sábado, 20 de agosto de 2016

NACIONAL



“AHÍ VIENE EL LOBO”

Como acudiendo a manipulaciones psicológicas y desinformación se busca crear las condiciones para una política de mayores controles gubernamentales




Por Charles H. Slim
Tras aquellas amenazas contra el presidente de la nación que se vehiculizaron  en Twitter por dos jóvenes que aparentaban ser parte de una célula de origen “islamista”,  no han parado de escucharse rumores de posibles acciones no solo contra la persona física del mandatario y de incluso su vice, sino incluso de posibles planes para un derrocamiento con tintes revolucionarios. Claramente se trata de una gimnasia previa de agitación y que como táctica, forma parte de la llamada guerra psicológica, una de las vertientes más estudiadas, mejoradas  y puestas en práctica por las agencias de inteligencia en los últimos quince años a nivel internacional.

En este sentido recordemos que cuando se conocieron aquellos tuits tan bien diseñados –aunque los medios inmediatamente trataron de menospreciarlos- se monto en rededor de esa supuesta amenaza del “ISIS” en la Argentina, un aparatoso operativo con equipos de asalto de la Gendarmería, policía federal, agentes de la AFI y asesores de inteligencia norteamericanos que desde una distancia prudente, monitoreaban el despliegue. Como sucede en este tipo de operaciones, las fuerzas asalto no repararon en daños y tal como lo señalan sus protocolos de acción, penetraron como un relámpago en un domicilio familiar de plena capital federal como si se tratase de un bunker.

Tras las explosiones para volar las puertas y los aturdidores que suelen usar dentro lugares cerrados, el vecindario se vio sacudido ante semejante barullo, tras ser sacados de sus camas a las 3 de la madrugada y al echar un vistazo por sus ventanas, pudieron ver una escena casi hollywoodense de hombres con pasamontañas vestidos de oscuro y terciando armas de guerra ocupando la calle repleta de vehículos policiales y coches de civil con hombres desconocidos.  Era demasiado temprano para poder haber visto algún funcionario de alto rango político en el lugar de los hechos, fue por ello que en la partida no se pudo ver a la inefable “piba  Pato”  Bullrich o al Secretario de Seguridad del Gobierno porteño  Marcelo D`Alessandro dando directivas a las fuerzas especiales.

Pero al despuntar los primeros rayos del sol, se pudo comprobar que lo que realmente había en ese domicilio, era una familia común de trabajadores que tenía dos jóvenes inquietos con pocas cosas en que ocupar su tiempo. Es muy posible que aquellos dos traviesos tontos hayan obrado por  el simple impulso de un simple animus iocandi que hay que destacar, por el sufrimiento que la comunidad islámica en general debe soportar por el bastardeado uso de su fe y costumbres en acostumbradas operaciones falsas, ha sido de muy mal gusto pero que ello a su vez, no  vuelve  a aquellos tontos en “terroristas”.  Pero igualmente y aunque es muy posible que todo ello haya sido de este modo, dentro del gobierno existen sectores que a su vez, teniendo estrechas conexiones con Washington y Tel Aviv, opinan –pese a la opinión de expertos- que las pruebas son claras y ellas indican de que “ISIS” opera en la Argentina.

Rubén Paredes Rodríguez, director adjunto del Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico de la Universidad Nacional de Rosario, y aseguró que no hay “pruebas” ni “fuentes fidedignas” en las que pueda confiar para afirmar que el Estado Islámico ya opera orgánicamente en el país. “

Los argumentos de estos funcionarios ligados claramente al ideario sionista y que hoy por hoy han logrado acceder al gobierno, vienen teniendo cierta entidad –especialmente inflados desde algunos medios- desde que hechos tan curiosos como sospechosos, se han venido produciendo en el país, especialmente con algunas amenazas a la comunidad judía. Uno muy recordado fue el que se encontró en un club judío de Santa Fe a comienzos del mes de julio, en donde mediante un mensaje muy sugestivo, se quiso hacer parecer que “ISIS” estaba listo para atacarles. Y bien digo se hizo “parecer” dado que, como se ha visto en lo que lleva la existencia de esta franquicia “pseudo-yijadista” , nunca amenaza –al menos de ese modo- y menos aún,  nunca hubo atacado blancos judíos e israelíes.

En aquella oportunidad la personificación de una supuesta célula del ISIS en el país, se vio muy conveniente en medio de una ola de ataques que causaron desastres en Bangladesh y Turquía. En este contexto, los medios argentinos que no piensan por sí mismos y levantan religiosamente lo que dicen las principales cadenas de noticias británicas y estadounidenses, dan por sentado de que “ISIS está detrás de todo”.  Por ello y por las características de esa supuesta amenaza, quedó claro que se trataba más bien de una maniobra de carácter psicológica, tendiente a ir plagando en el imaginario colectivo de que hay “islamistas” o como suelen decir despectivamente en España “moros locos terroristas” agazapados para golpear en algún momento (v. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/07/endebate-juegos-sucios-preocupantes.html )

En ese sentido, las amenazas lanzadas al presidente y las que se hicieron apenas unos días atrás contra la vicepresidente Gabriela Michetti, aunque sin circunscribirlas directamente al cuco islamista, han servido para instalar en el colectivo nacional que si existen peligros de este tenor sin dudas deben tener origen o alguna conexión con lo árabe e islámico. Y las pruebas de esta odiosa estigmatización que sin dudas está muy bien planificada y que viene de una extensa práctica de más de quince años –desde el 11 de septiembre del 2001- en los escenarios internacionales,  demuestran que algo se está cociendo en las sombras y el gobierno parece no haber despertado a la realidad del peligro que ello conlleva.

Para muchos todo esto puede llegar a ser una pantomima orquestada desde el gobierno que ante la insufrible situación económica a la que está sometiendo a la población y sus inconsecuencias éticas con respecto a varios funcionarios que alberga en su seno, con prontuarios de corrupción tan amplios como los de la banda de Cristina Fernández y Cía,  ha desatado una paranoia en el presidente que requiere urgentemente, un enemigo para señalar (v. “Terroristas con alguna experiencia se requieren en Balcarce 50..” http://pajarorojo.com.ar/?p=27147 ).

Si aquello fuese así, que no queden dudas de que aquellos a los que el gobierno convoco para atender el problema, son expertos en el tema.  La operación de falsa bandera (False flag ops), diseñadas por los gobiernos para imputarlas a sus enemigos, son una de las herramientas más sucias de la lucha política”                                                                  (v. http://www.voltairenet.org/article186724.html)

A  la ola de rumores y de éstas amenazas “marquetineras” amplificadas entusiastamente por algunos periodistas de histórica filiación anti-árabe que tratan de instalar el miedo y la idea de que el gobierno debe llamar “a los que más saben” de la “lucha contra el terrorismo” y así garantizarle a la población que con “ellos” aquí,  todos dormirán mejor, debemos agregar una creciente ola de ataques con bombas molotov a locales de la “Campora”. Es por ello que cuando se escucha de las bocas de estos operadores frases como “a dónde vamos a llegar”; “que locura; no se puede vivir así” o una muy típica “este no es un país serio”,  los ciudadanos deben reflexionar y acudiendo al sentido común  escuchar a sus propios criterios, antes que a estos mercenarios con ideología netamente racista.

Todo esto y que a simple vista parecen solo cabos sueltos, esconde una muy bien pergeñada estrategia de creación de caos para luego establecer un sistema de control que, implementado desde el gobierno, será aceptado voluntariamente por los ciudadanos. Uno de los lemas de la llamada “guerra psicológica” es “Capture sus mentes y seguirán sus corazones y almas”  y sus efectos sobre una población determinada pueden llegar a ser tan asombrosos como desintegradores para el tejido social.

La denominada PSYOP que identifica a la llamada “guerra psicológica” son operaciones determinadas para, mediante señales, información, imágenes y audio, alterar las percepciones de individuos a quienes se pretende deliberadamente influir en sus comportamientos. La variedad de métodos y vías para alterar el status Quo de un determinado país, pueden ir desde simples panfletos hasta los típicos actos de desinformación mediante la publicación de supuestos hechos que en realidad no han ocurrido o, la de describirlos de una forma muy diferente a como en realidad han ocurrido.  Pero la más peligrosa y la más difícil de detectar es la que elaboran las agencias de inteligencia mediante la elaboración de documentos de diferentes tenores –que e ventilaran por los medios como reales- hasta la creación de hechos y situaciones concretas que a la vista del común de la gente, serán adjudicados a los sindicados previamente como “enemigos”.

Como podrán advertir, estas tácticas son parte esencial de lo que conocemos como “operación de Bandera Falsa”, que tienen por objetivo precisamente, crear la confusión  entre la población y de esa manera el gobierno, agredido o amenazado,  pueda acumular la suma del poder público anulando las garantías y libertades de todos los ciudadanos. 

El argumento para desplegar estas tácticas en el país, parecen estar direccionadas a tratar de recrear aquella atmosfera anti-árabe de la década de los noventas nacidas de los ataques terroristas en Buenos Aires y que tras las inconsecuencias de las versiones que habían tratado de instalar los “supuestos expertos de las agencias extranjeras” pasaron a ampliarlas a todos los musulmanes. Enceguecidos por el ímpetu de argumentar una autoría árabe-islámica en sendos ataques, los investigadores claramente llevados por los brumosos caminos  de la mano de la CIA y el Mossad israelí llegaron a ninguna parte por lo cual, pronto debieron acotar sus expectativas a un enemigo concreto y de mayor interés: El Hesbolá libanés.

Contrariamente a estas sucias intensiones, recordemos que el año  pasado desde el Líbano el secretario general del Partido de Dios “Hesbolá” Hassan Nasralla denunció públicamente que había planes en marcha por trasladar  el fenómeno del terrorismo que estaba destruyendo la región y que era financiado en parte por Arabia Saudita –socio de Israel- a Latinoamérica.

En este último sentido se ha ido viendo como con total desparpajo y caradurez, se trata de atar con alambre todo en un mismo paquete de la inseguridad, el tema de los atentados, el caso Nisman y las amenazas que se están viendo contra el gobierno.


Obviamente, con nuevos argumentos y una muy aceitada ingeniería del engaño, las amenazas que se multiplican en número y gravedad, tratan de mellar la seguridad y crear un estado de disensión entre las cabezas políticas del gobierno y las fuerzas de seguridad llevando poco a poco a que se acepte la “ayuda de Washington” –y obviamente de Tel Aviv- para combatir este flagelo, que seguramente se tratara de enfocar sobre el “Hesbolá” ya que, además de ser una materia pendiente,  es el némesis que Tel Aviv necesita demonizar para que pueda buscar una legitimación política y mediáticas en sus planes por atacar a Irán y obviamente al Líbano.  

martes, 16 de agosto de 2016

EN DEBATE



“LA GUERRA QUE VIENE”

Hasta dónde llegará el juego sucio de Washington y sus aliados de la OTAN  en sus ambiciones por tratar de contener a la Federación rusa ?



Por Charles H. Slim
Sin lugar a dudas, que  tras el fracasado intento de golpe de estado orquestado por EEUU en Turquía, ha quebrado las relaciones entre Ankara y Washington, llevando a que el gobierno del entonces títere de la OTAN el premier Tiyip Erdogan, se diera vuelta  para acercarse y estrechar relaciones con la vecina Rusia lo que ha representado un golpe con dos efectos contundentes: el claro fracaso de la Casa Blanca y un rutilante éxito para el Kremlin.

Pero esto es solo lo que se puede ver en la superficie. Incluso como hemos visto, las purgas que aun continúan a lo largo y ancho de Turquía, han convertido al partido AKP de Erdogan en una especie de “Partido único” que obliga a todos los elementos del estado e incluso a sus ciudadanos, a alinearse sin discusiones con lo que el gobierno dispone en cada momento de su gestión. Para colmo de males, existe un amplio convencimiento en la opinión pública de que sin dudas,  los norteamericanos estuvieron implicados detrás del conato, lo que se puso de manifiesto con masivas protestas populares ante la embajada en la capital turca y el cerco policial de 17000 efectivos instaurado en los alrededores de la base de la OTAN en Incirilik, supuestamente a la espera de órdenes para detener a oficiales extranjeros implicados.

Tanto para la Casa Blanca como para el Pentágono la situación no podría ser más adversa y para justificarse, no han hallado mejor chivo expiatorio que al mandatario ruso  Vladimir Putin como el “master mind” detrás de esta situación. Incluso, tras haberse revelado que el Kremlin por canales reservados, había alertado al gobierno turco de un posible atentado en contra de Erdogan –algo que existió y fracaso- los medios adictos a la propaganda estadounidense, se encargaron de calificar dichos trascendidos como falsos. 

Tal cual a su tradición y como forma de acompañar a las posturas gubernamentales,  los medios editoriales claramente alineados a los “Halcones del neocon” y los sionistas del Congreso, no dudan en fabricar sus hipótesis con sabor a cierto que pintan una realidad turca en la cual, “todo ha sido orquestado por la mentiras de Rusia” (v. https://www.foreignaffairs.com/articles/turkey/2016-08-11/russia-and-turkey-make-nice ).

De esta manera acuden a todo tipo de argucias, con las cuales tratan de sembrar las dudas ante una situación que para mal que les pese, ha quedado más que reveladora a la vista de los mismos turcos y podríamos decir también, de los mismos militares turcos que tarde, se vinieron a dar cuenta que han sido usados por Washington para  tratar de detener a un Erdogan que se había salido del carril y que puso en evidencia su rebeldía.

Si hay algo positivo que se puede sacar de todo esto, es que Erdogan y los ciudadanos turcos han aprendido la lección de que no se puede confiar en los “aliados” occidentales y que tras años de un abyecto servilismo a favor de la OTAN sin conseguir mucho a cambio, igualmente pretendieron tirarlo al bote de la basura; no puede haber otra actitud ante semejante muestra de ingratitud que abandonar éste selecto club que durante décadas, trataron a la Turquía musulmana como socio indeseado en una organización de gobiernos cristianos con trasfondo sionista. Pero como se sabe muy bien, quien trata de abandonar a la mafia, las consecuencias no pueden ser otras que la eliminación.  Precisamente y por el miedo que secreta y claramente alberga en la persona de Erdogan y sus cercanos, ha extendido el periodo de emergencia interna para borrar de la estructura del estado, cualquier foco de disidencia que amenace a su autoridad aunque también, ello servirá para alimentar a la variada oposición interna para resistir a semejante tirano.

Sobre éste último punto, hay que recordar que Ankara ha venido trabajando con mucha impunidad en sus operaciones conjuntas con la CIA, para sustentar al “Daesh” tanto en Siria como en Iraq lo que, ante estas nuevas circunstancias,  esos planes podrían verse pospuestos o definitivamente terminados ya que,  con el claro acercamiento a Rusia, se redefinen los objetivos geopolíticos de Turquía apostando a los beneficios que pueden surgir de la cooperación con la potencia vecinal. Muestra de ello ha sido el cierre de los pasos fronterizos con Siria por donde se “colaban” armas, mercenarios y material sanitario destinado a las bandas armadas apoyadas por  la CIA como “Jabbat Al Nusra” y supuestos grupos de militares rebeldes sirios que entrenaba en campamentos secretos en el sur de Turquía. Tras el fallido golpe se duda de que esta infraestructura siga en pie e incluso se duda de que los asesores de la CIA puedan seguir en el área.

Pero debemos entender que esto no será tolerado por Washington y pronto comenzaremos a ver violentos episodios de “terrorismo” en suelo turco tanto de “Daesh” como de células de agrupaciones kurdas que harán intolerable la vida política de Erdogan y Cía.  Sin dudas, que el jefe de la “Agencia”  John Brennan, tiene en estos momentos sobre su despacho, un dossier sobre las “operaciones en Turquía” y reunidos con sus jefes de operaciones evaluaran los pasos a seguir en estas inesperadas  circunstancias.

Han sido muchos años de estrechas relaciones con los servicios de inteligencia de EEUU y con seguridad, la CIA tiene una tela de araña muy bien tendida dentro del país para poder orquestar carnicerías como las que han sacudido a Bagdad desde el 2003 o las que fracasadamente trataron de implantar en Damasco.  Sin dudas que con la llegada de Hillary Clinton a la Casa Blanca,  habrá garantías de que la política exterior en la región retomara el impulso belicista que tanto ambicionan los poderosos  intereses vinculados a la gigantesca Corporación militaro-industrial estadounidense que tiene una decisiva influencia en la agenda geopolítica externa norteamericana y que, de la mano de las agencias de inteligencia, proporcionan los escenarios y las condiciones adecuadas para generar ganancias a costa del caos. 

Por lo pronto, las consecuencias de pretender deshacerse del innecesario Erdogan son aún difíciles de predecir.

Pero si hay un sector que se ha visto harto complicado, es sin dudas el ejército el cual, hasta antes del 16 de julio pasado, era el segundo más poderoso de la región y la garantía musulmana para los intereses de la OTAN.  Hoy por hoy, se halla en situación de depuración ideológica lo que ha causado miles de detenciones, bajas y procesos de investigación sobre cada uno de los hombres que lo componen.  Algunas fuentes revelan que a tal grado ha llegado la purga en el ámbito castrense que sería muy difícil para Turquía movilizar una fuerza de combate para defender sus fronteras. La situación de la marina se halla en un verdadero misterio ya que aún no se ha logrado establecer con certeza la suerte de los catorce buques que huyeron de sus puertos con rumbo desconocido.  Con este panorama, Turquía se halla claramente indefensa y sin un comando coordinado que organice las operaciones. Y las razones para ello son claras, la mayoría de los generales, almirantes y comandantes de la fuerza aérea han sido arrestados y los escalafones de oficiales intermedios también se hallan en similares situaciones.

En el ámbito de la inteligencia militar las cosas no parecen haber variado ya que según algunas fuentes reservadas, las fuerzas de seguridad policial y del MIT han puesto en marcha ingentes operativos para detener a los oficiales de dicha rama militar que a diferencia de los demás, se ha vuelto una tarea muy dificultosa.  Muchos de estos elementos se hallaban en operaciones en apoyo a los mercenarios en Siria y algunas fuentes señalaron que al momento de enterarse del fallido golpe, dejaron sus puestos en Alepo y Raqqa sin conocerse actualmente su paradero.

Otro punto muy delicado es la situación del arsenal de ojivas nucleares de la OTAN en Incirilik, que tras el fallido golpe ha quedado prácticamente desguarnecido, según algunas fuentes. La situación de esta unidad militar, la más estratégica de la Alianza Atlántica en las fronteras del sur de la Federación rusa parece muy compleja ya que sus comandantes han sido acusados de haber estado implicados en el fallido golpe y por ello, su jefe trató infructuosamente de obtener asilo en EEUU.  Con la visita que realizo el mandatario turco a San Petersburgo para reunirse con su par ruso, quedó en claro que las relaciones entre Washington y Ankara tienen las horas contadas. La participación de  altos cargos militares a cargo de la base en Incirilik en la intentona,  llevaron a que el mismo Erdogan señalara como cerebros detrás de escena a los EEUU y en particular al Comandante del Comando Central de EEUU general Joseph Votel lo que no ha despertado comentarios en el Pentágono ni en la Casa Blanca.

Igualmente y por lo visto en las últimas horas, los planes de Washington por desestabilizar la región no tienen pausa y pese a no contar ahora con Turquía para sus operaciones, parece haber decidido que le devolverá gentilezas al inoportuno Vladimir Putin que tras la visita de Erdogan, ha declarado las buenas perspectivas para la reconstrucción de las relaciones bilaterales.  Aunque la situación de Turquía ya parece no servirle para sus propósitos contra Rusia,  se ve con claridad que hoy por hoy los norteamericanos han redoblado su confianza al títere gobierno de Ucrania, quien casualmente en las últimas semanas ha venido incrementando sus presiones militares contra las poblaciones del Donbass poniendo en evidencia, de hasta donde es capaz de llegar el gobierno de Poroshenko para concretar los planes de Washington. Para peor,  hace unos días, un grupo de operaciones especiales de la inteligencia ucraniana fue  pillado vergonzosamente por el servicio de inteligencia FSB ruso en pleno progreso para la orquestación de planes terroristas en Crimea (v. https://actualidad.rt.com/actualidad/215862-agente-ucrania-crimea-planear-bomba-aeropuerto )  


En medio de este escándalo han comenzado las preguntas molestas con respuestas embarazosas y en las cuales se revelaran las claras y sospechadas injerencias de las agencias de inteligencia occidentales, que a su vez solo podrían haber actuado con el permiso de sus respectivos gobiernos llámense Washington, Londres, Alemania y porque no, Tel Aviv.  El problema es que es muy posible que para tratar de desviar este nuevo escándalo que vincula a las agencias occidentales en conjunto con las ucranianas en el uso de tácticas de terrorismo contra objetivos civiles en Crimea, además de la inestabilidad  que comenzara a verse en Turquía, se desate un frente bélico en las aguas del Mar Negro próximas a la Península, donde hay que recordar hay desplegada una fuerza naval de la OTAN en constante actitud de hostigamiento. 

sábado, 13 de agosto de 2016

DEFENSA Y SEGURIDAD



“EXPANSIONISMO
CHILENO”

Cómo silenciosa y muy sigilosamente crece el poder militar chileno amenazando la soberanía de sus vecinos





Por Javier B. Dall
Los argentinos están acostumbrados a no estar al tanto de lo que ocurre fronteras afuera, incluso cuando ello sea una amenaza para sus intereses territoriales, ellos parecen estar siempre absortos en las pequeñas contingencias cotidianas. De cualquier  modo hay que entender que el país, además de desinformado se halla administrado por una elite de familias y funcionarios que se orientan mirando hacia el norte y de espaldas a la extensa realidad geográfica de su territorio.  Tal vez fuera entendible cuando se trata de temas complejos como el terrorismo, la continua política británica de injerencia en el Atlántico sur o las sigilosas maniobras de las Corporaciones internacionales que tratan de instalar en la región oscuros tratados como el TPP. Pero cuando las amenazas están apenas del otro lado de la frontera, los habitantes de la nación debieran sacudir a sus flemáticos gobernantes para que pongan pies en polvorosa.

Detrás de las monumentales cordilleras andinas, se esconde una intensa actividad militar que parece estar ausente de la agenda de los asuntos exteriores de Buenos Aires. A contrario de Argentina, Chile ha venido trabajando sin pausa en el fortalecimiento y modernización de sus Fuerzas Armadas algo que para los insulsos e inconsecuentes políticos argentinos no significa nada. Y es curioso el detalle ya que, esta temeraria ignorancia abarca todo el arco de la clase política que va desde la llamada “izquierda” pasando por el “centro” hasta la “derecha”.

Haciendo una breve observación de cada uno de estos sectores, diremos que, la llamada “izquierda” que al día de hoy no se sabe bien qué es y la cual en parte se dejó cooptar por los camaleónicos “K”,  ha venido siendo una contradicción andante cuando pese a las críticas que continuadamente realiza contra el “imperialismo” yanqui o las políticas neoliberales financieras de la burguesía, se manda al mazo cuando esas políticas imperialistas amenazan de hecho la integridad nacional.  Los llamados del “centro”, son los que se acomodan al momento político y no son más que verdaderos parásitos de la política nacional; son los típicos conversos de la era menemista, los mismos de la era Kirchnerista  y los que hoy se doblan en los medios para  despegarse de sus pasados. Los de la derecha claramente, son aquellos que tienen una decidida filiación a la “democracia a la norteamericana” y una admiración a modelos como el de “Israel”-claro, sin aclarar a que costo-, que, a costa del zaqueo  brutal y despiadado,  buscan traspolar experiencias y recetas que supuestamente son buenas para el país.  Son éstos últimos quienes están a tono con los planes que Washington, Londres y Tel Aviv han comenzado a desandar desde el primer día que Mauricio Macri ha llegado al poder.

A cualquiera de los tres les importa un bledo que se sepa lo que realmente ocurre en el vecindario de al lado, simplemente por una cuestión de no querer comprometerse  y porque obviamente, son temas que les quedan muy grandes para sus mediocres horizontes políticos. Claramente en Argentina no hay estadistas y eso acusara un costoso precio que luego todos lamentaran. 

Y es que, los chilenos han implementado un sistema de Fuerzas armadas de crecimiento gradual a la par de una modernización cualitativa con un objetivo estratégico vital que es, el control de los recursos naturales más importantes de su territorio y adyacencias. Con esta política de estado –que es apoyada e impulsada desde sus instituciones políticas- se están cubriendo ante las cada vez más amenazantes circunstancias geopolíticas que ya no dejan a nadie fuera del escenario. Pero cuando el crecimiento de este poder y respaldados por Londres y sus aliados, han dado ínfulas a Santiago para extender sus influencias más allá y sobre recursos naturales foráneos.
Unidad blindada chilena en Tarapacá

 En el caso de las crecientes ambiciones chilenas por usufructuar riquezas naturales, se han puesto en marcha con actividades para tomar el control de fuentes tales,  como el agua potable que baja del río boliviano “Silala” y que se han visto ampliadas con la instalación de una poderosa base de misiles a solo 15 kilómetros de la frontera, lo que es sin dudas una señal para preocuparse.

Sin perder tiempo el mandatario boliviano Evo Morales no dudo en denunciar esta empresa chilena que claramente tiene intensiones amenazantes sobre la soberanía del país altiplánico, algo de lo cual, no pasara sin consecuencias. Igualmente, el mandatario boliviano ha sido firme en su postura en la cual, es acompañado en pleno por todo su pueblo que sabe muy bien que su vecino chileno, no da puntada sin hilo. 

Pero más allá de que Morales ha ido por el carril de la justicia internacional ante la Haya, lo cierto es que Chile actúa de hecho y sin interesarle mucho las opiniones del tribunal internacional.

Más allá de ésta disputa y de la cierta preocupación que despierta el despliegue militar chileno a pocos kilómetros de la frontera boliviana, queda en claro que los problemas regionales lejos están de haberse acabado. La instalación de una base chilena para la 2º Brigada Acorazada en Tarapacá, claramente está lejos de ser para propósitos de “patrulla fronteriza”, más aún cuando la misma cuenta con un poder ofensivo notable.   En estos momentos existe una desbalance potencial altamente preocupante y quien claramente tiene el monopolio de la fuerza por sobre sus vecinos es sin dudas Chile que, no hay que perder de vista su cercanía con Londres y las muy buenas relaciones institucionales entre La Moneda y el Pentágono.

A contraparte de estas maniobras, Bolivia no se ha quedado en la mera dialéctica discursiva como la que acostumbran los políticos argentinos. El gobierno de Evo Morales está dispuesto a defender su soberanía y los recursos que en ella existen, realizando políticas pro-activas en el sector de la defensa profundizando los lazos institucionales tanto con Rusia como con China de quienes ha logrado obtener, material bélico que reforzara sus fuerzas armadas ante posibles contingencias con el vecino país. Está claro que Morales, un político de extracción marxista pone los intereses de su nación, por sobre los de su partido político enseñando una vez más a todos aquellos teóricos del “marxismo académico” , que en la realidad política el nacionalismo es una fuerza mucho más cohesiva que las utópicas  fantasías de los “comunismos trasnacionales”.

Pero volviendo al terreno de militar, existe otro actor muy comprometido con las industrias militares chilenas y el desarrollo de sus FFAA para el siglo XXI y es nada menos que Israel.  Tal como era de esperar, en Argentina poco o nada se sabe de esto y es que, es una premisa de la embajada israelí en Buenos Aires que dichas actividades en la región y en especial del otro lado de la cordillera pasen lo más desapercibida posible. Pese a los intentos de mantener esto bajo la alfombra, los hermanos bolivianos no han tardado en poder comprobar la mano de Tel Aviv en todo éste despliegue de poder con fines poco defensivos. 

Y aunque los generales y almirantes chilenos estén más que satisfechos con el constante progreso en la modernización de sus fuerzas Armadas, con la adquisición de misiles tales como el NIMROD con capacidad de llevar cabeza explosiva termobárica  y de pulso electromagnético, lo cierto es que Israel está usándolos como conejillos de indias para testear sus novedades elaboradas en las industrias militares israelíes, un negocio que supera en ganancias anuales al obtenido en el tráfico ilegal  drogas.
Misil Gabriel en acción

En el área naval, la Armada chilena ha modernizado sus buques de origen británico y ha montado en varias fragatas, sistemas de misiles “GABRIEL” en su versión modernizada con cabeza inteligente teledirigida que se lo conoce también como “ESCORPION” y que le dan a su flota, un poder ofensivo cualitativo.  En esta especial fuerza y comparada a la de Argentina, las evaluaciones sobre el poder de fuego y capacidad de operatividad, la Armada Argentina –o lo que queda de ella- es superada amplia y dramáticamente.

Por otra parte, los chilenos vienen renovando con bastante periodicidad sus sistemas de radar de su flota, siendo uno de sus más comunes el sistema británico  PLESSEY TYPE-996 y sus variantes, que dotan a sus comandos navales de uno de los mejores vigilantes electrónicos aire-tierra de toda la región.  Como radar tridimensional, puede detectar con bastante claridad un objetivo que se halle escondido entre obstáculos del terreno pudiendo determinar, gracias al sistema IFF, si es amigo o enemigo.

En el campo de la inteligencia militar, el ejército chileno ha sido dotado con equipos de Drones “HERMES 900” de fabricación israelí  para los cuales, se complementan con la asesoría técnica y personalizada de elementos de AMAN (Inteligencia militar israelí) que trabajan en conjunto con sus camaradas chilenos. 

 Según algunas fuentes, estos Drones ya están en operaciones tanto sobre el espacio aéreo boliviano como sobre ciertos sectores de la Patagonia argentina, éstos últimos seguramente para recopilar topografía para sus propios intereses.

Por último otro punto interesante para remarcar y que se vincula con la Fuerza Aérea chilena es el despliegue de modernos sistemas de vigilancia aérea de corto y mediano alcance, adquiridos de EEUU otorgándole a una buena cobertura a sus cielos. En 2013 los chilenos recibieron embarques aéreos consistentes en los sistemas SENTINEL –AN/MPQ-64-F1,  que constan de un sistema móvil que puede instalarse en cualquier paraje inhóspito para cubrir un determinado sector aéreo. Por lo pronto, del lado argentino solo hay expectativas para posibles inversiones en, posibles sistemas de radares que algunos comienzan a advertir, pueden llegar a ser tan obsoletos como costosos.



jueves, 11 de agosto de 2016

NACIONAL



“ALTERNATIVAS GEOPOLITICAS”

Cuál será la agenda geopolítica que adoptara la Argentina ante la encrucijada global que se presenta actualmente




Por Charles H. Slim
Un país sin una agenda geopolítica es sin dudas, una quimera que no resiste ante la cruenta realidad que envuelve a la actual situación política global, que ya no discrimina entre aislacionistas, intervencionistas o cualquier otra denominación que se le quiera dar a las políticas de los países dentro del concierto mundial.  

Un país sin geopolítica y por ende sin una geoestrategia, es como una empresa sin objetivos comerciales. Sin más rodeos, un estado nación sin geopolítica es imposible de concebir.

Este aspecto de la realidad argentina ha venido siendo deliberadamente relegada desde los últimos 34 años, casualmente desde la asunción de los llamados gobiernos democráticos, que dicho sea de paso fueron –mal que les pese a los puritanos de la llamada “democracia”- sistemáticamente funcionales a los intereses de Washington y Londres.

En ese tono monocorde y sin variaciones, la república Argentina abandono sus pilares estratégicos en pos de una “democracia” que supuestamente cubriría todos los temas y las necesidades que hacen a la existencia política del ente nacional.  Cabe aclarar que dicho término era prácticamente desconocido en el vulgo político nacional y absolutamente ausente de los preceptos constitucionales. De esta manera y con el guión soplado desde Washington, la “república” como sistema de gobierno –y sus pilares- paso a ser reemplazada por el llamado “estilo democrático” que no era otro, que el particular sistema  de gobierno al estilo norteamericano.

De este modo, los intelectualoides y obsecuentes de la “Gran manzana” y auto proclamados partidarios del “mundo libre”, avalaron sin ruborizarse la inserción de esa “democracia” como un valor agregado digno de imitar.

Engañosamente y propiciado por la derrota militar en la guerra de Malvinas en 1982, la clase política que se había visto harto complicada en las épocas del llamado “Proceso de Reorganización nacional”, aprovechando éste nuevo marco  pudo lavarse la cara y usufructuar  la oportunidad que Washington planificó para toda la región.  Esto último debe quedar claro y es que Washington en la década de los sesentas y setentas fue quien, a la sombra del maquiabelico intelectual de su política exterior Henry Kissinger,  implemento la llamada “Doctrina de seguridad nacional” para todo el continente  y cuando ella  se volvió innecesaria –por el cambio de sus intereses geopolíticos- simplemente  impulso el derribo de las dictaduras que habían apoyado para instaurar, gobiernos genuflexos y timoratos.

El paso del tiempo ha demostrado que la llamada “democracia” no era tal y peor aún,  si lo era, pero estaba acondicionada y condicionada a los intereses políticos-financieros con centro en “Wall Street” de  New York y la Banca “Rothschild” londinense.  Entre aquellas últimas están, el desmonte de los objetivos geoestratégicos del país y el abandono de sus hipótesis de conflicto en forma definitiva ya que para los cerebros del momento –llámense Dante Caputo; Herman Gonzales;  Guido Di tella, Rafael Bielsa,  etc;- la Argentina era un país de paz; una frase muy prendida para el oído popular, pero nada realista para la peligrosa selva en la que hoy por hoy vivimos.

Para los círculos de políticos naif y sin sesos que han anidado en los cenáculos del poder argentino, se trata de una situación cómoda y conveniente. Cómoda porque, desde esa visión, no hay enemigos de los que preocuparse  y conveniente porque,  bajo esa mirada obtusa no hay necesidad de prepararse para luchar. 

Simplemente, el estado nacional pasó a ser un ente pasivo que, echado en el suelo del letargo político que los mismos políticos tendieron, solo tiene la opción de recibir lo poco bueno y lo mucho malo que las potencias extranjeras desearen volcar en el país.

Y fue en ese sentido, que en vez de usufructuar la experiencia de la guerra de 1982 para  mejorar a futuro la fase geoestratégica y defensiva,  sus FFAA cayeron en el abandono propiciada por una clase política que ayudo sin dudas a su paulatino desguace.

Sumidos en esa soporífera mediocridad, la población argentina paso décadas de atraso y entreguismo sin pausa. Asunción de deudas ilegitimas, explotaciones de recursos por compañías extranjeras  y negociados para inversiones para obras que no se hicieron nunca, son solo algunos de los antecedentes de  esa falta de una guía política clara desde el estado. Con persistente insistencia, cada uno de los gobiernos que han transitado en estos últimos 34 años –incluyendo también a los revolucionarios K- erraron en interpretar cuales eran los intereses del país o más bien, abandonaron deliberadamente bregar por ellos.  Y es que, la tarea es demasiado pesada y peligrosa para una clase política conformista, corrupta y adicta a lo que se señala desde afuera.  Mientras llegaran las inversiones monetarias en forma de créditos que a su vez se transformaron en deuda para la posteridad, los personeros ( y personeras) del momento, miraron para otro lado y solo propendieron a crear industrias mediocres de lavarropas y cocinas,  abandonando el desarrollo de industrias automotrices, del acero o de punta como la aeronáutica y espacial que tuvo como señera cuna a la provincia de Córdoba.

Pero esos intereses no eran buenos para los argentinos –les sugirieron desde Washington- por ello y para su seguridad, “entréguenlo  a nuestros expertos del Pentágono y a cambio les daremos el acceso al primer mundo”, le dijo el embajador estadounidense Terence Todman al entonces canciller del gobierno de Menem Herman Gonzales mientras involucraban al país en una guerra en el Medio Oriente a cambio de nada.

Como se pudo ver, primaron los intereses de una potencia que entre otras cuestiones, abandono y traicionó a la Argentina cuando en 1982 en plena vigencia del Tratado de Asistencia Reciproca TIAR que obligaba a respaldar a un país americano ante la agresión proveniente de otro continente y mientras el gobierno de Ronald Reagan jugaba al “intermediario imparcial”, el Pentágono bajo cuerda proporcionaba toda la asistencia disponible para que el Reino Unido no perdiera la guerra.

Pero las estafas anglosajonas no comenzaron en 1982 ni en 1945 con la dicotómica situación “Braden o Perón”; no, todo viene desde los inicios del país en el siglo XIX cuando el norte tuvo en claro que el sur, no debería acceder al desarrollo cualitativo que da el conocimiento científico y tecnológico.  Su papel debería reducirse a ser solo un granero y nada más. Si habría un polo industrial tolerable, sería en Brasil y con límites bien marcados. Acorde con los intereses británicos las pampas argentinas deben ser el reservorio verde para satisfacer sus necesidades de trigo, ganado, madera y recursos energéticos. Fue por ello que los británicos tendieron tan fabulosas redes ferroviarias en Argentina, para poder sacar por sus puertos aquellos bienes.

Es por ello, que Argentina no debe desarrollar una idea propia de geopolítica y menos aún de defensa estratégica.

En este sentido, cualquier aspiración de construir un poder militar disuasorio y autóctono acorde a los invalorables y variados intereses geoestratégicos  que presenta el triangulo territorial del sur, fue paulatinamente postergado gracias y en parte, a las profundas divisiones dentro de la sociedad política argentina. Si los argentinos tomaban conciencia de aquello, deberían pasar a estructurar una planificación defensiva acorde,  lo que llevaría al desarrollo de industrias especializadas que requerirían de mano de obra calificada que a su vez, crearía un sistema de educación altamente tecnificado y en constante cambio.

De esta manera, las industrias navieras, aeronáutica y de tecnología para sus implementos, terminaría en pocas décadas con el gran problema de la dependencia tecnológica que en las últimas décadas se han visto caracterizadas en la recepción de rezagos y todo tipo de chatarras que a los estadounidenses no les sirve.

La mejor excusa para frenar cualquier tipo de avance tecnológico y científico que podía darse desde el área de la defensa, fue frenado por la clase partidocratica que brega por sus propios intereses y no los del común de la sociedad; menos aún por una potencialidad nacional. Y es que bajo su auto adjudicada imprescindibilidad, los principales partidos políticos argentinos, se antepusieron a cualquier otro interés que no sea el de ellos y de sus adherentes, creando divisiones sociales que persisten hasta nuestros días. Quien no esté dentro de sus formaciones, no pertenece al “club” y son apartados con el simple slogan “no es del palo”.

A tono con esa inconfesable mentalidad segregacionista,  se manejo la política exterior en la cual,  con la dirección de una clase patricia pro-europea y con especial predilección a lo británico que a lo largo del siglo XX se extendió a lo estadounidense,  las relaciones exteriores de la Argentina se reservaron con especial interés a los países europeos, despreciando a las demás realidades foráneas  por el simple hecho de que “no compartían la cultura y religión “ punto de vista que, escondía sin lugar a dudas, una  vil discriminación racial que paradójicamente llegó de aquella Europa de “blanquitos y civilizados”.   

Hace apenas diez años era impensado trabar relaciones de intereses comunes con Rusia, China o naciones árabes-islámicas. Tan solo hacer un ademán sobre posibles acuerdos para compra-venta de equipos  militares a dichos países era tachada como una “propuesta inviable”. Proponer semejantes intensiones hubiera sido desdeñado bajo argumentos oscurantistas y estigmatizantes que convenían a los centros de poder del norte.

Con esta manera de pensar, los objetivos del país solo quedaban relegados a seguir siendo un simple proveedor de mercancías, materias primas para la elaboración de productos finales en aquellas plazas extranjeras sin miras de llegar a ser tratado como un socio de peso. De este modo, el modelo agro-exportador que parió a la clase burguesa nacional pro-británica de comienzos del siglo XX, fue poco a poco, dejando paso a un empresariado más diversificado pero, sin dejar aquella línea europeísta y con una mayor dependencia financiera de las reglas estadounidenses. Y a final de cuentas, primo el interés particular –económica y financiero- de los sectores por encima del nacional.

El siglo XX fue para la política externa argentina, una caracterizada por la cordialidad y la neutralidad ante los conflictos externos, salvo por el conflicto reivindicativo de las islas  Malvinas en donde quedo claro, quienes eran los amigos y quienes los enemigos. También muy influenciada por las políticas estadounidenses –salvo periodos conflictivos- lo que se traspoló al campo de la industria y de la defensa, que la volvieron dependiente de lo que le sobraba a las Fuerzas Armadas norteamericanas e incluso británicas. Hablar de autodeterminación política y del impulso de un desarrollo industrial y científico propio causaría las consecuencias que  se vieron con el segundo gobierno de Perón o más cerca en el tiempo, con la cancelación del “Proyecto Cóndor”.


Actualmente y más allá de las simpatías del gobierno actual hacia Washington y los peligrosos compromisos que está adquiriendo con Tel Aviv,  tiene un mayor margen de maniobra para establecer nexos más profundos y serios con Rusia, China y los países asiáticos.  Es probable que se haya aprendido de la historia y que las relaciones estaduales entre los países e incluso bloques, no pasan por las semejanzas meramente externas o presumidamente de origen como se hubieron venido viendo, especialmente durante los últimos 34 años. Los intereses de un país no suelen coincidir con los de otros –incluso entre vecinos- y es en la búsqueda de esos mismos intereses,  que la Argentina debe entablar relaciones convenientes con países y bloques emergentes, para el definitivo y continuado desarrollo industrial propio sin los acostumbrados condicionamientos políticos y financieros a los que, precisamente le someten los que sus políticos consideran como “amigos”.