sábado, 20 de agosto de 2016

NACIONAL



“AHÍ VIENE EL LOBO”

Como acudiendo a manipulaciones psicológicas y desinformación se busca crear las condiciones para una política de mayores controles gubernamentales




Por Charles H. Slim
Tras aquellas amenazas contra el presidente de la nación que se vehiculizaron  en Twitter por dos jóvenes que aparentaban ser parte de una célula de origen “islamista”,  no han parado de escucharse rumores de posibles acciones no solo contra la persona física del mandatario y de incluso su vice, sino incluso de posibles planes para un derrocamiento con tintes revolucionarios. Claramente se trata de una gimnasia previa de agitación y que como táctica, forma parte de la llamada guerra psicológica, una de las vertientes más estudiadas, mejoradas  y puestas en práctica por las agencias de inteligencia en los últimos quince años a nivel internacional.

En este sentido recordemos que cuando se conocieron aquellos tuits tan bien diseñados –aunque los medios inmediatamente trataron de menospreciarlos- se monto en rededor de esa supuesta amenaza del “ISIS” en la Argentina, un aparatoso operativo con equipos de asalto de la Gendarmería, policía federal, agentes de la AFI y asesores de inteligencia norteamericanos que desde una distancia prudente, monitoreaban el despliegue. Como sucede en este tipo de operaciones, las fuerzas asalto no repararon en daños y tal como lo señalan sus protocolos de acción, penetraron como un relámpago en un domicilio familiar de plena capital federal como si se tratase de un bunker.

Tras las explosiones para volar las puertas y los aturdidores que suelen usar dentro lugares cerrados, el vecindario se vio sacudido ante semejante barullo, tras ser sacados de sus camas a las 3 de la madrugada y al echar un vistazo por sus ventanas, pudieron ver una escena casi hollywoodense de hombres con pasamontañas vestidos de oscuro y terciando armas de guerra ocupando la calle repleta de vehículos policiales y coches de civil con hombres desconocidos.  Era demasiado temprano para poder haber visto algún funcionario de alto rango político en el lugar de los hechos, fue por ello que en la partida no se pudo ver a la inefable “piba  Pato”  Bullrich o al Secretario de Seguridad del Gobierno porteño  Marcelo D`Alessandro dando directivas a las fuerzas especiales.

Pero al despuntar los primeros rayos del sol, se pudo comprobar que lo que realmente había en ese domicilio, era una familia común de trabajadores que tenía dos jóvenes inquietos con pocas cosas en que ocupar su tiempo. Es muy posible que aquellos dos traviesos tontos hayan obrado por  el simple impulso de un simple animus iocandi que hay que destacar, por el sufrimiento que la comunidad islámica en general debe soportar por el bastardeado uso de su fe y costumbres en acostumbradas operaciones falsas, ha sido de muy mal gusto pero que ello a su vez, no  vuelve  a aquellos tontos en “terroristas”.  Pero igualmente y aunque es muy posible que todo ello haya sido de este modo, dentro del gobierno existen sectores que a su vez, teniendo estrechas conexiones con Washington y Tel Aviv, opinan –pese a la opinión de expertos- que las pruebas son claras y ellas indican de que “ISIS” opera en la Argentina.

Rubén Paredes Rodríguez, director adjunto del Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico de la Universidad Nacional de Rosario, y aseguró que no hay “pruebas” ni “fuentes fidedignas” en las que pueda confiar para afirmar que el Estado Islámico ya opera orgánicamente en el país. “

Los argumentos de estos funcionarios ligados claramente al ideario sionista y que hoy por hoy han logrado acceder al gobierno, vienen teniendo cierta entidad –especialmente inflados desde algunos medios- desde que hechos tan curiosos como sospechosos, se han venido produciendo en el país, especialmente con algunas amenazas a la comunidad judía. Uno muy recordado fue el que se encontró en un club judío de Santa Fe a comienzos del mes de julio, en donde mediante un mensaje muy sugestivo, se quiso hacer parecer que “ISIS” estaba listo para atacarles. Y bien digo se hizo “parecer” dado que, como se ha visto en lo que lleva la existencia de esta franquicia “pseudo-yijadista” , nunca amenaza –al menos de ese modo- y menos aún,  nunca hubo atacado blancos judíos e israelíes.

En aquella oportunidad la personificación de una supuesta célula del ISIS en el país, se vio muy conveniente en medio de una ola de ataques que causaron desastres en Bangladesh y Turquía. En este contexto, los medios argentinos que no piensan por sí mismos y levantan religiosamente lo que dicen las principales cadenas de noticias británicas y estadounidenses, dan por sentado de que “ISIS está detrás de todo”.  Por ello y por las características de esa supuesta amenaza, quedó claro que se trataba más bien de una maniobra de carácter psicológica, tendiente a ir plagando en el imaginario colectivo de que hay “islamistas” o como suelen decir despectivamente en España “moros locos terroristas” agazapados para golpear en algún momento (v. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/07/endebate-juegos-sucios-preocupantes.html )

En ese sentido, las amenazas lanzadas al presidente y las que se hicieron apenas unos días atrás contra la vicepresidente Gabriela Michetti, aunque sin circunscribirlas directamente al cuco islamista, han servido para instalar en el colectivo nacional que si existen peligros de este tenor sin dudas deben tener origen o alguna conexión con lo árabe e islámico. Y las pruebas de esta odiosa estigmatización que sin dudas está muy bien planificada y que viene de una extensa práctica de más de quince años –desde el 11 de septiembre del 2001- en los escenarios internacionales,  demuestran que algo se está cociendo en las sombras y el gobierno parece no haber despertado a la realidad del peligro que ello conlleva.

Para muchos todo esto puede llegar a ser una pantomima orquestada desde el gobierno que ante la insufrible situación económica a la que está sometiendo a la población y sus inconsecuencias éticas con respecto a varios funcionarios que alberga en su seno, con prontuarios de corrupción tan amplios como los de la banda de Cristina Fernández y Cía,  ha desatado una paranoia en el presidente que requiere urgentemente, un enemigo para señalar (v. “Terroristas con alguna experiencia se requieren en Balcarce 50..” http://pajarorojo.com.ar/?p=27147 ).

Si aquello fuese así, que no queden dudas de que aquellos a los que el gobierno convoco para atender el problema, son expertos en el tema.  La operación de falsa bandera (False flag ops), diseñadas por los gobiernos para imputarlas a sus enemigos, son una de las herramientas más sucias de la lucha política”                                                                  (v. http://www.voltairenet.org/article186724.html)

A  la ola de rumores y de éstas amenazas “marquetineras” amplificadas entusiastamente por algunos periodistas de histórica filiación anti-árabe que tratan de instalar el miedo y la idea de que el gobierno debe llamar “a los que más saben” de la “lucha contra el terrorismo” y así garantizarle a la población que con “ellos” aquí,  todos dormirán mejor, debemos agregar una creciente ola de ataques con bombas molotov a locales de la “Campora”. Es por ello que cuando se escucha de las bocas de estos operadores frases como “a dónde vamos a llegar”; “que locura; no se puede vivir así” o una muy típica “este no es un país serio”,  los ciudadanos deben reflexionar y acudiendo al sentido común  escuchar a sus propios criterios, antes que a estos mercenarios con ideología netamente racista.

Todo esto y que a simple vista parecen solo cabos sueltos, esconde una muy bien pergeñada estrategia de creación de caos para luego establecer un sistema de control que, implementado desde el gobierno, será aceptado voluntariamente por los ciudadanos. Uno de los lemas de la llamada “guerra psicológica” es “Capture sus mentes y seguirán sus corazones y almas”  y sus efectos sobre una población determinada pueden llegar a ser tan asombrosos como desintegradores para el tejido social.

La denominada PSYOP que identifica a la llamada “guerra psicológica” son operaciones determinadas para, mediante señales, información, imágenes y audio, alterar las percepciones de individuos a quienes se pretende deliberadamente influir en sus comportamientos. La variedad de métodos y vías para alterar el status Quo de un determinado país, pueden ir desde simples panfletos hasta los típicos actos de desinformación mediante la publicación de supuestos hechos que en realidad no han ocurrido o, la de describirlos de una forma muy diferente a como en realidad han ocurrido.  Pero la más peligrosa y la más difícil de detectar es la que elaboran las agencias de inteligencia mediante la elaboración de documentos de diferentes tenores –que e ventilaran por los medios como reales- hasta la creación de hechos y situaciones concretas que a la vista del común de la gente, serán adjudicados a los sindicados previamente como “enemigos”.

Como podrán advertir, estas tácticas son parte esencial de lo que conocemos como “operación de Bandera Falsa”, que tienen por objetivo precisamente, crear la confusión  entre la población y de esa manera el gobierno, agredido o amenazado,  pueda acumular la suma del poder público anulando las garantías y libertades de todos los ciudadanos. 

El argumento para desplegar estas tácticas en el país, parecen estar direccionadas a tratar de recrear aquella atmosfera anti-árabe de la década de los noventas nacidas de los ataques terroristas en Buenos Aires y que tras las inconsecuencias de las versiones que habían tratado de instalar los “supuestos expertos de las agencias extranjeras” pasaron a ampliarlas a todos los musulmanes. Enceguecidos por el ímpetu de argumentar una autoría árabe-islámica en sendos ataques, los investigadores claramente llevados por los brumosos caminos  de la mano de la CIA y el Mossad israelí llegaron a ninguna parte por lo cual, pronto debieron acotar sus expectativas a un enemigo concreto y de mayor interés: El Hesbolá libanés.

Contrariamente a estas sucias intensiones, recordemos que el año  pasado desde el Líbano el secretario general del Partido de Dios “Hesbolá” Hassan Nasralla denunció públicamente que había planes en marcha por trasladar  el fenómeno del terrorismo que estaba destruyendo la región y que era financiado en parte por Arabia Saudita –socio de Israel- a Latinoamérica.

En este último sentido se ha ido viendo como con total desparpajo y caradurez, se trata de atar con alambre todo en un mismo paquete de la inseguridad, el tema de los atentados, el caso Nisman y las amenazas que se están viendo contra el gobierno.


Obviamente, con nuevos argumentos y una muy aceitada ingeniería del engaño, las amenazas que se multiplican en número y gravedad, tratan de mellar la seguridad y crear un estado de disensión entre las cabezas políticas del gobierno y las fuerzas de seguridad llevando poco a poco a que se acepte la “ayuda de Washington” –y obviamente de Tel Aviv- para combatir este flagelo, que seguramente se tratara de enfocar sobre el “Hesbolá” ya que, además de ser una materia pendiente,  es el némesis que Tel Aviv necesita demonizar para que pueda buscar una legitimación política y mediáticas en sus planes por atacar a Irán y obviamente al Líbano.  

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