NACIONAL
“AHÍ VIENE EL LOBO”
Como acudiendo a manipulaciones psicológicas y desinformación se busca crear las condiciones para una política de mayores controles gubernamentales
Por Charles H. Slim
Tras aquellas amenazas contra el presidente de la nación que se
vehiculizaron en Twitter por dos jóvenes
que aparentaban ser parte de una célula de origen “islamista”, no han parado de escucharse rumores de
posibles acciones no solo contra la persona física del mandatario y de incluso
su vice, sino incluso de posibles planes para un derrocamiento con tintes
revolucionarios. Claramente se trata de una gimnasia previa de agitación y que
como táctica, forma parte de la llamada guerra psicológica, una de las
vertientes más estudiadas, mejoradas y
puestas en práctica por las agencias de inteligencia en los últimos quince años
a nivel internacional.
En
este sentido recordemos que cuando se conocieron aquellos tuits tan bien
diseñados –aunque los medios inmediatamente trataron de menospreciarlos- se
monto en rededor de esa supuesta amenaza del “ISIS” en la Argentina, un
aparatoso operativo con equipos de asalto de la Gendarmería, policía federal,
agentes de la AFI y asesores de inteligencia norteamericanos que desde una
distancia prudente, monitoreaban el despliegue. Como sucede en este tipo de
operaciones, las fuerzas asalto no repararon en daños y tal como lo señalan sus
protocolos de acción, penetraron como un relámpago en un domicilio familiar de
plena capital federal como si se tratase de un bunker.
Tras
las explosiones para volar las puertas y los aturdidores que suelen usar dentro
lugares cerrados, el vecindario se vio sacudido ante semejante barullo, tras
ser sacados de sus camas a las 3 de la madrugada y al echar un vistazo por sus
ventanas, pudieron ver una escena casi hollywoodense de hombres con
pasamontañas vestidos de oscuro y terciando armas de guerra ocupando la calle
repleta de vehículos policiales y coches de civil con hombres
desconocidos. Era demasiado temprano
para poder haber visto algún funcionario de alto rango político en el lugar de
los hechos, fue por ello que en la partida no se pudo ver a la inefable “piba Pato” Bullrich o al Secretario de Seguridad del
Gobierno porteño Marcelo D`Alessandro
dando directivas a las fuerzas especiales.
Pero
al despuntar los primeros rayos del sol, se pudo comprobar que lo que realmente
había en ese domicilio, era una familia común de trabajadores que tenía dos
jóvenes inquietos con pocas cosas en que ocupar su tiempo. Es muy posible que
aquellos dos traviesos tontos hayan obrado por
el simple impulso de un simple animus iocandi que hay que
destacar, por el sufrimiento que la comunidad islámica en general debe soportar
por el bastardeado uso de su fe y costumbres en acostumbradas operaciones falsas,
ha sido de muy mal gusto pero que ello a su vez, no vuelve a aquellos tontos en “terroristas”. Pero igualmente y aunque es muy posible que
todo ello haya sido de este modo, dentro del gobierno existen sectores que a su
vez, teniendo estrechas conexiones con Washington y Tel Aviv, opinan –pese a
la opinión de expertos- que las pruebas son claras y ellas indican de que
“ISIS” opera en la Argentina.
“Rubén Paredes Rodríguez, director adjunto
del Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico de la Universidad
Nacional de Rosario, y aseguró que no hay “pruebas” ni “fuentes
fidedignas” en las que pueda confiar para afirmar que el Estado
Islámico ya opera orgánicamente en el país. “
Los
argumentos de estos funcionarios ligados claramente al ideario sionista y que
hoy por hoy han logrado acceder al gobierno, vienen teniendo cierta entidad –especialmente
inflados desde algunos medios- desde que hechos tan curiosos como
sospechosos, se han venido produciendo en el país, especialmente con algunas amenazas
a la comunidad judía. Uno muy recordado fue el que se encontró en un club judío
de Santa Fe a comienzos del mes de julio, en donde mediante un mensaje muy
sugestivo, se quiso hacer parecer que “ISIS” estaba listo para atacarles. Y
bien digo se hizo “parecer” dado que, como se ha visto en lo que lleva la
existencia de esta franquicia “pseudo-yijadista” , nunca amenaza –al menos
de ese modo- y menos aún, nunca hubo
atacado blancos judíos e israelíes.
En
aquella oportunidad la personificación de una supuesta célula del ISIS en el
país, se vio muy conveniente en medio de una ola de ataques que causaron
desastres en Bangladesh y Turquía. En este contexto, los medios argentinos que
no piensan por sí mismos y levantan religiosamente lo que dicen las principales
cadenas de noticias británicas y estadounidenses, dan por sentado de que “ISIS
está detrás de todo”. Por ello y por las
características de esa supuesta amenaza, quedó claro que se trataba más bien de
una maniobra de carácter psicológica, tendiente a ir plagando en el imaginario
colectivo de que hay “islamistas” o como suelen decir despectivamente en España
“moros locos terroristas” agazapados para golpear en algún momento (v. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/07/endebate-juegos-sucios-preocupantes.html )
En
ese sentido, las amenazas lanzadas al presidente y las que se hicieron apenas
unos días atrás contra la vicepresidente Gabriela Michetti, aunque sin
circunscribirlas directamente al cuco islamista, han servido para instalar en
el colectivo nacional que si existen peligros de este tenor sin dudas deben
tener origen o alguna conexión con lo árabe e islámico. Y las pruebas de esta
odiosa estigmatización que sin dudas está muy bien planificada y que viene de
una extensa práctica de más de quince años –desde el 11 de septiembre del
2001- en los escenarios internacionales,
demuestran que algo se está cociendo en las sombras y el gobierno parece
no haber despertado a la realidad del peligro que ello conlleva.
Para
muchos todo esto puede llegar a ser una pantomima orquestada desde el gobierno
que ante la insufrible situación económica a la que está sometiendo a la
población y sus inconsecuencias éticas con respecto a varios funcionarios que
alberga en su seno, con prontuarios de corrupción tan amplios como los de la
banda de Cristina Fernández y Cía, ha
desatado una paranoia en el presidente que requiere urgentemente, un enemigo
para señalar (v. “Terroristas con alguna experiencia se requieren en Balcarce
50..” http://pajarorojo.com.ar/?p=27147 ).
Si
aquello fuese así, que no queden dudas de que aquellos a los que el gobierno convoco
para atender el problema, son expertos en el tema. “La operación de falsa bandera (False
flag ops), diseñadas por los gobiernos para imputarlas a sus enemigos, son una
de las herramientas más sucias de la lucha política”
(v. http://www.voltairenet.org/article186724.html)
A la ola de rumores y de éstas amenazas
“marquetineras” amplificadas entusiastamente por algunos periodistas de
histórica filiación anti-árabe que tratan de instalar el miedo y la idea de que
el gobierno debe llamar “a los que más saben” de la “lucha contra el
terrorismo” y así garantizarle a la población que con “ellos” aquí, todos dormirán mejor, debemos agregar una
creciente ola de ataques con bombas molotov a locales de la “Campora”. Es por
ello que cuando se escucha de las bocas de estos operadores frases como “a
dónde vamos a llegar”; “que locura; no se puede vivir así” o una muy típica
“este no es un país serio”, los
ciudadanos deben reflexionar y acudiendo al sentido común escuchar a sus propios criterios, antes que a
estos mercenarios con ideología netamente racista.
Todo
esto y que a simple vista parecen solo cabos sueltos, esconde una muy bien
pergeñada estrategia de creación de caos para luego establecer un sistema de
control que, implementado desde el gobierno, será aceptado voluntariamente por
los ciudadanos. Uno de los lemas de la llamada “guerra psicológica” es “Capture
sus mentes y seguirán sus corazones y almas” y sus efectos sobre una población determinada
pueden llegar a ser tan asombrosos como desintegradores para el tejido social.
La
denominada PSYOP que identifica a la llamada “guerra psicológica” son
operaciones determinadas para, mediante señales, información, imágenes y audio,
alterar las percepciones de individuos a quienes se pretende deliberadamente
influir en sus comportamientos. La variedad de métodos y vías para alterar el
status Quo de un determinado país, pueden ir desde simples panfletos hasta los
típicos actos de desinformación mediante la publicación de supuestos hechos que
en realidad no han ocurrido o, la de describirlos de una forma muy diferente a
como en realidad han ocurrido. Pero la
más peligrosa y la más difícil de detectar es la que elaboran las agencias de
inteligencia mediante la elaboración de documentos de diferentes tenores –que
e ventilaran por los medios como reales- hasta la creación de hechos y
situaciones concretas que a la vista del común de la gente, serán adjudicados a
los sindicados previamente como “enemigos”.
Como
podrán advertir, estas tácticas son parte esencial de lo que conocemos como
“operación de Bandera Falsa”, que tienen por objetivo precisamente, crear la
confusión entre la población y de esa
manera el gobierno, agredido o amenazado, pueda acumular la suma del poder público
anulando las garantías y libertades de todos los ciudadanos.
El
argumento para desplegar estas tácticas en el país, parecen estar direccionadas
a tratar de recrear aquella atmosfera anti-árabe de la década de los noventas
nacidas de los ataques terroristas en Buenos Aires y que tras las
inconsecuencias de las versiones que habían tratado de instalar los “supuestos
expertos de las agencias extranjeras” pasaron a ampliarlas a todos los
musulmanes. Enceguecidos por el ímpetu de argumentar una autoría árabe-islámica
en sendos ataques, los investigadores claramente llevados por los brumosos
caminos de la mano de la CIA y el Mossad
israelí llegaron a ninguna parte por lo cual, pronto debieron acotar sus
expectativas a un enemigo concreto y de mayor interés: El Hesbolá libanés.
Contrariamente
a estas sucias intensiones, recordemos que el año pasado desde el Líbano el secretario general
del Partido de Dios “Hesbolá” Hassan Nasralla denunció públicamente que había
planes en marcha por trasladar el fenómeno
del terrorismo que estaba destruyendo la región y que era financiado en parte
por Arabia Saudita –socio de Israel- a Latinoamérica.
En
este último sentido se ha ido viendo como con total desparpajo y caradurez, se
trata de atar con alambre todo en un mismo paquete de la inseguridad, el tema
de los atentados, el caso Nisman y las amenazas que se están viendo contra el
gobierno.
Obviamente,
con nuevos argumentos y una muy aceitada ingeniería del engaño, las amenazas
que se multiplican en número y gravedad, tratan de mellar la seguridad y crear
un estado de disensión entre las cabezas políticas del gobierno y las fuerzas
de seguridad llevando poco a poco a que se acepte la “ayuda de Washington” –y
obviamente de Tel Aviv- para combatir este flagelo, que seguramente se
tratara de enfocar sobre el “Hesbolá” ya que, además de ser una materia
pendiente, es el némesis que Tel Aviv
necesita demonizar para que pueda buscar una legitimación política y mediáticas
en sus planes por atacar a Irán y obviamente al Líbano.