jueves, 6 de enero de 2022

 

“UNA RETORICA RETORCIDA”

Las pretensiones de Washington y Bruselas de no detener la expansión de la OTAN han encontrado una decidida resistencia de Rusia que trata de ser vencida con argumentaciones anacrónicas y poco sustanciales. El 10 de enero próximo Moscú planteará a Washington un plan para superar esta situación ¿Será aceptado o Washington y Bruselas trataran de imponerse por la fuerza?


Por Charles H. Slim

Los asesores y material bélico de la OTAN se siguen movilizando a Europa del este y pese a ello, solo hay un silencio sordo desde Naciones Unidas que hace como si allí no sucediera nada. Sobre el papel de las Corporaciones de medios anglosajonas no hace falta algún comentario ya que son la caja de resonancia de la visión de Washington. Eso no puede sino traer malos augurios pero no para solo para la región euroasiática sino incluso, para todo el mundo.

En Kiev, el gobierno del presidente Volodymir Zelensky apuesta a jugar rudo o al menos, a mostrar desde lo discursivo una postura inflexible con Rusia creyendo que Washington y la OTAN estarán para respaldarlo en el terreno ¿Pero eso es real?

Desde una perspectiva política y de cara a la opinión pública, Washington y Bruselas están dispuestos a respaldar a Ucrania en su intensión de volcarse al bloque euro atlantista pero ello no se traduciría en una intervención militar directa y mucho menos, utilizar sus capacidades nucleares como carta de intimidación contra Rusia. Zelensky no debería ser tan cándido y más bien debiera revisar un poco la historia para ver quienes son los que terminan poniendo los muertos por las sugerencias angloestadounidenses.

A estas alturas, los argumentos de La Casa Blanca además de poco creíbles encuentran limitaciones intrínsecas para un relato veraz.  

Y estos límites se encuentran reflejados en situaciones muy concretas: Una inexplicable estrategia para-legal de Washington (apoyada por la ONU) con la cual intervino en otras naciones; problemas entre algunos miembros de la Alianza (que podrían disgregarla) y una superioridad técnico militar rusa ineludible (entre los que se cuentan los misiles hipersónicos) que podría terminar definitivamente con el hegemonismo estadounidense.

Es por ello que sus estrategas y expertos en medios buscan huecos y fisuras en los argumentos políticos discursivos rusos para sostener su preocupación por la expansión de la OTAN y la continuidad de EEUU por penetrar en Eurasia a toda costa. En resumen, sus medios y sus “Think Thank” tratan de demoler la política de multipolaridad que Moscú viene impulsando desde aquellas jornadas en que el entonces presidente de Venezuela Hugo César Chávez Frías contagió con su entusiasmo a un curioso Vladimir Putin en 2006 que recién venía a medio camino de reconstruir la potencialidad político-militar.

Esta multipolaridad que choca con los intereses de la unipolaridad norteamericana, es una verdadera concepción de una geopolítica que realmente respeta la pluralidad de voces y deshace el mando único  que Washington (con un puño de hierro revestido de un guante de seda) ha ejercido con total libertad desde 1990 hasta no hace mucho, casualmente, cuando Rusia en 2014 decidió que no permitiría que el terrorismo de manufactura occidental (ISIS), destruyera al estado sirio y luego pudiera mudar a gusto y conveniencia sus operaciones al Cáucaso y al Asia Central (como lo pretenden con ISIS-K) para establecer el caos contra la Federación rusa.

A partir de entonces, se le puso un límite claro a las movilizaciones de occidente y más allá de que sus medios y sus “tanques de pensamiento” acusen una recurrente falta de memoria para recordar los golpes que recibieron en Siria por la intervención rusa, los jefes militares del Pentágono, sus asesores de inteligencia y los políticos más preclaros del Congreso saben que no hay margen para molestar de frente al Oso ruso. Por el contrario, seguirán con sus golpes bajos y zanjadillas mediante (otras tácticas) la implementación de todo tipo de sanciones comerciales.

Es por ello que la táctica que actualmente están desplegando desde Washington, es la de buscar un consenso en la opinión pública entre sus países aliados y entre aquellos países que se mantienen al margen sobre la necesidad de este avance para protegerles ante un supuesto peligro ruso e incluso, tratando de convertir a los neutrales, en fervientes aliados de la OTAN. En esta lista están Finlandia y Suecia, quienes mantienen con Rusia un extensa frontera y claro, una historia de conflictos y desavenencias que hoy por hoy, los medios anglosajones pretenden explotar para contener a Rusia.

Para la OTAN Finlandia es una barrera estratégica que mantiene una relación con cierta tensión con Rusia. Igualmente y pese a la historia conflictiva entre Helsinki y Moscú, la moderación y el acercamiento ha primado como forma de descomprimir sus relaciones. Pero a pesar de que a los anglosajones les vendría muy bien que estas relaciones se tensaran y entraran en una nebulosa de desconfianzas, los mismos finlandeses y en particular su gobierno, están conscientes de estas intensiones y es por ello que se mantienen alejados de sus cantos de sirena y de las ofertas de “colaboración” provenientes del oeste.

Algo similar sucede con Suecia, quien ha tenido históricas rencillas con Rusia, particularmente en lo que hace al dominio del Mar Báltico, tampoco forma parte de la OTAN pero a diferencia de Finlandia, no ha permanecido muy neutral y en cierta medida coopera con algunos movimientos políticos claramente coordinados desde el Departamento de Estado norteamericano y la ineludible cooperación de Bruselas (como fue el caso de Alexei Navalny).

La retórica anglosajona (EEUU y Gran Bretaña) trata de voltear la realidad en el terreno mediante argumentos retorcidos y claramente sacados de contexto. A la cabeza de esta tarea están (como no podía ser de otra manera) los medios corporativos y sus desinformadores prime time que no dudan en seguir sosteniendo bulos como el “Russia-Gate” o cambiar el significado de las palabras acorde y conveniencia de La Casa Blanca. Uno de los argumentos más graciosos que repetidamente surgen de medios como CNN es la supuesta ambición internacionalista de Rusia como tratando de hacer creer, que Vladimir Putin pretende revivir a la URSS. Tan inverosímil y desatendibles son estos argumentos que ni los mismos politólogos de casa, se ocupan por desmentirlos pero aun así, son vertidos para el consumo de la opinión pública.

EEUU y sus vasallos europeos pretenden seguir expandiendo su influencia político-militar mediante la OTAN y al mismo tiempo, pretenden que Rusia lo acepte. Cualquiera puede ver que aceptar semejante pretensión es como dejar que un verdugo te pase una soga por el cuello para luego (y cuando lo crea conveniente) patear el banquillo donde estás parado. Así es como si dudas lo ve el presidente ruso Vladimir Putin quien está determinado a que esto se detenga.

La narrativa anglosajona para justificar su apetito expansivo es claramente artificiosa y solo busca en la opinión pública un fin efectista, que nos retrotrae a las viejas épocas de la guerra fría con historias y trascendidos oscuros de esa rancia propaganda anticomunista que pintaban a los rusos como demonios ateos. En resumen de cuentas, esta se centra en la reedición de la propaganda “macartista” de la décadas de los cincuenta y sesentas (1950/1960) ayornada a las actuales circunstancias en las que ni el Comunismo soviético existe ni las ambiciones de reeditarlo son políticamente viables.

Pero en realidad y ello no hay que perder de vista, es que Rusia y todo Oriente está bajo un asedio anglosajón que pretende anexar más estados para que se conviertan en sus vasallos y como tales, alojen en sus territorios bases militares y silos de misiles nucleares que apunten a Rusia y China y eso es algo que Moscú (y claramente China) ya ha dejado en claro que no tolerara. 

Ante esto, las opciones para Washington y sus socios se reducen a dos posibilidades: O aceptan el mapa que Moscú le propone en el cual los norteamericanos y la OTAN retiran sus fuerzas (incluyendo sus misiles) de estados títeres como Polonia, Hungría y Ucrania a Europa occidental o se arriesgan a quedar involucrados en un posible escenario de potencial conflicto con una escalada progresiva convencional con posibles implicancias nucleares ¿Quién tendrá los nervios para soportar esta tensión?, ¿Será Biden o Putin?

domingo, 2 de enero de 2022

 

“ISRAEL BEHIND”

Si el mundo debe regirse por reglas ¿Por qué no se aplican a un estado agresor, con ambiciones colonialistas y que vive violando los derechos humanos? No puede haber tales reglas sin una aplicación igualitaria

 

Por Dany Smith & Yossi Tevi

El capítulo VII de la Carta Orgánica de Naciones Unidas, en su artículo 39 prescribe: El Consejo de Seguridad determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión y hará recomendaciones o decidirá que medidas serán tomadas de conformidad con los Artículos 41 y 42 para mantener o restablecer 1a paz y la seguridad internacional. Aquí se define con claridad lo que significa un acto de agresión.

El prefacio es a cuento de los ataques aéreos llevados a cabo entre el 7 de diciembre y la madrugada del 28 de diciembre por Israel contra el puerto sirio de Latakia. Para los sirios es otro episodio artero de un enemigo que siempre se halla agazapado para golpear. Aún se sienten las consecuencias de lo ocurrido en el puerto de Beirut en agosto 2020 y en lo cual, nadie en el Líbano se cree que Tel Aviv se encuentre ajeno a ello.

Pero más allá de los daños causados en las instalaciones portuarias de Latakia y en los almacenes donde se guardaban alimentos, toneles de aceite para motores y otros implementos mecánicos, el acto puede interpretarse de dos formas: Una como un acto de agresión condenable y previsto en la Carta de la ONU y otra como una demostración de impotencia y desesperación en la elite política del ente sionista.

Al parecer los israelíes no se ven impedidos por la cepa de “Omicron” para movilizarse y causar daño.

Desde el ángulo de la agresión que es, no hay lugar para medias interpretaciones ni argumentos que puedan justificar esta nueva acción israelí. Incluso las autoridades sirias habrían detenido a una red de espías que se hallaba en la localidad siria y por medio de la cual se habrían coordinado los ataques. Nada que los sirios desconozcan de su enemigo más enconado. La saña de Israel por tratar de destruir a la república árabe ha ido demasiado lejos y como lo ha demostrado en lo que lleva de historia como ente político, no le importan los medios para conseguir sus fines.

Su naturaleza agresiva y prepotente se corrobora en la ocupación colonial de Palestina que a pesar de la multimillonaria inversión que Tel Aviv realiza en relaciones públicas y propaganda (apoyada especialmente desde EEUU), no pueden tapar la entidad y variedad de las múltiples violaciones a los derechos humanos que se llevan adelante contra la población palestina, contra los estados vecinos árabes laicos y con veladas injerencias (junto a sus colegas de la CIA) en la península arábiga (Yemen) y en la violencia que sacude el Cuerno de África (en especial en Sudán).

Sabemos bien que mientras se impulsan estas bestialidades, ONG s financiadas por organizaciones sionistas con ancla en el continente americano y Europa occidental (pantallas del Mossad), donan dinero, prestan ayuda humanitaria y otras dádivas a los refugiados árabes-islámicos que fueron obligados a huir por las bombas, la persecución y la violencia creada por los estadounidenses e Israel. Que mejor demostración del significado de perfidia y sadismo, que jugar psicológicamente con las víctimas.

A Israel le importa tanto su política de relaciones públicas como su capacidad militar ya que hace de la primera, una táctica más de la segunda. Pero hoy por hoy, con la conducción política de un criminal como el primer ministro Naftaly Bennett quien no tuvo reparos en reconocer públicamente que “matar árabes no trae consecuencias”, cualquier política de relaciones públicas (por más costosa que ella sea) poco servirá para tapar la basura que produce su mandato.

Lamentablemente, los israelíes de buena voluntad caen en la misma bolsa de embusteros que autodenominados “sionistas liberales”, impostan una preocupación falsa por la agresividad de Tel Aviv. Solo se trata del viejo juego del “Good Cop and Bad Cop”, nada más.

Esto es muy importante de señalar ya que, desde no hace mucho se suele escuchar a varios informadores y periodistas pro-israelies, algunos de ellos empleados en los medios estadounidenses una actuada preocupación por los musulmanes “Huigur” en China o por los refugiados afganos (quienes también son musulmanes), pero en la vida jamás se les escuchó una palabra por las calamidades a las que fueron sometidos los iraquíes, los sirios o por las aberraciones de los detenidos sin juicio en antros como Guantánamo. Solo son meras actuaciones y jamás se les pasaría por la cabeza mostrar un ápice de la misma indignación por el sufrimiento de los musulmanes palestinos ¿Qué es eso? Simplemente la prueba de una farsa hipócrita que responde a un interés geopolítico que baja de la Casa Blanca y que al mismo tiempo no molesta a Israel.

Ciertamente que lo que sucede en Palestina es gravísimo y para muchos como es mi caso, intolerable. Pero a pesar del maquillaje que los medios occidentales untan sobre las acciones del estado de Israel y la descarada complicidad de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), los pueblos del mundo árabe-islámico y todo el oriente están muy al tanto de cuál es la verdadera visión de lo que la población palestina debe soportar. A contramano de esto, están muchos gobiernos en especial las monarquías árabes del Golfo quienes han normalizado sus relaciones con Israel priorizando los negocios por sobre el inenarrable sufrimiento de la población palestina.

Por el contrario, quienes siguen apoyando a Palestina sufren agresiones y el constante asedio como le sucede a Siria, Yemen y a Irán y como el que sufrieron de forma indescriptible Iraq y Libia.  El último ataque a las instalaciones portuarias sirias son la demostración de esto y ello debería ser condenado directamente y sin titubeos por Naciones Unidas, como lo harían de forma presurosa y sin contemplaciones con cualquier otro estado que actuara de semejante forma. Si no se produce una renovación en este organismo el poco crédito del que goza, promete un mundo más inseguro y caótico. Tal vez sea esto lo que buscan Tel Aviv y Washington.

viernes, 31 de diciembre de 2021

 

“CRÓNICAS DE UNA POLITICA CRIMINAL”

La actual crisis global no pasa por el inflado problema de una supuesta cepa de COVID sino por la muy advertida inconsecuencia política y moral de quienes se denominan democráticos. Cuando el dedo no puede tapar el sol

 

Por Charles H. Slim y Ali Al Najafi

Era el 2017 y una nueva carnicería se estaba preparando en Iraq y los bocones volvían a atacar una vez más (tal como reza la letra de una canción de “The Smiths”[1]) en franca alusión a los medios de desinformación anglosajones. Según estos sectores “EEUU se preparaba a liberar a los iraquíes de ISIS”, un argumento tan falaz como la misma entidad de esta banda seudo-islamista. Lo que si fue muy real para los iraquíes fue el descarnado barbarismo con el que los “libertadores” barrieron Mosul sin ninguna contemplación en distinguir entre blancos militares y civiles.

La esposa de Qusay Saad, su hijo de cuatro años y su hija de 14 meses se encontraban entre los ocho civiles muertos cuando la escuela donde se refugiaban fue atacada con un ataque aéreo de precisión en Mosul en enero de 2017. Su desgarrador testimonio fue levantado por varios medios entre ellos el New York Times al cual le dijo: “Lo que sucedió no fue la liberación. Fue la destrucción de la humanidad”.

El testimonio de este residente de Mosul es solo uno de miles a quienes la “Coalición contra el terror” liderada por EEUU les han arrebatado lo más preciado e irremplazable como es la vida de un hijo, sus mujeres o como se visto en muchos casos, a toda su familia[2]. Miles son las mujeres y niños que perecieron en aquella oportunidad bajo los escombros de la segunda ciudad más importante de Iraq. Los conteos y reportes de fuentes estadounidenses no son fiables ya que bajo el argumento de “daño colateral” tienden a ocultar un gran porcentaje de las bajas civiles. También no se cuentan quiénes amenazados o simplemente eliminados por el régimen de Bagdad, nunca darán el testimonio de lo sucedido. Igualmente las estadísticas que se han ventilado en las últimas revelaciones son suficientemente espantosas como para ilustrar una realidad aterradora que no les conviene a los burócratas de Washington y sus socios alrededor del globo.

Los esfuerzos por tratar de tapar estas brutalidades también lo vemos en amañadas producciones cinematográficas[3] tan creíbles como la versión política de Washington.

Los sobrevivientes de cada una de estas familias pasaron a ser fantasmas dentro de una realidad terrorífica de confusión, arbitrariedad y muerte. A la censura implementada por los medios de los “libertadores” además debían guardarse de las arbitrariedades de los matones del régimen títere de Bagdad quienes se creían con derecho a vengarse contra ellos por el solo hecho de ser sunitas. Nadie les ha escuchado y mucho menos alguien ha respondido a sus situaciones. El “gobierno de Bagdad” es una mera extensión político burocrática de Washington y desde la invasión angloestadounidense en 2003 los iraquíes no tienen una representación real de sus intereses y mucho menos el respeto de sus derechos, entre los cuales está el de acceder a una administración de justicia debidamente confiable.

Los medios occidentales han tapado todas estas brutalidades anteponiendo al monigote de “ISIS” como el único responsable de lo que le sucedió a Iraq. Pero ello es una falacia a doble banda. Se sabe que la aparición del ISIS en junio de 2014 se dio en el marco de una planificación inter agencias de inteligencia y complicidades (entre kurdos del Clan Barzani, la CIA, un sector de los Baasistas e Israel) en la búsqueda por derrocar al gobierno árabe sirio para instaurar una situación de anarquía tal a la que británicos y franceses (con la cooperación de las monarquías del Golfo) crearon en Libia tras la intervención de la OTAN en 2011.

Los ataques aéreos tripulados y no tripulados se volvieron una cosa común para los iraquíes quienes ya venían sufriendo estos machaques desde 1991 tras aquella guerra que le dio a Washington la excusa para penetrar en la región y establecer bases en suelo saudita y kuwaití.

Pero estos episodios no sucedieron solamente en Iraq. La lista de este tipo de crímenes de guerra es larga y los países donde se han cometido son varios. El caso de Ahmed Salem Bin Ali Jaber, un imán yemení que en agosto de 2012 vio como su familia era arrebatada por el bombazo de un Dron estadounidense que de forma silenciosa y sin que nadie lo advirtiera, se retiró impune de la escena del crimen. El caso de Jaber es uno de todos esos episodios.

Su caso fue presentado a la justicia estadounidense (del agresor) y como era de esperar, con el paso del tiempo fue cajoneada bien al fondo del archivo. Algo anda muy mal en la “tierra de la democracia liberal” ¿O solo es una percepción equivocada?

Ciertamente que algo anda muy mal en este país. Un estado que violenta los derechos humanos de semejante manera, que no hace nada por indagar los casos que se denuncian, que aplica la tortura de forma sistemática y muy bien comprobada (Guantánamo, Abu Graib, Bucca, Bagram entre muchos otros campos de concentración)[4], que coopera con estados militarizados como Israel que llevan adelante similares y extendidas políticas de atropellos a los derechos humanos (porque los palestinos también son seres humanos) y que se niegan a reconocer el Estatuto de Roma que conformó la instancia internacional de la Corte Penal Internacional, hombre!, claro que algo anda mal en los Estados Unidos de Norteamérica.

Cuando un estado lleva adelante este tipo de acciones ¿puede luego pretender juzgarlas? Esta es una situación que se ha venido tolerando de forma cínica y vergonzosa sin distinciones entre demócratas o republicanos y la razón de ello radica en que ambos responden al mismo sistema que responde al Establishment. Incluso la propia población afroamericana y latina son frecuentes blancos de todo tipo de atropellos y abusos por el solo hecho de sus condiciones ¿Qué clase de democracia puede ser esta?

A la luz de esto, la concepción democrática de EEUU es tan arbitraria como sus formas de “difundirla”. Si bien la libertad refiere a una elección voluntaria, el país del norte usa todos los medios para instaurar regímenes adictos a sus políticas. Para ello no solo usa la conspiración, las armas, la tortura y las bombas para democratizar países sino también cuenta con una infraestructura burocrática propagandística que, bajo la máscara de “promover la democracia” (National Endowment for Democracy -NED-)[5] en realidad se encarga de reclutar y financiar voces disidentes (entiéndase contra gubernamentales) pero lo más importante de sus objetivos es la elaborar las hipótesis, argumentaciones y los supuestos para justificar todo aquello.

Los antecedentes son contundentes. No hay manera de explicar lo inexplicable y mucho menos, hay derecho adquirido para sermonear al resto del mundo sobre quién es y quién no es democrático. Incluso parece un gran sin sentido, ver como quienes destruyeron la vida de miles de personas pretenden brindar un servicio de justicia por hechos cometidos por sus propios poderes ¿Qué diablos es eso?; ¿Dónde están las instancias judiciales internacionales? Creo que debe tenerse como un principio universal, una combinación entre lo que refirió Montesquieu al hablar de la división de los poderes y lo que dijo Justiniano[6] que yo simplificaría en un refrán que rece “nadie quien es parte no puede ser juez y verdugo al mismo tiempo”.  

 



[1] Banda Británica de pop que tiene un tema titulado “Bigmouth Strikes Again”

[2] WSWS.ORG. “Los archivos de víctimas civiles” documentan la barbarie del imperialismo estadounidense en Irak y Siria, Joseph Scalice, 24 Diciembre 2021, https://www.wsws.org/es/articles/2021/12/24/pers-d24.html

[3] “MOSUL” es una película guionada y dirigida por el director estadounidense MATTHEW MICHAEL CARNAHAN para NETFLIX que precisamente desvía la vista de lo que ocurrió en esta ciudad iraquí centrando el relato en ISIS como el enemigo y sacando de la escena cualquier incumbencia estadounidense. Para los iraquíes, una farsa más de la industria anglosajona.

[4] Tal vez sean los más conocidos ante la opinión pública pero no son los únicos. Según el escándalo de los vuelos secretos de la CIA, EEUU mantenía en varios países, instalaciones secretas donde se torturaban ciudadanos (en especial musulmanes). También para escapar a la legislación internacional, algunos navíos de la Armada mantienen instalaciones similares.

[5] Un Think Tank norteamericano que asesora indistintamente a demócratas como a republicanos https://www.ned.org/

[6] Conocido como Justiniano El Grande, fue el emperador de Roma de Oriente autor del Corpus Iuris Civilis en el cual consagro el principio "Nemo esse iudex in sua causa potest" que significa que nadie puede ser juez en causa propia.

lunes, 27 de diciembre de 2021

 

¿ES UN BUEN MOMENTO PARA UNA GUERRA?

Hay posibilidades de que EEUU trate de salir de la depresión económica iniciando una guerra con Rusia ¿Vale la pena correr el riesgo?

Por Charles H. Slim

Esta es una de las preguntas que los generales de la OTAN y sus colegas del Pentágono se estarían haciendo desde hace varios meses y que al verse atascados por Rusia en el Mar Negro necesitan responderla. Pero antes de dar una respuesta a esta cuestión, los planificadores de un posible Armagedón contra Rusia estos burócratas militares deberían considerar varias situaciones.

Primero que todo, Washington debería moderar al Secretariado de Bruselas ya que la OTAN no podría llegar a movilizarse sin el liderazgo de EEUU. Si bien el Secretario general Jens Stoltenberg es un conspicuo y activo funcionario que busca mantener la cohesión entre los miembros europeos y sus patitos feos (Polonia, Bulgaria y Turquía) quien tiene la última palabra es Washington.

Pero no solo es la palabra lo que se espera de Washington, sino y lo más imprescindible es, disponer de sus capacidades óptimas de movilización y posible confrontación. En ese sentido hay que preguntarse ¿Cuál es la situación de la flota de guerra de los EEUU?, ¿Son ciertos los informes de serias dificultades en sus capacidades logísticas? Son varias las fuentes que alegan un serio problema en la Armada.

Al parecer la situación de pandemia de Sars-CoV2 ayudo en mucho a retrasar las mejoras y reparaciones en las unidades de la flota de superficie y ello se traduciría en que el 50% de toda la flota se halla en un verdadero “Stand By” para ser reparada. Ello a su vez, afectaría a su capacidad de transporte, aspecto ineludible para ejecutar una aventura bélica (salvo que Biden pretenda hacerla por “Zoom”).

En lo referente a las deficiencias en su capacidad logística al parecer la actual aparición de “Omicrón” ha dificultado aún más poner en movimiento una posible operación de logística bélica. Costos, falta de personal (entre ellos renuentes a vacunarse) y contra tiempos en muchas de las reparaciones de unidades vitales para el transporte pesado están frenando la disponibilidad. Estas mismas dificultades se ven en las actividades navales civiles y comerciales que han disparado los precios de alquiler de contenedores de los anteriores 4000 dólares a 20000 dólares cada uno.

Para muchos estos se debe a la oleada de terror informativo sobre la variante Omicrón que baja de la administración Biden y que lleva a que muchos literalmente no quieran tocar el picaporte de su automóvil para ir a trabajar o a ocupar sus puestos en las bases donde prestan servicio. Sin dudas que esto ha afectado duramente la psiquis de los estadounidenses y por supuesto, su moral para combatir en sus tropas y de su población para aceptar una nueva guerra que sin dudas no tendrá una causa justa.

Sin dudas Trump y su gente observan felices la debacle de la administración demócrata que para peor, está llevando a la Unión a una crisis económica sin precedentes haciendo realidad los temores de los neoconservadores y su prole de ver como China se vuelve un imperio comercial con seguras posibilidades de extender su modelo político a Occidente.

Igualmente no se engañe. La administración Biden no ha abandonado los principales ejes de la estrategia global norteamericana. Aún mantiene una política hostil, pero bajo cuerdas hacia China por el asunto de Taiwán (AUKUS y el QUAD); continua su intromisión en Iraq y en Siria. Mientras La Casa Blanca habla de liderazgo, democracia y la búsqueda por sanear los problemas de su predecesor, los hechos dicen otra cosa. Por ejemplo, la retirada de Afganistán el 15 de Septiembre pasado no fue sino, un cambio de estrategia y el reemplazo de tropas convencionales por programas de “contrainsurgencia” compuestos por mercenarios y agencias de inteligencia (léase ISIS-K) que buscaran desestabilizar al Taliban.

Pero las actuales expectativas de Biden, de su Secretario de Estado y sus generales en el Pentágono se centran en Rusia y ello parece una obsesión que podría costarle muy caro a los EEUU. Su administración, pese a las críticas pre-electorales de sus predecesores, está invirtiendo muchos recursos en Ucrania para que el gobierno de Volodímir Zelensky se vuelva la extensión de la OTAN y con ello, Kiev aniquile a los independentistas ruso-parlantes y recupere el control del Donbass. Si eso sucede, no cabe dudas de que la OTAN instalara una base en esta región oriental del país poniendo sus silos de misiles y aviones a minutos de Moscú.

Pero la dialéctica discursiva Washington y sus vasallos es la de hablar de “una amenaza de invasión rusa” cuando son ellos mismos quienes han trasladado tropas y equipos desde EEUU y Europa. En definitiva, un absurdo tan evidente que se puede graficar con esa metáfora tan utilizada en la que pretenden que no se vea el elefante en una sala.

Para ello se hacen algunos retoques a los hechos históricos hablando de que “Rusia invadió Crimea en 2014” haciendo extensiva esta hipótesis a la sublevación de las poblaciones de Donetsk y Lugansk tras el golpe en Maidan. Ciertamente, las tropas rusas si se estacionaron en Crimea pero no fue necesario disparar un solo tiro ya que la operación fue tan rápida que las guarniciones ucranianas simplemente para cuando sus soldados terminaron de ponerse sus uniformes no pudieron acceder a sus puestos. Otra falacia es la referida a la situación del este. Ninguna unidad rusa cruzo al Donbass en 2014, aun cuando el ejército ucraniano y grupos de mercenarios alquilados por los oligarcas sionistas de Kiev intentaron a posterior y de forma infructuosa retomar el control de la región. Simplemente porque muchas unidades blindadas y acorazados del ejército regular decidieron pasarse al bando de los autonomistas logrando un respetable poder de fuego. Pero todo eso no lo vera en una historia de los medios anglosajones.

En esta empresa también acompañan (como no podía ser de otra manera) Londres y su punta de lanza mediática que junto a la DW alemana, elaboran informes sesgados y truculentos, claramente predecibles tratando de conmover a una opinión pública muy poco receptiva a creer en sus versiones.

A pesar de todo esto y de los discursos del respeto a la ley internacional con los que Biden y sus funcionarios hacen gala en sus discursos ante los medios (cuando aún se mantienen aberraciones como la que sucede en Jerusalén y la situación en Palestina), por sus cabezas están meditando si es o no un momento propicio para una guerra ¿Tolerarán lo estadounidenses otra aventura mesiánica como las de sus predecesores o acaso están tan enfermos como sus políticos?, ¿O el dinero vuelve a pesar más que los cadáveres que se apilaran por estas criminalidades?

sábado, 25 de diciembre de 2021

 

“IMPUNIDAD EN BEIRUT”

¿Cuáles son los factores que obstaculizan saber la verdad sobre la monstruosa explosión de agosto 2020?

Por Charles H. Slim

Los libaneses han sufrido por décadas los enjuagues políticos que tanto Francia, Israel como EEUU han tratado de orquestar en búsqueda por controlarla y de ser posible convertirla en una anexión del colonialismo israelí. Todas las condiciones han estado dadas para que ello fuera posible. Un estado árabe multi confesional (compuesto por musulmanes chiitas, sunitas, drusos y cristianos) ha sido campo fértil para crear divisiones internas que han sido funcionales a los objetivos políticos de estos actores.

Pero a pesar de esos factores y de su pequeñez geográfica no ha sido posible disgregarlo. Los franceses como actores colonialistas europeos tras su salida del Líbano en 1946 y a lo largo de los años tuvieron mucho que ver con la instigación de rencillas contra los musulmanes quienes fueron adquiriendo un papel preponderante en la identidad del país. No hay que olvidar que por esa misma época al sur, los británicos que ocupaban Palestina se veían entrampados en el juego sucio y el terrorismo de los grupos sionistas con quienes Londres había pactado entregarles en bandeja esos territorios.

Desde la instauración de Israel en 1948 (apoyados por EEUU y la Europa Occidental) se instaló un nuevo elemento de desequilibrio geopolítico regional que afectaría al Líbano y desde allí no se detendría hasta el presente.

En noviembre de 2019 tras extraños ataques y atentados de forma anónima se hizo circular por WhatsApp un video que mostraba como los cristianos del barrio “Ain Al Remmaneh” insultaban a los chiitas. Ello desato enfrentamientos entre cristianos y chiitas hasta que unos días después se descubrió que ese video era antiguo ¿Quiénes se benefician con este enfrentamiento? No ciertamente los libaneses. La explosión ocurrida el 4 de agosto del 2020 en horas del mediodía de Beirut podría inscribirse en esa larga secuencia de hostigamientos y juegos sucios que buscan su desestabilización.

Captada por un centenar de teléfonos móviles que en esos momentos se hallaban en diversos lugares de la ciudad, la explosión que se elevó como un hongo nuclear sobre el área portuaria de Beirut y que su onda expansiva barrio con centenares de apartamentos y casas en un radio de 10 kilómetros, rápidamente trató de presentárselo como la explosión de un “arsenal de Hesbolah” y cuando no pudieron acreditarlo de forma creíble rápidamente apuntaron a un supuesto depósito de Nitrato de Amonio, un fertilizante que en ciertas condiciones puede ser usado como explosivo. Por supuesto, el depósito tenía que ser de Hesbolah. 

Pero ni uno ni otro de estos supuestos fueron debidamente acreditados. Cuando ni siquiera los informes (léanse inventos) de los servicios de inteligencia no podían probar que allí hubiera armas y explosivos, pasaron a centrarse en el Nitrato de Amonio como causa de la deflagración y desde allí a conectarlo infundadamente con la resistencia chiita y Teherán. Pero ¿Cómo o por qué estallaría un acopio de este químico agropecuario?; ¿Estalla por el simple contacto con fuego? Esas son cuestiones que aún no pudieron ser respondidas.

Para muchos esto se trató de una operación negra como el bombazo que asesinó al primer ministro Rafiq Hariri en febrero de 2005 y que mediante fuertísimas presiones externas se trató de culpar a Hesbolah. También allí la hipótesis de un vehículo cargado con explosivos conducida por un “kamikaze” (respaldada por discutidos investigadores alemanes) no encajaba con el daño causado (sobre los cuerpos, los vehículos y el suelo) y con rastros químicos hallados en el lugar que evidenciaban un explosivo de una calidad (con nanopartículas de Uranio) del cual solo disponían fuerzas militares de algunos países entre ellos, Israel.

Aquellas evidencias, sumadas a muchas otras y todas ellas conectadas como un puzle llevan a una estremecedora conclusión: Un pequeño misil de apenas unas decenas de centímetros lanzado desde un Dron pudo ser el verdadero ejecutor de ese magnicidio y el mismo método pudo usarse en agosto del 2020.

Pero eso no conviene al relato israelí y fue por ello que los obsecuentes neosionistas y sionistas argentinos no tardaron en dar sus puntos de vista alegando a “una chispa” o un “incendio” como el detonante de aquel espantoso hongo y allí se terminaron las explicaciones. Como se dice por aquí, “mejor no hablar de ciertas cosas”. Tal vez habrían podido engañar a muchos de sus interlocutores o incluso, convencerlos de que Tel Aviv estaba ajeno a esto. Pero el problema es que, además de que sus argumentos no son creíbles, así no funciona este elemento químico, plantado como la hipótesis estrella de esas fantasmagóricas camionetas en las aún no esclarecidas explosiones de 1992 y 1994 en Buenos Aires. Solo en condiciones muy especiales y con un detonador calculado para ese fin podría crearse una reacción explosiva que no puede emular una detonación nuclear y eso lo saben muy bien los propios expertos israelíes.

Detonaciones como la que se ve en la fotografía captada en Yemen en Mayo del 2015 hicieron sospechar que los sauditas estaban usando bombas nucleares tácticas que solo su socio secreto podría habérselas proporcionado

Y es que las posibilidades de un atentado con un artefacto nuclear táctico (plantado o usando un vector lanzado desde un Dron a gran altura de dimensiones imperceptibles) comenzó a rondar por las redes provenientes de expertos conocedores de esta tecnología. Entonces la pregunta es ¿Tiene Israel armas nucleares? Claro que sí. Y desde hace mucho tiempo que las tiene y muchos saben que en el complejo de “Dimona” se han perfeccionado lo que se llaman “armas limpias” es decir, que no dejan rastro de radiación. Esta opción fue contemplada en 2007 para atacar a Irán, operación que fue abortada por la intervención a último momento de Washington. Entonces ¿Dónde estuvo la OIEA y las debidas inspecciones de Naciones Unidas sobre las instalaciones de Dimona? Una vez más queda de relieve la aplicación relativa y segada de la ley internacional.

Cualquier alusión a un episodio nuclear fue rápidamente desmentida, incluso por funcionarios del gobierno libanés quienes condicionados por una presión socio-político-económica insoportable, se alejaron de ese supuesto. Una explicación salomónica sería, “fue un accidente”. Pese a que según fuentes confiables eran dudosos los informes de los inspectores de la OIEA que referían a no detectarse aumento en los niveles de radiación, las posibilidades de que ello hubiera sido así eran muy factibles. Descartar un golpe nuclear táctico fue y sigue siendo un apresuramiento indebido.

Estas evaluaciones no se condecían con los efectos y las evidencias fílmicas de la explosión. Además, lo ocurrido no fue algo nuevo. No era la primera vez que semejantes explosiones fueron vistas en la región. En escenarios como Iraq, Siria y el Yemen, se vieron varias de estas explosiones y causalmente en todos ellos en los que Israel (y por supuesto los EEUU) intervino e interviene de forma encubierta.

¿Y qué se dice de esto en Argentina? Como siempre debemos hacer una clara distinción entre la capital y el interior del país ya que la percepción es muy diferente. En Buenos Aires la influencia de los partidarios (que incluye a los medios de comunicación) pro-israelies es patente y en ese sentido cualquier evento que complique a Israel es convenientemente silenciado o maquillado y en este sentido, lo ocurrido en Beirut paso muy inadvertido por los sagaces periodistas argentos.

Para estos sectores lo ocurrido en agosto 2020 fue responsabilidad del “Partido de Dios” Hesbolah al cual estos sectores acusan sin pruebas (salvo que los informes de la CIA y el Mossad sean considerados como tales) de los atentados en Buenos Aires. Fuere por un supuesto depósito de armas o uno de Nitrato de Amonio para fertilizar cultivos y reverdecer campos de golf, la explosión para estos sectores fue culpa de los chiitas “pro iraníes” dejando clara su ponzoña islamófoba y antisemita (dado que los árabes también son semitas). Es allí donde radica el encono de los sionistas que sigue dejando en evidencia que no hay límites (y Naciones Unidas no sirve para ello) para sus acciones y que la República Islámica de Irán es una obsesión geopolítica que no pueden quitarse de la cabeza.