DEFENSA Y SEGURIDAD
“EXPANSIONISMO
CHILENO”
Cómo silenciosa y muy sigilosamente crece el poder militar chileno amenazando la soberanía de sus vecinos
Por
Javier B. Dall
Los argentinos están acostumbrados a no estar al tanto de lo que
ocurre fronteras afuera, incluso cuando ello sea una amenaza para sus intereses
territoriales, ellos parecen estar siempre absortos en las pequeñas
contingencias cotidianas. De cualquier
modo hay que entender que el país, además de desinformado se halla
administrado por una elite de familias y funcionarios que se orientan mirando
hacia el norte y de espaldas a la extensa realidad geográfica de su territorio.
Tal vez fuera entendible cuando se trata
de temas complejos como el terrorismo, la continua política británica de
injerencia en el Atlántico sur o las sigilosas maniobras de las Corporaciones
internacionales que tratan de instalar en la región oscuros tratados como el
TPP. Pero cuando las amenazas están apenas del otro lado de la frontera, los
habitantes de la nación debieran sacudir a sus flemáticos gobernantes para que
pongan pies en polvorosa.
Detrás
de las monumentales cordilleras andinas, se esconde una intensa actividad
militar que parece estar ausente de la agenda de los asuntos exteriores de
Buenos Aires. A contrario de Argentina, Chile ha venido trabajando sin pausa en
el fortalecimiento y modernización de sus Fuerzas Armadas algo que para los
insulsos e inconsecuentes políticos argentinos no significa nada. Y es curioso
el detalle ya que, esta temeraria ignorancia abarca todo el arco de la clase
política que va desde la llamada “izquierda” pasando por el “centro” hasta la
“derecha”.
Haciendo
una breve observación de cada uno de estos sectores, diremos que, la llamada
“izquierda” que al día de hoy no se sabe bien qué es y la cual en parte se dejó
cooptar por los camaleónicos “K”, ha
venido siendo una contradicción andante cuando pese a las críticas que
continuadamente realiza contra el “imperialismo” yanqui o las políticas
neoliberales financieras de la burguesía, se manda al mazo cuando esas
políticas imperialistas amenazan de hecho la integridad nacional. Los llamados del “centro”, son los que se
acomodan al momento político y no son más que verdaderos parásitos de la
política nacional; son los típicos conversos de la era menemista, los mismos de
la era Kirchnerista y los que hoy se
doblan en los medios para despegarse de
sus pasados. Los de la derecha claramente, son aquellos que tienen una decidida
filiación a la “democracia a la norteamericana” y una admiración a modelos como
el de “Israel”-claro, sin aclarar a que costo-, que, a costa del zaqueo brutal y despiadado, buscan traspolar experiencias y recetas que
supuestamente son buenas para el país. Son éstos últimos quienes están a tono con los
planes que Washington, Londres y Tel Aviv han comenzado a desandar desde el
primer día que Mauricio Macri ha llegado al poder.
A
cualquiera de los tres les importa un bledo que se sepa lo que realmente ocurre
en el vecindario de al lado, simplemente por una cuestión de no querer
comprometerse y porque obviamente, son
temas que les quedan muy grandes para sus mediocres horizontes políticos. Claramente
en Argentina no hay estadistas y eso acusara un costoso precio que luego todos
lamentaran.
Y es
que, los chilenos han implementado un sistema de Fuerzas armadas de crecimiento
gradual a la par de una modernización cualitativa con un objetivo estratégico
vital que es, el control de los recursos naturales más importantes de su
territorio y adyacencias. Con esta política de estado –que es apoyada e
impulsada desde sus instituciones políticas- se están cubriendo ante las
cada vez más amenazantes circunstancias geopolíticas que ya no dejan a nadie
fuera del escenario. Pero cuando el crecimiento de este poder y respaldados por
Londres y sus aliados, han dado ínfulas a Santiago para extender sus
influencias más allá y sobre recursos naturales foráneos.
Unidad blindada chilena en Tarapacá |
En el caso de las crecientes ambiciones
chilenas por usufructuar riquezas naturales, se han puesto en marcha con
actividades para tomar el control de fuentes tales, como el agua potable que baja del río
boliviano “Silala” y que se han visto ampliadas con la instalación de una
poderosa base de misiles a solo 15 kilómetros de la frontera, lo que es sin
dudas una señal para preocuparse.
Sin
perder tiempo el mandatario boliviano Evo Morales no dudo en denunciar esta
empresa chilena que claramente tiene intensiones amenazantes sobre la soberanía
del país altiplánico, algo de lo cual, no pasara sin consecuencias. Igualmente,
el mandatario boliviano ha sido firme en su postura en la cual, es acompañado
en pleno por todo su pueblo que sabe muy bien que su vecino chileno, no da
puntada sin hilo.
Pero más allá de que Morales ha ido por el carril de la
justicia internacional ante la Haya, lo cierto es que Chile actúa de hecho y
sin interesarle mucho las opiniones del tribunal internacional.
Más
allá de ésta disputa y de la cierta preocupación que despierta el despliegue militar
chileno a pocos kilómetros de la frontera boliviana, queda en claro que los
problemas regionales lejos están de haberse acabado. La instalación de una base
chilena para la 2º Brigada Acorazada en Tarapacá, claramente está lejos de ser
para propósitos de “patrulla fronteriza”, más aún cuando la misma cuenta con un
poder ofensivo notable. En estos momentos existe una desbalance
potencial altamente preocupante y quien claramente tiene el monopolio de la
fuerza por sobre sus vecinos es sin dudas Chile que, no hay que perder de vista
su cercanía con Londres y las muy buenas relaciones institucionales entre La
Moneda y el Pentágono.
A
contraparte de estas maniobras, Bolivia no se ha quedado en la mera dialéctica discursiva
como la que acostumbran los políticos argentinos. El gobierno de Evo Morales
está dispuesto a defender su soberanía y los recursos que en ella existen,
realizando políticas pro-activas en el sector de la defensa profundizando los
lazos institucionales tanto con Rusia como con China de quienes ha logrado
obtener, material bélico que reforzara sus fuerzas armadas ante posibles
contingencias con el vecino país. Está claro que Morales, un político de
extracción marxista pone los intereses de su nación, por sobre los de su
partido político enseñando una vez más a todos aquellos teóricos del “marxismo
académico” , que en la realidad política el nacionalismo es una fuerza mucho
más cohesiva que las utópicas fantasías
de los “comunismos trasnacionales”.
Pero
volviendo al terreno de militar, existe otro actor muy comprometido con las
industrias militares chilenas y el desarrollo de sus FFAA para el siglo XXI y
es nada menos que Israel. Tal como era
de esperar, en Argentina poco o nada se sabe de esto y es que, es una premisa
de la embajada israelí en Buenos Aires que dichas actividades en la región y en
especial del otro lado de la cordillera pasen lo más desapercibida posible.
Pese a los intentos de mantener esto bajo la alfombra, los hermanos bolivianos
no han tardado en poder comprobar la mano de Tel Aviv en todo éste despliegue
de poder con fines poco defensivos.
Y
aunque los generales y almirantes chilenos estén más que satisfechos con el
constante progreso en la modernización de sus fuerzas Armadas, con la
adquisición de misiles tales como el NIMROD con capacidad de llevar cabeza
explosiva termobárica y de pulso
electromagnético, lo cierto es que Israel está usándolos como conejillos de
indias para testear sus novedades elaboradas en las industrias militares
israelíes, un negocio que supera en ganancias anuales al obtenido en el tráfico
ilegal drogas.
Misil Gabriel en acción |
En
el área naval, la Armada chilena ha modernizado sus buques de origen británico
y ha montado en varias fragatas, sistemas de misiles “GABRIEL” en su versión
modernizada con cabeza inteligente teledirigida que se lo conoce también como
“ESCORPION” y que le dan a su flota, un poder ofensivo cualitativo. En esta especial fuerza y comparada a la de
Argentina, las evaluaciones sobre el poder de fuego y capacidad de
operatividad, la Armada Argentina –o lo que queda de ella- es superada
amplia y dramáticamente.
Por
otra parte, los chilenos vienen renovando con bastante periodicidad sus
sistemas de radar de su flota, siendo uno de sus más comunes el sistema
británico PLESSEY TYPE-996 y sus
variantes, que dotan a sus comandos navales de uno de los mejores vigilantes
electrónicos aire-tierra de toda la región.
Como radar tridimensional, puede detectar con bastante claridad un
objetivo que se halle escondido entre obstáculos del terreno pudiendo determinar,
gracias al sistema IFF, si es amigo o enemigo.
En
el campo de la inteligencia militar, el ejército chileno ha sido dotado con
equipos de Drones “HERMES 900” de fabricación israelí para los cuales, se complementan con la
asesoría técnica y personalizada de elementos de AMAN (Inteligencia militar
israelí) que trabajan en conjunto con sus camaradas chilenos.
Según algunas fuentes, estos Drones ya están
en operaciones tanto sobre el espacio aéreo boliviano como sobre ciertos
sectores de la Patagonia argentina, éstos últimos seguramente para recopilar
topografía para sus propios intereses.
Por
último otro punto interesante para remarcar y que se vincula con la Fuerza
Aérea chilena es el despliegue de modernos sistemas de vigilancia aérea de
corto y mediano alcance, adquiridos de EEUU otorgándole a una buena cobertura a
sus cielos. En 2013 los chilenos recibieron embarques aéreos consistentes en los
sistemas SENTINEL –AN/MPQ-64-F1, que
constan de un sistema móvil que puede instalarse en cualquier paraje inhóspito
para cubrir un determinado sector aéreo. Por lo pronto, del lado argentino solo
hay expectativas para posibles inversiones en, posibles sistemas de radares que
algunos comienzan a advertir, pueden llegar a ser tan obsoletos como costosos.