SARMAT: UNA CARTA
GEOPOLITICA
¿Qué es Sarmat y
por qué de su importancia en la geopolítica de la Federación de Rusia?
Por Javier B. Dal
No hay dudas de que la Federación de Rusia quien lleva a nivel global la batuta en el campo del desarrollo de cohetería para misiles. También es cierto que en este camino para su desarrollo, ha debido pasar por fracasos que para muchos serían desalentadores y hasta una excusa política para abandonar la tarea. Pero es cierto, estas políticas no son para cualquiera. Con la administración de Vladimir Putin el trabajo arduo combinado con el conocimiento y la persistencia han dado sus frutos.
El desarrollo del
misil intercontinental SARMAT (RSS SS X29) vino a reemplazar a los viejos
sistemas soviéticos que aún permanecían en guardia en los silos de sus bases desplegadas
en toda la Federación. Cuando Vladimir Putin hizo la presentación de una nueva
camada de misiles con capacidades asombrosas, los rivales en occidente
fruncieron el seño creyendo que solo era un engaño. A pesar de que los testeos
del SARMAT tuvieron altibajos y en algunos casos como el ocurrido en el
cosmódromo de Plesetsk en septiembre del 2024 resultaron catastróficos, todos
saben que el ensayo y error es una parte inevitable en el crecimiento de un
proyecto.
Washington y sus
vasallos europeos para tratar de contrabalancear esto, solo se han apoyado en
expectativas de los fracasos rusos, pero nada más. Incluso es muy posible que
se les haya pasado por sus cabezas, usar el terrorismo como táctica para
eliminar a los expertos y científicos del área, tal como lo han estado haciendo
junto a Israel contra los científicos nucleares iraníes. Si bien se han
atrevido a llevar a cabo algunos de estos crímenes contra figuras destacadas en
pleno Moscú (el caso del general Igor Kirilov), ello sería demasiado
arriesgado.
No hay a la vista
ningún desarrollo y menos aún, avances tecnológicos en occidente para contra
restar la ingeniería militar rusa. Fastidiar al oponente parece ser la única receta
para intentar no perder en este factor estratégico. Ese es el grado de
previsibilidad sobre la que sostiene la política estratégica estadounidense. El
grado de chapucería es tal, que los asesores que realmente están al tanto de
las capacidades ilimitadas de estos misiles, saben que no pueden ser detenidos,
desviados y menos aún interceptados por sus obsoletos escudos antimisiles que
digámoslo, además de caros nunca funcionaron. Entonces ¿Cómo los
estadounidenses estarían compensando este atraso estratégico?
Al parecer han
optado por concentrarse en la estrategia basada en la guerra hibrida y muy
particularmente en las operaciones blandas (desinformación, intoxicación
informativa, subversión, extorsión -bajo el eufemismo de sanciones-
etcetc) combinadas con matices que involucra la táctica sucia del terrorismo. Para
esto y más allá de sus operaciones de contrainteligencia a cargo de la FSB y el
GRU, Rusia también ha puesto a rodar en el campo de batalla a sus propios
equipos especiales de guerra sucia y uno que se destaca es la unidad “Rubikon”
que se avoca a eliminar a los operadores de drones ucranianos llevando a que
actualmente sean muy difíciles de hallar.
Pero más allá de
estas tácticas en el teatro ucraniano, la opción estratégica rusa sigue siendo
la última palabra ante una amenaza inminente que los patrocinadores del régimen
de Kiev azuzan contra su soberanía territorial y política. En este sentido las
exitosas pruebas de los sistemas Bureshnik y Poseidón (un dron marítimo
nuclear) refuerzan aún más las capacidades estratégicas nucleares que ofrecen
los misiles Sarmat y Avangard, sin la necesidad (como si lo requiere EEUU) de
tener bases externas en países satélites para su lanzamiento. Esto no solo
representa una capacidad real de acción ofensiva y prevención defensiva sino
también, un condicionante político determinante para cualquier administración
estadounidense, la de la UE (y de la OTAN) que pretenda amenazar como lo han
hecho a lo largo de estos últimos treinta años con otros países o como lo han
intentado con esta guerra delegada en Ucrania (como lo hace hoy en Venezuela) a
la integridad territorial con alguna intervención o ataque.
El misil Sarmat
fue concebido allá por 2010 y comenzó a perfeccionarse en 2011 para reemplazar
a los viejos sistemas soviéticos “Voevoda” (Satán I). Con alcance
intercontinental por sus dimensiones, características técnicas y diseño lo
hacen único en todo el mundo. Puede llevar una cabeza armada con 15 ojivas nucleares
independientes que en la fase de desprendimiento, irán a sus objetivos (previamente
determinados) guiadas por un sofisticado sistema de puntería que tiene apenas
un metro y medio de fallo.
Actualmente ha
entrado en servicio y su producción es un hecho que garantizará la defensa
territorial de la Federación de Rusia.
Este sistema además
de su capacidad bélica, es un respaldo en las decisiones políticas rusas y un
factor imposible de ignorar en una mesa de negociaciones, en especial cuando se
ven involucrados los intereses de la nación. Es un potencial con un alto grado
psicológico para el gobierno y los estados mayores de cualquier potencia
amenazante que intente aventurarse a buscar la desestabilización de la
federación.
Igualmente no es
solo este misil el que marca la diferencia cualitativa en el poder estratégico
de la Federación de Rusia. La complementariedad y la combinación de armas a la
que las FFAA rusas pueden echar mano en caso de una agresión inminente, hacen
del misil Sarmat un componente más del que dispone el gobierno ruso en una
respuesta devastadora.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario