martes, 8 de diciembre de 2015

EN LA MIRA



“REGRESO DE EEUU A IRAQ: ¿PARA QUÉ?

Cómo los últimos acontecimientos que han provocado una escalada rusa contra los mercenarios, obliga a Washington para entrar en Iraq


Por Dany Smith
Tropas turcas remodelando el terreno en Dahuk

El anuncio realizado por la Casa Blanca a comienzos del mes de diciembre sobre el envío de “más” soldados, no representa una novedad en lo que ha venido sucediendo en la región, especialmente en Iraq. 

Repentinamente y tras las escandalosas pruebas de que Turquía esta traficando crudo robado en los campos petroleros sirios e iraquíes, no tardó en salir a la luz que la “Coalición internacional” que había venido supuestamente bombardeando al “Daesh” y otras franquicias mercenarias en Siria, en realidad no había logrado nada.

Tras el derribo del avión SU-24 ruso, Vladimir Putin lo tomo como una cuestión personal y sin rodeos ordeno que se publicaran los detalles de las operaciones de contrabando que se venían llevando a cabo desde “septiembre del 2014” sin que en ningún momento, sus socios occidentales hubieran reportado semejante situación. Tal cual lo dicho, Putin lo tomo como algo personal y eso se pudo ver cuando el mandatario ruso y rompiendo el hielo del protocolo acuso sin rodeos a su homologo Tiyip Erdogan en pleno de la Cumbre del Clima en París, de ser cómplice en el apoyo financiero al terrorismo. Sin dudas, fue uno de los momentos más difíciles para el mandatario turco al quedar expuesto ante sus homólogos y los medios internacionales sobre algo tan grave.

Y si eso no bastaba, el mismo Putin dio luz verde para que el Ministerio de Defensa y su Centro de Análisis de amenazas dedicada a la reunión de información de inteligencia sobre los diferentes grupos que están operando en la región, revelaran los pormenores que involucraba el tráfico del petróleo para financiar al “Daesh”, causando una verdadera migraña a los altos jefes de inteligencia y los generales del Pentágono, protagonistas principales del encubrimiento de toda esta situación. A la vista de lo que presentó Rusia, se concluía con claridad que EEUU y sus aliados no habían ni siquiera rozado a los mercenarios y mucho menos, degradado la capacidad de  “Daesh”.

Estas revelaciones son de capital importancia y además son sin lugar a dudas, la bisagra que marca el inicio de un capitulo de hostilidades cada vez más encarnizadas y muy probablemente, de posibles choques entre los grandes actores  que influyen en el conflicto. Sin dudas no es exagerado decir que se trata de la oficialización de la “tercera guerra” a nivel mundial.

Por lo pronto y ante esto, La Casa Blanca ha visto peligrar el proyecto montado en rededor de  todo este circo negro y sin más remedio el mismo Barack Obama anunció la remisión de unos cincuenta asesores militares a la región del Kurdistán iraquí, donde además de las milicias kurdas Peshmerga, hay varios grupos de mercenarios estadounidenses, británicos e israelíes que ( bajo la propaganda de apoyar a la pobre minoría kurda)  están cooperando con el Clan Barzani  para forzar la salida de los pobladores árabes y asegurar los límites de un territorio kurdo completamente escindido de la soberanía de Iraq. Es esta parte de lo que sucede, que los medios occidentales no quieren mostrar ya que, lo que se cocina en esa zona entre los kurdos, estadounidenses e israelíes tiene mucho que ver con el petróleo que se trafica y la inexplicable aparición del “Daesh recargado” allá en julio del año pasado.

Por su parte, los iraquíes de a pie hartos de esto y sabiendo muy bien que detrás del “Daesh” está la mano de la CIA y el Mossad israelí, no tienen el más mínimo ánimo de tenderle una mano a los estadounidenses en sus incursiones en la región del Al Anbar, donde los efectos devastadores de los bombardeos de la “Coalición internacional”, ha sido milimétricamente precisa para pulverizar barrios y aldeas enteras por el solo hecho de estar alzadas contra el régimen colaboracionista de Bagdad. Allí sí, los aviones estadounidenses, británicos y de otros socios no erraron ninguna casa.  Por el contrario, los edificios y los fortines del “Daesh” habían sido permanentemente evadidos de los bombardeos, algo que había venido siendo denunciado por los milicianos del “Hesbolla Brigadas Populares de Iraq” e incluso por oficiales de las fuerzas de seguridad de Bagdad.

En el haber de los estadounidenses, hay millares de iraquíes lisiados, desaparecidos, asesinados y eso no está para nada olvidado en la mente de los pobladores iraquíes que han perdido a un familiar o varios, indistintamente de que sean sunis o chiitas. Las escenas de torturas en “Abu-Graib”, “Campo Bucca” y “Campo Libertad” –solo para nombrar algunos ejemplos- en épocas de la ocupación son verdaderas marcas a fuego y a pesar del paso del tiempo, los iraquíes las tienen presentes.

Por su parte, los estadounidenses saben muy bien esto y no duermen un solo momento sin algún sobresalto que los ponga en guardia contra amenazas de los “revolucionarios”, o del “Daesh” o incluso de milicias chiitas que no los quieren cerca de ellos. Son muchos los episodios en los que las tropas norteamericanas que asisten a los mercenarios del régimen, se han visto hostigadas por el rechazo de las poblaciones o simplemente por el fuego de las milicias populares, extensión de los grupos chiitas de la resistencia en épocas de la ocupación.

A pesar de que el ambiente no es el mejor para que elementos estadounidenses pululen por tierra iraquí, la presión en Washington para que Obama decida medidas más duras para contener a los rusos y derrocar definitivamente al gobierno de Damasco, parece preanunciar un posible desembarco masivo de tropas estadounidenses que, cabe remarcar, tienen actual presencia en las bases de Jordania, Kuwait y Arabia Saudita. Aparentemente y según algunas hipótesis, las tropas estadounidenses en conjunto con sus aliados kurdos del Clan Barzani buscan asegurar una franja de territorio en el norte de Siria e Iraq para poder frenar el éxito de las acciones aéreas rusas y los avances del ejército árabe sirio. Son varias las señales que preanuncian la proximidad de estos planes.

Una de las señales de esta inminencia es la sigilosa y descarada invasión turca que fue detectada el 4 de diciembre en la provincia del Ninive y que no parece tener las benévolas motivaciones que Ankara ha vertido como excusa para semejante violación de la soberanía de su vecino.  Al momento el inexistente gobierno de Bagdad no ha logrado amedrentar diplomáticamente a Turquía –obviamente por su descalabro-  y no hay garantías de que Naciones Unidas haga algo para poner en su lugar a uno de los peones de la OTAN, ora de EEUU. Algunas fuentes, han filtrado fotografías aéreas de la región de Dahuk, cerca de Mosul donde las tropas turcas trabajan incansablemente para montar una base aérea de grandes dimensiones. Las especulaciones que se persigue con esto, son variadas y todas ellas, inquietantes. Para algunos, se trataría de una fase de un plan general de evacuación del alto mando y las líneas intermedias del “Daesh” antes del asalto total a Mosul. En esta operación participarían aviones de transporte sauditas, qataríes custodiados por aviones F-15 norteamericanos que dicho sea de paso, fueron  movilizados recientemente a la región.

Otra hipótesis refiere a que se estaría preparando un puente aéreo para proporcionar un apoyo logístico extraordinario para evitar que caiga el mal llamado “Estado Islámico” y para ello, no solo los estadounidenses colaboraran en esto sino también los Peshmerga bajo las ordenes del corrupto gobierno kurdo de Barzani, que es un esbirro histórico de las necesidades estratégicas de Washington y Tel Aviv. 
Tiyip Erdoga y Barzani

Para los neófitos que han escuchado por las noticias sobre los “pobres kurdos” o la intolerancia entre turcos y kurdos,  esto está fuera de la realidad dado que en este caso, unos y otros o mejor dicho, entre los partidarios de Erdogán y los de Barzani hay billonarias razones para aunar fuerzas para que el mal llamado “Estado Islámico” perdure en la región por un buen tiempo.


Esto a su vez, ha vuelto a desatar grandes protestas entre los líderes de partidos chiitas opositores a los gobernantes colaboracionistas de Washington y con la intrusión turca en suelo iraquí varios de los más influyentes líderes como Moqtadar Al Sadr,  representante de una de las milicias más influyentes de Iraq,  la situación puede tener un desenlace imprevisto.  Según las últimas informaciones, el gobierno títere de Bagdad carente de fuerza política y mucho menos diplomática ha emplazado a Turquía a retirarse en el plazo de 48 horas, algo que los turcos han rechazado con vehemencia dejando con la boca abierta a los inexistentes representantes de Iraq. Según fuentes en Bagdad, ya se han puesto en marcha rumbo al norte, fuertes contingentes de las milicias populares entre ellas las del “Hesbolla Brigadas de Iraq” y del “Asaib Aleh Alq” que tienen como antecedentes, el haber sido enemigos letales contra los invasores británicos y estadounidenses en plena ocupación. 

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