sábado, 13 de agosto de 2016

DEFENSA Y SEGURIDAD



“EXPANSIONISMO
CHILENO”

Cómo silenciosa y muy sigilosamente crece el poder militar chileno amenazando la soberanía de sus vecinos





Por Javier B. Dall
Los argentinos están acostumbrados a no estar al tanto de lo que ocurre fronteras afuera, incluso cuando ello sea una amenaza para sus intereses territoriales, ellos parecen estar siempre absortos en las pequeñas contingencias cotidianas. De cualquier  modo hay que entender que el país, además de desinformado se halla administrado por una elite de familias y funcionarios que se orientan mirando hacia el norte y de espaldas a la extensa realidad geográfica de su territorio.  Tal vez fuera entendible cuando se trata de temas complejos como el terrorismo, la continua política británica de injerencia en el Atlántico sur o las sigilosas maniobras de las Corporaciones internacionales que tratan de instalar en la región oscuros tratados como el TPP. Pero cuando las amenazas están apenas del otro lado de la frontera, los habitantes de la nación debieran sacudir a sus flemáticos gobernantes para que pongan pies en polvorosa.

Detrás de las monumentales cordilleras andinas, se esconde una intensa actividad militar que parece estar ausente de la agenda de los asuntos exteriores de Buenos Aires. A contrario de Argentina, Chile ha venido trabajando sin pausa en el fortalecimiento y modernización de sus Fuerzas Armadas algo que para los insulsos e inconsecuentes políticos argentinos no significa nada. Y es curioso el detalle ya que, esta temeraria ignorancia abarca todo el arco de la clase política que va desde la llamada “izquierda” pasando por el “centro” hasta la “derecha”.

Haciendo una breve observación de cada uno de estos sectores, diremos que, la llamada “izquierda” que al día de hoy no se sabe bien qué es y la cual en parte se dejó cooptar por los camaleónicos “K”,  ha venido siendo una contradicción andante cuando pese a las críticas que continuadamente realiza contra el “imperialismo” yanqui o las políticas neoliberales financieras de la burguesía, se manda al mazo cuando esas políticas imperialistas amenazan de hecho la integridad nacional.  Los llamados del “centro”, son los que se acomodan al momento político y no son más que verdaderos parásitos de la política nacional; son los típicos conversos de la era menemista, los mismos de la era Kirchnerista  y los que hoy se doblan en los medios para  despegarse de sus pasados. Los de la derecha claramente, son aquellos que tienen una decidida filiación a la “democracia a la norteamericana” y una admiración a modelos como el de “Israel”-claro, sin aclarar a que costo-, que, a costa del zaqueo  brutal y despiadado,  buscan traspolar experiencias y recetas que supuestamente son buenas para el país.  Son éstos últimos quienes están a tono con los planes que Washington, Londres y Tel Aviv han comenzado a desandar desde el primer día que Mauricio Macri ha llegado al poder.

A cualquiera de los tres les importa un bledo que se sepa lo que realmente ocurre en el vecindario de al lado, simplemente por una cuestión de no querer comprometerse  y porque obviamente, son temas que les quedan muy grandes para sus mediocres horizontes políticos. Claramente en Argentina no hay estadistas y eso acusara un costoso precio que luego todos lamentaran. 

Y es que, los chilenos han implementado un sistema de Fuerzas armadas de crecimiento gradual a la par de una modernización cualitativa con un objetivo estratégico vital que es, el control de los recursos naturales más importantes de su territorio y adyacencias. Con esta política de estado –que es apoyada e impulsada desde sus instituciones políticas- se están cubriendo ante las cada vez más amenazantes circunstancias geopolíticas que ya no dejan a nadie fuera del escenario. Pero cuando el crecimiento de este poder y respaldados por Londres y sus aliados, han dado ínfulas a Santiago para extender sus influencias más allá y sobre recursos naturales foráneos.
Unidad blindada chilena en Tarapacá

 En el caso de las crecientes ambiciones chilenas por usufructuar riquezas naturales, se han puesto en marcha con actividades para tomar el control de fuentes tales,  como el agua potable que baja del río boliviano “Silala” y que se han visto ampliadas con la instalación de una poderosa base de misiles a solo 15 kilómetros de la frontera, lo que es sin dudas una señal para preocuparse.

Sin perder tiempo el mandatario boliviano Evo Morales no dudo en denunciar esta empresa chilena que claramente tiene intensiones amenazantes sobre la soberanía del país altiplánico, algo de lo cual, no pasara sin consecuencias. Igualmente, el mandatario boliviano ha sido firme en su postura en la cual, es acompañado en pleno por todo su pueblo que sabe muy bien que su vecino chileno, no da puntada sin hilo. 

Pero más allá de que Morales ha ido por el carril de la justicia internacional ante la Haya, lo cierto es que Chile actúa de hecho y sin interesarle mucho las opiniones del tribunal internacional.

Más allá de ésta disputa y de la cierta preocupación que despierta el despliegue militar chileno a pocos kilómetros de la frontera boliviana, queda en claro que los problemas regionales lejos están de haberse acabado. La instalación de una base chilena para la 2º Brigada Acorazada en Tarapacá, claramente está lejos de ser para propósitos de “patrulla fronteriza”, más aún cuando la misma cuenta con un poder ofensivo notable.   En estos momentos existe una desbalance potencial altamente preocupante y quien claramente tiene el monopolio de la fuerza por sobre sus vecinos es sin dudas Chile que, no hay que perder de vista su cercanía con Londres y las muy buenas relaciones institucionales entre La Moneda y el Pentágono.

A contraparte de estas maniobras, Bolivia no se ha quedado en la mera dialéctica discursiva como la que acostumbran los políticos argentinos. El gobierno de Evo Morales está dispuesto a defender su soberanía y los recursos que en ella existen, realizando políticas pro-activas en el sector de la defensa profundizando los lazos institucionales tanto con Rusia como con China de quienes ha logrado obtener, material bélico que reforzara sus fuerzas armadas ante posibles contingencias con el vecino país. Está claro que Morales, un político de extracción marxista pone los intereses de su nación, por sobre los de su partido político enseñando una vez más a todos aquellos teóricos del “marxismo académico” , que en la realidad política el nacionalismo es una fuerza mucho más cohesiva que las utópicas  fantasías de los “comunismos trasnacionales”.

Pero volviendo al terreno de militar, existe otro actor muy comprometido con las industrias militares chilenas y el desarrollo de sus FFAA para el siglo XXI y es nada menos que Israel.  Tal como era de esperar, en Argentina poco o nada se sabe de esto y es que, es una premisa de la embajada israelí en Buenos Aires que dichas actividades en la región y en especial del otro lado de la cordillera pasen lo más desapercibida posible. Pese a los intentos de mantener esto bajo la alfombra, los hermanos bolivianos no han tardado en poder comprobar la mano de Tel Aviv en todo éste despliegue de poder con fines poco defensivos. 

Y aunque los generales y almirantes chilenos estén más que satisfechos con el constante progreso en la modernización de sus fuerzas Armadas, con la adquisición de misiles tales como el NIMROD con capacidad de llevar cabeza explosiva termobárica  y de pulso electromagnético, lo cierto es que Israel está usándolos como conejillos de indias para testear sus novedades elaboradas en las industrias militares israelíes, un negocio que supera en ganancias anuales al obtenido en el tráfico ilegal  drogas.
Misil Gabriel en acción

En el área naval, la Armada chilena ha modernizado sus buques de origen británico y ha montado en varias fragatas, sistemas de misiles “GABRIEL” en su versión modernizada con cabeza inteligente teledirigida que se lo conoce también como “ESCORPION” y que le dan a su flota, un poder ofensivo cualitativo.  En esta especial fuerza y comparada a la de Argentina, las evaluaciones sobre el poder de fuego y capacidad de operatividad, la Armada Argentina –o lo que queda de ella- es superada amplia y dramáticamente.

Por otra parte, los chilenos vienen renovando con bastante periodicidad sus sistemas de radar de su flota, siendo uno de sus más comunes el sistema británico  PLESSEY TYPE-996 y sus variantes, que dotan a sus comandos navales de uno de los mejores vigilantes electrónicos aire-tierra de toda la región.  Como radar tridimensional, puede detectar con bastante claridad un objetivo que se halle escondido entre obstáculos del terreno pudiendo determinar, gracias al sistema IFF, si es amigo o enemigo.

En el campo de la inteligencia militar, el ejército chileno ha sido dotado con equipos de Drones “HERMES 900” de fabricación israelí  para los cuales, se complementan con la asesoría técnica y personalizada de elementos de AMAN (Inteligencia militar israelí) que trabajan en conjunto con sus camaradas chilenos. 

 Según algunas fuentes, estos Drones ya están en operaciones tanto sobre el espacio aéreo boliviano como sobre ciertos sectores de la Patagonia argentina, éstos últimos seguramente para recopilar topografía para sus propios intereses.

Por último otro punto interesante para remarcar y que se vincula con la Fuerza Aérea chilena es el despliegue de modernos sistemas de vigilancia aérea de corto y mediano alcance, adquiridos de EEUU otorgándole a una buena cobertura a sus cielos. En 2013 los chilenos recibieron embarques aéreos consistentes en los sistemas SENTINEL –AN/MPQ-64-F1,  que constan de un sistema móvil que puede instalarse en cualquier paraje inhóspito para cubrir un determinado sector aéreo. Por lo pronto, del lado argentino solo hay expectativas para posibles inversiones en, posibles sistemas de radares que algunos comienzan a advertir, pueden llegar a ser tan obsoletos como costosos.



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