domingo, 9 de noviembre de 2025

  

REALISMO GEOPOLITICO

¿Quién y cómo limitará las ambiciones de Washington por un cambio de régimen en Venezuela?

 

Por Charles H. Slim

Mientras nuestros amigos de los medios rentados en occidente, siguen silenciando lo que sucede en el Caribe y mucho más, los planes estadounidenses para lanzar una invasión sobre Venezuela, la geopolítica se despliega en todo su esplendor en un verdadero duelo de nervios que no se veía desde los preparativos de aquella infame coalición de 31 países para atacar a Iraq en 1991[1]. A diferencia de aquel momento hoy EEUU no cuenta con la impunidad para ello.

Un grupo de tareas de la Armada que implica un submarino nuclear armado con misiles Tomahawk y la pronta llegada del portaaviones nuclear “USS-Gerald Ford”[2] a la zona ponen en perspectiva las verdaderas intenciones de la “democracia estadounidense” sobre la Venezuela.

A estas alturas, el argumento de la lucha contra el “narcoterrorismo” ya no tiene asidero. Incluso las ejecuciones ilegales y extrajudiciales que representaron los desproporcionados ataques contra lanchas pesqueras en las aguas adyacentes implicarían crímenes que debieran ser atendidos por la Corte Penal Internacional.

Pero conociendo las presiones[3] e incluso las amenazas que Washington ha desplegado sobre este organismo, no debemos albergar esperanzas por el momento. Igualmente (y por los precedentes)[4] no es la ley o el respeto al derecho internacional lo que pesa aquí sino, el poder real, único factor con el que cuenta EEUU para imponer su voluntad sobre otros.

Precisamente y si alejamos el lente para observar en perspectiva la geopolítica MAGA de Trump, vemos que es tan agresiva y cínica como la de sus predecesores. No solo en Ucrania continúa proveyendo recursos para la guerra de poderes contra Rusia, también vemos su expansión militarista en Groenlandia[5], el apriete a Panamá para olvidarse de reivindicaciones sobre el canal[6] y últimamente teatralizando una supuesta preocupación por los cristianos nigerianos[7] para meter a los marines en el país mediante una intervención “rápida y brutal”[8].

En el caso de Venezuela las cosas no se presentan nada fáciles. Más allá de las bravuconadas y las estridencias de Trump ante la prensa, de las operaciones psicológicas de la CIA (con la cooperación del MI6)[9] a las que se prestan opositores con la señora Corina Machado[10] al frente y que develan un intento desesperado de “cambio de régimen[11], los generales y asesores del Departamento de defensa están bien al tanto de los riesgos que implicaría reeditar una operación al estilo invasión de Iraq en 2003.

Recordemos también que aquí la CIA ha fallado en crear entelequias al estilo “ISIS” o “Al Qaeda”[12] usadas para destruir a los países árabes laicos[13]. Sus intentos con operaciones de mercenarios privados[14], las “guarimbas” y pistoleros para crear inseguridad y caos urbano no solo ha sido insuficiente sino contraproducente ya que la inteligencia bolivariana y sus fuerzas de seguridad han logrado desmantelar varios intentos en ese sentido.

Al parecer lo único que le queda a Washington es buscar la vía de un golpe rápido y contundente que derribe el gobierno de Nicolás Maduro si no quiere arriesgarse a un nuevo Vietnam, o a catástrofes como Iraq y de Afganistán. Si ello aún no ha ocurrido, es porque los costos podrían ser mucho más grandes que los previsibles y eso en consideración de dos factores innegables: El terreno y el apoyo estratégico de Rusia.

En cuanto al primer factor, la irregularidad topográfica, la selva y los intrincados escenarios urbanos rodeados de cerros con forestación representan una complejidad para una incursión terrestre. Sumado a que las fuerzas bolivarianas, aprovechando este factor, ya vienen entrenando en tácticas novedosas de combate asimétrico como parte de una estrategia integral de defensa se la pondrían muy difícil a los agresores.   

Pero sin dudas, el factor fundamental para poner límites a una posible agresión, es la cooperación estratégica rusa que no se limita a meros anuncios diplomáticos. El compromiso asumido por Moscú con su socio caribeño está siendo puesto en marcha. En estos momentos la presencia rusa en Venezuela es un hecho. Desde grupos del PMC “Wagner” cubriendo sectores críticos pasando por dos buques de la armada (armados con misiles “Kalbir”) en las aguas jurisdiccionales venezolanas hasta la cobertura de inteligencia estratégica[15] para monitorear los movimientos en tiempo real de las fuerzas estadounidenses dan una apoyatura que balancea la situación en un posible teatro de operaciones.

Como se puede ver, no es la ONU y menos la OEA quien protegerá a la soberanía de Venezuela, solo el realismo geopolítico que ofrece la Federación de Rusia podrá frenar una calamidad bélica para los venezolanos y toda la región.



[1] Entre los países arribistas estuvo Argentina que presto apoyo logístico y cobertura marítima en el marco de las operaciones “Escudo del desierto” y ya en pleno de la guerra a la “Tormenta del Desierto” a las fuerzas de ataque lideradas por los portaaviones norteamericanos en el norte del Golfo Pérsico.

[2] Es una plataforma de ataque para 75 aviones caza bombarderos que se proyecta desde el mar contra blancos tanto en el mar como en tierra. https://es.wikipedia.org/wiki/USS_Gerald_R._Ford_(CVN-78)

[3] Tanto las extraoficiales como las impuestas mediante sanciones para condicionar la labor del organismo judicial, son precedentes vergonzantes para el propio EEUU: https://www.hrw.org/news/2025/02/12/world-responds-trumps-targeting-international-criminal-court

[4] Solo bastaría citar la experiencia de Iraq que tras el embargo de Naciones Unidas impuesto en 1990 hasta 2003, sumado al constante hostigamiento y agresiones de las fuerzas angloestadounidenses causó la muerte de más de 500.000 neonatos por falta de medicinas, comida e implementos médicos y la deficiencia en la salud de otros miles de niños en edad de desarrollo. La intervención (invasión) angloestadounidense lejos estuvo de mejorar las condiciones de la población y ello empeoró con la ocupación: https://www.swissinfo.ch/spa/claves-de-las-causas-y-consecuencias-de-la-invasi%C3%B3n-estadounidense-de-irak/48374736

[5] A pesar que la diplomacia de Dinamarca ha expresado su oposición a estas intenciones , Trump no parece atender a esos canales: https://www.politico.eu/article/danish-top-diplomat-reminds-donald-trump-hands-off-greenland/

[7] Bien vale aclarar que Nigeria es un país compuesto por un amplio mosaico étnico con dos confesiones religiosas mayoritarias en su población. Los musulmanes al norte y los cristianos al sur han estado en relativa paz hasta la aparición en 2015 de “Boko Haram”, una subsidiaria africana del ISIS quien como ya sabemos, es una invención de la CIA y el Mossad israelí destinada a propiciar la injerencia occidental en todo el mundo árabe-islámico. 

[8] Una predica belicista que retoma el intervencionismo exterior inspirada y apoyada por los sectores evangelistas a los que responden el actual senador republicano por Texas Ted Cruz y que parece extenderse a otros países del continente como Argentina.

[9] Que sin dudas opera junto a la GCHQ desde su estación en la Guayana

[10] El pedido de la “nobel de la paz” Corina Machado para una intervención militar de EEUU en Venezuela no solo ha sido repudiado alrededor del globo sino también por organismos europeos que señalan la opacidad del premio otorgado: https://www.prio.org/comments/1830

[11] Con miras de hacerse con el control del petróleo pesado venezolano, de la misma calidad que el producido en Rusia. El mismo que fue ofrecido por Corina Machado como incentivo para que EEUU intervenga.

[12] Recordemos que fue durante la administración de Jimmy Carter bajo la influencia del asesor de seguridad nacional Zbigniew Brzezinski se dio luz verde para que la CIA operara en Afganistán en donde bajo la denominación “Operación Ciclón” comenzó a reclutar con la cooperación de agentes sauditas combatientes afganos de alto convencimiento religioso de donde se escindiría un programa propio de la agencia encargado al agente saudita Osama bin Ladem denominado “The Base”, en árabe “Al Qaeda”.

[13] Aunque se presentan varias interpretaciones del “por qué” los neoconservadores (aliados de Israel) impulsaron la invasión de Iraq, vale echar un vistazo a algunos puntos de vista como el de Juan Cole: https://www.bostonreview.net/articles/juan-cole-iraqi-shiites-0/

[14] La contratación de SilverCorp por la oposición política liderada por el agente de la CIA Juan Guaidó terminó en un fracaso estrepitoso que significó la pérdida de credibilidad de este sector venezolano. https://latinta.com.ar/2020/05/12/venezuela-las-cinco-claves-del-contrato-entre-juan-guaido-y-silvercorp/

[15] La información satelital provista por el sistema de posicionamiento GLONASS

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