viernes, 5 de febrero de 2016

DEFENSA Y SEGURIDAD



NOVEDADES EN LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRAFICO

Tarde pero seguro, el gobierno argentino parece haber abierto los ojos a la compleja y seria realidad de la seguridad


Como parte de la llamada emergencia de seguridad decretada por el gobierno nacional, se han tomado una serie de medidas que parecen haber destrabado varios impedimentos que habían convertido a sectores de la defensa nacional en claustros totalmente inoperantes. Tal vez una de las más difundidas haya sido la “creación por el Ministerio de seguridad” del grupo especial “Alacrán” que, en rigor de verdad ya existía solo que, por los vaivenes de las políticas anodinas y populeras del gobierno pasado, estaban prácticamente desactivado.


LOS TRACKER VUELVEN A VOLAR


Para quienes no tengan la edad suficiente para saber que es un S-2T “Tracker”, sepan bien que es un avión de la aviación naval argentina que cumplió con mucha destreza y competencia en las campañas militares a las que fue convocado en la crisis del Canal del Beagle en 1978 y la guerra de Malvinas como explorador y cazador de submarinos británicos. Fue un protagonista del desaparecido portaaviones “25 de Mayo” y los ojos electrónicos en las operaciones navales de la Argentina por mucho tiempo. Formó parte de la potencia naval que rivalizaba con la Armada brasilera que a pesar del apoyo histórico desde Washington, no lograba equiparar la operatividad de la fuerza naval rio platense.

Desde al menos hace unos quince años, la fuerza aeronaval con asiento en la base Comandante Espora, ha sufrido en forma escalonada y constante, la falta de presupuesto para mantenimiento de las aeronaves tanto de combate, como estas destinadas a operaciones de exploración. Sobre las causas que originaron estas inoperancias, no hacen falta aclararlas y como estaban las cosas, parecía que se perpetuarían sin solución de continuidad.  Recordando los contactos de Macri con  sectores externos al país y en los que se vinculaban con los referidos a estrechar la colaboración en los sectores de defensa y seguridad, había obtenido muy buenas señales tanto de Tel Aviv como de Washington para reestructurar los despojos de FFAA.

Uno de los últimos guiños, habían venido del mismo vicepresidente estadounidense Joe Biden quienes tras encontrarse en la cumbre de Davos, había prometido al presidente argentino, proporcionar todo el apoyo necesario para equipar a las FFAA. Similar apoyo recibió del primer ministro israelí benjamín Netanyahu quien además de estas áreas, le propuso a Macri el asesoramiento y el adiestramiento de personal en la lucha contraterrorista.   

Según algunas fuentes, han informado que se han visto en vuelo algunos de estos viejos aviones y ello debido a que habrían recibido los repuestos necesarios. Para algunos, los repuestos habrían llegado súbitamente al país, como parte de las promesas por reestructurar las fuerzas argentinas.

Al parecer, Tel Aviv ha dado sus primeras entusiastas señales para que Buenos Aires sienta que hay interés en cooperar para reparar y volver a poner en servicio, a varios aviones argentinos entre ellos, a los viejos Tracker que habían servido en la fuerza aérea israelí.


SE REIMPULSA EL GRUPO ESPECIAL “ALACRÁN


Apenas hace 48 horas el ministerio de seguridad de la nación a cargo de Patricia “La Piba” Bullrich publico la puesta en marcha del programa de entrenamiento de fuerzas especiales dirigidas a combatir al narcotráfico. Las tareas estarán a cargo de la agrupación “Alacrán” que no es nueva ya que la misma existe desde el año 1982 pero, como ha sucedido siempre en la vida política nacional, se le dejo de dar importancia durante la mayor parte de la vida democrática.  Compuesto por hombres que sirvieron en el conflicto por Malvinas,  la agrupación ha comenzado a recibir los recursos necesarios para que sus tareas puedan ser ejecutadas con la debida prestancia.
Spetnaz rusos entrenando

Su nivel de operatividad y profesionalismo está a la  altura de los comandos más reconocidos alrededor del mundo, solo que como parte de una de las áreas más descuidadas por todos los gobiernos pasatistas de los últimos 35 años,  han carecido del material y de los recursos para poder incluso entrenar.








ALTERNATIVAS ANTIAÉREAS EN ESTUDIO

Como parte del programa de estrecho control de los cielos de las fronteras del norte y el noroeste, el Ministerio de defensa argentino se encuentra estudiando algunas estrategias para dar solución –al menos temporales- para el déficit de aeronaves caza y sistemas de intercepción aérea polivalente en operaciones.  Algunas fuentes han dado a conocer que, en base a sugerencias técnicas por parte de asesores norteamericanos, la adquisición de sistemas antiaéreos portátiles MANPADS, con los cuales se pueda cubrir el faltante material que pueda hacer viable la llamada “política de derribo”.
FIM-92 STINGER

Según habría trascendido, los asesores sugirieron facilitar a la Fuerza Aérea unos veinte misiles “FIM-92 STINGER” –los mismos que la CIA le facilito al Talibán- que en razón de verdad, han pasado de moda hace bastante. Su primer versión es de 1981 y esa sería la que se le entregaría al país. Desde el punto de vista técnico, éste es más que eficaz para alcanzar un objetivo de baja velocidad como lo es una avioneta tipo “Cesna” o incluso algún yet privado tipo 45 o 60, que en manos de pilotos expertos pueden ser un objetivo muy difícil de cazar.

Aunque en el mercado existen sistemas que dejan por muy lejos a este sistema americano,  en especial los sistemas rusos “SA-7” o los más modernos “IGLA”, desde Londres se sigue muy de cerca estas nuevas políticas que la Casa Rosada ha puesto a rodar para mejor sus FFAA que busca efectivizar una política de lucha eficaz contra el terrorismo.

Sistema SA-7











En conclusión, Washington solo le dará a Buenos Aires lo que a Londres le convenga, nada más ni nada menos. 

jueves, 4 de febrero de 2016

NACIONAL



“HASTA DONDE LLEGARA EL CONTROL DE GASTOS”

La política de recorte de Macri ya lleva treinta mil despidos de ex empleados del estado y podría seguir aumentando si se escudriña más a fondo



Por Javier B. Dal


La década ganada de la que hablan los restos del Kirchnerismo, ha sido sin dudas una ganancia para sus bolsillos. Tras la inmediata asunción del presidente Mauricio Macri y Cía, parece que además de cumplir con sus promesas de sanear el atiborrado espectro de los empleados públicos que  fueron designados a troche y moche por  otrora gobierno “nacional y popular”, se halla en la investigación de dónde se han ido yendo varios millones de pesos en contratos sin licitaciones, preventistas y proveedores del Estado.

La década que se fue y que jamás volverá, fue sin dudas un festival de negociados y mal uso de recursos del estado que en demasiados casos,  terminaron en manos de funcionarios corruptos sus familiares e incluso de una cadena de particulares que a la sombra de algunas secciones bastantes oscuras, viven a costa del estado. Así se pudo ver como el peculado, la malversación de causales y las asignaciones irregulares de fondos fueron prácticas que, si bien se agravaron en la “era K” tenían una vieja prosapia.  En resumen, el gobierno Kirchnerista no inauguro esta práctica, solo la desvió y permitió a otros sectores ideológicamente afines.

Sin dudas de que la era K representó un festival para los puestos denominados “ñoqui” que significa cuando alguien que figura en una repartición pública a sueldo de la nación o de una provincia, no concurría a trabajar y solo aparecía los días 29 de cada mes para cobrar por ventanilla.  O de aquellos empleos creados para cubrir verdaderas intensiones políticas que usando la caja pública, pretendían crear instituciones partidocráticas como la AFSCA y el Centro Cultural Kirchner que pagaban todos los ciudadanos fuesen o no partidarios del “pingüino”.

Una de las áreas donde se practicaba a mansalva estas actividades ilícitas, era en algunas áreas dentro de las unidades militares donde y como parte del presupuesto nacional, se asignan recursos para que en las mismas se administre de acuerdo a gastos tan variados como la comida, la compra de repuestos o implementos hasta la autorización de gastos  para tareas que pueden estar clasificadas por el carácter del personal involucrado. Dentro de estas dependencias, existe la llamada área contable donde –y casi por obviedad- está a cargo de un oficial que tiene título de contador público. Como tal, está sujeto a las mismas previsiones legales que todo contador que se desempeña en el campo liberal, debe respetar y sobre sus actividades, dar cuenta cuando ellas le sean requeridas.

Antes de que la Dra Nilda Garré asumiera  en diciembre del 2005 como Ministro de defensa, los rumores sobre negociados entre proveedores del estado, oficiales a cargo de las áreas contables y personal civil de inteligencia (PCI) retumbaban por los pasillos del edificio de Azopardo 250. Pero como parecía una costumbre enraizada de décadas, nadie pareció prestarle atención y menos aún darle entidad de importancia. Según algunas fuentes, Garré fue enterada casi en forma inmediata a su asunción, de varias irregularidades contables en al menos tres unidades militares dispersas en la provincia de Buenos Aires.  Lo que parecían rumores y corrillos que se reducían a “dime y diretes”, fue tomando entidad tras la decisión de la ministro de tomar el toro por las astas y obtener  pruebas sustanciales sobre lo que, según informaban fuentes internas y reservadas describieron como “negociados y desvíos de fondos injustificados”.  

Al parecer en la operatoria ilícita, se estaban sobrefacturando compras de víveres y la adquisición de equipos por Batallones que no estaban justificados.   Esto representaba una aparente violación a las disposiciones del Plan Anual de Contrataciones PACIC, que multiplicado por el total de unidades militares del Gran Buenos Aires representaría el desvío de varios millones de pesos que de auditarse, no podrían ser justificados.  Según fuentes reservadas, por el año 2008 la ministra habría iniciado una pesquisa interna dentro de las unidades que se señalaba como sospechadas de irregularidades contables y en las que incluso, se señalaban el pago de sumas de dinero para tareas que no estaban políticamente autorizadas.

Según señalaba la fuente, lo que más había desatado la indignación de la ministra Garré fue que se estarían usando sumas de dinero para realizar espionaje no autorizado y en el cual, involucraría  a los llamados PCI que, bajo cubiertas que enmascaran estas tareas, tienen un régimen especial y actúan como “alcahuetes” del arma de inteligencia militar  dentro de la ciudadanía.  Pese a que las sospechas de la ministro se vieron reflejadas en la detección y apartamiento de varios oficiales involucrados en estas irregularidades,  no se ahondo hasta donde llegaba filtración de dineros públicos que estaba siendo usufructuado por inescrupulosos agentes civiles.

Y eso solo fue la punta de una madeja que no se termino de desenredar. Por el 2010, Garre firmo un convenio con el Mercado central que a instancia del recordado Guillermo Moreno, facilito la compra directa sin la necesidad de licitación previa.  Cuando Garre salió de defensa, el general César Milani –favorito de la entonces ministra de seguridad Nilda Garre- fue nombrado al frente del Ejército Argentino en 2013, las irregularidades sobre desvíos de fondos para compras justificadas con facturación truchada, no solo siguieron llegando sino que además, se volvió una denuncia oficializada por el diputado Pinedo, que fue sin dudas, fuente discordias entre Garre y  el ministro de defensa Arturo Puricelli.

La práctica no es novedosa. En el ámbito provincial ha sido algo casi normalizado, la existencia de los “buchones” que trabajan para la policía a cuenta de estar en una nómina de pagos que los mantienen cautivos de la fuerza. Sin dudas con la llegada de la democracia, muchos de aquellos PCI han encontrado buen cobijo en estas nuevas redes del submundo de los tonos grises a negros. Recordemos que  allá por febrero del año 2000 el Ejército Argentino despidió a unos 500 PCI tras haberse detectado que llevaban adelante actividades no autorizadas que en muchos casos tenían fines de lucro, en beneficio propio. No cabe dudas de que es un área riesgosa en la cual explorar pero, es posible que el presidente Macri, que parece no doblarse con facilidad,  pueda tener intensiones y coraje político de meter la mano y revolver la basura apilada bajo la alfombra, para al menos constatar cuántos son los “agentes civiles” que revisten como PCI y su  verdadera utilidad operativa.

Es posible que no veamos ninguna medida profunda sobre esto.  Las razones de ello, son muy simples: Es demasiado sucio el bajo fondo que alberga a estos PCI y para peor, los cables que se han tendido por el general Milani durante su gestión ante el Ejército Argentino, que –valga recordar- no es un oficial de un arma cualquiera, llegan al Pentágono. Algunas fuentes extraoficiales señalan que aquel organismo militar estadounidense ve con muy buenos ojos al general argentino y con el cual, se pudo implementar una doctrina avanzada en inteligencia electrónica que en cierto sentido, prescinde de la humana. En éste último sentido, las falencias advertidas en la SIDE y otras fuerzas de seguridad tras la muerte de un fiscal federal, demostrarían que el elemento humano sigue siendo débil al dinero.

Es por ello y con el objetivo de sellar las grietas –sin dudas las más escondidas- por donde se permean los dineros públicos,  que al menos el gobierno macrista realice un control y censo sobre la existencia, operatividad y estilos de vida de estos PCI que en muchos casos no podrían justificar sorpresivas y múltiples inversiones que se no se justificarían con lo que aparentan.


Supuestamente, estos sectores subterráneos pagados por el estado, debieran funcionar para el bienestar público, en pro de la defensa nacional  pero, como hemos visto con lo anteriormente mencionado y los ejemplos cercanos de la muerte de un fiscal federal dentro de su departamento en el centro de la capital porteña y inexplicable fuga de tres reos de una cárcel de máxima seguridad, su funcionalidad y su lealtad parece bastante dudosa. 

martes, 2 de febrero de 2016

VETERANOS DE AYER


“OPERATIVO ALFIL 1 HACE 25 AÑOS”


Cómo al paso de 25 años de aquella guerra internacional sigue siendo una batalla sin concluir para los veteranos argentinos 




Por Charles H. Smith y Javier B. Dal


Hace 25 años atrás, para estos días, las dos naves argentinas del “Operativo Alfil I”, se encontraban en pleno de las operaciones militares de apoyo táctico y estratégico a la campaña militar contra las fuerzas iraquíes que se hallaban en Kuwait.  A finales de enero de 1991, el destructor “ARA Ate. Brown”  y la corbeta “ARA Spiro” terminaban una quincena infatigable de tareas de escolta y protección de las líneas logísticas que abastecían a los portaaviones que estaban lanzando los principales ataques aéreos sobre Kuwait e Iraq. 

Eran momentos de mucha tensión. El ambiente era tan denso que como dice el dicho “se podía cortar con un cuchillo”. Las presiones que la misma situación de guerra en la que se encontraban las tripulaciones, se agregaban las que surgían de las relaciones jerárquicas ya no solo entre los mismos argentinos sino incluso,  debiendo estar atentos a las órdenes y maniobras que disponían los cerebros navales desde el cuartel general del NAVCENT en Arabia Saudita, desde donde se coordinaban las acciones en una gran mesa de estrategia.

Aunque no se les comunicó a ningún miembro de las tripulaciones argentinas, todos –sin distinción entre oficialidad y suboficiales- estaban siendo observados y evaluados por los atentos ojos de los elementos norteamericanos que permanecían en el área de comunicaciones y que hacían de enlace con el Comando general.  Aquellos tres marinos yanquis que el NAVCENT había enviado para instalar  las antenas para comunicaciones en la “Brown”, eran también los ojos y los oídos de los encargados de la inteligencia de la campaña.  Y es que los motivos eran tan importantes como determinantes; además de mantener los canales fluidos de comunicación, debían asegurarse de cuál era la moral y la disciplina de las tripulaciones y prevenir  posibles inconductas que hubieran hecho fracasar las operaciones.

Sin dudas que fueron momentos muy duros; los minutos parecían horas y las horas semanas; y no solo los argentinos se vieron sometidos a estos extremos que crispaban los nervios. Sus mismos colegas norteamericanos, británicos y canadienses, cayeron en muchos casos, rendidos al poder de la presión que destruía los nervios de los hombres más firmes y preparados.  
Desde la cubierta de la Brown

Hoy a 25 años y a lo lejos, se puede evaluar con mucha precisión, lo que represento esa posición de las tropas argentinas operando dentro de aquel letal teatro de operaciones y en una situación que solo aquellos hombres conocieron de primera mano. Justamente e 1º de febrero de 1991 desde las cubiertas de la “Brown” y la “Spiro”, los marinos argentinos contemplaban atareados como iban y venían los aviones de combate norteamericanos que despegaban del portaaviones “USS Midway”, punta de lanza que dio inicio a las operaciones de bombardeo contra Kuwait e Iraq y al cual asistieron hasta el final de la campaña.

Fueron testigos de cómo los aviones norteamericanos “A-6 Intruder” preparaban sus miras lanzado sus bombas en blancos remolcados por el “USS Kansas City”, que se hallaba navegando junto a ellos. O como podrían olvidar como aquellos gigantescos helicópteros “Chinook”  de la naval estadounidense maniobraban por encima de  la cubierta del destructor “Brown” para trasladar personal de un buque a otro; sin dudas que eso fue una experiencia profesional inédita, inimaginable y a l vez  imborrable para los argentinos.

Inmersos en sus tareas de agitadas rutinas de combate, los argentinos debían estar listos para cualquier contingencia que por un mínimo descuido, podía ser fuente de un desastre. Las aguas del golfo estaban pobladas de problemas que podían llegar a ser letales y solo ellos, pudieron ser testigos de varios de aquellos. La fuerza de la Coalición naval no solo debió estar al pendiente –y bajo una total desinformación-  de las amenazas militares que “Saddam” tenía apuntando hacia el Golfo, sino también de los varios peligros que ni siquiera tenían idea que existían.

Sin dudas de que fueron protagonistas de la última y más portentosa guerra naval que el siglo XX vio antes de finalizar. El poder destructivo de las armas empleadas y la cantidad en toneladas que se movieron por las peligrosas aguas del golfo pérsico para que los arsenales de las tropas terrestres y las “Santa Bárbara” de los buques como el “USS Midway” no detuvieran el fuego, sigue siendo uno de los temas que se atienden con mucha importancia en las cátedras de apoyo de combate y logística –entre otras- en la Academia Militar de West Point, ubicada en estado de New York, Estados Unidos.

El brazo logístico fue primordial para el éxito de la campaña “Tormenta del desierto” ya que sin el desarrollo de las operaciones de control, vigilancia y custodia de los transportes que entraban al Golfo por el estrecho de Ormuz, seguramente se habrían registrado graves incidentes, que acometidos por células extremistas dispersas en la región, hubieran causado una demora en el abasto para las tropas que debían mantener un fuego coordinado y constante, si no querían que las Brigadas mecanizadas iraquíes los aplastaran con algún contra ataque.  Como dijo el diseñador de éstas operaciones logísticas, “debemos funcionar como un reloj de precisión; si no podemos garantizar eso, le diré Schwarzkopf que no inicie nada”.
Un Chinook sobre la Brown

Entre las tareas que el operativo “Alfil I” tenía que cumplir, era las de asegurar el paso de los buques tanque que debían aprovisionar a la flota que se hallaba en operaciones. Esto que los norteamericanos denominan “refuelling”  o reaprovisionamiento de combustible, que en la situación de guerra en la que se encontraban, representaba un riesgo potenciado no solo por la posibilidad de ser sorprendidos por un misil –ej. Misiles costeros Frog- en medio de la operación de alije, sino también por la presencia de todo tipo de minas explosivas.  Precisamente sobre esto último, a pesar de la operatividad de varios buques “barreminas” y de los incesantes vuelos de helicópteros que exploraban las zonas para detectar entre otras cuestiones, posibles minas flotantes, existían en ese momento otros tipos de estos ingenios que estaban en el fondo del lecho del golfo y operaban en una manera más sofisticada. 

Si tan solo una de esas minas hubiera tocado a un buque en momentos del reaprovisionamiento, se hubiera desatado un infierno sobre el agua dejando muy pocas probabilidades de que hubiese supervivientes.

Lo mismo con los buques que trasladaban municiones, bombas y misiles para los aviones que estaban embarcados en los siete portaaviones que encabezaban las operaciones navales de apoyo a la ofensiva que se realizaría por las tropas en Arabia Saudita.  El arribo sin pausa y con seguridad era primordial para garantizar eficacia en las operaciones que se delineaban desde el cuartel general en Riad, desde donde los generales y almirantes coordinaban con minucia los movimientos de cada operativo desplegado en el golfo.

Ninguna embarcación estaba desligada de la cadena de mando que provenía desde el NAVCENT enclavado en Riad, base estratégica que coordinaba y planificaba el desarrollo de las operaciones en los diversos sectores que comprendieron el Teatro. En esas planificaciones y en medio de las hostilidades, los argentinos demostraron profesionalismo y un entusiasmo poco esperado por algunos mal pensados coordinadores de la campaña que, dicho sea de paso, supieron cometer errores que demostraban estar  alterados por la presión.

Se había formado una comunidad en la zona, aunque para nada relajada; en el Teatro de operaciones que se extendía desde la entrada del estrecho de Ormuz hasta el norte del Golfo, los buques podían verse las siluetas recíprocamente y a veces supieron estar tan cerca unos de otros, que lograban verse como sus camaradas norteamericanos corrían con el culo entre las manos ante situaciones que habían quedado consignadas a quedarse y no salir de allí. Recuerden sino aquel incidente del “USS Midway”  que en apariencias y sin que se esperara, recibió un duro ataque con misiles que teóricamente –y según los expertos militares- no podían estar allí. ¿Qué hubiera sucedido si uno o esos misiles pasaban de largo y llegaban a una de las embarcaciones argentinas que estaba tan cerca? Solo para que el lector se haga a la idea de lo que podía haberle hecho un misil “Frog-7”  a un buque como el Alte Brown o peor aún, a la pequeña corbeta Spiro, solo considere que al ser un vector de 9.1 metros de largo y con una cabeza armada de 550 kilogramos que ha ganado velocidad con un alcance de 75 kilómetros (mucho más que la distancia que patrullaban las naves), el solo imaginarse que uno de esos monstruos  impactase por debajo de la línea de flotación en alguno de estos navíos, hoy estaríamos hablando de “bajas” y para el gobierno argentino, un dolor de cabeza para el cual no hay aspirina.


Ante la inminencia de los peligros que poblaron aquel cajón de aguas llamado “Golfo Pérsico” que lo asemejaba a un polígono acuático y pese a los informes del Departamento Naval estadounidense –en especial el director de la ONI- que concluyeron como destacable a la invalorable actividad de las dotaciones argentinas en las operaciones “Escudo del desierto” y “Tormenta del Desierto” , muchos se preguntan ¿Qué espera el gobierno argentino  para  reconocer a estos hombres su derecho bien ganado a ser reconocidos como VETERANOS?  

domingo, 31 de enero de 2016

EN LA MIRA


“LA INEXPLICABLE INVULNERABILIDAD DEL ISIL”

A dos años de la aparición del ISIL y nadie puede explicarse el por qué de su invulnerabilidad


Por Charles H. Slim y Pepe Beru

Al parecer entraremos en el segundo año desde que hizo su sorprendente aparición el “ISIL” o como lo conocen los iraquíes “Daesh”, sin que haya perspectivas de que sea posible detenerlo.  Su capacidad operativa sorprendió al principio, a los más variados analistas militares que vieron como un grupo presuntamente salido de una organización propia  e independiente, podía arrollar en solo unos días, a un ejército equipado con armas y vehículos de las fuerzas armadas estadounidenses.  Pero el asombro comenzó a difuminarse cuando algunos analistas, investigadores y expertos militares notaron que “había algo más” detrás de esta aparente ofensiva de combatientes yihadistas que voluntariamente se allegaban  a Siria para combatir “al régimen”.

Es que en realidad, aquellos enmascarados vestidos de negro y con armamento en muchos casos flamante, no eran ni voluntarios ni menos aún  los “muyajedin” –combatientes santos- que pretendían impostar.  Eran ni más ni menos que una confederación de mercenarios venidos de varias partes. Incluso el núcleo de la organización ni siquiera eran árabes, comprobándose más tarde, la implicancia de una mixtura de elementos venidos tanto de Asia como de Europa.

Las flamantes camionetas “Toyota”, armadas con cañones antiaéreos y con varios hombres en sus cúpulas, cruzaban raudas la invisible frontera entre Siria e Iraq y sin piedad pasaron por encima de las guarniciones militares del gobierno colaboracionista de Bagdad.  En esos momentos el tirano –verdadera calificación para éste personaje- Nouri Al Maliki completamente desinformado de la situación, se apresuro a minimizar la situación. No pasaron 48 horas hasta que Al Maliki se dio cuenta que las cosas estaban peor de lo que sus “aliados” estadounidenses le habían dicho.

Pero el éxito de las fuerzas de la bandera negra, no se debió a su propio y único  mérito. Para cuando las camionetas comenzaron a ponerse en marcha a lo largo de la porosa frontera iraquí,  en todo el norte y centro oeste de Iraq, se ponían en marcha micro operaciones tácticas en las principales ciudades del norte llevadas adelante, por grupos de la resistencia como fue el caso de los hombres del “Nakshaiabandi” que es una facción del partido Baas y que al momento de los hechos, estaba liderado desde la clandestinidad por el hoy fallecido vicepresidente iraquí Ibrahim Ezzat Al Duri.
combatientes del Nakshaiabandi

No solo el “Ejército Nakshaiabandi” puso en marcha estas operaciones, sino también los hombres del “Ejército Islámico de Iraq” que  creado en el 2004, también tenían un grueso componente de ex miembros del partido de Saddam Hussein  pero, agrupados bajo una lealtad al Iraq Islámico –sin distinción entre sunitas o chiitas- y libre de ocupantes extranjeros.  A estos le secundaron una docena de grupos de las más de diferentes extracciones pero unidos, por  un  objetivo  común,  como era el de derrocar al gobierno colaboracionista de Bagdad.

En resumen, el ingreso del denominado “Islamic State of Iraq and Levant” no fue una acción improvisada y menos aún, con el objetivo de “derrocar al régimen colaboracionista de Bagdad”. No lejos de eso, aquella operación tuvo principal objetivo, el instalarse junto a Siria y desde allí dar el soporte territorial para que las operaciones contra Damasco pudieran ser más efectivas. Y aunque los grupos iraquíes no sentían el más mínimo aprecio hacia el gobierno de Al Assad –por su pasada colaboración en 1991- lo cierto era, que su objetivo principal era y sigue siendo el destronar a la sécula del partido Dawa que, es importante no olvidar,  había sido colocada por Washington tras la ocupación.  

No habría sido posible sin la valiosa participación de los grupos iraquíes que agrupados en el Consejo General Militar de los Revolucionarios, que el “ISIL” hubiera podido penetrar con tanta rapidez en el territorio iraquí. Tampoco hubiera sido posible que las caravanas de camionetas que cruzaban por la frontera, no fueran advertidas por los ojos electrónicos de los satélites y los Drones del CENTCOM que, hasta la llegada de los rusos a Siria, dominaban a gusto y placer, los movimientos y las comunicaciones de cualquier sector en la región.

Pero las incumbencias de EEUU en todo esto, fueron más allá del dejar hacer y dejar pasar. Mientras la CIA le aseguraba al régimen de Al Maliki que no tenía que preocuparse por los grupos que operaban en la frontera con Siria, las revueltas populares contra su Status Quo que habían estallado en Faluya a mediados de febrero del 2014 se iban propagando en forma exponencial sobre la región oeste en donde se comenzaron a ver entremezclados, algunos grupos identificados con el “Daesh”. De esta manera, los revolucionarios y los grupos de la resistencia iraquíes ablandaron el terreno mucho antes que el “ISIL” entrara a Iraq.  Sin dudas que fue el momento propicio para que la franquicia de la bandera negra, entrara para consolidar un territorio estratégico para asistir los planes de derrocar a Bashar Al Assad en Siria.  

Tal como lo señalamos al comienzo, estos mercenarios del “ISIL” pudieron ingresar por la ayuda de los rebeldes iraquíes que para el mes de junio del 2014, traían a mal traer los militares y policías del régimen que en varias ocasiones, tiraron sus armas al suelo y salieron huyendo hacia Bagdad.  Un punto curioso a señalar, es la extraña libertad que existió para publicitar toda ésta situación y que se dejó cursar por el internet. Quienes seguían los acontecimientos en Iraq podían oír y ver informes detallados que se ventilaban los revolucionarios en sus propios sitios web (v. http://iraqispring.com/  )  o cuando eran suprimidos, por redes sociales como Facebook (v. https://ar-ar.facebook.com/Iraqe.Revolution ).
manifestaciones populares en Iraq 2011

 Esto era algo muy raro, ya que la CIA y la NSA junto a sus agencias aliadas, peinan constantemente el ciberespacio para tumbar las páginas que fuesen inconvenientes para sus operaciones y para la imagen de la Casa Blanca. Durante la invasión y posterior ocupación, para los norteamericanos y sus aliados, el tumbar las páginas web de la resistencia era parte de los objetivos en su misión por esconder las consecuencias que la resistencia estaba causando sobre sus tropas y lo que realmente  ellos estaban haciendo sobre la población iraquí.

Pero en el caso del “ISIL” la regla se invirtió y el internet estuvo libre de obstáculos para propagar su doctrina y s violencia explicita. 

Cuando el proceso de infiltración del “ISIL”  estaba en pleno progreso, aquellas redes sociales y las páginas web se mantuvieron intactas y en ningún momento sufrieron algún ataque de “hackers” o fueron denunciadas como sitios “terroristas” –algo que le ocurrió a las páginas de la resistencia iraquí-.  Una cosa era segura y es que la CIA y la NSA estaban al tanto del contenido que trasmitían y claramente, eran muy útiles para argumentar sobre lo que estaba pasando en Iraq. La brutalidad de las fuerzas de Al Maliki “sería la culpable de la aparición de una insurrección masiva” que, obviamente sería encarnada por ésta franquicia” que había sido reclutada y entrenada en campamentos de Iraq y Jordania. Quedaba claro que para Washington, la violencia y el caos en el noroeste de Iraq era esencial para realizar los movimientos que se vieron posteriormente.

Sin dudas, de que participaron otros actores tras todo esto. Para ello y como extensiones de los estadounidenses en la región, los Peshmerga kurdos del Clan Barzani y elementos turcos colaboraron clandestinamente para tomar por sorpresa a las guarniciones del norte en Kirkuk y en especial en Mosul, donde “casualmente” los norteamericanos unos meses antes habían sugerido al gobierno de Al Maliki, que acopiara unos tres mil vehículos “Hummer” y Humvies” que habían sido entregados para reforzar sus tropas mecanizadas. Todos estos vehículos estaban con sus equipos de artillería, blindaje reforzado y para cuando llegó el “ISIL” simplemente los tomaron para usarlos contra las desmoralizadas tropas del régimen. 

Para cuando Al Maliki se dio cuenta que  el gobierno autonómico kurdo –aliado de Washington-  lo había traicionado, Abu Bakr Al Bagdadi ya estaba en la gran mezquita de Mosul decretando la creación del “Califato”.
Un Humer capturado por rebeldes iraquies

Incluso los servicios secretos del partido Dawa,  advirtieron a Bagdad que habían constatado que la CIA estaba detrás del aprovisionamiento de armas y explosivos a grupos alineados al Consejo General Militar de los Revolucionarios de Iraq  que se oficializó el 22 de enero del 2014 (v. http://www.iraqsolidaridad.org/2014/01/consejo-general-militar-de-los-revolucionarios-de-iraq-comunicado-no-1-declaracion-de-la-creacion-del-consejo-general-militar-de-los-revolucionarios-de-iraq/  ) dando inicio a una revuelta popular  contra la brutalidad , la corrupción y el colaboracionismo de Bagdad.

Con el paso de los meses y tras el establecimiento del “Califato” con capital en Mosul, los intentos por derrotarlo han sido vanos. Y no solo eso. El “Daesh”  se volvió tan fuerte que termino absorbiendo a los grupos iraquíes que habían empezado a rechazar los métodos de la franquicia, especialmente en lo referido a la interpretación del Islam. Pero ésta aparente invulnerabilidad  en el campo de batalla no era por propio mérito. Cuando Obama decidió lanzar una campaña aérea para –presuntamente- combatir a la franquicia, los resultados mostraron ser más una distracción que acciones concretas. Esto a su vez, dio argumentos a los llamados “neocon”  y  sus conspicuos aliados sionistas del AIPAC para presionar a la Casa Blanca de que era necesario “volver masivamente a Iraq” tildando a Obama como un presidente débil e inepto.

Sumado a esto y en el terreno de los hechos, se comprobó que tanto estadounidenses como ingleses, lanzaban desde aviones de transporte sin marcas, toneladas de municiones, armas y pertrechos para sostener las posiciones del “Daesh”. Esto vino a explicar, como era posible que las unidades de combate de ésta franquicia, no se quedaran sin balas. Solo para que el lector se dé una idea de la importancia de contar con una continua línea de abastecimiento de municiones, cada combatiente que porta una “AK-47” usa en estas refriegas unas 400 a 600 balas al día, lo que haciendo unas imples operaciones matemáticas veremos que el flujo de municiones necesario para mantener un frente determinado con unos cincuenta a cien hombres hacen falta unas miles de balas. Fue por ello que al complicarse la situación por la intervención rusa,  todos los medios se hicieron necesarios para aprovisionar a éstos tipos.

Sin dudas de que la intervención de Rusia en Siria, ha representado entre otras cosas, un freno a estas impunidades. Como habíamos señalado, el Comando de operaciones militares de EEUU en la región –CENTCOM-  anteriormente, podía interferir y monitorear todas las comunicaciones de la región incluyendo claro, la observación detallada de la situación en el terreno. De esa manera, podía guiar a sus aviones constatando que no hubiera ojos indiscretos en las zonas de lanzamiento. Pero, con la instalación de la base rusa en “Jmemim”, los norteamericanos comenzaron a ver como sus equipos de inteligencia electrónica podían ser bloqueados y literalmente dejarlos ciegos en un amplio sector de Siria. Y casualmente, tras la intervención aérea rusa tanto las milicias mercenarias financiadas por Arabia Saudita  como los grupos del “Daesh” que operan en Siria,  comenzaron a ser diezmados poniendo en jaque, los planes por derrocar al gobierno de Damasco.

Ha quedado claro que el “ISIL” –o el Daesh- es una pieza más en el juego geoestratégico norteamericano; es su principal excusa y argumento para volver a intervenir en la región en especial, en Iraq desde donde con el desembarco de tropas de tierra –algo que está sucediendo ahora- podrá operar con mayor  eficacia en la zona norte de Siria en donde junto a Turquía –que ha instalado un aerodromo en Bashiqa-, Francia e Israel pretende crear un apéndice territorial del Kurdistán iraquí.  

Por lo pronto, los iraquíes están viendo impertérritos como los helicópteros norteamericanos desembarcan tropas en el norte sin que el gobierno títere de Bagdad pueda hacer algo al respecto.  Y que no queden dudas que lo último que harán, será combatir al “ISIL”.


viernes, 29 de enero de 2016

INTERNACIONAL


“EL MATE Y LA GUERRA EN SIRIA”

Una anécdota simpática de nuestra argentinidad en medio de tanta tribulación en uno de los lugares más calientes del planeta

Un mercenario del FSA tomando un mate

Si hay uno de los ejemplos de lo pequeño que es el mundo y que incumbe a una de las costumbres más entrañables de la cultura argentina,  es sin dudas lo que me enteré el otro día cuando me hallaba viendo reportes por las redes sociales en internet, sobre la situación en Siria e Iraq. En un  momento cuando veía un video subido por uno de los grupos mercenarios que operan en Siria, se veía como un grupo de ellos se acercaron sigilosamente a un pequeño fortín armado con bolsas de arena y un techo con chapas y bolsas con arena para sostenerlas. Al parecer, era un puesto de vigilancia del ejército árabe sirio que había sido recientemente abandonado. Con mucha precaución dos barbudos armados con sus AK-47 irrumpieron en el pequeño recinto y allí, encima de un pequeño taburete de madera adornado con  fino polvillo había un “mate con su bombilla” junto a una pequeña jarra que hacía como nuestra querida pava.  

En otros videos difundidos por los grupos mercenarios, se ha visto como en las posiciones y trincheras de soldados sirios y de algunos grupos mercenarios, las cámaras captaron  rastros de paquetes de yerba mate “Piporé” diseminados en algunos casos, entre los escombros y restos de una edificación después de un bombardeo.  Incluso se han hecho algunos informes periodísticos en los que se afirma que los mercenarios que tratan de derrocar al gobierno sirio, son grandes consumidores de mate.

Pero la realidad supera a estas tendenciosas y lamentables muestras de parcialidad informativa. No han sido los mercenarios de la CIA y del Mossad quienes han traído el mate a Siria. En la región, la costumbre de consumir esta infusión ha venido siendo adoptada paulatinamente en el tiempo, y se ha extendido desde la península arábiga hasta Irán. Y es que en los países árabes e islámicos, el consumo de alcohol o bebidas enervantes están vedadas, no solo por prescripciones religiosas sino también,  como parte de las costumbres sociales que se remontan a milenios.

Una de las bebidas que se han conocido en occidente y que son habituales en el mundo árabe islámico es el té de menta, especialmente consumido en Marruecos y Túnez. También está el café, como una de las bebidas que reemplazan al alcohol y que tienen un extendido consumo en países como Iraq, Egipto y Turquía.  En la última década, la costumbre del mate se ha extendido también en estos países, especialmente en Iraq, donde pueden verse mateando a kurdos del norte, a los sunitas de las tribus nómadas del desierto de Al Anbar y a los chiitas del sur. Su consumo no solo ha sido adoptado por el gusto a la tisana en sí,  sino también, por la perfecta complementación que ésta infusión tiene con las costumbres y prácticas que el Islam denomina como “Halal” (licito)

Según una anécdota de un ex soldado de Saddam Hussein que se hallaba destacado donde tenían su posición en una fortificación en la frontera con Kuwait en la guerra de 1991, al regresar a su hogar en Naseriyah, comentaba a sus hijos como en las largas y frías noches que debían vigilar que no se colaran estadounidenses, tomaban mate con café, una costumbre que había traído un camarada bagdadí que antes de la guerra viajaba al Líbano en donde tenía una familia amiga que solía compartir con él cuando iba, “ésta extraña forma de beber un té de hierbas”.  

En siria también ha venido siendo algo común, ver cómo tanto los soldados sirios como milicianos de los grupos que ocupan el país, en sus descansos o incluso en sus centros de operaciones, estén tomándose unos mates o incluso en la versión fría paraguaya “Tereré”. Aunque el mate no distingue de climas, ahora en Siria y la región están en pleno invierno, la estación más propicia para unos buenos mates calientes.

No es extraño ver incluso a los yemenitas mateando,  especialmente a los guerrilleros “Huties” que en plenas faenas de combate como se puede ver hoy por hoy ante la agresión saudita. Incluso los mismos sauditas son otros quienes han adoptado al mate como una infusión muy agradable y estimulante para compartir entre amigos o la familia.

En Siria y el Líbano, ha sido sin dudas la cercanía entre las familias de origen sirio que habían emigrado hace ya más de cien años a la Argentina y que hoy son argentinos con raíces árabes, quienes han llevado la costumbre sana de compartir  un ritual que sirve para aunar y acercar a propios y extraños. Nosotros en Argentina es tan común que alguien que va o llega a un lugar donde están mateando que sea convidado y de ese modo se integre al lugar. Es una anécdota casi macabra que éste símbolo del culto a la sociabilidad y la amistad que identifica a los pueblos del Cono sur del continente americano, se vea en medio de las trincheras, en los esqueletos de los edificios donde se atrincheran los tiradores e incluso en las posiciones de artillería –de uno o del otro lado- de aquellas lejanas y milenarias tierras que  en medio de los ensordecedores estruendos de los cañones, bombardeos aéreos y los aterrorizantes camiones bomba que sin aviso borran una cuadra entera.  


Tal vez sería una buena iniciativa, que en los recintos donde se tratan los altos asuntos como la Liga Árabe, en el CCG del Golfo Pérsico o incluso en las conversaciones por la paz que se realizan ahora en Ginebra para que Siria pueda volver a la paz, se ceben unos mates a los comensales y tal vez, de ese modo puedan aflojarse y como en una rueda de amigos, encuentren la armonía que se requiere en los espíritus inflamados de los altos jerarcas que manejan el asunto.