NACIONAL
“MAPUCHES UK”
Cómo hará frente el gobierno argentino a las reveladas actividades irregulares de agencias externas que se mueven por detrás de la fachada de supuestos grupos mapuches separatistas
Por Charles H. Slim
El extraño episodio acaecido en la provincia de Chubut, Argentina,
parece estar llena de ribetes y trasfondos muy curiosos para que la
presunta “desaparición” del artesano Santiago
Maldonado haya sido tan ligeramente acusada a las fuerzas de seguridad de la
gendarmería argentina. La misma versión que han declarado los diversos testimonios
que dijeron ver al joven ser arrestado por presuntos elementos de la
gendarmería, es demasiado lineal y hasta casi preparada para argumentar la
presunta perpetración de este hecho por parte del gobierno.
El
gobierno argentino ha sido jaqueado y su ministra de seguridad Patricia
Bullrich solo ha rumiado sobre lo que pudo haber ocurrido. Lo único que se
animó a mencionar fue el accionar de las agrupaciones R.A.M. que vienen desde
hace años, ejecutando acciones violentas contra puestos, comisarias y bienes en
la Patagonia. Durante años, el estado argentino mantuvo total hermetismo sobre
las implicancias de estos grupos y de su verdadero origen que, dicho sea de
paso, muy poco tienen de pueblos originarios.
En el
último tiempo, los grupos de la R.A.M. han venido estando muy activos en zonas compradas
por magnates extranjeros como el Maitén, Epuyén, La Cholila en muchos otros,
poniendo injustamente en el ojo de la tormenta a toda la comunidad Mapuche.
Pero esto último, muestra mayor complejidad y una para nada casual elección del
momento de instalar una acusación tan grave contra el estado argentino. La
situación económico-social es fatal y las manipulaciones mediáticas en medio de
la compulsa electoral solo amplían la llamada grieta entre la población.
Esto
también lleva a sospechar, el estruendo que ha causado mediáticamente este
supuesta desaparición forzada que llegó a que el Comité Contra la Desaparición
Forzada de Naciones Unida sacara un comunicado instando al gobierno argentino a
que tome una “acción urgente”. Pero,
¿Por qué tanto escándalo en este caso en particular cuando hay tantos casos
diarios de personas del común que desaparecen sin dejar rastros? ¿Naciones
Unidas se preocupa por la realidad aborigen argentina? Sin dudas esto tiene un
olor muy raro.
Más
allá de los resortes de ONGs nacionales que se apresuraron a presionar al
gobierno nacional y provincial, se advierte una notable rapidez del foro
internacional de Naciones Unidas por atender y circunscribir –sin más
afirmaciones que las presentadas por testigos no identificados- este episodio, como una “desaparición
forzada” ¿Tal vez haya habido una gestión de la representación británica para que
ello se magnifique de esta manera?, Pero por qué somos tan mal pensados, dirá
usted.
La
llamada organización Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) curiosamente no tiene
sus oficinas en alguna reserva de Chubut, del Neuquén o Río Negro o quizás aún
en Capital Federal; no, su centro de operaciones políticas y de comunicación se
basan en la ciudad británica de Bristol desde donde diagraman y difunden sus
plataformas políticas por internet en el sitio http://www.mapuche-nation.org/english/about.htm donde se identifican sus líderes y propuestas políticas para la
Patagonia tanto argentina como chilena.
Desde
hace dos décadas que este supuesto movimiento revolucionario de origen
“Mapuche” de corte separatista, viene operando progresivamente en la región con
la colaboración de elementos británicos y de otras nacionalidades con centro de
operaciones en la embajada británica en Buenos Aires.
En
Chile desde hace años y sin distinción de los gobiernos de turno los mapuches
vienen siendo indiscriminada y duramente reprimidos por el gobierno de
Santiago, acusándolos de apoyar el accionar de estos grupos financiados desde
Europa que surgieron de este proyecto que está sustentado por un plan esbozado
por la inteligencia británica exterior
MI-6 a pedido del Foreing Office en un claro programa de
desestabilización de los estados nacionales del cono sur.
La
fórmula empelada para crear estas discordias segregacionistas ya ha sido
empleada muchas veces y en muchos lugares, siendo los últimos ejemplos de
creación de “entes étnico políticos” que se arrogan supuestas reivindicaciones sectarias son sin dudas los casos de Iraq y
Siria.
En
el caso de Argentina, el objetivo está mucho más centrado y claro no solo por
la situación conflictiva preexistente por la guerra de Malvinas en 1982 sino
también, por el hecho evidente de que la Patagonia argentina tiene una
superficie física enorme que alcanza nada menos que un millón cien mil
kilómetros cuadrados, en su mayor parte despoblada pero que a su vez, mantienen
sobre y bajo su suelo, incalculables riquezas minerales como hidrocarburos
(carbón, gas y petróleo) y lo más importante, el recurso más codiciado por las
potencias externas como es el control del acceso al agua potable de los
glaciares.
Además,
el territorio es un espacio geoestratégico de vital importancia para la OTAN no
solo por motivo de las instalaciones de comunicaciones que hay en las islas
Malvinas sino también, por la presencia de la base china en la zona de la
Bajada del Agrio en la provincia del Neuquén.
Con
este panorama no ha de extrañar lo que desde hace varios años, se ha denunciado
sobre la incursión de supuestos mochileros inofensivos por todo el territorio
austral con la particularidad de que todos ellos, hombres y mujeres, suelen ser
soldados de las FDI israelíes entre los cuales –por supuesto- participan
agentes de la inteligencia militar y del Mossad.
Sin
lugar a dudas que la ministra Bullrich está muy lejos de poder enfrentar esta
situación ya que como una conspicua colaboradora de agencias externas, sus
intereses se ven claramente conflictuados. Ello se pudo ver con su histérica y desprolija exposición ante los medios que la
llevó a cometer varias torpezas dialécticas que alimentaron a los argumentos de
los oportunistas de siempre y quienes también –como el caso de Verbitsky- sirven
desde hace tiempo a intereses foráneos (http://www.movcondor.com.ar/documentos/verbitsky.htm )
También
hay considerar que toda ésta la alaraca en rededor de esta supuesta
desaparición, viene a montarse en momentos inmediatamente previos a la
elecciones; sin dudas eso es algo más a considerar. A ello surge muy
conveniente como la organización internacional ha salido a la palestra de las
circunstancias y sacado provecho a este hecho, asegurando que Maldonado “fue
secuestrado” por la gendarmería argentina (Mapuche Nation.org. http://www.mapuche-nation.org/espanol/html/noticias/ntcs-603.html
)
Ni
el gobierno de Mauricio Macri ni estos grupos que se autodenominan defensores
de los derechos humanos (siempre y cuando sean de su ideario) tienen la
intensión de echar luz sobre esto, incluso podríamos decir que no están en
posición de hacerlo. Si se escarbara se podrían ventilar cosas muy incomodas
que revelarían, además de la inoperatividad de la inteligencia argentina (AFI),
la repugnante complicidad de la clase
política y funcionarios corruptos que son responsables pasivos de estas
actividades contrarias a la ley y a la Constitución nacional.