sábado, 25 de diciembre de 2021

 

“IMPUNIDAD EN BEIRUT”

¿Cuáles son los factores que obstaculizan saber la verdad sobre la monstruosa explosión de agosto 2020?

Por Charles H. Slim

Los libaneses han sufrido por décadas los enjuagues políticos que tanto Francia, Israel como EEUU han tratado de orquestar en búsqueda por controlarla y de ser posible convertirla en una anexión del colonialismo israelí. Todas las condiciones han estado dadas para que ello fuera posible. Un estado árabe multi confesional (compuesto por musulmanes chiitas, sunitas, drusos y cristianos) ha sido campo fértil para crear divisiones internas que han sido funcionales a los objetivos políticos de estos actores.

Pero a pesar de esos factores y de su pequeñez geográfica no ha sido posible disgregarlo. Los franceses como actores colonialistas europeos tras su salida del Líbano en 1946 y a lo largo de los años tuvieron mucho que ver con la instigación de rencillas contra los musulmanes quienes fueron adquiriendo un papel preponderante en la identidad del país. No hay que olvidar que por esa misma época al sur, los británicos que ocupaban Palestina se veían entrampados en el juego sucio y el terrorismo de los grupos sionistas con quienes Londres había pactado entregarles en bandeja esos territorios.

Desde la instauración de Israel en 1948 (apoyados por EEUU y la Europa Occidental) se instaló un nuevo elemento de desequilibrio geopolítico regional que afectaría al Líbano y desde allí no se detendría hasta el presente.

En noviembre de 2019 tras extraños ataques y atentados de forma anónima se hizo circular por WhatsApp un video que mostraba como los cristianos del barrio “Ain Al Remmaneh” insultaban a los chiitas. Ello desato enfrentamientos entre cristianos y chiitas hasta que unos días después se descubrió que ese video era antiguo ¿Quiénes se benefician con este enfrentamiento? No ciertamente los libaneses. La explosión ocurrida el 4 de agosto del 2020 en horas del mediodía de Beirut podría inscribirse en esa larga secuencia de hostigamientos y juegos sucios que buscan su desestabilización.

Captada por un centenar de teléfonos móviles que en esos momentos se hallaban en diversos lugares de la ciudad, la explosión que se elevó como un hongo nuclear sobre el área portuaria de Beirut y que su onda expansiva barrio con centenares de apartamentos y casas en un radio de 10 kilómetros, rápidamente trató de presentárselo como la explosión de un “arsenal de Hesbolah” y cuando no pudieron acreditarlo de forma creíble rápidamente apuntaron a un supuesto depósito de Nitrato de Amonio, un fertilizante que en ciertas condiciones puede ser usado como explosivo. Por supuesto, el depósito tenía que ser de Hesbolah. 

Pero ni uno ni otro de estos supuestos fueron debidamente acreditados. Cuando ni siquiera los informes (léanse inventos) de los servicios de inteligencia no podían probar que allí hubiera armas y explosivos, pasaron a centrarse en el Nitrato de Amonio como causa de la deflagración y desde allí a conectarlo infundadamente con la resistencia chiita y Teherán. Pero ¿Cómo o por qué estallaría un acopio de este químico agropecuario?; ¿Estalla por el simple contacto con fuego? Esas son cuestiones que aún no pudieron ser respondidas.

Para muchos esto se trató de una operación negra como el bombazo que asesinó al primer ministro Rafiq Hariri en febrero de 2005 y que mediante fuertísimas presiones externas se trató de culpar a Hesbolah. También allí la hipótesis de un vehículo cargado con explosivos conducida por un “kamikaze” (respaldada por discutidos investigadores alemanes) no encajaba con el daño causado (sobre los cuerpos, los vehículos y el suelo) y con rastros químicos hallados en el lugar que evidenciaban un explosivo de una calidad (con nanopartículas de Uranio) del cual solo disponían fuerzas militares de algunos países entre ellos, Israel.

Aquellas evidencias, sumadas a muchas otras y todas ellas conectadas como un puzle llevan a una estremecedora conclusión: Un pequeño misil de apenas unas decenas de centímetros lanzado desde un Dron pudo ser el verdadero ejecutor de ese magnicidio y el mismo método pudo usarse en agosto del 2020.

Pero eso no conviene al relato israelí y fue por ello que los obsecuentes neosionistas y sionistas argentinos no tardaron en dar sus puntos de vista alegando a “una chispa” o un “incendio” como el detonante de aquel espantoso hongo y allí se terminaron las explicaciones. Como se dice por aquí, “mejor no hablar de ciertas cosas”. Tal vez habrían podido engañar a muchos de sus interlocutores o incluso, convencerlos de que Tel Aviv estaba ajeno a esto. Pero el problema es que, además de que sus argumentos no son creíbles, así no funciona este elemento químico, plantado como la hipótesis estrella de esas fantasmagóricas camionetas en las aún no esclarecidas explosiones de 1992 y 1994 en Buenos Aires. Solo en condiciones muy especiales y con un detonador calculado para ese fin podría crearse una reacción explosiva que no puede emular una detonación nuclear y eso lo saben muy bien los propios expertos israelíes.

Detonaciones como la que se ve en la fotografía captada en Yemen en Mayo del 2015 hicieron sospechar que los sauditas estaban usando bombas nucleares tácticas que solo su socio secreto podría habérselas proporcionado

Y es que las posibilidades de un atentado con un artefacto nuclear táctico (plantado o usando un vector lanzado desde un Dron a gran altura de dimensiones imperceptibles) comenzó a rondar por las redes provenientes de expertos conocedores de esta tecnología. Entonces la pregunta es ¿Tiene Israel armas nucleares? Claro que sí. Y desde hace mucho tiempo que las tiene y muchos saben que en el complejo de “Dimona” se han perfeccionado lo que se llaman “armas limpias” es decir, que no dejan rastro de radiación. Esta opción fue contemplada en 2007 para atacar a Irán, operación que fue abortada por la intervención a último momento de Washington. Entonces ¿Dónde estuvo la OIEA y las debidas inspecciones de Naciones Unidas sobre las instalaciones de Dimona? Una vez más queda de relieve la aplicación relativa y segada de la ley internacional.

Cualquier alusión a un episodio nuclear fue rápidamente desmentida, incluso por funcionarios del gobierno libanés quienes condicionados por una presión socio-político-económica insoportable, se alejaron de ese supuesto. Una explicación salomónica sería, “fue un accidente”. Pese a que según fuentes confiables eran dudosos los informes de los inspectores de la OIEA que referían a no detectarse aumento en los niveles de radiación, las posibilidades de que ello hubiera sido así eran muy factibles. Descartar un golpe nuclear táctico fue y sigue siendo un apresuramiento indebido.

Estas evaluaciones no se condecían con los efectos y las evidencias fílmicas de la explosión. Además, lo ocurrido no fue algo nuevo. No era la primera vez que semejantes explosiones fueron vistas en la región. En escenarios como Iraq, Siria y el Yemen, se vieron varias de estas explosiones y causalmente en todos ellos en los que Israel (y por supuesto los EEUU) intervino e interviene de forma encubierta.

¿Y qué se dice de esto en Argentina? Como siempre debemos hacer una clara distinción entre la capital y el interior del país ya que la percepción es muy diferente. En Buenos Aires la influencia de los partidarios (que incluye a los medios de comunicación) pro-israelies es patente y en ese sentido cualquier evento que complique a Israel es convenientemente silenciado o maquillado y en este sentido, lo ocurrido en Beirut paso muy inadvertido por los sagaces periodistas argentos.

Para estos sectores lo ocurrido en agosto 2020 fue responsabilidad del “Partido de Dios” Hesbolah al cual estos sectores acusan sin pruebas (salvo que los informes de la CIA y el Mossad sean considerados como tales) de los atentados en Buenos Aires. Fuere por un supuesto depósito de armas o uno de Nitrato de Amonio para fertilizar cultivos y reverdecer campos de golf, la explosión para estos sectores fue culpa de los chiitas “pro iraníes” dejando clara su ponzoña islamófoba y antisemita (dado que los árabes también son semitas). Es allí donde radica el encono de los sionistas que sigue dejando en evidencia que no hay límites (y Naciones Unidas no sirve para ello) para sus acciones y que la República Islámica de Irán es una obsesión geopolítica que no pueden quitarse de la cabeza.

 

 

martes, 21 de diciembre de 2021

 

 

“STRATEGIC SECURITY”

The triumph of the left in Chile changes London's strategic priorities in the South Atlantic Could a Buenos Aires-Santiago-East axis be created?

 

Sir Charlattam

Where the hell is Argentina standing in the current international chaos? This question arose after my meeting with an old colleague who still has direct sources within White Hall and even boasts of having them in “Westminster” but I listen carefully because sometimes I anticipate events with astonishing precision that Parliament would deal with days later.

This is how I met “Tweegy” (pseudonym) an old flat mate from the times of action, in a Waterloo pub not far from the bridge that crosses Big Ben where we got to chat about this COVID situation and the restrictions that Boris's doctors are trying to reinstall. With his mobile phone in his hand, he seems to have it stuck, yelling: “Stupid” he told me with complete confidence, to keep telling me “many German virologists and from here they are denouncing that the government inflates the figures and the severity of the variant.” Throughout 2020 while all the morons were being held in our homes in fear of the terror campaign of the “deadly Chinese virus”, the Royal Navy and the RAF did not stop their operations abroad. Nothing new for me.

We usually exchange information and points of view of our respective situations and it is there that I tell him what is happening in Buenos Aires and he tells me what they see in London about Argentina. The first thing I said to him was “Argentina has no future except, as a mere protectorate” to interrupt me by asking myself "From whom?" I clarified that it was a way of saying, but I explained that it is a sensation that can be breathed in Buenos Aires when you walk through its streets.

So I asked him: Have you heard the news about Fernández and his foreign policy?

“At the moment Argentina is not a concern for Downing street 10, much less for the Foreign Office,” he told me with his customary stern gesture that reveals his years in the special branch of naval intelligence. “For now, the victory of Gabriel Boric in Chile is a higher priority and, according to what I have been told, it is not something that will take away the sleep of Boris's intelligence chiefs.” I just stared at him and intending to let him see that he was listening attentively as he took a sip of my cappuccino to end by saying: “We have our own problems here at home with Boris Cheety monkey and from what I have been knowing, we could have serious problems in the Black Sea ”.

Thus, with the intention of returning him to the Southern Cone, I commented to him about the current political situation that the government of Alberto Fernández is experiencing and its multi-colored political cadres that could lead to a situation of instability that would drag the entire region down.

Leaning back on his chair and like a bouncing ball, he turned on me to say almost whispering in my ear “That will not happen in this government and I think in a few more, I assure you.” His conclusion did not surprise me since for myself I can intuit it being in Argentina. The problem is that this cannot last forever and not because it does not suit the Argentines but because it cannot suit the same bureaucrats in “Downing street 10”.

The problem in Argentina is the same as everywhere else, corruption, only there no one controls anyone. Those in the opposition are as incompetent as thieves and the current rulers are as plutocratic as they are incompetent, so with whom the hell can Argentine citizens get out of this quagmire? With the irony that characterizes him, he told me “Argentine politicians are better at destroying their institutions than any of our moles could achieve and thanks to them, no one has damaged their own institutions like themselves.” There is a disaster in that country and this is due to a lousy approach on how to face the political situation aggravated by the lack of a strategic agenda.

Strategic agenda? Those terms are very strange in Argentina. They all have a price and if politicians lost their few scruples they would not hesitate to queue at the embassy in Buenos Aires in broad daylight to ask for money. It's embarrassing enough for Geoffrey Kent (a true gentleman) himself to feel like some second-line journalists and politicians lick his ass.

“What can you tell me about that?” He asked me interested and I replied that there was nothing new on the table and that the only thing that had been discussed were some very minor and inconsequential acquisitions from the Chinese but nothing more. So he asked me “Airplanes, missiles, ships?”, I did not answer him at all, if they had acquired any of those toys they would already know about it in “Vaux Hall Cross”. Don't you think so?

As things are in the region, London can feel confident that there will be no shocks. The commie from the Fernández government in Buenos Aires and those who will take office in Santiago de Chile are not a threat to the stability of the South Atlantic. Both are puppets that are moved by the same threads. The previous reports on the strong support in southern Chile for the leftist candidate did not cause any concern among the high command of the Chilean Defense Staff or in the naval units of Punta Arenas and the explanation is simple, nothing has changed in Chili.

This could change if both countries in a coordinated way decide to approach China and Russia more decisively, which have been in talks these days to take an common geopolitics based on cooperation and good neighborliness to face the persistent and impertinent interference of the United States. We know that the Argentine government is not consistent in its ideological political position (because it does not know what it believes) with its actions, but we do not know anything about what will be the mettle of the young Boric who, on the contrary, has shown with his statements greater (that It reminds me a lot of Jeremy Corbin) ideological political commitment to complex issues such as the situation in Palestine that certainly bothers the Chilean Zionists and their colleagues in Tel Aviv a lot.

From this, Boric could be the spearhead to drag the timid people of Buenos Aires into forming a new common bloc that, well managed, could create a development paradigm that even who knows, could lead to the establishment of a common currency that put the dollar aside.

In conclusion, from all that we talked there was nothing new that could show that Buenos Aires is taking some serious policy to develop a plan to extend any claim that could threaten “Mount Pleasant” in the Falklands but it was a good excuse to meet and take us something.

domingo, 19 de diciembre de 2021

 

“EL DERECHO A MORIR EN EL OLVIDO”

La tragedia humanitaria que se vive en varios puntos del globo evidencia la perfidia y la hipocresía de las autoproclamadas democracias occidentales y de Naciones Unidas

 

Por Charles H. Slim

Los derechos humanos son palabras que están en boca de todos los medios, políticos y gobernantes de occidente, en especial de Washington pero, pocos son quienes los respetan en toda su amplitud. Estos derechos son inherentes a toda la raza humana (sin distinciones odiosas) y así se habrían comprometido a promover y proteger organismos internacionales como Naciones Unidas creados supuestamente para terminar con las arbitrariedades pero, la historia contemporánea nos informa todo lo contrario.

Millones de personas anónimas ha debido abandonar sus hogares sus terruños y dejar atrás toda su historia por la persecución, la miseria y la muerte. Pese a la firma de la Carta de Declaración Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948 que debía poner una valla las brutalidades que se vieron tres años antes, ello no se respetó. El caso de los palestinos expulsados a punto de fusil entre 1946 a 1948 por las milicias sionistas es uno de los escándalos históricos que aún no ha sido resuelto por la “Comunidad internacional” y que el actual régimen que ocupa Palestina pretende extender con las usurpaciones de todos los territorios árabes. 

El fenómeno de los refugiados y los desplazados no solo continuó sino que se ha agravado de forma escandalosa en el nuevo siglo y los responsables de todo ello parecen no darse por aludidos ¿Quiénes han sido los promotores de la generación de estas catástrofes humanitarias?

La destrucción de Libia en 2011 por la OTAN no sola trajo la miseria y la inestabilidad a la vida de sus habitantes sino también la instauración del caos general, la inseguridad y en dicho marco el establecimiento de negocios sucios como la esclavitud y el tráfico de personas quienes pasaron a ser la mercancía de las bandas que a diario cruzan personas de a miles intentando cruzar a Europa. Dentro de este siniestro circuito también se producen violaciones, abusos y el tráfico de niños para ser vendidos en redes de prostitución tanto en el Golfo Pérsico como dentro de la Unión Europea.

Dentro de este marco de cosas la intermediación de Naciones Unidas ha sido alevosamente contradictoria. Tras autorizar (por presiones de Hillary Clinton) mediante la resolución 1973/11 la intervención militar de la OTAN (y con la participación de grupos terroristas Takfiristas) que causo todo este desastre humanitario, posteriormente y ya destruida toda la infraestructura del país la ACNUR trata de contener una situación que no puede ser resuelta Pero ¿Quién diablos puede explicar esto? Tal solo en 2018 se registraron 2000 personas ahogadas (hombres, mujeres y niños) por tratar de cruzar el Mediterráneo y ello, no hay que olvidarlo, fue instigado desde occidente ¿Cómo puede Naciones Unidas explicar esto?, ¿Acaso la intervención no era para salvaguardar a los civiles? Los resultados dejaron en claro que para nada.

Algo similar se vio en Siria, donde olas de refugiados debieron abandonar el país para ser alojados en campamentos provisorios en Jordania y Turquía con todas las precariedades y los peligros que ello conlleva. Millones de sirios abandonaron su país para refugiarse en lugares tan lejanos como Argentina para tratar de reiniciar una nueva vida.

La tragedia que deben vivir se ve multiplicada por varios factores que los vuelven aún más vulnerables. La infiltración de bandas de asesinos y grupos terroristas apoyados desde incluso países como los que alojan a los refugiados, convirtió en una encerrona para los mismos civiles que escapaban de las bombas y los supuestos rebeldes sirios.

La justicia sigue siendo una gran ausente en todo esto. A la ya compleja situación en la que se involucran actores de variadas nacionalidades y que actúan bajo cubiertas que distorsionan sus identidades, se suman las presiones a la Corte Penal Internacional (CPI) y otras instancias internacionales por parte de los estados propulsores de estas agresiones.

Como lo hemos dicho antes, se trata de una odiosa y elástica interpretación sobre el alcance de los derechos humanos que los gobiernos responsables y por intermedio de los medios han logrado mantener en el margen de conocimiento de la opinión pública mundial. Cuando sirve para manipular los sentimientos colectivos direccionado a golpear convenientemente a algún actor político se deja entrever esta realidad ¿Recuerda aquella imagen de ese pequeño niño sirio con pantaloncitos azules y remera roja que apareció ahogado boca abajo en las playas de Turquía en 2015?, ¿Por qué cree usted que se hizo viral esa triste imagen?

Los medios occidentales no tardaron en señalar su proveniencia siria para de esa manera, culpar de esta tragedia al “malvado” Bashar Al Assad, quien por ese momento era el blanco de una campaña feroz para demonizarlo con la evidente intensión de recrear una dinámica como fue puesta a rodar contra Iraq en 2003 y Libia en 2011. Mientras Obama y su Secretario de Estado Hillary Clinton se hacían los compungidos ante los medios, sus agencias de inteligencia y el Pentágono cada uno organizando a sus propios grupos profundizaban sus operaciones clandestinas dentro de Siria. Ni al Departamento de Estado norteamericano ni a la CNN, ni mucho menos a la BBC británica le importaba la muerte de los niños sirios. Solo se interesaron en este caso por una cuestión de oportunidad y nada más.

Era un niño llamado Alan Kurdi que como miles de sus compatriotas trataban de huir de la violencia que había sido llevada por grupos proxies apoyados por occidente (como “Jabbat Al Nusra, ESL, el Estado Islámico” entre otros) que con apoyo de algunas monarquías del Golfo, Francia y de Israel, buscaban destruir la república árabe siria y partir su territorio bajo un esquema confesional delineado de antemano en Washington.

Estos planes fracasaron y hoy por hoy los mismos que llevaron el caos a Siria ha reestablecido relaciones con Damasco. Ciertamente que París, Washington y Londres busquen hoy día congraciarse con Siria no paga ni pagará el daño causado. Pero los ciudadanos sirios que resistieron esta maquiavélica planificación no olvidan ni cuales fueron esos gobiernos (entre ellos el Saudita) que se ensañaron contra ellos ni el lamentable papel de Naciones Unidas que no hizo nada para frenarlos.

 

 

 

jueves, 16 de diciembre de 2021

 

“CUMBRE BORRASCOSA”

Por qué la cumbre por la democracia organizada por Joe Biden no significa nada

 

Por Dany Smith

La Cumbre por la democracia convocada por el presidente estadounidense Joe Biden el 9 de diciembre pasado, ha dejado un sabor a nada, algo que era esperable. Se trató sin dudas de un nuevo intento del marketing de la Casa Blanca para alinear a los países tras suyo usando una supuesta dicotomía entre “democracia” y “autoritarismo” colocándose como líder la primera y a Rusia, China y otros estados como miembros del segundo grupo.

Se trata de una nueva novela de “buenos y malos”, un refritado de la maniquea política exterior de Washington que mucho daño ha traído al mundo y que desde el 2001 con la administración republicana de George W. Bush y todo el arco neoconservador, sembró el caos y la inestabilidad en el Medio Oriente causando como efecto dominó una interminable oleada de refugiados sobre Europa y una catástrofe humanitaria. 

Precisamente, desde aquella época Washington además de haber mentido a su propio pueblo y al mundo sobre los argumentos que fundaban esa “guerra contra el terrorismo” (un fabuloso negocio para la industria armamentística y la Comunidad de Inteligencia), ha sido artífice de la violación de la ley internacional (mediante guerras preventivas y ocupaciones ilegales) y de los derechos humanos de millones de seres humanos. Sobre esto curiosa y odiosamente casi de forma contemporánea se ordena el traslado de Julian Assange a los EEUU lo que significará quedar en manos de los mismos verdugos que sus informes denunciaron. El detalle no es menor y por el contrario, sumado a todas las arbitrariedades y brutalidades que quedaron expuestas con el movimiento “Black Lives Matters”, hace a este otro precedente ineludible para tomar en serio a semejantes propuestas.

Con esta convocatoria Biden ha tratado de comprometer a sus interlocutores en una nueva mística global que trata de recrear las épocas de la guerra fría que enfrentaba al bloque de la libertad encabezado por EEUU que representaba a occidente y al bloque soviético oriental dirigido por aquel entonces desde Moscú. Pero, la misma propuesta también ha demostrado ser poco consecuente con esas intenciones.

Según Biden, EEUU debe hacer frente a las autocracias que avanzan en el mundo, un discursillo que en Argentina ha sido tomado como bandera por embaucadores y filibusteros intelectuales que escondiendo sus verdaderas filiaciones ideológicas se presentan como “republicanos populares” o estridencias similares para denunciar a los presuntos autócratas dejando de lado, todas las arbitrariedades y reales violaciones a los derechos humanos que cometen ciertos estados.

¿Quiénes son los democráticos y quiénes los autócratas? Esta debería ser la primera cuestión a responder. Desde ya debemos decir que esta respuesta es muy difícil de precisar. Y es que si revolvemos entre los aliados de Washington veremos varios casos que despertarían la confusión. Si la democracia es la principal preocupación de Biden y Cía ¿Qué podría decir el mandatario norteamericano de colegas como Erdogán en Turquía, de Vicktor Orban en Hungría o del primer ministro israelí Naftali Bennet para nombrar a los más salientes? Si ellos están en la lista de este club selecto no es precisamente por respetar los derechos humanos ni mucho menos, la ley internacional. La única cuestión del por qué ellos son miembros es por ser aliados estratégicos de los EEUU y nada más.

Estos tres ejemplares no parecieran encajar en el ideario que Biden vende al mundo. Primero, el mandatario turco Recept Riyip Erdogan quien además de sus antiguas vinculaciones con las redes terroristas que se extienden por el Cáucaso (que trataron de complicar a Rusia tras el desmoronamiento de la URSS) y que desde el 2011 (con la cooperación de la OTAN) bajaron al norte de África y Oriente Medio, vinculadas a la Hermandad Musulmana (creada por Gran Bretaña en el siglo XX),  lleva en su haber incontables denuncias por violaciones a los derechos humanos sin contar las agresiones a Siria e Iraq y su implicancia en el surgimiento y apoyo del “Estado Islámico”. No hay que olvidar que Erdogan ha sido un cooperador central en la agenda geopolítica de Washington contra Siria y un aliado estratégico para los atlantistas.

El respeto o no de los derechos humanos es una cuestión de hecho que no puede disfrazarse con meros discursos o con coloridas cumbres.

El caso de Viktor Orban no dista mucho de su colega turco. Un ultranacionalista que presentado por Washington como un “demócrata liberal” detesta a los inmigrantes, coopera para mayor injerencia de occidente en la región y que abiertamente se alinea contra Rusia, es uno de los socios estratégicos para la OTAN y es por ello, que se hace la vista gorda a sus abusos. Junto a Polonia y Ucrania, por estos días ambos están facilitando los movimientos de la OTAN en torno a las fronteras de la Federación rusa. Pero a pesar de este dejar hacer, los anglosajones le profieren a su gobierno y a los húngaros en general un trato ciertamente despectivo.

Que podría decirse del actual primer ministro israelí Naftali Bennet que los palestinos no sepan. Un extremista sionista que se cree iluminado y que considera a su pueblo “superior” y por ello puede suprimir con total impunidad a otros. Un sujeto que no ha tenido el mínimo escrúpulo en sentenciar públicamente que “matar árabes no trae consecuencias”, dejando bien en claro el racismo que lo ilustra pero que también es representativo de una buena parte de los israelíes que ocupan Palestina. Como tal es quien encabeza un estado que instiga y ejecuta cruentas acciones contra otros estados (bombazo a Beirut) con ambiciones colonialistas y expansionistas que oprime a la población árabe-palestina por lo cual tiene en su haber incontables casos de violaciones a los derechos humanos y en el cual además, la tortura es legal.

Pero más allá de estos contradictorios ejemplares a los que quizá incluya en el argumento de los retrocesos democrácticos, si en realidad Biden estuviera interesado en la promoción de la “democracia” la cumbre debería haberse realizado en un ámbito en el que todos, incluyendo a los que arbitrariamente discrimina como “autocracias”, tuvieran la posibilidad de dar sus puntos de vista sobre su preocupación.

Con esto a la vista se puede intuir que lo único que está buscando la administración demócrata es tratar de alinear a sus colegas europeos quienes están pasando por una agitada transición política que como se ha visto con los acercamientos franco-italianos amenaza con terminar con la UE y con ello, restar adherentes a la OTAN,

Como han señalado algunos polítologos, más allá de la esterilidad de esta cumbre la misma ha servido para dejar en claro que Washington tiene una concepción muy propia de lo que entiende por “democracia” y pese a las arbitrariedades que ha cometido en el presente siglo no ha cambiado nada.

domingo, 12 de diciembre de 2021

 

“UN SOCIO NADA FIABLE”

¿Qué influencia puede tener sobre Argentina el resultado de las elecciones en Chile? Cuando el pasado te condena

 

Por Javier B. Dal

Cuando la FACH colaboró en las operaciones de infiltración de comandos del SAS en Río Grande (Operación Plum Duff) durante la guerra de 1982, Buenos Aires trató de mantenerlo en secreto aunque muchos soldados y lugareños fueron testigos involuntarios de aquella traición que expuso el oportunismo no solamente del General Augusto Pinochet Ugarte, sino del estado Chileno. Pero esta no sería la única puñalada trasandina y más cerca en el tiempo lo veríamos en 2017 con las sospechosas implicancias en el ataque al submarino “ARA San Juan”.

Desde las épocas de la Confederación, las tribus araucanas organizadas por militares chilenos que ya estaban influenciados por Londres, cruzaban la cordillera para robar ganado y saquear puestos de avanzada de la gobernación de Buenos Aires. Eso se terminó cuando el Brigadier General Juan Manuel de Rosas decidió armar brigadas armadas con rifles “Winchester” adquiridos a los EEUU que corrieron a estos malones hasta el otro lado de los Andes terminando con el negocio y con las ambiciones de hacerse con los vastos territorios patagónicos.

El recelo chileno es tan extenso como su angosto estado. Todos sus intentos por expandirse al este fracasaron no solo por los obstáculos naturales y la infranqueable cortina de rocas que presenta la cordillera sino y quizá lo principal, por el celo de los pueblos fronterizos guiados por hombres tan apegados al terruño, de carácter sanguíneo y de tozuda convicción, fogueados por la guerra contra los realistas. El puerto de Buenos Aires era en el siglo XIX el más austral y como tal, paso obligado para la navegación comercial proveniente de Europa y eso opacaba a Santiago.

Su intrascendencia contrastaba con la importancia de Buenos Aires que recibía mayor atención en cuestiones comerciales vinculados con la agro ganadería y también el comercio de las telas. La Corona británica advirtió esto y puso manos a la obra para sacar ventajas. A lo largo de las décadas esos recelos fueron muy bien explotados por el Foreign Office que como siempre, mediante sus conspiradores (actualmente institucionalizados en el MI6) y sus variadas mascaras con las que opera en la región tiende los hilos a dos bandas siempre para beneficio de “Su majestad”.

Los negocios están primero y poco le importaba (y le importa) a Londres quien ocupe la casa de la moneda. Fue por ello que el MI6 y sus colegas hemisféricos apoyaron la empresa de Pinochet y luego mientras oficialmente Chile se declaraba neutral en la guerra de Malvinas, clandestinamente la junta militar chilena prestaba colaboración a las operaciones británicas.

Los militares chilenos eran inmisericordes con sus conciudadanos al momento de actuar. Si alguien no acataba una orden de alto simplemente era acribillado, o si alguien trataba de resistirse podía morir a golpe de culatazos. Eso lo sabían muy bien en Londres y en especial el Foreign Office pero, el régimen de Pinochet era estratégico para sus intereses geopolíticos.

Eso no quería decir que la diplomacia entre Santiago y Londres se viera afectada. Por el contrario, las reclamaciones de Westminster al régimen militar chileno eran una tapadera ante la opinión pública de las buenas y convenientes relaciones existentes que se llevaban por debajo de la mesa. Son dos dimensiones completamente separadas.

Si bien Londres imposto públicamente una cierta crítica a nivel diplomático por el golpe de estado de Pinochet en 1973 y recibió a muchos refugiados que huían de Chile, el MI6 colaboro con gran entusiasmo y en coordinación con la CIA y la ASIS australiana con la DINA para coordinar acciones represivas en Chile y el resto del Cono sur. Incluso, la inteligencia chilena a cargo del General Manuel Contreras fue la que con el asesoramiento del MOSSAD ejecuto el atentado con una bomba lapa contra Orlando Letelier en Washington sin que aquello hubiera despertado algún reclamo oficial contra Tel Aviv.

La ayuda dada por Chile a Gran Bretaña en 1982 fue reconocida personalmente al mismo Pinochet por Margaret Thatcher tal como vemos en la fotografía de 1998. Esta es la simbología de una relación que perdura hasta el presente.

En la década de los ochentas, las preocupaciones de Londres por manifestaciones nacionalistas en Argentina con los alzamientos “carapintada” de 1987 y el ascenso político del ex Teniente Coronel Aldo Rico estrecharon aún más la colaboración entre la por ese entonces Central Nacional de Informaciones (CNI) y el MI6. Otro que compartía preocupaciones era Israel, muy interesado en la situación del programa de misiles “Cóndor” al cual se habían unido Egipto e Iraq y que según algunas fuentes, fue desarrollado y utilizado en operaciones reales por Iraq contra Irán. Con la asunción en 1989 de Carlos Menem a la presidencia, se desactivo el proyecto y entrego toda la información a EEUU causando un suspiro de alivio en Londres y Santiago de Chile.

Actualmente y tras años de una estabilidad política y económica admirable, Chile pareciera que tendrá un presidente de la extrema derecha que además de refrendar estas relaciones con Londres, lo hará en detrimento de la Argentina. Los comentarios del candidato ultraderechista José Antonio Kast dejan en claro que hay cuentas a saldar con su vecino. Hay en esto un motivo de seria preocupación para Buenos Aires que va más allá de los cacareos de personajes funcionalmente intrascendentes como Estela de Carloto o funcionarios de segunda línea del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Pero Kast no es la única amenaza por venir. Incluso él por su ideario no es el único que podría representar relaciones más tirantes con la Argentina. La extrema izquierda liderada por el candidato Gabriel Boric es la cara de una misma moneda. Desde hace tiempo que Chile es una amenaza para la integridad territorial y económica de Argentina solo que no existe un liderazgo político en Buenos Aires que se atreva a reconocerlo. Santiago de Chile tiene una política de estado para con su vecino y no la cambia con cada presidente que asume. Chile a diferencia de la Argentina cuenta con un estado planificado y una infraestructura económica tolerablemente aceptable mientras que en Argentina no hay una economía sana, el estado es tan deficiente y extenso que ya se puede decir que carece de forma y para financiarlo requiere de una carga tributaria insoportable.

Mientras Chile tiene una organización institucional predecible y un camino geopolítico bien trazado, Argentina sigue en el limbo de la medianía (interna y externa) y ello (como lo vemos desde hace 38 años) no lo lleva a ninguna parte.

Desde 1982 todos los gobiernos argentinos han abandonado los asuntos estratégicos del estado y ello ha repercutido en un deficiente desarrollo macroeconómico que actualmente se ha vuelto endémico. Una educación cada vez más deficiente y mediocre ha redundado de forma directa en la incapacidad de crear polos de desarrollo tecnológico propio a fin de trazar estrategias para un crecimiento competitivo real. También ha redundado en una mediocridad dirigencial incapaz de planificar políticas externas con una orientación geopolítica propia y duradera que resuelva la actual crisis estructural. Sumado a ello, el mantenimiento de viejos discursos que solo buscan limpiar la cara de sus propias responsabilidades no ayuda a salir adelante.

Otra deficiencia argentina es la ceguera de sus políticos. Creen que no atender o no ver una situación, la misma dejara de existir. Esto en referencia a la situación de ocupación británica en el Atlántico sur en la que Chile presta cooperación y que sin dudas, es un asunto que le queda muy grande a toda la clase gobernante que desde 1983 viene ocupando el poder. Este dejar hacer le ha costado al estado argentino -entre otras cuestiones- perder el control de sus aguas jurisdiccionales en el atlántico sur y con ello la pérdida de miles de millones de dólares anuales por el zaqueo pesquero, la explotación de recursos petrolíferos y el no cobro de impuestos de pesca.

En perspectiva, queda claro el desbalance institucional entre uno y otro estado. Mientras el estado chileno es consecuente con su agenda estratégica para la región, el estado argentino no sabe a donde va. En este sentido Chile tiene una conciencia clara de cómo proteger sus recursos y de ser posible, acceder a los de sus vecinos y para ello lleva adelante las inversiones que sean necesarias. Sobre ello, la libre maniobrabilidad de su Armada sobre los mares del sur patagónico que se enmarcan en los últimos avances sobre la plataforma marítima argentina, deja en claro como la política de estado chileno va por un lado y la partidaria por otro.

Sobre esto mismo, la participación de Chile en este escenario es innegable y Buenos Aires pocas o mejor dicho ninguna medida ha implementado para contra restar dicha presencia. Precisamente, la herramienta con la cual el estado argentino debería implementarla (Armada) está prácticamente inoperante gracias a la clase política que gobierna. Pero aún peor. La clase política es completamente obtusa y carente de visión para entender la gravedad de esto y de las consecuencias a mediano plazo.  Al contrario de esto, Chile tiene muy clara su intensión en el sur y cuenta para ello con un músculo bien ejercitado y una determinación con respaldo político más allá del partido que ocupe el gobierno.  

Para finalizar, el estado chileno es un obediente subalterno de Washington mientras que la Argentina como una veleta de vientos va y viene y hoy por hoy se ve bajo un gobierno “progresista” (nada realista) que dice una cosa, hace otra y al público termina diciendo otra muy diferente. Es por ello que no importa quien gane las elecciones en Chile, sea la ultraderecha de Kast o la ultraizquierda de Boric, cualquiera que sea el triunfador respetara la estabilidad institucional y con ello toda su planificación geopolítica que comparte con Gran Bretaña teniendo como vecino a un estado en crisis, sin identidad ni orientación política ni mucho menos, una geopolítica clara.