“UNA
PROYECCION PARA EL CAOS”
¿Por
qué AUKUS puede crear la inestabilidad regional con el riesgo de desatar un
conflicto nuclear?
Por Charles H. Slim
Mas
allá de las discrepancias entre París, Washington y la UE por la conformación
de AUKUS, lo que realmente importa es la finalidad que cumplirá esta unidad
estratégica entre EEUU, Gran Bretaña y Australia. Quizá usted este aburrido de escuchar siempre
la misma excusa para que EEUU se entrometa en otras jurisdicciones soberanas
apelando a la “Seguridad Nacional” de su nación, pero ¿Qué amenaza representa
China en su propio continente y en sus propias aguas territoriales?
Y es que debemos entenderlo bien. Las experiencias
pasadas en las que Washington apelando a esta consabida argumentación solo han
traído conflictos, desgracias y la miseria para millones de personas. Se
requiere de una mirada crítica y frontal contra el permanente cinismo con que
los “Think Tanks” y su conglomerado de medios disfrazan y manipulan el lenguaje
para enmascarar las intenciones políticas y los movimientos norteamericanos en
el exterior.
A pesar de las palabras ampulosas en el discurso de
Biden ante la Asamblea General de Naciones Unidas, la tan mencionada
“democracia” solo es una mera alegoría dialéctica (y muy trillada por cierto) para
tratar de ocultar los nuevos despliegues armados más allá de sus fronteras.
Para ir justificando las consecuencias que estos despliegues pueden traer
algunos “Think Tanks” enmarcan el discurso de la Casa Blanca en el pragmatismo,
determinismo y realismo como forma de ir preparando a su propia opinión pública
por las consecuencias que podrían devenir ¿Cuál podría ser una de ellas? Una
crisis que desemboque en una guerra nuclear que tendría consecuencias
inmediatas sobre toda la península coreana y Japón.
En realidad, este riesgo viene estando presente desde
hace tiempo, máxime desde que Pionyang obtuvo su propio desarrollo de armas
nucleares y los vectores para lanzarlas. No hay que olvidar como Donald Trump
trató infructuosamente de amedrentar a los coreanos para que desmantelaran
estos progresos a riesgo de iniciar una guerra en la península. Kim Yong Hun
lejos estuvo de amilanarse y Trump no le quedo otra opción que morderse la
lengua y dar un paso atrás.
Ahora la mira de Washington apunta al indo-pacífico y
tal vez más allá del paralelo 40, atendiendo a como sea equipada la Armada
australiana y demuestre su desempeño en las tareas que se le asignaran en la
nueva criatura denominada AUKUS. Los almirantes australianos y los políticos
derechistas y conservadores de Canberra podrán estar exultantes por este
“honor” pero, quienes tienen más consciencia crítica sobre los alcances que
puede tener aceptar involucrarse en esta nueva planificación
angloestadounidense, saben que podrían llegar a pagar (a las consecuencias de
una escalaba bélica) como nación, un alto precio político, moral y ético si es
que ello vale de algo por estos días.
China y Corea del Norte, países que se ven amenazados
por estos planes estratégicos del trío angloestadounidense y australiano, saben
con quién están tratando y es por ello que nunca han detenido sus esfuerzos por
mejorar sus campos científicos e industriales no solo para el desarrollo civil
sino también del campo de la defensa tanto convencional como la más compleja y
estratégica como las de las comunicaciones cuánticas y el desarrollo de misiles
más rápidos (hipersónicos), de mayor alcance y más precisos. Desde esta
perspectiva, el acechador occidental está allí merodeando sus aguas apenas unas
millas de sus costas y no se van a quedar de brazos cruzados viendo como en el
día menos pensado, lancen un zarpazo.
En ambas naciones asiáticas (y obviamente en Rusia
también) existe una clara consciencia a no permitirse ser débiles. Ellos saben
que si sus naciones se dejan arrastrar por la retórica engañosa y fútil de
argumentos trillados por los medios occidentales que son financiados (y vaya si
lo son) por gobiernos y la mafia financiera de Wall Street y la City
Londinense, caerán en sus juegos psicológicos que tienden a debilitarles. Hoy
vemos como al cuento de la democracia y las libertades civiles, Biden y sus
globalistas (que incluyen a neoconservadores y sionistas) impulsan como caballo
de Troya la promoción de la diversidad sexual y el transhumanismo que promete en
nombre de un falso igualitarismo, una degeneración general de las sociedades en
beneficio de una elite que seguirá manteniendo (a costa de los idiotas,
viciosos y castrados mentales) sus clásicas y tradicionales familias
heterosexuales.
Pero como en Washington y Londres saben que es muy
difícil penetrar una sociedad con una cultura milenaria, orgullosa y convencida
de sus costumbres y que ha sufrido en el pasado los embates del colonialismo
británico, la opción militar siempre será la más factible para intentar imponerse.
El problema es que hoy por hoy China y Corea del Norte son dos actores regionales
e internacionales con desarrollos políticos propios y constantes, guste a quien
le guste. En lo particular China, su constante progreso tiende a extenderse
comercialmente sobre occidente algo que EEUU y los británicos tratarán de
frenar con los australianos.
Pero AUKUS no es un monolito. Hay intereses propios y
mezquinos en cada uno de sus miembros que podrían llevar a una fractura
temprana. Ya lo vimos con la traición a Francia. No se olvide usted que Gran
Bretaña está liderada por un sosia de Donald Trump que fue repetidamente
vilipendiado y menospreciado por la elite en Washington y su aparato de
propaganda. Pero aunque con estas caricaturas tratan de restarle peso a la
participación británica en este despliegue en el indo-pacifico, las ambiciones
británicas de reconquistar las viejas glorias imperiales del dominio de los
mares es una idea que Boris Johnson tiene bien metida en su cabeza y que los
conservadores añoran revivir y que esta asociación le ayudara a poner en marcha
estas intenciones.