“BADLY ADVISES”
Cuáles pueden
ser las consecuencias de más consejos equivocados al presidente? ¿Acaso han
sido deliberadamente prestados para perjudicarlo?
Por Dany Smith y Lynda O´Rubens
Aún no terminan las repercusiones sobre las
consecuencias de las represalias iraníes lanzadas contra las bases
estadounidenses en Iraq. Las mentiras vertidas por Donald Trump en su rueda de
prensa del 8 de enero no tardaron en quedar rápidamente expuestas y fue allí
que tras revelaciones internas del mismo Departamento de Defensa y del
Pentágono, quedo en claro que había que “esconder la basura bajo la alformbra”
como diera lugar. Pero Trump no es el único culpable de esto. Todos sus
predecesores y en especial los últimos, fueron pioneros en el encubrimiento de
sus crímenes de estado. Esto, ante las veladas intensiones de usar este
episodio para agregarlo al Impeachment que ya ha comenzado a procesarse en su
contra.
Para los agitadores de la prensa gráfica y la Corporación
de medios anglosajona que reverbera la ideología neoconservadora, se trato de
una torpeza que acerca a Trump a un destino similar al ocurrido a Jimy Carter
tras la crisis de los rehenes en 1979 que valga la aclaración, fue comentada a
medias y tendenciosamente por los historiadores en Washington.
Para la prensa iraní, la respuesta denominada
“Operación Martir Soleimani” fue un duro y contundente escarmiento a las
acostumbradas políticas criminales de Washington. Fue un golpe simbólico y
vindicativo para los incontables mártires causados durante décadas por la
impunidad que le da su mero estatus de potencia militar y política. Más allá de
las contradictorias versiones que últimamente han salido de la misma administración
en Washington, todo demuestra que han habido consecuencias (y muy luctuososas) para
los EEUU que involucraron la muerte de varios de sus efectivos militares.
En síntesis, Teherán dejó en claro que de haber
querido matar más soldados estadounidenses lo habría hecho y al mismo tiempo, demostró
que tiene la capacidad convencional para escarmentar a quienes han venido
presionando y conspirando contra su soberanía política y económica.
Al mismo tiempo, Washington ha perdido el poco apoyo
político que le restaba en Bagdad dado que ya es oficial el reclamo político de
la inmediata salida de todas las tropas del suelo árabe y el reinicio de las
actividades de los diversos grupos de la resistencia armada en tiempos de la
ocupación (2003-2011) que en realidad nunca se suspendieron. Sumado a ello, el
repudio generalizado entre la población iraquí ponen más presión a los sectores
de la política colaboracionista que trata de que ello no ocurra. En este
sentido las últimas y masivas protestas populares en Bagdad encabezadas por el
clérigo chiita Moqtadar Al Sadr pidiendo la salida de los estadounidenses de
Iraq, despejan las dudas que puedan quedar sobre ello.
Pero el traspié de Trump y sus instigadores ha
desatado un efecto domino en todo Eurasia ya que, no son pocos quienes ven
detrás de este magnicidio (asesinato de Qassem Soleimani), un plan bien
pergeniado y direccionado para que los EEUU desate una nueva guerra regional
con objetivos predecibles y apetecibles para algunos de sus socios, en
particular Israel que trata de formar su propia agenda para extender sus planes
destinados a obstruir el desarrollo científico y técnico de los países
islámicos del Centro sur de Asia. No hay que olvidar que Donald Trump es solo
un “figurín”, el rostro visible pero pasajero del poder real que controla a los
EEUU y para colmo, tiene la cara y personalidad perfecta para que todas las
culpas le sean imputables. Como se diría en el vulgo “es el idiota perfecto”.
Algunas decisiones centrales parecen demostrar y
confirmar este peligroso amateurismo. La repentina retirada del Tratado INF en
agosto de 2019 pareció un acto provocativo poco inteligente hacia la Federación
Rusa pero cabe preguntarse ¿Fue él quien tomo esta decisión estratégica? Y
¿Para qué la tomo? Se sabe que el empresario Donald Trump es un sujeto
altamente maleable e influenciable si se usan las palabras correctas y quienes
lo asesoran casualmente, tienen una larga experiencia gubernamental y son
expertos en fabricar artificios y falsedades.
Sumado a estos, no hay que desdeñar a los lobistas pro-Israel
que, además de ser vanagloriados por el mandatario norteamericano, tienen un
extendido e importante papel en la política exterior de los EEUU y mucho más,
cuando se busca ilegal e ilegítimamente degradar la situación política, social
y económica –mediante interminables
sanciones- de la república Islámica de Irán. Esto último ya viene siendo un
tema muy discutido dentro del electorado y la ciudadanía en la misma Unión que
se sintetizan con slogan tales como “No queremos pelear guerras ajenas” o “No
más sangre estadounidense por Israel”.
Pero hay otra pata que no hay que descartar en todo
esto. Ella es la vinculada al poderoso sector corporativo privado vinculado a
la industria del armamento y la defensa que desde hace tiempo traban con el
estado federal multimillonarios contratos para la investigación, desarrollo y
provisión de armas. Para ellos las guerras son la sal de la vida (si así
podemos decirlo) y no hay nada más imperioso para la ganancia y el
sostenimiento de sus empresas que la desestabilización política, social y
económica de países y regiones que luego serán campos de batalla y por
supuesto, potenciales clientes de sus productos.
firma de los Trtados INF entre Gorbachev y Reagan |
En este sentido, tumbar los tratados que se habían
firmado en épocas de la Guerra Fría con la URSS, trae aparejado el desmonte de
una valla legal convencional que traba los negocios para el desarrollo abierto
de armas de destrucción masiva. No hay que olvidar que las industrias Raytheon y Lockheed Martin han estado desarrollando misiles prohibidos por los
tratados firmados con la entonces URSS y que siguieron vigentes con la
Federación Rusa. En este marco ¿No es muy conveniente esta intempestiva salida
del Tratado INF y del Acuerdo nuclear de 5+1 con Irán?
Si realmente EEUU buscara la estabilidad y la paz en
lugares donde nadie lo ha llamado y en los cuales interviene en forma solapada,
no borraría con el cojo lo que ha firmado con la mano. Con estas maniobras turbias
queda muy claro cual es su política de estado para el exterior.
Crear la inestabilidad ha sido la única política
productiva que Washington ha demostrado impulsar para insertarse en el mundo.
Asesinar a un importante funcionario de una nación soberana como Irán –demonizado por la prensa occidental
pro-sionista- no puede perseguir otra cosa que la reacción histérica y
descontrolada de Teherán y del chiismo regional algo que por suerte –y a diferencia de otras oportunidades-,
no han logrado. Y sin dudas el motivo del aplomo de Teherán ante este hecho
criminal, un verdadero Casus Belli del
derecho internacional es la posición estratégica de Rusia y China que saben y
están preparadas para contrarestar las intensiones de EEUU por desembarcar en
la región.
Actualmente, China es consciente de la amenaza
militar y comercial que EEUU representa para sus intereses, en particular para
los marítimos en el Pacifico y al mismo tiempo, Washington ha estado viendo con
desconsuelo y preocupación como en forma sostenida las políticas marítimas
chinas han ido tomando mayor influencia en este sector.
Pero la política exterior del chantaje y el apriete
mafioso que utilizan los neoconservadores en Washington –y sus socios ocultos que operan mediante sus Lobies en el Congreso- no
podrá prosperar en Eurasia, no al menos si el Kremlin y Pekin siguen cooperando
e invirtiendo como la han venido haciendo, en el desarrollo de políticas
regionales de estabilidad y cooperación en materias estratégicas que abarque a
todas las naciones periféricas de ambos gigantes.
Sin lugar a dudas ello representa un serio obstáculo
para los planes de Washington. Las políticas proactivas de cooperación bilateral
en defensa y lucha contra el terrorismo que han establecido ambas naciones que
hacen extensivas en su participación a Irán, ayudará y en mucho, a desarticular grupos y
células terroristas que son apoyadas desde la clandestinidad por las agencias
de inteligencia occidentales que operando desde bases en Afganistán con la pretensión de instalar el caos en el corazón
euroasiático que le permita a los EEUU y a la OTAN inmiscuirse con esa vieja
excusa que han usado para tratar de reconfigurar el Oriente Medio: La
intervención para la lucha contra el terror.
Quedará esperar que Donald Trump no vuelva a cometer
otra torpeza estratégica que pueda comprometer a los intereses estratégicos de EEUU
dado que hacerlo, más que arriesgar su credibilidad (la cual ya no existe)
podría desatar un conflicto de alcance global.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario