EN LA MIRA
“PASAR AL PLAN
B”
El fracaso por derrocar al legitimo gobierno venezolano ha obligado a Washington y sus arietes a pasar a una nueva peligrosa etapa ¿Primara la legalidad internacional?
Por Charles H. Slim
Alguien en el Pentágono en medio de una reunión para
tratar el “asunto Venezuela” tras el fracaso del “23F” murmuró, “debemos pasar al plan B” como un
claro indicio que todo está muy bien pensado para desbancar a Nicolás Maduro y
disolver definitivamente a la revolución bolivariana. Sus principales mentores de
ello son el asesor de seguridad nacional John Bolton y el especialista en
operaciones subversivas el sionista Elliott Abrams. Una vez más, la intromisión
ilegítima de la política exterior norteamericana se pone en marcha para alterar
las realidades de otras soberanías sin considerar los daños que ello conlleva.
Más allá de las repetidas excusas que plantean los
partidarios de la política de Washington, entre ellos el gobierno argentino, no
parecen advertir que su impulsión, además de no tener nada de democráticas, son
llevadas adelante mediante procederes criminales y que –como los hemos visto en Iraq, Libia y Siria- son a expensas de
mucho sufrimiento y muerte.
A la par de ello, da pábulo de risas (y de
preocupación) los esfuerzos de algunos medios argentinos tratando de presentar
a Juan Guaidó –un elemento reclutado por
la CIA- como un “presidente” legítimo y hasta diríamos, rodeado de una
mística heroica que ni ellos mismos se creen. En su discursiva seudo analítica cargada
de propaganda con rumores nunca chequeados, se hallan ausentes los conceptos de
la “no injerencia” y el “respeto a la ley internacional”, obviando claro las
amenazas del senador estadounidense Marco Rubio y el intento de asesinato
perpetrado contra Maduro unos meses antes, siguiendo las mismas tácticas
manipuladoras de sus colegas anglosajones.
Hay en estos sectores del periodismo argento, un notorio sesgo
neoconservador que se alinea muy bien con el neoconservadurismo estadounidense
–aunque ellos se autodenominen como
liberales- que apoya e impulsa,
junto al sionismo, la desestabilización y el fraccionamiento de estados
soberanos. Todo esto claro, por cuestiones de negocios y nada más. Aquí en
Venezuela el botín es el petróleo, el oro y el control geoestratégico de la
cuenca del Orinoco.
Afortunadamente durante el transcurso de los últimos
25 años hasta esta parte las cosas han cambiado bastante y ya no se le puede
vender a la opinión pública cualquier embuste editorial. Hoy día y en especial
los jóvenes vienen con un sentido crítico y agudo que al revisar la historia
contemporánea pueden advertir en situaciones como la vista en torno a
Venezuela, ya fueron impulsadas con metodologías similares en otras latitudes
por los mismos que actualmente fomentan la intervención.
La mecánica es la misma. No hay diferencia en su
implementación salvo, por los matices de los países que son objeto de estas
“intervenciones democráticas”. Y más allá de los verdaderos objetivos que estas
agresiones esconden, es el proceder lo que identifica, la ilegalidad conspirativa
de quienes planifican, participan y ejecutan este tipo de situaciones.
Por estos momentos, oscuros planes se tejen para el
país caribeño tras el fracaso de político-mediático del arribista Juan Guaidó,
quien se halla de gira en busca de apoyo para dar solidez a lo que ya no puede
ocultarse y ello es, una invasión a Venezuela.
Informes de testigos en las zonas fronterizas, especialmente con
Colombia dan la pauta de todo esto. Fuerzas especiales estadounidenses se hallan en plenas operaciones en los bordes
del lado colombiano y seguramente también brasilero, sin descartar para nada la
participación de fuerzas especiales británicas –y muy probablemente de otros aliados- llegadas secretamente a
Guayana.
Bolton & Abrams |
Ahora bien. Estos son los directores y coordinadores
de las posibles acciones a desplegar sobre Venezuela pero se hace imperioso
utilizar un frente armado de origen latino para darle un pretendido aire de
legitimidad a la incursión militar que se plantea. En resumidas cuentas, tal
como lo hicieron en el norte de África se requiere de “carne de cañón” local para allanar el camino a los estadounidenses
hasta Caracas. En ese plan ya vienen trabajando desde hace años los militares y
la inteligencia estadounidense.
Como EEUU no puede arriesgarse a una guerra como la
de Iraq, buscara artimañas para crear una situación conflictiva entre Colombia
y Venezuela o incluso también con Brasil a los fines de argumentar ante el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el justificativo de la agresión a los
fines de buscar una resolución que les permita encabezar una “Coalición” –como lo confeso el mismo John Bolton- enmarcada
en el capítulo VII de la Carta orgánica. En este sentido, algunos en la Casa
Rosada estrechamente relacionados con Washington ya especulan que Mauricio
Macri participaría con gusto en este plan aportando personal militar del
ejército argentino.
Además como lo señalan algunos analistas, una
invasión clásica es improbable, por lo cual es seguro de que no se usaran
tanques pesados como los “Abrahms” ni vehículos anfibios que desembarquen
tropas y vehículos en las playas caribeñas. El riesgo es muy alto para este
tipo de despliegue.
Los movimientos navales que realiza EEUU en el litoral
marítimo venezolano y sus ejercicios con aviones embarcados en el portaaviones
“USS Abraham Lincoln” son claramente una
maniobra de distracción para mantener la atención fuera de la vista de las
verdaderas puertas de ingreso que son nada menos que por la selva. Es en este
sentido que los tres peligros para integridad de Venezuela están precisamente en
Colombia, Brasil y Guyana.
Sin dudas que el río Orinoco es una ruta (aunque muy
intrincada) de acceso estratégico para adentrarse sigilosamente al centro del
país y está claro que las fuerzas especiales estadounidenses y de sus colegas
encubiertos pueden llegar a usarla para infiltrarse y anular algunos puntos
militares estratégicos como ser centrales de energía eléctrica, comunicaciones
y en especial, sistemas de defensa antiaérea de origen ruso y chino camuflados
entre la selva. Esto a su vez representaría una “bolsa de novedades” o más bien
una “caja de sorpresas” que traería a mal traer a los intrusos y es que, las
características de la selva amazónica con el aditamento de la presencia de
posibles unidades especiales rusas, propicia un escenario muy difícil de
sortear.
Es por ello que se requiere de la colaboración de
conocedores y lugareños del territorio venezolano para que orienten a las
fuerzas especiales y a sus unidades irregulares compuestas por mercenarios y
desertores venezolanos –seguramente
financiadas con el dinero robado a las cuentas bancarias de Venezuela-, que
sin lugar a dudas se vienen adiestrando –mucho
antes de que Guaidó saliera a la luz- en campamentos clandestinos en las
selvas de Colombia y seguramente en alguno oculto en la espesura selvática del
Brasil. Lo llamativo de todo esto había sido la pasividad de la OEA o más bien
su notorio silencio ante todas estas maniobras que claramente –como los falsos positivos del 23 de
febrero- constituyen preparativos para acciones agresivas (que violan los
preceptos de la Carta orgánica de la ONU) que ya han venido llevándose a cabo
de forma encubierta por potencias extranjeras bien identificadas y que
denunciadas continuamente por Caracas, cayeron en saco roto.
Sin lugar a dudas que el apoyo político y
diplomático de Rusia da un marco superlativamente diferente al que debió
afrontar Iraq en 2003 y Libia en 2010, estando Moscú actualmente en mejor
posición al momento de la agresión contra Siria. En este sentido el Kremlin ha
sentado claramente su posición y ha dejado en claro que no tolerara los juegos
de cambio de régimen, demostrando en el concierto internacional y ante el foro
de Naciones Unidas que no será fácil para EEUU, maniobrar con argucias para
obtener resoluciones a gusto de sus pretensiones.