“LOS
DEDOS EN LA RATONERA”
Cuando
el cazador cae en su propia trampa. Una crisis económico-social más profunda
aguarda a Occidente por las arrogantes medidas de La Casa Blanca y entonces ¿Quiénes
respaldan a Biden?
Por Charles H. Slim
Cuando
el presidente Joe Biden y su gabinete de neoconservadores disfrazados de
demócratas lanzaron el bombardeo de saturación financiera sobre la economía de
la Federación Rusa y una insidiosa campaña de acusaciones falsas (Bucha) todos
se restregaron las manos y con una mueca sonriente en sus rostros esperaban que
dichas sanciones mataría dos pájaros de un tiro: Ahorcarían a la potencia
euroasiática y ello crearía un caos social y político contra el gobierno de
Vladimir Putin quien tras semejante catástrofe sería colgado por una turba
furiosa en la Plaza Roja.
Pero como estamos viendo, algo salió mal. Ni la
economía rusa ha sido estrangulada ni Putin ha perdido el apoyo de su pueblo. Al
mismo tiempo, las acusaciones de supuestas ejecuciones sumarias en Bucha
repentinamente han sido calladas en los medios ¿Y por qué de ello? Simplemente,
tras haberse pesquisado a los supuestos ejecutados se ha comprobado que todos
ellos ya habían muerto mucho antes de que les ataran las manos y les vendaran los
ojos para simular una ejecución. Pero ¿Qué sucedió?, ¿Quiénes fueron entonces?
Ellos habían muerto por las esquirlas metálicas de municiones prohibidas del
fuego de artillería ucraniana. Una vez más, se dejó en evidencia el accionar de
la maquinaria de propaganda y desinformación occidental direccionada desde
Washington.
¿Puede sorprender esto? Estos embustes ya vienen desde
hace tres décadas siendo una marca registrada. Los psicopáticos del neocon que
han hecho de estas medidas, un arte en la guerra psicológica con las cuales han
destruido naciones, a advertirse estas inconveniencias rápidamente perdieron
sus sonrisas y poco a poco han empezado a perder su fe en “sleepy” Biden quien
pareciera aún no darse cuenta que sus errores podrían costar mucho más a los
EEUU y sus socios europeos que lo buscado contra Rusia.
El congelamiento y saqueo de los activos de “Gazprom”
en bancos de occidente (incluyendo los 300 mil millones de dólares del Banco de
Rusia) simplemente carece de un justificativo legal. La actual opinión pública
ya no se traga los discursos de la Casa Blanca y mucho menos le cree los
motivos por los cuales está metiéndose en Ucrania. Podrá ser presentado como
una represalia contra Rusia o un simple asalto a los bienes económicos del
enemigo ruso (lo que implica una declaración de guerra) pero nunca (como los
medios occidentales pretenden), una medida sustentada en la ley internacional;
en éste último caso, si existiera una pieza legal que le permitiera ello habría
que cuestionarse ¿Quién le otorgo legitimación a Washington para implementarla?
Al parecer se han dado cuenta que pretender cortar el
abastecimiento del gas ruso a Europa y arruinar la economía de Rusia fue una
efímera ilusión.
La respuesta de Vladimir Putin a esta táctica de
terror netamente financiero que enlaza a la banca occidental (Wall Street y La
City) fue simple y punzante: “Ahora si quieren gas, habrá que pagarlos en
rublos”. Para muchos banqueros y economistas de la línea liberal eso era una
broma y nada más, pero al parecer no lo fue en absoluto. Polonia y Bulgaria,
dos países que se han puesto a complotar contra Rusia y a las órdenes de
Washington han sido los primeros en conocer la decisión de Rusia y simplemente
no les causó risa. Por el contrario, además del pánico que ello desato en los
funcionarios de ambos estados, los teléfonos en la Casa Blanca no pararon de
sonar para preguntarle a Biden ¿Y ahora qué haremos?
La misma preocupación, aunque mucho más disimulada
ronda en el Bundestag y en los despachos del primer ministro Olaf Scholz quien
apelando a una obsecuencia brutal, intentando cumplir con las espectativas de
Washington y Bruselas tratara de resistir comprar gas y petróleo aún a riesgo
de arruinar su propio sistema productivo. Para confirmar esta posición el 1º de
mayo su gobierno dejaba en claro que “apoyaría” el embargo de petróleo ruso
como parte de un sexto paquete de sanciones, una decisión que ya está trayendo
consecuencias para los alemanes de a pie.
Todo este descalabro económico propiciado por las
sanciones ordenadas por Biden aún no tiene previsibilidad aunque se puede
intuir que no traerán nada bueno.
Por supuesto que estas inquietudes han tratado de
mantenerse calladas en el país de la “democracia y las libertades” pero, como
siempre sucede y contra lo esperado por los políticos, ello se termina sabiendo.
De esta forma el presidente polaco Duda y el búlgaro Rumen Radev han dejado
entrever su pánico ante la decisión rusa de cortar el suministro de gas y todo
por seguir las ilegales instrucciones de Washington.
Similar preocupación esta sacudiendo a otros gobiernos europeos en especial al alemán quien se ha convertido en el vasallo más estrecho y obsecuente de las locas decisiones de Washington que claramente empujarían a que la guerra se desborde de las fronteras ucranianas.