VETERANOS DE AYER
“RAFIDAIN”
A quince años de la invasión a Iraq, algunas vivencias de los primeros momentos de la organización de la resistencia nacional
Por Horace Husseini
Corría 2004 y
hacía ya un año que los EEUU y los británicos habían invadido Iraq. Las cosas
estaban muy mal por aquel entonces y lejos estaban de la realidad lo que los
medios occidentales mostraban sobre lo que ocurría allí.
Mientras los invasores
se acomodaban en Bagdad, en las mezquitas del centro se organizaban los
ciudadanos para resistir y poner en marcha lo que en árabe se denomina como la Moqawama
o la resistencia. Saddam y su gente se habían evaporado pero muchos de los
comandantes de los Fedayin que ahora vestían de civil, se ponían a la cabeza de
la organización para defender a la población y combatir a los ocupantes.
Entre los convocados para organizar una resistencia armada y
política se encontraban varios ex agentes de las mutkhabarat de Saddam o
agencias de inteligencia del Partido Baas, quienes advirtieron de inmediato que
los planes estarían con seguridad infiltrados por traidores y espías al
servicio de EEUU y de Gran Bretaña. Y no se equivocaron, cuando en una reunión
que se habían convocado casi un centenar de iraquíes dentro de una residencia
en el barrio de Amarah en Bagdad, fue repentinamente abortada por una redada de
las fuerzas estadounidenses, que termino arrestando a la mayoría de los
presentes. Un traidor por unos cientos de dólares aviso de la reunión.
Los grupos de tareas al servicio de los estadounidenses y los
escuadrones de la muerte de la CIA, estaban haciendo desaparecer a todos los
representantes y jefes del partido Baas. Incluso varias familias fueron sacadas
de sus casas en medio de la noche para ser subidas a camiones y no volverse a
saber más nada de ellas quedando sus casas como mudos testigos de aquella
aterradora experiencia. No había dudas
de que el enemigo estaba desde hacia tiempo infiltrado entre los mismos
iraquíes y había comenzado a operar y era imperioso actuar con cautela.
Muchos de los jefes de los primeros grupos de la resistencia
tomaron nota y uno de ellos fue el mayor Ali H. quien había sido el secretario
del jefe de inteligencia de la Guardia Republicana quien para esos momentos se
hallaba desaparecido. Con treinta y dos años tan solo había aprendido mucho de
los trucos de la profesión y en su puesto había visto como operaban las
agencias enemigas como la CIA y el Mossad israelí, ésta última con siete
fallidos intentos de asesinato contra el presidente Saddam Hussein.
Como suele suceder en esto, Ali H. no pertenecía a una familia
renombrada o influyente y por ello no pudo llegar al rango de oficial de más
gradación, pero si demostró una gran capacidad de análisis de la información
que fue infravalorada o apropiada por sus superiores. Cuando desapareció el
ejército y la Guardia Republicana paso literalmente a la clandestinidad, Ali no
lo dudó y dejo a su familia para organizar una de las brigadas de los
“Mujaidines” (soldados santos) que operarían entre la provincia de Bagdad y
Salajedin.
Consciente de la situación existente y de los peligros que ella
representaba, tomo todos los recaudos para que los invasores siempre estuvieran
un paso atrás e incluso para despistarlos por el camino incorrecto gracias a
sus tácticas de engaño. Una de sus primeras operaciones fue la de minar los
puentes de acceso a Bagdad, logrando destruir a dos tanques enemigos de un
convoy que se dirigía a la base de “Campo Libertad”. Pese a que el golpe resulto exitoso y demoledor
para la moral de los norteamericanos advirtió que los medios informativos
occidentales ignoraban el resultado de las acciones de la resistencia, sumado
también a la cacería de periodistas y el cierre de medios iraquíes que habían
seguido trasmitiendo desde el norte contra
la ocupación. Fue así que Ali H. y otros impulsores de la resistencia pusieron
a prueba una táctica informativa propia y que estaría con ellos en cada una de
sus operaciones: El video.
Los estadounidenses podían controlar las emisiones de TV, radio y
todas las comunicaciones telefónicas entrantes y salientes del país, por ello,
hicieron un uso muy fructífero del internet que, pese a la continua vigilancia
que realizaban los especialistas militares de inteligencia cibernética y la
CIA, la resistencia pudo colar cientos o tal vez miles de informes de sus
acciones con videos explícitos sobre el daño que le estaban causando a los
invasores. Pese al pesimismo de algunos miembros del Comité político, la
táctica fue un éxito y así el mundo pudo saber que Iraq no había recibido a los
estadounidenses y a los británicos con aplausos y flores como pretendieron
pintarlo los medios como CNN, FOX, la BBC y la NBC entre muchos otros, y menos
aún que iban a tolerar pasivamente su presencia.
agentes de la CIA y un prisionero para torturas |
En cada acción que se lanzaba contra los objetivos invasores, había
uno o dos hombres armados con video filmadoras que acompañando a los
combatientes, tenían la misión de captar
el desarrollo y conclusión de una operación. De ese modo, los videos pasaron a
ser un arma fundamental para la resistencia nacional iraquí que ayudo a allanar
el camino a las nuevas tácticas de propaganda e información en medio de un
escenario urbano que devendría en una guerra sucia. Para ese entonces grupos
como “Ansar Al Sunna” (Espada de la tradición), las “Brigadas Revolucionarias
1920”, el “Ejército Islámico de Iraq”, el “Ejército Nakshaiabandi” (Ejército de los hombres rectos) entre muchos
otros, difundían por el ciberespacio el curso de sus operaciones.
Un tiempo más tarde los grupos chiitas de Moqtadar Al Sadr
editarían sus propios informes de sus acciones con las filmaciones tomadas por
sus hombres.
Uno de los primeros sitios virtuales dedicados a denunciar la
ocupación y publicar las brutalidades que se estaban cometiendo y obviamente las
acciones de la resistencia fue www.albasrah.net que estaba dirigido por el
académico Mahmmud Abu Nasr. Para abril de 2006 la página comenzó a mermar sus
contenidos y ya no publicaba acciones de la resistencia. De los administradores
del sitio y sus colaboradores no supo más nada. Según algunas fuentes, los
administradores habían sido capturados por la CIA o simplemente fueron asesinados
manteniendo en actividad la página para fines de contrainteligencia.
Sobre esto
mismo y casi inmediatamente a las primeras acciones los estadounidenses y sus
agencias de inteligencia pusieron a rodar embustes bien elaborados para crear
discordias entre los chiitas y sunitas tendientes a quebrar a la resistencia
que la Autoridad Provisional conducida por Paul Bremer y los medios calificaban
como “insurgencia”.
Fueron muchos los grupos que se armaron para resistir a la
ocupación y muchos de ellos perecieron en acción y otros supervivieron
cambiando sus denominaciones y realizando alianzas de conveniencia para operar
en diferentes jurisdicciones. Nunca hubo diferencias entre chiitas, sunitas y
cristianos (como querían mostrar los ocupantes a través de sus informaciones).
Incluso
para cuando los ocupantes habían logrado cooptar a ciertos sectores chiitas en
Bagdad, colocando a elementos colaboracionistas en especial los de la secta pro
iraní “Badr” y el partido también pro iraní “Dawa”, la mayoría de los chiitas y
en especial los que seguían al clérigo Moqtadar Al Sadr decidieron luchar
contra la ocupación y ese gobierno colaboracionista. Otro ejemplo fue el “Ejército Islámico de
Iraq” que tenía en su mayoría de componentes a ex miembros chiitas y sunitas
del partido quienes tras haber dejado las armas actualmente participan en la
política de un Iraq destruido por la corrupción y la violencia.