NACIONAL
“NUEVO GOBIERNO:
¿RUSIA, EEUU O…?
Hacia donde se orientara la geopolítica y el área de la defensa nacional con cualquiera de los dos candidatos a presidente.
Por Javier B.
Dal
Próximamente
habrá cambios en Balcarce 50 y señales de ello se han venido viendo apenas se
conocieron los resultados de la última elección. No pasaron minutos para que las cajas apiladas de documentos y papeles que no
conviene que caigan en manos ajenas al FPV, comenzaran a ser abiertas para
vaciarlas pacientemente en las trituradoras de documentos e incluso, algunas
fuentes, afirmaron que la chimenea de la “Quinta de Olivos” comenzara a ser usada
como horno para quemar pruebas incriminantes.
Para los más pensantes dentro de
la línea más dura del FPV y de la CAMPORA, todo estaba acabado y era mejor
ponerse a blanquear la situación antes de que los adversarios llegaran a ocupar
las instalaciones y comenzaran las investigaciones sobre estos doce años de
muchos y graves hechos de corrupción. El escenario no podía ser más negro para
Cristina que, mientras veía con crispación por TV como el bunker de su
candidato era un desierto de desolación vociferaba en el vacio “nadie se va de
acá”.
Entre uno de los temas que
seguramente estarán poder definir es: Fuerzas Armadas. Un tópico no solo
abandonado por el FPV sino duramente atacado durante su gestión, llegando a, prácticamente
a desarticular la operatividad de las mismas. Uno de los ejemplos más terribles
de esto, es el estado de la Fuerza Aérea que al día que éste gobierno deja el
poder, no tiene operatividad por carecer de aparatos y repuestos. Como
comparación para observar el grado de deterioro de su capacidad, se puede
establecer comparativamente la cantidad de aviones de transporte C-130 que
tiene la Fuerza Aérea Boliviana con los
que tiene la Fuerza Aérea Argentina. En la actualidad Bolivia posee 15 aviones
de transporte C-130 en operaciones mientras que Argentina apenas puede a duras
penas, hacer volar cuatro.
Pese a esta paupérrima situación
defensiva, la cartera del ministro Agustín Rossi cree haber gestionado una
política coherente a los nuevos desafíos que el mundo actual presenta para la
defensa nacional, demostrando o una gran ignorancia o una total ineptitud para
comprender el peligro de no tomar en serio el planeamiento estratégico para los
próximos veinte años.
Con semejantes funcionarios –aficionados
en su mayoría- carentes de visión y ambición estratégica, fueron los que
hasta hace poco pretendían ser candidatos a presidente creyendo que los
argentinos siguen siendo una párvula de ignorantes que no intuyen lo que
sucede. Ciertamente que no son estúpidos, tal vez pusilánimes pero jamás
idiotas.
Aunque éste gobierno y los que le
precedieron han desdeñado el área por prejuicios y por posicionamientos
políticos de conveniencia, se sabe –y los políticos lo saben bien- que
es una materia que no es para cualquiera y guste o no, hay que ponerse los
pantalones largos y gestionar con un sentido común orientado por una política
de estado en la que los intereses nacionales están por encima de cualquier
partido; pero, ¿Cuál es la política de estado o la geopolítica de Argentina
para los próximos veinte años? Pueden estar seguros que, preguntando desde la
derecha pasando por el centro hasta la izquierda, nadie tiene la más pálida
idea de a dónde debe orientarse el país.
Este pendulismo en la política argentina
vuelve las cosas a su comienzo, vinculado a la dependencia y el mediocre papel
de seguir a los poderosos de turno. Y es en estas circunstancias que se han
conocido estas nuevas adquisiones.
Para algunos, las tratativas que
se habían iniciado allá por el 2013 para lograr la adquisición de aviones
“Kfir” de fabricación israelí, ha logrado ser confirmada y se entregarían al
próximo gobierno, unos 14 aparatos pero, sin las capacidades letales para
amenazar a las instalaciones militares británicas en las islas Malvinas. Debe
quedar claro que Tel Aviv es un aliado –político, militar y financiero- de
Londres, por lo cual, la llegada de este tipo de aviones a la Argentina no es
un hecho fortuito ni menos aún bien calculado.
Solo con la seguridad de que los
pilotos argentinos no los usaran para agredir a los aviones británicos y previa
consulta con Londres, Tel Aviv daría luz verde a esta entrega.
Para tener bien en cuenta, la
historia nos dice como los israelíes jugaron a dos puntas con Buenos Aires en
momentos que se desarrollaba la guerra en 1982, dándoles a los argentinos por
un lado una supuesta ayuda, mediante el envío de aviones F-1C Mirage que debían llegar a Perú y por otro, sus
servicios de inteligencia enquistados en la capital, coordinaban operaciones de
inteligencia con el MI-6 británico. Solamente con la seguridad de que el próximo
gobierno será “pro-británico” se concretaría esta operación.
Entre tanto y yendo a los
aspectos más técnicos, según ha trascendido, entre las variantes que se
proponían para “reestructurar” la operatividad de la Fuerza Aérea, estaba la
compra de los aviones Mirage F-1
españoles, los F-1 franceses, los JF chinos o incluso F-16, éstos últimos absolutamente
boicoteados por Londres.
Pero una de las propuestas que en
la Casa Rosada nunca se atrevieron a considerar fue la de la adquisición de
aviones MIG-31 rusos, lo que apenas llegó a conocimiento del Ministerio de
Defensa británico, fue reportado como URGENTE al Foreing office suscitando una
fuerte presión por los canales oficiales y extraoficiales sobre el gobierno
kirchnerista. Las razones no podían ser
más obvias, dado que en capacidades técnicas y operatividad de combate un solo
avión MIG-31 puede batirse en el aire contra dos “Panavia tornado” siendo
además, por la autonomía de vuelo y la
variedad de armas que despliega una amenaza naval de temer. En ese sentido si
Moscú lo entregaba con los nuevos “juguetes” de guerra electrónica que hoy por
hoy, perturba las operaciones de la OTAN en el Mar Negro, en el Caspio y el Mediterráneo, desataría las protestas
airadas de Londres y EEUU.
Lo que si trascendió con bombos y
platillos y como adquisición para la Armada serían unos cuatro remolcadores
polares rusos que, además de tener un buen uso, no tienen la más mínima capacidad ofensiva.
Con esto se puede
comprobar que los “K” tienen de revolucionarios, lo que el café instantáneo lo
es al café. El supuesto gobierno y
autopromocionado “revolucionario” K, que en teoría orientaría sus negociaciones
con gobiernos políticamente afines, lo único que se atrevió a comprar para
fortalecer el brazo armado de la república, fueron estos trastos.
La confirmación de la entrega de
los aviones israelíes se presenta al mismo tiempo en que se han conocido
algunos lineamientos de los funcionarios de “Cambiemos” para el área de la
defensa. Según algunos comentarios del posible ministro de justicia Guillermo
Montenegro con algunos colegas del muy posible gobierno macrista, se debería
reestructurar y cambiar la planificación de las FFAA sugiriendo incluso, el desmantelamiento de
las actuales bases navales para submarinos en Mar del Plata para ubicarlas en
lugares más australes, algo que en verdad, suena más a fantasías que a un
realismo practico del que siempre han carecido los políticos por estos lares. Además, que no queden dudas que si Londres
pone el grito en el cielo, Buenos Aires se echara para atrás.
Con la vía libre para que
ingresen los aviones israelíes, se está dando una clara señal de la orientación
que el país tomara con respecto a las políticas que la Casa Rosada deberá
atenerse. Queda claro que cualquiera de los dos candidatos, hará la vista gorda
a las inmoralidades del estado de Israel que desangra impunemente al pueblo
palestino y comenzaran a estrechar aún más los lazos de cooperación militar y
peor aún, con los siniestros servicios de inteligencia Shin Bet y Mossad. Sea
Scioli o Macri, el sionismo nacional –nexo necesario con el internacional- forma
parte de ambos sectores. También es prueba de que Washington y Londres han dado
el visto bueno para esta adquisición ya que, al estar bajo el condicionamiento
de mantenimiento, repuestos y asesoramiento técnico israelí, no habrá lugar a
posiciones políticas contra los intereses de Tel Aviv.