionales esta destinada a la adquisición a mediano plazo de nuevos sistemas de armas y equipos, que se ha visto urgido por consejo de los asesores y estrategas militares tras las revelaciones hechas por el mismo Vladimir Putin en marzo de 2018 presentando ante el público –entre otros- los novedosos misiles intercontinentales “AVANGARD” producidos por la Industria de Ingeniería “Krasnoyarsk”, que tras ser lanzados pueden recorrer todo el globo eludiendo todos los escudos de defensa existentes y llegar sin problemas a cualquier  base y ciudad de los EEUU.

El argumento político que se ha dejado entrever es que si la diplomacia no da los resultados esperados por la Casa Blanca, la única opción que queda es la militar. Es por este tipo de excusas que Washington continua volcando dineros de su presupuesto federal y de otras fuentes no claras (como el tráficos de armas, nárcotrafico y demás ilícitos), para por una parte acopiar nuevas armas para sus fuerzas armadas y por otra, mantener ciertas situaciones clandestinas en escenarios de importancia estratégica.

Mike Pence con los militares de la base Ain Al Asad

Por lo pronto, los esfuerzos políticos por reconducir los presupuestos mas jugosos al área militar se han visto en la ultima visita de Mike Pence al Kurdistán iraquí  donde tras reunirse con los personeros del Clan Barzani, ha llamado al Congreso a acelerar el envío de mayor presupuesto para mantener las lealtades de estos sectores que sirven para mantener los objetivos de EEUU en el norte de Iraq. Pence y su mujer llegaron a la Base aérea en el desierto de “Ain Al Asad” que mantiene en el norte de Iraq donde tras encontrarse con los comandantes militares que la regentean, fueron conducidos a Irbil donde se entrevisto con el jefe de la región autonómica del Kurdistán Nechirvan Barzani a quien le garantizo que lo sucedido con los kurdos sirios (tras abandonarlos a su suerte), es una situación muy diferente de lo que tienen con sus pares iraquíes. Esto último referido a la supuesta cooperación de los kurdos en la lucha contra el “Estado Islámico”, no debiéndose olvidar que quienes realmente degradaron y sacaron fuera del juego a este embuste seudo-yihadista fueron las fuerzas rusas que intervinieron en Siria.

Pence un fervoroso sionista llega a Iraq en momentos que el país se sacude de norte a sur, por una población hastiada de la miseria, corrupción y bestialidad de los gobernantes los cuales el vice estadounidense parece olvidar que fueron colocados por sus predecesores en la Casa Blanca quienes a su vez curiosamente, son sus colegas neoconservadores. Sumado a ello, Pence choco contra una pared cuando fue plantado por las autoridades iraquíes que se negaron a recibirlo.  Agregado a ello, la población local desde hace años que no siente la menor simpatía por los estadounidenses.

Pero para cubrir estas inconsecuencias y sin la posibilidad de ir a Bagdad –simplemente porque no los recibirían ni se le garantízaría su seguridad-, Pence llamo telefónicamente al primer ministro iraquí Adil Abdul Mahdi para sermonearle sobre como evitar violar los derechos humanos de los manifestantes pacíficos sugiriéndole al mismo tiempo que le conviene alejarse de Teherán, tratando de sugerir que esta vinculado a los desmanes que vive el país ¿Muy conveniente, no?

Algunas fuentes informativas daban cuenta que muchos jóvenes provenientes de Jordania, Irbil y Oman, usando la misma táctica de la USAID, habían sido reclutados y preparados por la embajada de EEUU en Bagdad para llevar adelante varios actos de violencia durante las manifestaciones pasadas. Asimismo ello no excusa la brutalidad desmedida de las fuerzas policiales que causaron varias masacres que continúan la zaga de arbitrariedades que los anglo estadounidenses instauraron desde la invasión de 2003.

Pero a Pence se le pasa por alto que fueron ellos (sus predecesores) quienes además de colocar a títeres como Al Alawi y Nouri Al Maliki, entrenaron a las actuales fuerzas policiales y militares –en especial sus Fuerzas antiterroristas del ISOF- de Iraq, las cuales sin lugar a dudas –desde su cooperación con la ocupación- han cometido más crímenes contra la población que el anterior régimen de Saddam Hussein.

Al mismo tiempo y mientras se compran más armas, se despliegan otros grupos muy bien promocionados por los medios que bajo los ropajes de asistencia y ayuda humanitaria, tienen la finalidad última de operar sobre el ánimo y las mentes de los mismos habitantes, a los fines de convencerles de que el enemigo es su propio gobierno mientras que los grupos especiales anglo estadounidenses  y los Peshmerga kurdos bajo la aplicación de leyes antiterroristas dictadas por Washington, les oprimen a diario y desplazan de sus hogares. 

Mientras Washington despliega estos grupos con sonrisas y mucho marketing publicitario, la CIA usa a estos como puertas de ingreso para lavar sus actividades ilegales.  No es ni más ni menos que una de las vías de consecución de los fines encargados por el Departamento de Estado. Entonces ¿Acaso el vice Pence, el Secretario de Estado y el presidente no saben nada de estas inconsecuencias? Por supuesto que lo saben; no los detalles, pero si de la ejecución de ellas.

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