“IMPEACHMENT EN MARCHA”
¿Ha llegado el
final de la Carrera política de Donald Trump y de ser así, a quiénes beneficia?
Por Charles H. Slim
“No hagan esto peor de lo que ya es”, sentenció la
presidente de la Cámara de Representantes la demócrata Nancy Pelosi en momentos
que logró el acuerdo para impulsar el juicio político al presidente Donald
Trump. Sus insultos y acostumbrados mensajes de Twitter no lo ayudan en nada. La
torpeza de Trump de haber realizado una llamada para mantener una conversación
impertinente realizando sugerencias poco apropiadas con el premier ucraniano le
está pasando cuentas y sus rivales ya comenzaron a explotar su oportunidad para
ayudar a desbancarlo de la Casa Blanca.
El escándalo arrecia en los cenáculos de la política
doméstica norteamericana y los resentidos sectores demócratas conducidos por la
senadora Hillary Clinton están de parabienes y no se detendrán hasta ver la
cabeza de Trump en una bandeja. Los antecedentes de Clinton la preceden por lo
que esos deseos no son una exageración. Todos los argumentos constitucionales
están a disposición de la oposición y bajo el eslogan “el presidente debe
rendir cuentas, ya que nadie está por encima de la ley”, la presidente de la
Cámara de Representantes Nancy Pelosi le da un marco de legalidad espectacular a
su petición de juicio político que no es más que un linchamiento político.
¿Pero que demuestra este escándalo? En primer
término ello demuestra al mundo que la pretendida “mejor democracia del mundo”
no lo es tanto. Los engranajes de su compleja y laberíntica estructura estatal
funcionan cuando hay determinados intereses involucrados y no en todos los
casos. Segundo, es que lejos del supuesto
respeto a las libertades civiles y la siempre negada invasión a la intimidad, la
sorpresiva denuncia administrativa que involucra al mismo presidente, ha demostrado que siempre hay alguien (y no
necesariamente un robot) que escucha todo lo que dices y lo usará en tu contra
cuando ello lo amerite y sea del interés al gobierno federal. Quizá los
expertos y los responsables de la NSA o del servicio secreto de la Casa Blanca
pretendan llamarlo “protocolo de seguridad” pero ¿Por qué no funcionó en la
misma forma y con la misma celeridad con la administración Bush-Cheney?
No caben dudas de que las comunicaciones que
tuvieron George Bush y su vice Dick Cheney con personeros iraquíes como Yalad
Alawi, Nouri Al Maliki o el títere afgano Yamil Karsai o incluso, las comunicaciones
realizadas con funcionarios propios tan abyectos como el Secretario de Estado
Donald Rumsfeld, sus controvertidos Secretarios de Justicia John Ashcroft y
Alberto Gonzáles o el jefe de la CIA Richard Tenet, deben estar llenas de
entretelones escabrosos vinculados a la “lucha contra el terrorismo” que
justificaba la violación sistemática de los derechos humanos de los habitantes
de varios lugares del globo ¿Fueron grabadas esas conversaciones?: ¿O acaso
estos funcionarios de la Casa Blanca estaban mejor asesorados al momento de
abrir la boca por una línea telefónica?
Es algo bastante sospechoso o al menos curioso ver
como se inicia esto.
Hace meses atrás se hizo público la filtración de una
fuente interna dentro de la misma Casa Blanca que hablaba de estar trabajando
para socavar la administración, una especie de “insurgencia palaciega”. Todo
ello acompañado de una campaña político-mediática argumentada sobre la supuesta
injerencia rusa en las elecciones que le dieron el triunfo a Trump, iniciando
una novela que los medios angloestadounidenses venden como el “Russia-gate”, una
tontería que incluso el mismo Vladimir Putin usa para hacer chistes
públicamente (https://actualidad.rt.com/ ).
El 25 de julio pasado Trump hace una llamada a Kiev
para tener una conversación con su par Volosymyr Zelensky, el tema parece
intrascendente hasta que en una parte de esa conversación el presidente
estadounidense le solicita al mandatario ucraniano que investigue las
actividades del hijo de John Biden en Ucrania. Alguien del otro lado de la
línea dijo “Te tengo” y el resto es historia.
Desde el punto de vista de política interior, el
hecho no deja de ser más grave que muchas otras inconstitucionalidades
cometidas durante 18 años por el propio estado federal contra sus ciudadanos y
de otras partes del mundo. Pero, en este caso, hay fuertes intereses oscuros por
desbancar cuanto antes a un mandatario muy incómodo y renegado a los
lineamientos del Establishment. Está claro que para dicho propósito, todo está
disponible y es sacrificable en aras de este objetivo, incluso y de ser
necesario, tirando a la basura el poco crédito político de los EEUU ante la
opinión pública.
Y es que el supuesto pedido de Trump a Zelensky de
que investigue las actividades de su rival John Biden en Ucrania según la sagás
inteligencia de Pelosi implicaría la intervención de una potencia extranjera en
asuntos internos de la Unión. Bajo este
cargo a Trump le cabría la destitución por el no menor cargo de “traición” lo
que implicaría una salida deshonrosa y escandalosa.
Nancy Pelosi |
Esto a su vez no lleva a cuestionarnos ¿Quién estaba
escuchando la conversación y quién realizo la denuncia? Ante todo, la cuestión debería ser ¿Es legal
escuchar las conversaciones del mismo presidente? Esto da lugar para un largo
debate constitucional que pone en evidencia que las garantías y las libertades
en los EEUU parecen solo existir en los papeles.
No olvidemos como hace unas
semanas atrás se desató un escándalo por la instalación de los dispositivos de
escucha montados por el Mossad israelí en edificios clave en todo Washington
incluyendo a la misma Casa Blanca. Al momento no se sabe con precisión como se
está procesando esto y es seguro que los responsables de montar esta red
(incluyendo al mismo Netanyahu), estén frenando las investigaciones
correspondientes.
Sobre esto último no queda claro cuál era el
propósito de esta red de escucha. Se podría especular que Tel Aviv podría estar
seriamente preocupado por los problemas internos que está pasando su benefactor
o quizá, sea un participe en las
intrigas de la oposición demócrata que aspira a ganar las próximas elecciones.
Si el mismo presidente es escrutado en lo que habla telefónicamente
con otro mandatario ¿Quién puede imaginarse hasta dónde es violentada la
intimidad de los simples ciudadanos no ya estadounidenses, sino del globo?
Ante
ello los estadounidenses entran en cuentas de que están mucho más que desnudos
ante su gobierno.
Las denuncias de Snowden nunca fueron un embuste o
una exageración de un traidor como lo señalaron los “Halcones” neoconservadores
de Washington. Por el contrario, por ser muy reales fue perseguido y debió huir
para refugiarse en Rusia al ser condenado a muerte.
Esto al mismo tiempo, ha impulsado los reclamos de
asociaciones civiles y sectores políticos en EEUU para que se levanten las
restricciones que se habían venido imponiendo al conocimiento público de las
llamadas y la preservación de las comunicaciones y reuniones realizadas por el
presidente con mandatarios extranjeros en la Casa Blanca (https://nsarchive.gwu.edu ).
La denuncia de esta sugerencia provino de un
“informante” de inteligencia anónimo que realizó una meticulosa y extensiva “queja”
administrativa ante el Inspector General de la Comunidad de Inteligencia (https://intelligence.house.gov ), un organismo desconocido por la mayoría de los
estadounidenses y que compone la interminable telaraña de agencias y
departamentos federales de inteligencia que florecieron al amparo de los nada
claros ataques del 11 de septiembre de 2001 y del insondable financiamiento
autorizado por George W. Bush y su administración.
En este sentido y bajo el amparo de la supuesta violación
a la Seguridad Nacional y con ello a la Constitución, los demócratas y en
particular la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y con la
complacencia de Hillary Clinton pueden llegar a lograr que Donald Trump y toda
su administración (al menos una parte sustancial) sea desalojada de La Casa
Blanca y entonces ¿Quién puede llegar a tomar su lugar? O para el caso de que
Trump sobreviva como candidato a las elecciones del 2020 ¿Servirá este
escándalo para deshacer cualquier posibilidad de que Trump sea reelecto?