“EL INSTIGADOR”
Los últimos
incidentes registrados en la entrada al Golfo Pérsico frente a las costas de
Fujairah (EAU) señalan la participación de una compleja planificación,
participación y ejecución militar ¿Quiénes están detrás de ellos?
Por Charles H. Slim
A comienzos del mes de mayo, a la par de las
declaraciones provocativas del asesor John Bolton y el recrudecimiento de las
sanciones aprobadas por Trump contra la república Islámica de Irán comenzaron a
producirse extraños y muy convenientes hechos en las aguas del Golfo Pérsico donde
EEUU y sus aliados mantienen fuerzas militares que operan constantemente para
tratar de jaquear al país persa. Alguien con claras intenciones de provocar un
incidente internacional está operando a la zaga de los movimientos políticos de
la Casa Blanca entonces cabría preguntar ¿Quiénes pueden ser o de dónde
provienen estos instigadores?
Muchos de esos eventos nunca llegaron al
conocimiento público en el cono sur, o más bien de la Argentina que como de
costumbre maneja una información políticamente correcta, claramente tamizada
por el Conglomerado de medios estadounidense y por las editoriales de los
medios gráficos, televisivos y radiales locales con indisimuladas tendencias
claramente afines a Washington y sus aliados, en particular con Israel.
En lo que respecta a Irán, hay en estos medios
locales argentinos (capitalinos) y en muchos de los periodistas que son parte
de estos, una clara parcialidad en el posicionamiento geopolítico nacida
principalmente de simpatías ideológicas, religiosas y políticas hacia Tel Aviv.
Son estos sectores los que durante años sin pruebas y basándose en una
repetitiva discursiva islamofoba trataron de argumentar mediante embustes y
falsas pistas la culpabilidad de la república Islámica en los atentados de 1992
y 1994.
Pero lo que en realidad viene sucediendo y para
disgusto de estos sectores, involucra y mucho a Tel Aviv que más allá de
presentarlo como “un modelo” para ser copiado por Argentina, es más bien un
ejemplo del actuar despiadado y solapado de un estado colonialista y belicista que
con sus maquinaciones, termina causando la muerte a miles de personas
argumentando como de costumbre el victimismo de que “los quieren destruir”.
Pero ¿por qué de este comentario? Pues desde que Trump advirtió a Irán de que
podría haber consecuencias por su conducta rebelde, alguien ha estado tratando
de sacar provecho de la situación ¿Y cuál ha sido esa conducta rebelde que ha
irritado a Trump o más bien, a los lobbies sionistas que impulsan la política
exterior norteamericana?
Brevemente, fue la declaración de Teherán de
apartarse de parte de los compromisos asumidos en el Pacto nuclear firmado con
la administración de Barak Obama en 2015 que, recordemos, el año pasado (2018)
fue dejado sin efecto por Donald Trump, hecho por el cual, los sectores neocon
y el poderoso lobbies judío-estadounidense aplaudieron de pie. Ante esto Donald
Trump amenazo con imponer “muy pronto” nuevas sanciones. Al mismo tiempo, ello
ha sido apoyado por Israel y resistido por la UE que no está dispuesta a
participar en otro juego sucio en la región. Como era de esperar, pronto
llegaron las amenazas y presiones, una de ellas del Consejo de Seguridad
Nacional norteamericano que tratan de sujetar al bloque europeo de la
dependencia en las transacciones bancarias en dólares, buscando alinearlos contra
la intensión de Teherán por abandonar dicho sistema.
Rusia reaccionó inmediatamente a este
comportamiento irresponsable, acusando a
EEUU de ejercer una “presión irracional”, respaldando así a Teherán en su decisión
legitima de no tener que tolerar abusos sobre su soberanía política y económica.
Mientras se mostraba este posicionamiento en
política exterior de la Casa Blanca que el Secretario de Estado Mike Pompeo
describió como “realista” –que
supuestamente distancia a Trump de sus predecesores-, los militares y las
agencias de inteligencia trabajaban a todo motor para concretar las fases
operativas que se atienen a planes que solo ellos conocen. Por lo pronto habrán despliegues de más
fuerzas a la zona algo de lo cual no habla de ningún realismo político avanzado
ni mucho menos de voluntad de paz.
De esta manera, se despacharon al Golfo Pérsico el
acorazado “USS Arlington” portando vehículos anfibios y tropa de infantería abordo
que se unió al grupo de tareas del portaaviones “USS Abraham Lincoln” que había
llegado una semana antes. Sin dudas que quien realmente podía alegar
preocupaciones y verse amenazado es Irán y no al revés. Las medidas adoptadas
por la Casa Blanca estuvieron impulsadas por los informes que sus asesores de
seguridad, en particular del asesor estrella John Bolton, que indicaban que
Irán estaba preparando acciones militares contra las fuerzas estadounidenses en
la región, algo de lo cual (además de increíble) Teherán refuto inmediatamente
catalogando esas afirmaciones como de meras “tonterías”.
Como sea, las sospechas fueron lanzadas oficialmente
e inmediatamente difundidas por los medios masivos, difundiéndose rápidamente alrededor del mundo por lo que, solo había que
esperar que algo, o alguien causara algún incidente contra las unidades navales
estadounidenses o de alguno de sus aliados se produjera en las aguas próximas
del golfo.
El 12 de mayo último se produjeron unos extraños
ataques contra un convoy de buques de bandera noruega y de Emiratos Árabes
Unidos que pasaban frente a las costas de “Fujairah” (en la entrada del
estrecho de Ormuz) que claramente han estado orientados a tratar de justificar
una intervención militar contra Teherán. Según las investigaciones preliminares,
la magnitud del ataque, las técnicas y el equipamiento utilizado para su
ejecución revelan la necesaria participación de un actor estatal en la
operación.
Quienes ejecutaron esto, contaban con inteligencia previa y en
tiempo real que solo puede ser otorgada por un extendido y sofisticado
entrenamiento.
Además, los ejecutores usaron “minas lapa” colocadas en sectores
clave de los buques saboteados demostrando que tenían un detallado conocimiento
técnico y estructural de cada uno de ellos. Con ello se despejan las conjeturas
(e interesadas intensiones) sobre el accionar de posibles células terroristas
independientes.
Sobre la intensión por tratar de ligar estos hechos a la “Guardia de
los Revolucionarios Islámicos”, a las Fuerzas Armadas regulares o “facciones
pro iraníes” ya se venía construyendo un relato que sirviera de “precedentes”
que terminaran por justificar un golpe más grave que no dejara dudas sobre la
participación iraní y con ello, poner en marcha las aspiraciones de Bolton que
son ni más ni menos que el cambio de régimen.
Pese a que esos son los deseos de
Bolton y Netanyahu, ello es muy difícil de concretares por ello que no sería de
extrañar que optaran por buscar a otro para endilgarle el asunto.
Uno de los chivos expiatorios elegidos serían nada
menos que los “Huties” yemeníes quienes hace unas semanas atrás causaron
severas perdidas a Arabia Saudita con el uso de Drones, pero a pesar estas
proezas tácticas, no se sabe que ellos tengan buzos tácticos que puedan
desplegarse en lanchas rápidas guiadas por inteligencia electrónica provista
por satélite. Algún mal pensado ha sugerido que las miradas deben orientarse a
Tel Aviv con la colaboración de una de las petromonarquías y es muy posible que
puedan acertar con seguridad.