miércoles, 27 de abril de 2022

 

“UNA FALSA CONTIENDA”

¿Por qué la propaganda anglófila que los medios occidentales difunden sobre la existencia de una guerra entre las democracias y las dictaduras es un engaño?

 

Por Charles H. Slim

Las actuales circunstancias geopolíticas que sacuden al mundo han dado origen a varios slogans que desde distintos actores políticos y mediáticos tratan de resumir el trasfondo que subyace. Obviamente, cada uno atendiendo a sus propios intereses pero respondiendo a la línea política de Washington. Uno de ellos es aquel que reza sobre la supuesta guerra “entre la democracia y las dictaduras” que desde Washington y sus repetidoras en el hemisferio se trata de instalar.

Se trata de un nuevo episodio en la táctica por demonizar al enemigo poniendo maniqueamente a unos de un lado y a otros del otro.

Este particular slogan es el que surgió desde la plataforma electoral de los demócratas liderados por Hillary Clinton y Obama que apoyaron a la candidatura de Joe Biden y quien una vez en la Casa Blanca ha puesto en agenda para concretarlo en políticas activas. Obviamente, Biden encabezaría al bloque de la “democracia” y Rusia y China al de las “dictaduras” que amenazan a la humanidad. Como se ve, una muestra del simplonísmo sobre la interpretación de la realidad.

Como no era de extrañar, sus acólitos liberales en Sudamérica (Argentina en particular) levantaron con gusto este slogan y hoy forman parte con sus posturas discursivas, de la propaganda anti rusa y tendenciosamente sinófoba aprovechando las actuales circunstancias en Ucrania.

De esta forma plantean una falsa dicotomía que esconde la argucia discursiva de una lucha épica entre “buenos y malos”. Una de las acostumbradas difusoras de estas esnobistas posiciones es Elisa Carrió, una diputada argentina trasuntada en varios espacios políticos (funcional al Establishment) quién presentándose como revestida y pretendida moral religiosa, no ha escondido su pasión por el sionismo y por ende, justificando sus arbitrariedades y criminalidades en Palestina. En realidad, ello no sorprende dado que forma parte del arco anglófilo argento que, apelando a esta falsa dicotomía, busca retornar al poder con alguien que no sea Macri. Para este sector, la actual guerra entre Rusia y Ucrania es una lucha global entre las democracias y las dictaduras.

Ciertamente que lo que estamos presenciando en Ucrania, es una guerra hibrida con alcance global, pero no se da por las causas y los actores que estos propagandistas de occidente dicen. En su relato no aparecen los antecedentes de la actual crisis y si los nombran lo hacen de forma segada y recortada. La existencia del “Banderismo” ucraniano como militancia filonazi y de su apoyo por la CIA y el MI6 en épocas de la guerra fría y que hoy se refuerza contra Rusia es algo es algo que trataron de esconder bajo la alfombra. Una vez más queda expuesto la hipocresía y las contradicciones de los “demócratas liberales” ¿Dónde está la supuesta preocupación por los crímenes de odio que se radian desde aquella ideología?

Es muy posible que estos obsecuentes argentinos ni sepan de esto demostrando que -como sucede muy seguido- hablan (en especial Carrió) de cosas que no saben o también no quieren ver.

Incluso y más allá de los objetivos que Rusia trazo en el desarrollo de la Operación Especial para desmilitarizar a Ucrania y las bajas causadas por dicho accionar, quienes desde occidente sustentan al gobierno de Volodymyr Zelenzky son los mismos que ahora buscan extender la guerra a costa del sufrimiento de los civiles ucranianos algo para lo cual, se apoyan en la nada democrática medida como es la censura.

Sumado a esto, la conspiración, la propaganda, la intriga y las intervenciones bélicas siguen siendo las fórmulas de Occidente para (anteponiendo la democracia y los DDHH como excusas) poner de rodillas a los países.

Desde esta perspectiva ¿Son democráticas estas acciones sabiendo que ello solo redunda en la calamidad para los civiles y la estabilidad de la propia Ucrania y quizá de toda Europa? ¿Qué tiene de democrático impulsar una escalada (proporcionando armas) que extenderá la guerra y solo beneficiará a la industria bélica? Para encubrir todos los negocios e intereses que se persiguen por detrás de estas aparentes y beneméritas intenciones, se ha colocado esta máscara discursiva de una supuesta lucha entre demócratas y dictadores que simplemente es falsa. 

En EEUU hay una parte de la elite política que sigue apostando por revivir la hegemonía intervencionista (financiada por la Complejo Industrial Militar) a costa de cualquier precio. Para eso (y como hicieron en el pasado) necesitan de las armas pero a diferencia de ayer, hoy el Pentágono cuenta con una nueva generación de generales libre pensantes y críticos que no concuerdan con los enjuagues políticos como los que los neocon y sus aliados han montado en el pasado y que han terminado en costosas guerras. Es aquí, justamente en Washington donde existe una lucha feroz y que nada tiene que ver como la democracia sino más bien por el poder. 

Incluso dentro del partido republicano hay una fractura muy clara sobre las políticas de Biden en Ucrania que claramente apuestan por una guerra duradera que terminará arruinando a la economía de Unión y del globo.

Quienes actualmente se presentan como demócratas e instructores de los derechos humanos han sido los instigadores de la actual crisis. El solo hecho de proporcionar apoyo a grupos de asesinos nazi ucranianos como “Azov”, “Aidar” y el “S14”, deja en entredicho aquella pretendida calidad democrática. Como lo han hecho desde los últimos treinta años hasta esta parte, los gobiernos anglosajones trabajan bajo cuerda y en secreto, tendiendo estrategias sucias mediante operaciones subversivas como forma de seguir extendiendo la OTAN al Oriente. Ayer los extremistas islamistas (Al Qaeda y el ISIS) y hoy, son los patrocinadores del extremismo ultraderechista eslavo que rinde culto al nazismo y a la limpieza étnica contra los rusos. Entonces, sobre la base de estos hechos ¿Pueden autoproclamarse demócratas aquellos que incurren y quienes asienten en el impulso de estas estrategias de fomento del terror y la inestabilidad?

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