“UNA CHANCE PARA EL DESARROLLO MULTILATERAL”
Por qué el Foro Económico Euroasiático es una
oportunidad de oro para Argentina y todo el Cono sur. Hay un mundo para el
desarrollo más allá del occidente anglosajón
Por Charles
H. Slim
La actual situación en Ucrania ha complicado el
desarrollo y la economía no solo de Eurasia sino también de todo el mundo. Esto
claramente se ve potenciado por las sanciones y las medidas tomadas por
Washington tendientes a estrangular económica y financieramente a la Federación
rusa intentando con ello, que el mundo le siga en este plan.
A diferencia de otras
épocas y en particular de otras crisis, EEUU y sus socios no tienen el apoyo
suficiente para tales pretensiones aunque igualmente y por la mera arrogancia
de la administración Biden, está hundiendo a la economía propia de los EEUU y la
de una buena parte de los países del hemisferio occidental.
Una vez más queda muy claro
que invertir bajo las reglas del hegemonismo norteamericano trae pérdidas y
mucha desigualdad, que aunque al comienzo no se noten sus consecuencias, solo
basta esperar un breve lapso de tiempo para que estalle. Y es que el principio
de su capitalismo autoproclamado “democrático” no es nada democrático ya que
donde alguien tiene que perder para que EEUU gane, informa que es un sistema
nocivo y excluyente.
En este contexto y tras
una extensa exposición de lo que significa adherirse a las políticas estadounidenses
¿Cuáles serían las alternativas para que un país emergente o en vías de desarrollo
pueda desarrollarse por fuera del sistema draconiano angloestadounidense? La respuesta parece estar en Oriente.
Durante gran parte de
la existencia política de Argentina (1853 hasta hoy), sus mercados y negocios
han estado voluntariamente ligados al mundo anglosajón (principalmente con el
Reino Unido). Hasta no hace mucho, la idea de apertura al mundo oriental (mundo
árabe-islámico, China y Rusia) despertaba rechazos y escepticismo que era
funcional a Washington y Londres.
Ese escepticismo
también estaba (que aún se mantiene en algunos) en el empresariado argentino,
acostumbrado a lo seguro y conocido.
Es la naturaleza de
cualquier empresario cuidar sus inversiones y acostumbrados a tratar con
mercados en occidente regidos por el dólar ¿Por qué salirse de allí? La
respuesta a esta cuestión ya esta vigente en la realidad que se ha venido
configurando en las últimas décadas. EEUU además que ejerce un proteccionismo sobre
muchos de sus productos e industrias, impidiendo muchas de las exportaciones de
otros países, ejerce políticas nada democráticas para el comercio exterior y
para peor, escapa a cualquier tipo de observaciones por el nada secreto control
de entidades como OMC.
Hoy Washington usa esas
influencias para una guerra comercial contra Rusia y China algo que esta siendo
pagado por el resto del mundo y en particular, por quienes se someten a sus
políticas (la Unión Europea). En este contexto, Rusia ya venía negociando una
amplia cooperación comercial estratégica con China y en la semana pasada ampliada
más allá de Eurasia. Fue así como el presidente Vladimir Putin encabezó el Foro
Económico Euroasiático en Bishkek, Kirguistán (https://forum.eaeunion.org/en/), al cual además de sus cinco miembros (Rusia,
Bielorusia, Armenia, Kazajstán y Kirguistán), asistieron 14 representaciones de
países de otros continentes. Esto último demostró la autodeterminación de estos
países que no se dejaron intimidar por las sanciones occidentales.
Esto es una
consecuencia de la actual situación en Ucrania y la señal clara de la formación
de un nuevo paradigma geopolítico signado por nuevos escenarios para el
desarrollo económico, comercial y financiero que abra nuevas rutas comerciales
con el inevitable y necesario desarrollo industrial para construir sistemas
logísticos aptos para este escenario.
Esto es muy auspicioso
para la Argentina sea dentro del marco del MERCOSUR o de forma independiente ya
que, es una asignatura pendiente para abrirse a nuevos mercados más amplios
mediante sus propias flotas de transporte de carga. Obviamente que ello
requerirá de políticas profundas y bien planificadas para tener al estado
argentino como un socio serio y confiable. La participación en el esquema del
Foro Euroasiático le daría esta oportunidad de oro y de esa manera, acercaría
al cono sur el un extenso mercado euroasiático y perfeccionaría el aún imperfecto
mercado que mantiene con China.
Con esto, Buenos Aires
dejaría de rogarle al Uruguay que se acople al MERCOSUR y entienda que la
Argentina no puede esperar que uno de sus “socios” haga la suya a costa de sus
propios intereses. Es por eso que hace
tiempo que Argentina debió haberse unido al BRICS y es de extrañar -aunque
en realidad no- que no hubiera hecho en momentos que había un gobierno
(CFK) que supuestamente tenía buen entendimiento con Rusia.
Para que esta
alternativa sea viable el gobierno argentino deberá estabilizar su economía y demostrar
que tiene un compromiso basado en reglas de juego claras y seguras que den
previsibilidad sobre sus políticas y participación dentro del área.
Abordar con seriedad
esta posibilidad, podría llevar a la Argentina a integrarse a bloques económicos
como Comunidad de Desarrollo de Sudáfrica (SADC), BIMSTEC y en los acuerdos de
Libre Comercio entre ASEAN (China) y la EAEU (Rusia) como alternativa a un
bloque occidental afectado por una inflación galopante, transportes costosos y
una energía cara producto de políticas unilaterales y agresivas destinadas a
beneficiar a y solo a norteamericanos y británicos.
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