INTERNACIONAL
“MAS INESTABLE QUE NUNCA”
A pocos meses de que Obama abandone la Casa Blanca, pocas son las cosas que han cambiado en la política exterior estadounidense y sus consecuencias se ven claramente en Aganistán
Por
Charles H. Slim
A medida que se acercan las elecciones en los Estados Unidos, las
cosas se van poniendo más feas en aquellos lugares donde las tropas
estacionadas, tratan de cooptar de una vez por todas a las sociedades
orientales que han invadido. Nos referimos en este caso a lo que viene
sucediendo en Afganistán, lugar que fue invadido en 2001 por orden del entonces
presidente George W. Bush que bajo la excusa de los ataques del “11/S”,
trataron de eliminar a sus antiguos socios, nada menos que los “Talibán”.
Oh
sí, así es; el talibán pudo nacer gracias a la participación de la CIA y de sus
colegas del Pentágono en proporcionar todos los elementos necesarios para poder
operar contra la Unión Soviética allá por finales de la década de los setentas
y que continuo con todo furor hasta casi mediados de los ochentas, perdiéndose
el rastro de lo que había pasado con aquel programa de insurgencia que llamaron
“La Base” en árabe “Al Qaeda”. De esas
colaboraciones, se destacaron los sauditas quienes además de proporcionar las
rutas de dinero y los asesores religiosos para formar a los “Yajid” al estilo
“Wahabi” para los muyajedin en los
campamentos de entrenamiento dirigidos por la CIA en Pakistán, quienes luego
pasarían a operar en Afganistán. Fue en estas colaboraciones donde saldría el
joven Osama bin Ladem, un aventurero y multimillonario hijo de una poderosa
familia petrolera saudita que a su vez, era socia de la familia Bush y que en
las jornadas del 11 de septiembre del 2001, pudieron salir de Estados Unidos cuando regia una
prohibición de vuelos.
Lo
que los medios estadounidenses como “The Washington Post”, “The New York Times”
entre otros presentaron allá por mediados de los ochentas al Talibán como los
“luchadores por la libertad contra la invasión soviética” desde el 2001 no solo
se olvidaron de sus propias editoriales sino que incluso, tratan de reescribir
la historia con supuestas posiciones políticas que en realidad jamás
tuvieron.
Talibanes en la Casa Blanca |
Pero
en la política estadounidense, las cosas son así. Un día los necesitas y al
otro los tiras a la basura y eso fue lo que Washington trato de hacer con el
Talibán –como en realidad acostumbra hacer con cualquiera con los que se
asocia- al tratar de arrebatarles el control de las cuencas vírgenes de gas
y carbón que existen a lo largo del territorio afgano, con un plus muy
lucrativo para financiar la “caja negra” de la CIA como es la industria de la
heroína que surge de los extensos campos de cultivos del Opio. Sobre esto, ya
no existe el más mínimo escrúpulo por parte de los norteamericanos por negar
estas intensiones.
Pero
volviendo a lo que pasa hoy por hoy, a casi quince años de aquella invasión,
Afganistán sigue estando tan miserable como lo estaba antes nada más que, con
la ocupación estadounidense, las
necesidades y la pobreza se maquillan con mucha escenografía colorida, tráfico
de drogas, prostitución y pederastia manejada por mafias ligadas al gobierno
corrupto por la que los “salvadores de la OTAN” pagan muy buenas sumas de
dinero.
A
pesar de los decorados y de las coloridas marquesinas occidentaloides que lucen
en algunas zonas de Kabul, la inseguridad y los ataques sorpresa del Talibán no
dan tregua a los invasores y a las fuerzas colaboracionistas que son
sorprendidas en pleno centro de la capital.
¿Qué ha mejorado la irrupción y presencia de las ISAF en la región? A la
vista de los años de ocupación y de un gobierno archi-corrupto colocado por
Washington, se puede asegurar que nada.
Uno
de los últimos episodios de la realidad que azota al país asiático, fue el
osado ataque de un comando Talibán a un complejo de trabajadores extranjeros en
Kabul que causó una verdadera conmoción que llegó hasta el salón Oval en La Casa Blanca. El complejo NorthGate,
ubicado al sureste de la capital, fue sorprendido por la detonación de una
camioneta cargada de explosivos que no llego a dañar la infraestructura del
complejo y sus atacantes lograron ser eliminados por las fuerzas de seguridad
pero el mensaje era alto y claro: “La lucha no ha terminado”.
El
Talibán ha venido golpeando objetivos norteamericanos y de británicos en plena
capital, reivindicando sin tapujos cada uno de ellos. En medio de estos actos,
se han colado supuestos ataques del ISIS, quienes desde hace un año hicieron su
“mágica” aparición en el escenario afgano para atacar al Talibán y matar a
civiles inocentes, algo que no concuerda con las tácticas de la resistencia
afgana. Según fuentes de inteligencia del Talibán y de agencias orientales,
detrás de la franquicia del ISIS están nada más ni nada menos que las manos de
la CIA, que ha venido fracasando en sus intentos por crear un escenario similar
al creado en Irak, donde mediante la inyección de elementos de “Al Qaeda”,
trataron de desgarrar la cohesión de la resistencia iraquí mediante supuestos
enfrentamientos dentro de su seno y bestiales crímenes contra civiles.
Desde
el 2010 y bajo la egida del secretario de estado Hillary Clinton, los programas secretos de mercenarios
islamistas abrieron un nuevo capítulo en el desarrollo de un actor que
superaría a “Al Qaeda” que tendría base
en una Libia destruida. Pero incluso
mucho antes, según la revelación de miles de correos electrónicos por el odiado
Julian Assange que exponen los contactos con grupos irregulares y sus planes
para operar contra el gobierno de Gadafi
( v http://www.democracynow.org/2016/7/25/assange_why_i_created_wikileaks_searchable ) Hillary Clinton tuvo allá por comienzos de la década de los
noventas, una participación indirecta con empresas como la constructora “Lafarge”
que trabajaban con la CIA para financiar a los grupos extremistas como ISIS.
Las
últimas filtraciones sobre las actividades de Clinton en sus funciones, han
llevado a que pese a que la justicia le “borró” desvergonzadamente su record
criminal, los electores demócratas
norteamericanos ya le hayan bajado el pulgar y no están dispuestos a tolerarla
como una posible presidente. Si esta corrupta funcionaria llega al poder, el
país deberá prepararse para más guerra y más inestabilidad, tal como ya se advierte
en Libia, Siria y Afganistán.
La
dinámica parece repetirse en forma calcada y los afganos ya se han dado cuenta
de ello. A pesar de que estas células del ISIS han logrado asesinar algunos
lugartenientes Talibán, esta
organización ha pensado rápido y no ha caído en los engaños que dichas tácticas
pretenden lograr.
Observando
lo que sucede en Siria actualmente, se han podido hallar patrones semejantes
que llevan a señalar con meridiana claridad, la sospechada complicidad de EEUU
en la supervivencia del “ISIS” en los campos de batalla e incluso, de cubrir
sus retiradas cuando no les ha quedado más opción ante los avances de las
fuerzas árabes sirias que con el apoyo aéreo ruso les significaba la segura
aniquilación. Tal como lo señalan
enjundiosos análisis de expertos internacionales, EEUU se ha abstenido sistemáticamente
de atacar a las organizaciones como “Al Nusra”-filial siria de Al Qaeda- y el “ISIS” por el simple hecho de que, son
funcionales a sus planes que se vinculan con destruir al gobierno sirio laico y
nacionalista. (v. http://www.globalresearch.ca/allying-with-political-islam-washingtons-tactical-alliances-with-al-qaeda-and-isis-in-syria/5536306 )
En
este sentido el desenmascaramiento sobre el involucramiento de la CIA y otras
agencias de inteligencia en apoyar a las diversas células de “Al Qaeda” que
mediáticamente se disfrazan con eufemismos tales como “rebeldes” o los llamados “desertores” que conforman el
“Ejército Libre Sirio” , ha puesto en una encrucijada sin perspectivas para una
solución a medida de los intereses norteamericanos. Ha sido por ello que se han venido viendo
acciones desesperadas ( y evidentes) por
abrirles paso a sus “rebeldes” para que puedan sobreponerse a las
aplastantes ofensivas que encabezan los rusos.
De
esta manera, Washington ha ido continuadamente contra la ley internacional e
incluso contra las mismas resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas que llaman a redoblar esfuerzos
para reprimir y combatir las acciones de las agrupaciones terroristas que
operan en la región. Igualmente y con una total impunidad, se ha ido viendo
como además de no cumplir con nada de ello, ha tratado traspolar esa dinámica
del “Daesh” a los escenarios afganos donde aparentemente se han topado con una
realidad muy diferente a la que existe en los escenarios árabes de la
Mesopotamia, lo que ha entorpecido en su principal objetivo que es, el de crear
la confusión entre las filas Talibán.
En
el operar de estas células del ISIS, se puede detectar aquella misma esquiva
tendencia a no atacar a los norteamericanos y centrar sus acciones sobre
civiles y de ser posible, contra musulmanes chiitas. Tal como lo han advertido
en Libia, Iraq y Siria, esta supuesta organización islámica es un gran embuste
elaborado por cerebros que nada tienen que ver con los árabes y menos aún con
el Islam. Sin lugar a dudas, los engaños de los maestros del caos que están
detrás de esto, no han surtido efecto sobre los simples combatientes de
sandalias y Chapán que no buscan mejor recompensa que –voluntad de Alá
mediante- lanzar a los invasores de sus tierras.