NACIONAL
“EMERGENCIA DE SEGURIDAD Y ALGO MÁS”
Cómo el decreto del presidente Macri abre la puerta a los más peligrosos elementos militares e inteligencia extranjeros
Por Dany Smith
Cameron & Macri |
Ha sido sin duda alguna, un shock que pocos esperaban experimentar.
La declaración de la emergencia en seguridad es una de las promesas que el
presidente Mauricio Macri había señalado durante la campaña como parte del
combate a la inseguridad. El decreto de emergencia en seguridad a nivel
nacional, es una medida que como el puñal, tiene dos filos y de acuerdo al
éxito de su implementación puede levantar la imagen del gobierno a niveles
insospechados o por el contrario crear mayor controversia sobre su gestión.
Dicho
decreto que tiene vigencia por un año pero con posibilidades de prórroga,
establece una amplio espectro de actuación de las fuerzas de seguridad e
incluso de las Fuerzas Armadas para el control de las fronteras y en especial,
la vigilancia del espacio aéreo para prevenir el vuelo de aeronaves con
finalidades de tráfico de estupefacientes, incluyendo la posibilidad ante su
negativa a identificarse, el derribo. Seguramente, muchos recuerdan esto como
parte de la plataforma electoral del candidato Sergio Massa, que con un spot
ciertamente criticable, afirmaba que de llegar al gobierno promulgaría “la ley
de derribo”. Al día de hoy, Massa ha cedido esta iniciativa al gobierno de
Macri algo que podría verse como una muestra de “generosidad política”, pero nada
de eso.
Ahora
bien. Si hay determinación para cazar a un avión que entra de contrabando
drogas por cualquiera de nuestras porosas fronteras, la pregunta es ¿Quién
autorizaría este procedimiento y Con qué se van a derribar?
Mirage, gloria argentina |
Esto
último es un paso muy arriesgado y a su vez necesario pero que, dará más responsabilidades al estado, ante
posibles errores por las más variables causas. Igualmente y con la actual
situación de las Fuerzas Armadas, hacer eso es una irrealidad. La Fuerza Aérea no cuenta con aviones caza en
operatividad ya que los viejos y gloriosos
Mirage fueron dados de baja. Recordemos que antes que el gobierno de CFK
abandonara el gobierno, intentó cerrar imprudentemente una compra de aviones
“Kfir” de fabricación israelí que además de caros, no traían el armamento. Esperemos que la cercanía ideológica del
actual presidente hacia Tel Aviv, no reavive la posibilidad de una estafa
semejante.
Igualmente
y de lo que se puede intuir de su gobierno, las opciones para lograr acceder al
material necesario, saldrá solamente de los países que cualquiera ya podrá
imaginarse.
Si
no se reestructura esta área, la declaración de una “emergencia” y la intensión
de derribar a las aeronaves que desconozcan las reglamentaciones, solo es
una quimera y estaríamos ante un mero acto voluntarista y nada más. De por sí
que es una decisión elogiable, el valor político de Macri que demuestra al
promover un proceder tal, evidenciando que
tiene la determinación política de ejecutar este tipo de medidas, aún a costa
de pagar un precio político muy alto.
En
el marco de este programa, también se buscara crear mayores conexiones entre
las áreas policiales y judiciales del país, para que el entrecruzamiento de
datos sea más efectivo y rápido. Por otra parte, el proyecto de conformar una Dirección de
Inteligencia Criminal que eufemísticamente denominará Gabinete de Seguridad
Humana, que en lo que hace a los aspectos técnicos, sigue en estudio y bajo
constante consulta con varios expertos estadounidenses.
Algo
que no menciona el decreto pero que si está en las mentes de los ingenieros de
la nueva estructura de seguridad, es estrechar el control de las redes sociales
por internet ampliando el campo de la vigilancia comunicacional a extremos que
pueden llegar a levantar cuestionamientos. Se sabe bien que los impulsores de
este tipo de escudriñamiento están en las agencias federales estadounidenses
como la NSA y la CIA entre otra docena de agencias fantasma que no se registran
como existentes.
Sin
lugar a dudas, este es un aspecto que tratara de ser pasado inadvertido al
conocimiento público y que tapado por la vorágine desinfirmativa de los medios
televisivos, ni se sabrá de su implementación.
Netanyahu & Macri |
Otro
de los contactos que se ha hecho oficial, es el realizado con Tel Aviv tras el
encuentro en Davos con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu de quien
Macri logro obtener la promesa de inversiones en tecnología, defensa y
seguridad, lo que se traduciría en la intervención de elementos militares y de
inteligencia con amplios prontuarios por crímenes de guerra y violaciones a los
derechos humanos. ¿Se habrá acordado Macri de todo eso? Este es otro aspecto
que el gobierno de Macri tratara de pasar por alto o incluso ignorar, ya que
fiel a su ideología muy cercana al berreta neoliberalismo menemista “hay que
agarrar la guita sin mirar a quién”.
Sin
dudas para que ello pueda ser más completo y efectivo, el mismo Macri ha
contactado tras su gira por Davos, con los más importantes CEO de la
comunicación virtual como son FACEBOOK, GOOGLE y MICROSOFT que también abarcan
–y cabe muy bien recordarlo- a la telefonía móvil. Según los argumentos
de Macri, la misión es buscar inversiones para crear empleos para los
argentinos, aprovechando las capacidades personales de cada uno y que a su vez,
abrirán un mercado dormido para estos gigantes de los medios de comunicación
por internet.
Claro
que es cierto que la población está necesitada de empleo y de buscar un
horizonte para el desarrollo personal y de poder formar una familia pero, ¿Cómo
se controlara la operatividad de estas empresas y prevenir posibles operatorias violatorias de los derechos de
todos los habitantes de la nación?
Sobre
ello, también es cierto y cabe recordarlo que dichas empresas, han estado
colaborando con la entrega de datos de sus usuarios y compartiendo información
de nuevas tecnologías con las agencias de inteligencia estadounidenses como la CIA y
británicas como el MI-5 y MI-6, situación que ha sido motivo de reclamos y demandas por violación a
la intimidad.
Por
lo pronto, el decreto de esta emergencia pareciera una medida salida de la eterna
improvisación que destaca a los argentinos, pero no. Desde antes que Macri
pudiera tener certeza de que podía llegar a ser presidente, sus equipos de
trabajo habían estado contactando con el FBI, el Departamento de Estado norteamericano
y especialistas en temas de seguridad, que aportaban sus hipótesis de trabajo para
encarar la situación de inseguridad en Argentina.
Es
cierto que el país atraviesa por un crecimiento exponencial en el delito pero,
sigue dejándose de lado las causas centrales y a los más altos niveles donde
éste se genera. Si éste programa busca combatir el delito de “traje y corbata”
de los lavadores de activos, funcionarios corruptos y la diversificación de
actividades comerciales –como inmobiliarias, consultorias, restaurantes y
una infinidad de otros negocios- por las que se tapan inversiones salidas
del narcotráfico, claramente está faltando el tratamiento de una “inteligencia
judicial” que se articule con las fuerzas de seguridad. Si acaso la AFI
sufriera modificaciones en su conformación de personal, es muy seguro que ello
estará signado por el asesoramiento de agencias externas, un renovado error del
cual parece haberse aprendido.
Si
esta emergencia solo sirve para reprimir el delito físico, comenzaremos a ver
como “asesores” de fuerzas estadounidenses e “israelíes” vendrán a entrenar a
las fuerzas de seguridad y hasta los militares, quienes traerán sus
sanguinarias doctrinas de cómo –entre sus variadas técnicas- sembrar el
temor en la población.
Inmediatamente
a que Macri asciende al poder, los EEUU volvieron su vista sobre Argentina que
se reflejo con la efusiva y muy dedicada felicitación de la Casa Blanca al
nuevo presidente. Todos los canales entre Washington y Buenos Aires parecían
haberse desatascado y con cada nombramiento que se fue realizando para cada
ministerio, recibió la inmediata llamada de su par norteamericano,
especialmente en las áreas más sensibles para la relación bilateral.
Además
del innegable asesoramiento de elementos norteamericanos en el área de
seguridad e inteligencia, existen fuertes sospechas de que se han vuelto a
conectar los canales entre el Pentágono y las Fuerzas Armadas argentinas que se
circunscribiría al desarrollo de una doctrina de lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.
Con
quien también Macri ha establecido una
cordial charla fue con el primer ministro inglés David Cameron quien ha
demostrado su beneplácito por los lineamientos que propone el presidente
argentino sin dejar de recordarle que, “de Malvinas no hay nada que hablar” sin
que ello causara alguna réplica del mandatario argentino quien incluso y
emulando al recordado presidente Carlos Menem, propuso volver a la política
“del paraguas”.
A
nivel político, estos contactos están avalados por el encuentro que se dio en
Davos entre el presidente argentino Mauricio Macri y el vice norteamericano
John Biden, quien le comunicó la disposición del gobierno norteamericano a
colaborar entre otras, las de defensa y seguridad.
Precisamente
es en estas áreas, por donde Washington pretende ingresar de cabeza en un
estado argentino totalmente desguarnecido y carente de infraestructura propia
para soportar su influencia, por lo que seguramente, volveremos a ver cómo
Argentina y su clase política a base de obsecuencia se “convierte” en el faro
de Washington en la región.