EN LA MIRA
“ISIS EN LATINOAMERICA”
Deja de ser un
rumor o una mera especulación la presencia de elementos yihadistas operando en
Latinoamerica ¿Qué objetivos persiguen y quienes están facilitando su
operatividad dentro de la región?
Por Charles H Slim
Apenas se conocieron las primeras victorias del
“ISIL” tras cruzar las fronteras de Iraq en junio de 2014, se comenzaron a
revelar algunos aspectos curiosos y hasta exóticos de la composición de esa
supuesta milicia islamista de pretendida rama sunita. Los impecables videos de
propaganda con notables y sofisticados detalles de edición que demostraban una
gran organización (y financiación) detrás de ésta banda armada, mostraban entre
sus filas a milicianos barbados de varias nacionalidades entre ellos latinos de
varias partes del continente americano. En varias oportunidades se señaló la
presencia de combatientes chilenos y argentinos en las agrupaciones yihadistas
que comenzaron a operar en el norte de África en 2010 y que (coordinadas a los
que ya se aprestaban en Iraq) se trasladarían a Siria.
En la última semana se han conocido los resultados
de los análisis de información recopilada por parte de la inteligencia rusa que
han encendido las alarmas de seguridad no en el Medio Oriente o en el Cáucaso
sino en el continente americano. El jefe adjunto del GRU ruso (Departamento
Central de Inteligencia), el vicealmirante Igor Kostiukov denunció públicamente
el 25 de abril último la existencia de campamentos de entrenamiento del “Estado
Islámico” posiblemente ubicados en varios puntos de Centro América y sud
américa.
Desde hace tiempo que la inteligencia rusa evaluaba
que estas organizaciones se encontraban en la búsqueda de zonas de reserva en
lugares remotos a los fines de poder obtener recursos humanos y materiales para
lograr sostener su operacionalidad en el tiempo. Pero no hay que olvidar la
naturaleza de ese grupo. Washington no puede borrar aquellas molestas
fotografías y filmaciones en las que se ve al difunto senador John Mc Cain
confraternizando con los jefes “yihadistas” en Siria entre los cuales estaba
nada menos, que el líder del entonces “ISIL” impostado por un personaje que impostando
el papel de un supuesto prisionero iraquí se haría llamar “Abu Bakr Al Bagdadi”
de quien hoy nadie sabe nada. El establecimiento de aquella entelequia llamado
“Califato”, fue una táctica (para enfrentar a chiitas y sunitas) con fecha de
vencimiento que se enmarco en la estrategia de Washington por remodelar al
Medio Oriente. En ese sentido se
explican las inconsistencias en las que recurrentemente incurrieron los
estadounidenses y sus aliados al permitir sin obstáculos y muchas facilidades el
despliegue de los yihadistas de la “bandera negra”.
Fue recién con el ingreso de Rusia en Siria, que se
comenzaron a ver resultados rápidos y concretos. Recordemos que las fuerzas
rusas lograron expulsar de la mayor parte del terreno sirio a los grupos como
“ISIS” y sus aliados que aún siguen operando bajo la cobertura de las fuerzas
especiales norteamericanas en zonas como “Al Tanf” y en el norte sirio con las
bandas armadas kurdas apoyadas por la inteligencia estadounidense e israelí.
Pero ¿Qué visión tiene el gobierno argentino sobre
esto? Más allá de las continuas incongruencias políticas a las que nos tiene
acostumbrados ( ex guerrilleros y pistoleros de izquierdas avenidos a
Ministros), desde su Ministerio de seguridad interior no se hace más que
repetir la doctrina y el panfleto que las embajadas de EEUU e Israel que centra
como amenaza terrorista al “Partido de Dios” Hesbollah y a Irán, demostrando un
alto grado de intoxicación informativa que mezcla en forma irreverente las
acciones de los embustes wahabistas de “Al Qaeda e ISIS” con la organización
chiita libanesa.
Al mismo tiempo surge muy extraño que el
Departamento de Estado Norteamericano por conducto de los medios masivos no
haya denunciado la existencia de estos peligros en la región. Esto tiene una velada
y clara explicación. Viendo la posición ideológica de Mike Pompeo (un neocon y
sionista) y de la misma Casa Blanca, es explicable este silencio y él se
sostiene en la conveniencia de que una amenaza semejante progrese silenciosamente
en una región en la cual y por cualquier medio, Washington quiere regresar con
todas sus fuerzas necesitando para ello, una muy buena excusa.
El peligro que redunda esto es inconmensurable. La
experiencia de Iraq, Libia y Siria pone
de manifiesto lo que puede sucederles a poblaciones enteras infiltradas por
células de estas organizaciones y las consiguientes reacciones de las fuerzas
de seguridad que incapaces de combatirlas, se verán obligadas a requerir la
ayuda de los “expertos” que como todos saben, son los estadounidenses y sus
colegas israelíes quienes una vez dentro harán de esos lugares escenarios dantescos
de masacres colectivas.
No es algo novedoso, solo hay que mirar un poco para
atrás en el tiempo para ver cómo se originaron estas franquicias del terrorismo
internacional que deliberada y maliciosamente los gobiernos occidentales bautizaron
como “islamista” y a quienes muy convenientemente ha favorecido éstas
apariciones. Tampoco hay que olvidar que el terrorismo como tal no es una
ideología o parte de una religión particular (como ha popularizado la Corporación
medios occidentales), es una metodología, una herramienta, una táctica más de
la cual se ha hecho uso y abuso desde 1990 hasta hoy.
Se ha comprobado que tanto “La Base” (Al Qaeda) como
“Estado Islámico” (Daesh) son dos programas nacidos de maquinaciones intelectuales
de asesores de seguridad nacional como Zbigniew Brzezinski e ingenierizados y
puestos a funcionar por las agencias de inteligencia tanto civiles como
militares angloestadounidenses con la inocultable (al día de hoy) cooperación
israelí y saudita, complicaciones que se han harto evidenciado en el fallido
complot por destruir a Siria.
Ambos actores son piezas tácticas de una
planificación estratégica de largo alcance que se basan sobre la creación de un
caos perpetuo.
A todo esto no olvidemos la advertencia lanzada por
el secretario general del Movimiento de resistencia libanesa Hassan Nasrallah hace
un par de años atrás, en momentos que las bandas yihadistas asolaban Siria, denunciando que Arabia Saudita estaba
financiando el yihadismo en América Latina. Al parecer tal información no era
una tontería como lo señalaron analistas con tendencias claramente sesgadas. El
análisis arroja que grupos vinculados a “ISIS y Al Qaeda” se estarían
organizando en campamentos secretos de reclutamiento y entrenamiento
regenteados por miembros de esas organizaciones yihadistas. La noticia cobra
especial importancia dado el actual estado geopolítico de la región con
Venezuela como epicentro de una crisis en la que se ven involucrados EEUU y sus
aliados (incluidos británicos e israelíes), Colombia y la misma OTAN. Ya lo advirtió el mismo jefe adjunto de la
inteligencia rusa que “EEUU contempla intervención militar como una opción”.
Sobre esto cabe recordar que desde hace varios años
hasta esta parte, Washington y varios sectores intelectuales latinoamericanos que
adhieren a la política de la llamada “guerra preventiva” y de la llamada “lucha
contra el terrorismo” han tratado de argumentar que en Venezuela existen bases
de entrenamiento del Partido libanés “Hesbollah” algo que además de nunca comprobado,
no reviste lógica estratégica para un movimiento que solo ha operado dentro de
los bordes de las fronteras del Líbano y que solamente, por autorización de
Damasco, desde hace unos años combate –casualmente-
a las bandas armadas ligadas a “Al Qaeda” y el “Estado Islámico” que se
recuestan sobre los bordes controlados por Israel (Altos del Golán).
Para ello Washington viene llevando adelante arduas
actividades de agitación subversiva contra Venezuela que han ido escalando en
intensidad con el pasar del tiempo. A ello no olvidar el feble papel de
Naciones Unidas para condenar esto. El estrepitoso fracaso de su intento de colocar
un monigote como Juan Guaidó, ha llevado a que se discuta la idea de pasar al
“plan b”[1] . Con
la cooperación de Colombia la Casa Blanca tiene las expectativas de poder
intervenir militarmente en el país vecino tratando de minimizar las pérdidas
materiales de un enfrentamiento bélico y a su vez, no complicarse aún más con
la ley internacional. Es por ello que, introducir un elemento tan peligroso como
“ISIS” en esta pugna causará muerte y miseria e incluso, pondrá en peligro la
integridad y supervivencia misma de los estados de la región.
[1]
Pensamiento Estratégico y Politico.com. “Pasar al plan B”. Publicado el 6 de
marzo 2019. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2019/03/en-la-mira-pasar-al-planb-el-fracaso.html