EN LA MIRA
“REGRESO DE EEUU A IRAQ: ¿PARA QUÉ?
Cómo los últimos acontecimientos que han provocado una escalada rusa contra los mercenarios, obliga a Washington para entrar en Iraq
Por Dany Smith
Tropas turcas remodelando el terreno en Dahuk |
El anuncio realizado por la Casa
Blanca a comienzos del mes de diciembre sobre el envío de “más” soldados, no
representa una novedad en lo que ha venido sucediendo en la región,
especialmente en Iraq.
Repentinamente y tras las escandalosas pruebas de que
Turquía esta traficando crudo robado en los campos petroleros sirios e
iraquíes, no tardó en salir a la luz que la “Coalición internacional” que había
venido supuestamente bombardeando al “Daesh” y otras franquicias mercenarias en
Siria, en realidad no había logrado nada.
Tras el derribo del avión SU-24 ruso, Vladimir Putin lo tomo
como una cuestión personal y sin rodeos ordeno que se publicaran los detalles
de las operaciones de contrabando que se venían llevando a cabo desde
“septiembre del 2014” sin que en ningún momento, sus socios occidentales
hubieran reportado semejante situación. Tal cual lo dicho, Putin lo tomo como
algo personal y eso se pudo ver cuando el mandatario ruso y rompiendo el hielo
del protocolo acuso sin rodeos a su homologo Tiyip Erdogan en pleno de la
Cumbre del Clima en París, de ser cómplice en el apoyo financiero al
terrorismo. Sin dudas, fue uno de los momentos más difíciles para el mandatario
turco al quedar expuesto ante sus homólogos y los medios internacionales sobre
algo tan grave.
Y si eso no bastaba, el mismo Putin dio luz verde para que el
Ministerio de Defensa y su Centro de Análisis de amenazas dedicada a la reunión
de información de inteligencia sobre los diferentes grupos que están operando
en la región, revelaran los pormenores que involucraba el tráfico del petróleo
para financiar al “Daesh”, causando una verdadera migraña a los altos jefes de
inteligencia y los generales del Pentágono, protagonistas principales del
encubrimiento de toda esta situación. A la vista de lo que presentó Rusia, se
concluía con claridad que EEUU y sus aliados no habían ni siquiera rozado a los
mercenarios y mucho menos, degradado la capacidad de “Daesh”.
Estas revelaciones son de capital importancia y además son
sin lugar a dudas, la bisagra que marca el inicio de un capitulo de hostilidades
cada vez más encarnizadas y muy probablemente, de posibles choques entre los
grandes actores que influyen en el
conflicto. Sin dudas no es exagerado decir que se trata de la oficialización de
la “tercera guerra” a nivel mundial.
Por lo pronto y ante esto, La Casa Blanca ha visto peligrar
el proyecto montado en rededor de todo
este circo negro y sin más remedio el mismo Barack Obama anunció la remisión de
unos cincuenta asesores militares a la región del Kurdistán iraquí, donde
además de las milicias kurdas Peshmerga, hay varios grupos de
mercenarios estadounidenses, británicos e israelíes que ( bajo la propaganda de
apoyar a la pobre minoría kurda) están
cooperando con el Clan Barzani para forzar
la salida de los pobladores árabes y asegurar los límites de un territorio
kurdo completamente escindido de la soberanía de Iraq. Es esta parte de lo que
sucede, que los medios occidentales no quieren mostrar ya que, lo que se cocina
en esa zona entre los kurdos, estadounidenses e israelíes tiene mucho que ver
con el petróleo que se trafica y la inexplicable aparición del “Daesh recargado”
allá en julio del año pasado.
Por su parte, los iraquíes de a pie hartos de esto y sabiendo
muy bien que detrás del “Daesh” está la mano de la CIA y el Mossad israelí, no
tienen el más mínimo ánimo de tenderle una mano a los estadounidenses en sus
incursiones en la región del Al Anbar, donde los efectos devastadores de los
bombardeos de la “Coalición internacional”, ha sido milimétricamente precisa
para pulverizar barrios y aldeas enteras por el solo hecho de estar alzadas
contra el régimen colaboracionista de Bagdad. Allí sí, los aviones
estadounidenses, británicos y de otros socios no erraron ninguna casa. Por el contrario, los edificios y los
fortines del “Daesh” habían sido permanentemente evadidos de los bombardeos,
algo que había venido siendo denunciado por los milicianos del “Hesbolla
Brigadas Populares de Iraq” e incluso por oficiales de las fuerzas de seguridad
de Bagdad.
En el haber de los estadounidenses, hay millares de iraquíes lisiados,
desaparecidos, asesinados y eso no está para nada olvidado en la mente de los
pobladores iraquíes que han perdido a un familiar o varios, indistintamente de
que sean sunis o chiitas. Las escenas de torturas en “Abu-Graib”, “Campo Bucca”
y “Campo Libertad” –solo para nombrar algunos ejemplos- en épocas de la
ocupación son verdaderas marcas a fuego y a pesar del paso del tiempo, los
iraquíes las tienen presentes.
Por su parte, los estadounidenses saben muy bien esto y no
duermen un solo momento sin algún sobresalto que los ponga en guardia contra
amenazas de los “revolucionarios”, o del “Daesh” o incluso de milicias chiitas
que no los quieren cerca de ellos. Son muchos los episodios en los que las
tropas norteamericanas que asisten a los mercenarios del régimen, se han visto
hostigadas por el rechazo de las poblaciones o simplemente por el fuego de las
milicias populares, extensión de los grupos chiitas de la resistencia en épocas
de la ocupación.
A pesar de que el ambiente no es el mejor para que elementos
estadounidenses pululen por tierra iraquí, la presión en Washington para que
Obama decida medidas más duras para contener a los rusos y derrocar
definitivamente al gobierno de Damasco, parece preanunciar un posible
desembarco masivo de tropas estadounidenses que, cabe remarcar, tienen actual presencia
en las bases de Jordania, Kuwait y Arabia Saudita. Aparentemente y según
algunas hipótesis, las tropas estadounidenses en conjunto con sus aliados
kurdos del Clan Barzani buscan asegurar una franja de territorio en el norte de
Siria e Iraq para poder frenar el éxito de las acciones aéreas rusas y los
avances del ejército árabe sirio. Son varias las señales que preanuncian la
proximidad de estos planes.
Una de las señales de esta inminencia es la sigilosa y descarada
invasión turca que fue detectada el 4 de diciembre en la provincia del Ninive y
que no parece tener las benévolas motivaciones que Ankara ha vertido como
excusa para semejante violación de la soberanía de su vecino. Al momento el inexistente gobierno de Bagdad
no ha logrado amedrentar diplomáticamente a Turquía –obviamente por su
descalabro- y no hay garantías de
que Naciones Unidas haga algo para poner en su lugar a uno de los peones de la
OTAN, ora de EEUU. Algunas fuentes, han filtrado fotografías aéreas de la
región de Dahuk, cerca de Mosul donde las tropas turcas trabajan
incansablemente para montar una base aérea de grandes dimensiones. Las
especulaciones que se persigue con esto, son variadas y todas ellas,
inquietantes. Para algunos, se trataría de una fase de un plan general de
evacuación del alto mando y las líneas intermedias del “Daesh” antes del asalto
total a Mosul. En esta operación participarían aviones de transporte sauditas,
qataríes custodiados por aviones F-15 norteamericanos que dicho sea de paso,
fueron movilizados recientemente a la
región.
Otra hipótesis refiere a que se estaría preparando un puente
aéreo para proporcionar un apoyo logístico extraordinario para evitar que caiga
el mal llamado “Estado Islámico” y para ello, no solo los estadounidenses
colaboraran en esto sino también los Peshmerga bajo las ordenes del corrupto
gobierno kurdo de Barzani, que es un esbirro histórico de las necesidades
estratégicas de Washington y Tel Aviv.
Tiyip Erdoga y Barzani |
Para los neófitos que han escuchado por
las noticias sobre los “pobres kurdos” o la intolerancia entre turcos y kurdos,
esto está fuera de la realidad dado que
en este caso, unos y otros o mejor dicho, entre los partidarios de Erdogán y los
de Barzani hay billonarias razones para aunar fuerzas para que el mal llamado “Estado
Islámico” perdure en la región por un buen tiempo.
Esto a su vez, ha vuelto a desatar grandes protestas entre
los líderes de partidos chiitas opositores a los gobernantes colaboracionistas
de Washington y con la intrusión turca en suelo iraquí varios de los más
influyentes líderes como Moqtadar Al Sadr,
representante de una de las milicias más influyentes de Iraq, la situación puede tener un desenlace
imprevisto. Según las últimas
informaciones, el gobierno títere de Bagdad carente de fuerza política y mucho
menos diplomática ha emplazado a Turquía a retirarse en el plazo de 48 horas,
algo que los turcos han rechazado con vehemencia dejando con la boca abierta a
los inexistentes representantes de Iraq. Según fuentes en Bagdad, ya se han
puesto en marcha rumbo al norte, fuertes contingentes de las milicias populares
entre ellas las del “Hesbolla Brigadas de Iraq” y del “Asaib Aleh Alq” que
tienen como antecedentes, el haber sido enemigos letales contra los invasores
británicos y estadounidenses en plena ocupación.