viernes, 22 de julio de 2022

 

“FALSA SINONIMIA”

Las violaciones a los derechos humanos de la población palestina siguen siendo un tema imposible de tapar para Israel y ha usado toda clase de argumentos incluyendo los semánticos para escapar a las críticas internacionales

 

Por Charles H. Slim  

Cuando observas la realidad que te rodea, percibes imágenes, sonidos y sensaciones de hechos que ocurren ante nuestros propios ojos. El avance de la tecnología ha acortado las distancias y hoy no hay posibilidad de no saber lo que esta ocurriendo en el otro extremo del planeta en tiempo real.

Sacando las opiniones o las pretendidas interpretaciones que los medios hacen de ciertas situaciones, cualquiera puede darse cuenta que lo que percibimos es bueno o malo atendiendo claro, a los valores, preferencias o la ideología que cada uno tenga.

Desde la fundación de Naciones Unidas en 1945 los derechos humanos -en teoría- pasaron a tener un alcance universal, es decir, asequibles y reconocidos a todos los habitantes de este planeta sin distinciones de ninguna clase. En resumidas cuentas, la agresión y el colonialismo eran situaciones que debían cesar. Pero, este organismo no escapa a la naturaleza política de su existencia y tan pronto comenzó a funcionar, paso a demostrar su tendencialidad y parcialidad sobre la observancia del respeto de este principio universal.

La instauración del estado de Israel en 1948 se dio en este marco, pero al contrario de ese principio ello represento el avasallamiento de los derechos de quienes ya estaban en Palestina, los árabes palestinos. Desde entonces el derecho del más fuerte (y el más influyente) se impuso y con ello, dicha entidad lejos estuvo en respetar las normativas de la Carta Orgánica y a la par de esto, mucho más de ser sancionada por sus violaciones.

Su estructuración material se dio desde comienzos del siglo XX y de forma paciente y paulatina los sionistas -con la ayuda de Gran Bretaña- fueron reclutando y organizando células que operarían en Palestina echando mano a todas las tácticas posibles -incluyendo el terrorismo- contra las autoridades británicas y los pobladores árabes.

Esta arbitraria realidad se ha perpetuado hasta el presente y ello ha llevado a que la acumulación de crímenes y violaciones a las leyes internacionales cometidos durante setenta años de existencia de Israel y sus agentes sea imposible de negar. En los primeros tramos de existencia, el ocultamiento de los hechos y su deformación fue fácil de concretar por la cooperación de los medios angloestadounidenses con los que la militancia sionista contaba.

Siempre es importante resaltar que judaísmo no es sionismo. Y es que ésta última es una ideología política creada en el siglo XIX por un periodista judío austro húngaro que soñaba con una “Patria judía” es decir, la materialización territorial del nacionalismo judío. Las intenciones de equiparar ambos términos apuntan a condicionar y censurar las críticas provenientes de la opinión pública bajo la tan mendaz y continua acusación de antisemitismo.  Es por ello que oponerse a él no significa la pretendida judeofobia que muy ingeniosamente tratan de argumentar sus partidarios para censurar a quienes denuncian las arbitrariedades de Israel.

Como todo nacionalismo, el sionismo ha tratado de recrear una épica que de legitimidad al origen de su ideología y cuando ella es discutida o atacada, no tiene límites en contraatacar incluso a los propios judíos que no adhieren. Esto último es lo que sucede con judíos que se oponen a las políticas represivas o directamente a la existencia del mismo estado (judíos Naturei Karta).

Teniendo en cuenta estos parámetros surge falsa la denominación de democracia con el cual se lo describe. Es un estado teocrático y segregacionista -solo para judíos- con disfraz occidental sostenido artificialmente por el poder financiero y militar. La paz no es un negocio para los sionistas y solo con la confrontación pueden mantener el Status Quo de violencia que les posibilita mantener su maquinaria expansiva y colonialista. Por eso la resistencia armada palestina es en cierto sentido, un socio en esta maquiavélica ingeniería que al mismo tiempo, moviliza miles de millones de dólares en financiamiento para armas para defender a Israel.

Las arbitrariedades y los crímenes que se han cometido y se siguen cometiendo por el estado israelí son tan aberrantes como los de cualquier otro régimen impositor agravado por la complicidad de los organismos internacionales que elípticamente responden a los gobiernos anglosajones ¿Qué clase de legalidad es esta? No por casualidad Israel le debe su existencia a Gran Bretaña y tras el final de la segunda guerra es aliado de EEUU y fuera de la vista del conocimiento público coopera estratégicamente con la inteligencia global de la OTAN. La fórmula es clara: Una mano lava la otra y punto.

No hay forma de lavarle la cara a semejante realidad, aún con la ya conocida y muy bien rentada cooperación de la corporación de medios angloestadounidenses. El dinero y sus influencias ya no bastan para alquilar mercenarios de la pluma. Los trucos sucios de ayer ya no son tan efectivos y el habitual sigilo israelí para asesinar a quienes les molesta ya se ha perdido. La montaña de crímenes de lesa humanidad cometidos por este estado contra la población árabe palestina (indistintamente de musulmanes o cristianos) llega hasta cielo y las argucias discursivas algunas de ellas plasmadas legislativamente para censurar sus criticas no legitiman para nada esas bestialidades entonces surge una pregunta ¿Sucumbirá la Corte Penal Internacional a las persistentes presiones políticas del Departamento de Estado norteamericano y de Israel para que no se atiendan esos casos o, será hora de una nueva administración de justicia que garantice el cumplimiento del Estatuto de Roma?

 

 

 

 

  

 

miércoles, 20 de julio de 2022

 

“SLEEPING TO THE EAST”

Could Biden's hurried trip to the Middle East be the last chance for the US to regain lost influence?

 

By Ali Al-Najafi

As Ukrainian forces withdraw in disorder from all fronts and NATO weapons continue to flow uncontrollably into the great black hole that Ukraine has become, US President Joe Biden made a meteoric visit to the Middle East in a desperate search for win back the hearts of the Arabs and at the same time, reinforce their commitment to the illegalities and arbitrariness of the state of Israel.

To try to find a solution to the terrible problem of lack of energy and the high costs of the energy available in the market, a summit was held in the Saudi city of Jeddah, the same one where Kuwaiti and Iraqi representatives met 31 years ago. for the dispute over the “Ar Rumaylah” oil fields that (through CIA intrigue) was used by Washington to make Saddam Hussein fall into the trap that the planned landing on the Arabian Peninsula would give him.

For the more pragmatic, Biden's words are so hollow and without credibility that they only lasted as long as his visit. Even with whom Washington has had the best relationship in the region, it has encountered notable skepticism, and this is not due to mere whims. The double standards and the constant faults have created suspicion in the monarchist elites. Even the Saudis do not forget how the Americans allowed the “Hutie” resistance Drones (some of them provided by Israeli intelligence) to quietly pass through the airspace controlled by AWACS radars and hit their oil terminals and airports. Where? were the commitments for security? Riyadh's response was to knock on the doors of Pekin and Moscow. In this way, several agreements were established through which (and in particular China) came to take an important place in strategic sectors of the peninsula. Obviously, this unleashed anger in Washington and this meant a break in relations that was impossible to solve.

But the need has the face of a heretic and in this case the face is that of Biden who begged the Crown Prince Mohamed Bin Salman to lower the prices of a barrel of crude oil to give air to the hanged US economy. But who put the rope around the neck of the US economy and its Western partners?

Biden was aware that he was going on an impossible mission. Reestablish bonds of trust with someone who has lost trust in you and shows it to you, it is doubtful to believe that it has been reestablished by a whirlwind trip.

It seems that the long-time democrat and defender of human rights Biden forgot the central role that the crown prince had in the execution of the aberrant crime against the Saudi journalist Jamal Khashoggi in 2018 inside a diplomatic mission in Türkiye. If someone is going to believe that “Joe” reprimanded the Riyadh butcher for that fact, you are guilty of being naive. The one who did not forget Biden and the Democratic electoral propaganda was Salman himself, who for a long time has been strengthening relations with Russia (especially with the arms industry) and even, in the current framework of global crisis, refrained from condemning the actions of Moscow in Ukraine.

Similar apathy received from the other Arab governments. Even Iraq, brazenly managed by a CIA agent like Mustafa Al Kadhimi and successor in the collaborationist administrations established since 2003, showed great skepticism towards the words of the US president. Perhaps what really mattered to all these Washington partners was Biden's promise that “the United States will not go anywhere” with which all these corrupt politicians keep the hope of perpetuity and thus they can continue to enjoy impunity in his robbery against his own people.

One point in Biden's meteoric travel agenda was trying to get Israel into the Arab regional structure, something that, despite the connections that already exist between several members of the petro-monarchies and the validity of a discussed “Abrahamic Agreement” signed between Israel and the UAE, the situation of the Palestinians at the hands of the Israeli apartheid regime that continues to usurp Arab territories remains impossible for the common Arab population base to accept.

This is something that is often not said in the analyses, but the perception and belief of the public opinion of ordinary Arab citizens do not share the decisions of their governments at all. One of these decisions is this rapprochement with a racist and criminal state that only survives because of the financial, political and military support of the West (USA and EU).

None of them missed the ulterior motives that the visitor had. Biden sought to align all those involved in sanctioning Iran for its nuclear program. But this is a policy that seeks to directly benefit Israel, something that not everyone is very happy to accept.

There is no unified vision on this situation. While Saudi Arabia, Bahrain and the US have relations with Israel, the Sultanate of Oman and Qatar are not convinced of that relationship and that is why they are not conditioned not to engage with Iran as Biden suggested. In this regard, we must not forget the role of Doha as the venue for the talks between the North American and Iranian representatives to resume the agreement on the nuclear issue.

As things are seen, the US and its British partners can offer these incredulous partners few guarantees, even the same Arabs over and over again used by the Anglo-Saxons to execute their plans today could question what kind of guarantees can an empire in decline give us? with partners as or more decadent?

 

 

martes, 19 de julio de 2022

 

“MATANDO PARA EL LOBBIE”

¿Quiénes fueron y siguen siendo realmente los beneficiados por el terrorismo, las guerras preventivas y el caos perpetuo? ¿Pueden estar trabajando en Sudamérica para replicar esta estrategia? El viejo truco de crear el problema para darte la solución

 

Por Charles H. Slim

El festejo y algarabía de unos jóvenes judíos al ver desde un piso en apartamento en New Jersey[1] como se desmoronaban las Torres Gemelas en la mañana de septiembre de 2001 fue el temprano indicio de quienes (y en parte) realmente estuvieron detrás de aquellos atentados. Con el pasar de los años se puede advertir que el más beneficiado con ese evento que propició la fabricación de la llamada “lucha contra el terrorismo” fue Israel. A partir de allí, aplastar a los palestinos sin la observación critica de la comunidad internacional y de Naciones Unidas fue vergonzosamente tolerada por esa falsa dicotomía planteada por George W. Bush entre quienes “estaban con EEUU o con los terroristas”.

Los responsables van más allá de Benjamín Netanyahu y sus secuaces del estado israelí. Los judíos sionistas estadounidenses del ámbito privado[2] y aquellos que ocuparon puestos clave en la administración de George W. Bush fueron las piezas clave e imprescindibles para poner en marcha campañas militares en beneficio de la geopolítica israelí. La invasión de Iraq fue una de estas instigaciones que fueron elaboradas e instigadas por influyentes militantes sionistas como Richard Perle, Paul Wolfowitz, Douglas Feith entre muchos otros personajes de la misma calaña desperdigados en el gobierno federal y la corporación de medios[3] angloestadounidenses.

Ya conocemos hoy día la verdad que demostró las mentiras y las falsedades que fundaron la invasión a Iraq. George W. Bush y su vice Dick Cheney solo repitieron lo que dichos informes decían, aunque eso no les exculpa de lo sucedido. Ante la revelación de sus mentiras los estadounidenses se han venido preguntando ¿Cómo no se chequearon los datos y las fuentes de estas mentiras? En realidad, no les interesaba por el simple motivo de que (como lo habían hecho antes) los medios lo consagrarían como la “verdad oficial”.

En aquellos momentos y aprovechando el shock por los ataques, los asesores de Bush (casualmente sionistas) fueron quienes dieron las primeras líneas de una mentira que desembocaría en las invasiones a Afganistán e Iraq, más de un millón y medio de iraquíes asesinados, cientos de miles de heridos y otros cientos de miles de musulmanes de varias partes del globo perseguidos, secuestrados y torturados por estos informes.

Richard Perle, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz y “Scooter” Libby fueron una parte importante en la elaboración e instalación de estas falsedades. De cara al público, los medios hablaron de “informes de inteligencia” provistos por la CIA y sus colegas británicos del MI6 pero gran parte del armado del relato sobre las “Armas de Destrucción masiva” (AMD) y la supuesta relación entre “Al Qaeda y el régimen de Saddam Hussein” salieron de estas mentes retorcidas y notablemente maléficas quienes ya habían servido a entes judíos como Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA) y el AIPAC ¿Casualidad?

El caso de Richard Perle[4] es uno de los más destacados. Un funcionario del Pentágono en la era Reagan quien entre 1992 a 1995 intervino (junto al sionista francés Bernard Henri Levy[5]) como asesor del gobierno de Bosnia Herzegovina y estuvo involucrado (junto al asesor Osama Bin Ladem)[6] en el reclutamiento, entrenamiento[7] y armado de grupos extremistas[8] que luego se verían operar en sitios como Chechenia, Afganistán y más tarde utilizados por la contrainsurgencia estadounidense en Iraq. Esto último fue propiciado por las mentiras que Perle pudo colar desde sus influyentes posiciones en la Junta de Política de Defensa y asesor del Pentágono.

El poder de estos sujetos fue tal que sus firmas en memos y los papers, fue suficiente para determinar falsos culpables y hechos que jamás existieron. Los atentados de “Al Qaeda” en África en 1998 no habían bastado e incluso el ataque a la corbeta estadounidense “USS Cole” en Yemen en 2000 tampoco por lo cual era necesario un golpe demoledor directo al inconsciente colectivo de toda la nación y fue así como muy convenientemente se produjo el 11/S.

Desde hacía tiempo que el Lobbie pro-israelí ya en épocas de la administración Reagan (muy preocupados por la Intifada) y que siguieron sin pausa con la administración Clinton venía instigando en el Congreso para abrir un frente contra el mundo árabe-islámico. Aquellos episodios le valieron de argumentos para sostener con mayor firmeza la necesidad de atacar preventivamente y meter a los EEUU en Oriente Medio como un colchón que protegiera a Israel.

Para que ello adquiriera mayor credibilidad era necesario convencer a los militares en el Pentágono (quienes serían los que pondrían el cuerpo) y de eso se encargaron destacados sionistas como Rumsfeld y Wolfowitz -artífices de la guerra preventiva y del Caos perpetuo- quienes ocupando puestos clave en la defensa secundados por otro mentiroso de antología como “Scooter” Libby blanquearon todo este esquema de mentiras que además de favorecer a la geopolítica de Israel allanaría el despliegue del ambicioso Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense (PNAC)[9] que tuvo su antecedente en un informe elaborado por Wolfowitz en 1992 donde se revelaba las verdaderas intenciones del plan (controlar el Golfo Pérsico como trampolín al Asia Central).

Incluso en Septiembre del 2000 (un año antes del ataque) Wolfowitz y sus colegas del PNAC publican un inquietante trabajo[10] donde exponen “proféticos” escenarios que al día de hoy y visto lo que ha sucedido en los últimos treinta años fueron profecías autocumplidas[11].

La campaña de Iraq fue un desastroso fracaso para EEUU pero a su vez una victoria pírrica para Israel ¿Por qué? El gran cuestionamiento público que recibió esta guerra conllevo a la exposición de este complot sionista que a la vista de la opinión pública norteamericana y al advertirse cuales fueron las consecuencias humanas tanto para EEUU como para los iraquíes y los musulmanes en general, ha dejado a la vista la naturaleza del estado de Israel y de sus agentes operando a su favor en las altas esferas del gobierno federal.

Este tipo de estructura viene tratándose de armar en la Argentina aunque los sionistas locales están lejos de tener una organización tan aceitada y compleja como la de sus colegas del norte. Sus principales aliados son sectores financieros y empresarios locales con aspiraciones políticas. Su instigación también pasa más por lo comunicacional y los medios, aunque con alcances modestos. Pero a diferencia de los judíos sionistas anglosajones los sudamericanos se hallan claramente fracturados en su lealtad política al estado de Israel y por ende, poco predispuestos a dejarse usar por los intereses políticos (en especial geopolíticos)[12] que nada tienen que ver con la Argentina.

Pese a ello, los sionistas no judíos argentinos son los más enfervorizados militantes de esos intereses los cuales se entremezclan con (y no casualmente) con los intereses de la OTAN que hoy por hoy se extienden a fomentar la política rusofoba y racista que difunde la prensa atlantista anglosajona tendiente a sostener a cualquier costo el régimen filo nazi de Kiev. El peligro de este activismo político en la región radica en que logre penetrar en un Congreso altamente corrupto y lleno de prebendas partidarias con lo cual, a los problemas estructurales de un país continuamente en crisis se podrían adunar otros mucho más complejos de solucionar.

Así mismo es muy difícil de esperar que los argentinos sirvan de carne de cañón como sirvieron los estadounidenses para los enjuagues políticos de Israel ya que al día de hoy, la información de como son realmente las cosas y que significa el Lobbie pro-israelí para la paz está al alcance de un click.



[1] Horas más tarde del atentado, la policía detuvo a cinco jóvenes que se movilizaban en una camioneta de la empresa “Urban Moving” que reveló varias cosas muy curiosas. Además de cámaras fotográficas y de video que transportaban, los detenidos se identificaron como “israelíes” quienes trataron de hacer valer su influencia para que no los detuvieran. Tras intervenir el FBI las oficinas de “Urban Moving” fueron vaciadas y abandonadas por su propietario quien huyo a Israel. Los cinco jóvenes tras 71 días detenidos fueron deportados y se cerraron las preguntas.

[2] El caso del empresario y especulador Larry Silverstein sigue siendo muy discutido. Casualmente tras haber adquirido las torres unos meses antes las aseguró contra ataques terroristas por la módica suma de 3.500 millones de dólares. A esto se sumó la mudanza de varias oficinas unos días antes del atentado e incluso, la bóveda en el subsuelo donde se guardaban archivos del gobierno apareció vacía.

[3] Personajes tales como William Kristol editor de The Weekly Standard, Robert Kagan y Elliott Abrams son solo una parte de la influencia mediática para el intelectualismo neoconservador en las sombras.

[4] En su carácter de militante pro-Israel, Richard Perle junto a Douglas Feith y otros destacados sionistas en 1996 elaboraron un documento enviado a Benjamín Netanyahu en el que se urgía romper con los Acuerdos de Oslo apelando a la imposición de la paz mediante la fuerza y para ello, el derrocamiento de Saddam Hussein era parte esencial.

[5] Participe e instigador intelectual de la intervención de la OTAN en el norte de África y en particular sobre Libia bajo la máscara de una “Primavera Árabe”.

[6] En ese papel Bin Ladem puso su experiencia como agente de la CIA a cargo de la “Legión Árabe” que había operado en Afganistán durante la invasión soviética.

[7] Cuando en junio de 2014 apareció el ISIS, muchos sospechábamos que habían sido entrenados lejos de donde estaban operando. Sus componentes nada tenían que ver con el mundo árabe y mucho menos de inspiración islámica. En 2012 miembros de grupos salafistas y wahabí afiliados a “Al Qaeda” compraron terrenos en Bosnia donde se instalaron campamentos de entrenamiento militar al mando de Nusret Imamović quien luego pasaría a ser uno de los comandantes del Frente Al Nusra en Siria y luego del “Daesh” en Iraq.

[8] En estas operaciones la participación de Arabia Saudita fue central ya que fue allí donde se aprovecho para exportar la interpretación del Islam “Wahabí” militante utilizado más tarde por la CIA y la OTAN en Iraq, Libia y Siria.

[9] Fundado por este grupo de sionistas y neoconservadores en 1997.

[10] "Reconstruyendo las Defensas de EEUU: estrategia, fuerzas y recursos para un nuevo siglo" (RAD)

[11] Las que se referían a la necesidad de ocupar Iraq más allá de que fuera Saddam Hussein el problema y las que mencionan los ataques “electrónicos” no letales -Ciberataques y el “uso de la guerra biológica como herramienta políticamente útil”. La aparición del SarS-CoV 2 (COVID) en 2019 se ajusta mucho a esta última “profecía”.

[12] Los atentados terroristas de 1992 y 1994 en Buenos Aires son continuamente usados por los partidarios pro-Israel para acusar sin pruebas ciertas la autoría de Irán y del Hesbola libanés, acusaciones que hacen extensible a la muerte en 2015 del fiscal Alberto Nisman.

sábado, 16 de julio de 2022

 

“VIENTOS NUCLEARES”

Por qué es real y muy peligrosa la especulación de una posible acción nuclear en Ucrania. Cuando el derecho humano no forma parte de la democracia

 

Por Dany Smith

Hoy ya no vemos y mucho menos en la primera plana un solo artículo sobre la guerra en Ucrania ¿Será porque las cosas están saliendo magníficamente para la OTAN?; Ciertamente no lo creo así. Para varios expertos militares el ejército ruso ya consiguió concretar sus principales objetivos estratégicos sobre el terreno y si vemos el actual mapa de operaciones nos preguntaremos ¿Dónde esta la heroica resistencia de las Fuerzas Armadas ucranianas?

Igual de mudos están en Washington, Londres y Bruselas desde donde se empujo al servil mandatario ucraniano a creer que lo respaldarían para ganar una guerra que jamás podría ganar. Es tiempo de explicaciones y claramente, no las hay, no al menos fáciles de argumentar. A grandes rasgos podemos esbozar algunas. La primera, falló el arma de la desinformación y la intoxicación demostrando que el mundo anglosajón ha perdido la hegemonía en el discurso. La segunda, occidente ha sido víctima de sus propias trampas extorsivas materializadas en las sanciones extorsivas que funcionaron en el pasado con pequeños estados pero no con Rusia. Para peor, esas mismas sanciones son las que hoy hunde sus economías y alimenta una recesión en ciernes.

Por último, las generosas donaciones en dinero y armas al régimen ultraderechista de tendencia filo nazi conducido por un judío Azkenazi (que a su vez representa a los oligarcas locales) parecen haberse evaporado en medio de una omnipresente y ya conocida corrupción. Lo interesante de estos es saber si los contribuyentes norteamericanos y los británicos cuestionaran estos dispendios cuando ellos mismos están pasando por una severa crisis socio-económica producto de las sanciones de Washington. La salida de Boris Johnson es una clara señal de que el pueblo británico no está dispuesto a seguir pagando aventuras de piratas en otras latitudes.

Joe Biden también está sintiendo el escarnio de los propios estadounidenses quienes día a día cuestionan su administración.

La realidad en Ucrania es contundente e irreversible para Bruselas y Washington.

Todo el este y la línea costera al sur sobre el Mar Azov y el Mar Negro se hallan bajo control de las tropas rusas y de las milicias ucranianas de Donetsk y Lugansk quienes desde hace un mes están supervisando la reconstrucción de las localidades y de toda la infraestructura portuaria dañada durante los combates. Según fuentes del Ministerio de Defensa de Rusia se hasta el momento han destruido 4073 vehículos blindados y otros acorazados, 355 sistemas de defensa antiaérea, 256 aviones e inutilizado 16 aeródromos revelando el costo de las pérdidas.

Sumado a esto, los últimos golpes sobre objetivos militares en Sloviank, el ataque preciso contra el cuartel general de las FAU en Vinitsia, la pérdida de equipos y defecciones en un ya inexistente frente está poniendo en consideración de los personeros occidentales una alternativa peligrosa pero factible de poner en marcha y ella es la alternativa nuclear.

Esto último no significa que EEUU antes no haya echado mano a este recurso en teatros bélicos como Iraq, Siria o haya tolerado su uso a sus aliados contra Yemen. Las armas nucleares no solo son la detonación de un hongo de humo y fuego bestial que se eleva hasta kilómetros sobre el cielo. Hay actualmente armas que (aunque se niegue su existencia) usan el átomo pero descompuesto siendo tan (o más) letal que una detonación solo que la destrucción es más controlada.

El episodio registrado durante la invasión de Iraq por abril de 2003 en cercanías del Aeropuerto de Bagdad, puso en evidencia como la energía nuclear puede ser empleada como fuente de energía de otras armas mucho más compactas, direccionables y dañinas como las denominadas DEW (Directed Energy Weapon) que pueden fundir un carro de combate.

Es evidente que los burócratas en Washington ni mucho menos en Bruselas buscan un enfrentamiento nuclear con una Rusia con las actuales capacidades militares. Incluso aquellas conclusiones a las que el Pentágono, el Departamento de Estado bajo la era John Foster Dulles y la CIA habían llegado en la guerra fría sobre las consecuencias de una guerra nuclear sin dudas hoy día están totalmente desactualizadas. Adunado a esto, la advertida vulnerabilidad de los escudos antimisiles de la OTAN ante los novedosos misiles hipersónicos rusos “Sarmat” y “Avangard”, presentados al conocimiento público a comienzos del 2019 aseguran una catástrofe inmediata, segura y total para todo el hemisferio occidental y a la larga, para todo el mundo.

El escenario se presenta muy claro, pero eso no pareciera importarles a los jerarcas de La Casa Blanca, sus asesores militares y de inteligencia. En realidad no todos los funcionarios en Washington están en esta sintonía, pero Joe Biden y su aureola de neoconservadores parecen convencidos de esto. Esto deja en evidencia que hay un problema muy serio para los propios ciudadanos norteamericanos dentro de los EEUU y ese es que tienen en su gobierno a una secta de fanáticos neoconservadores quienes no les importaría destruir a todo el mundo con tal de lograr su agenda.    

miércoles, 13 de julio de 2022

 

“ARGENTINA SE VENDE ¿QUIÉN PODRIA COMPRARLA?”

Una vez más la Argentina se halla al borde del abismo solo que en esta oportunidad las circunstancias globales empeoran su situación y como sucede cíclicamente, no hay dinero ni asistencia que pueda llegar de afuera  ¿Sobrevivirá el actual gobierno a esta tempestad?

 

Por Charles H. Slim

La crisis económico financiera de alcance global también afecta a la Argentina y aunque parezca una redundancia, su caso tiene matices propios que la agravan. Antes de la pandemia y la guerra en Eurasia la Argentina ya venía soportando una crisis económica y política de índole estructural. Para peor, su situación se agrava por el coma político de su clase dirigencial sospechada de izquierda a derecha de corrupción e ineptitud.

El mundo esta cambiando de forma vertiginosa pero la Argentina permanece bajo los mismos parámetros del quietismo político de una clase política acomodaticia y demagógica alimentado por la abulia y esquizofrenia de su pueblo. Pero eso no es una virtud claramente, es una pésima señal de que las cosas pueden ir de mal en peor si su clase política no atiende a las señales externas.

Los levantamientos en Sri Lanka podrán verse lejos en la distancia pero para nada en lo conceptual referido al hartazgo de los pueblos que se han cansado de soportar gobiernos y a sus funcionarios viviendo en una dimensión paralela lejos de las vicisitudes del común de los mortales. Ese hartazgo se huele en el aire y la paciencia de los simples ciudadanos de a pie parece haberse agotado. La salida de Boris Johnson por la puerta de servicio de Downing Street solo ha sido el fusible que protegió a un sistema político corrupto y criminal como el británico ¿Cuánto podrá durar este sistema? Los límites ente la tolerancia y el respeto a la ley se han difuminado y los medios de cómo expresar el descontento y llevar adelante esas iniciativas alcanzan sitiales nada deseados. El asesinato del ex mandatario japones Shinzo Abe a plena luz del día y ante miles de testigos -más allá de los verdaderos intereses que se ocultan detrás- pone el acento sobre esto y viene a mostrar a los políticos que no están seguros en ninguna parte.

El mismo mensaje esta dirigido a Joe Biden y la pléyade de neoconservadores (instigadores de la guerra perpetua) que lo secundan en la estupidez sobre Ucrania quienes por intermedio de la corporación de medios siguen hablando de democracia, libertades y humanidad cuando en sus propias calles hay policías que violan los derechos civiles y al mismo tiempo rondan psicópatas armados que cometerán masacres sin sentido alguno ¿Democracia?

Argentina no se escapa a esta dinámica. A la inseguridad política se le suma la jurídica que es una constante que perpetua las desigualdades sociales que ya no se toleran. El presidente argentino Alberto Fernández ya no soporta la presión del imperio de la realidad y para ello, su propia vice Cristina Fernández (procesada en varias causas judiciales) parece decidida a sacrificarlo para salvar su propia cabeza si todo se desmorona. El desmanejo uqe se vine viendo de la economía que lleva al país a una posible hiperinflación augura este final.

Sin el menor peso político y sin la más mínima entidad del gobierno, el estado argentino simplemente se halla a la deriva en el mar picado de la geopolítica internacional. Con un gobierno ineficiente y desorganizado que administra un estado canibalizado dirigido por un presidente sin poder, el país ha desperdiciado la oportunidad de capitalizar la falta de fertilizantes, materias primas y de energía que escasean en Europa tras las locas y contraproducentes sanciones emitidas por los EEUU (y seguidas por la UE) contra Rusia.

Una vez más, la oportunidad histórica toco a la puerta de Buenos Aires pero los burócratas de turno la han vuelto a desperdiciar. Y las razones de ello se deben a varias décadas de dejadez, corrupción y clientelismo que ha podrido a las ramas del estado entre ellas, su sistema productivo y logístico comercial. La falta de planes estratégicos para el desarrollo, explotación y exportación de sus propios recursos (ganaderos, agrarios, petrolíferos y gasíferos) es una parte importante de esta situación. Recién hoy los funcionarios ministeriales -en el marco de escases internacional- caen en cuentas de la urgente necesidad y conveniencia de contar con una flota mercante tecnológicamente acondicionada para poder competir en las actuales circunstancias y de la indefensión de sus mares del sur (por la destrucción de las FFAA), depredados impunemente por flotas extranjeras que pagan tributo a los isleños británicos en Malvinas.

El problema con esta repentina preocupación es que es solo una actuación demagógica pero nada más. Además, llega tarde y siendo muy optimistas, el país podría resolver estas falencias estructurales cuando menos en veinte años y ello, si (además de desligarse del lazo británico) se mantiene la constancia y una política de estado coherente.

Su administración política gobernante es tan inconsecuente y patética como su oposición. Los denominados partidarios del campo “nacional y popular” no son diferentes a los anglófilos y los sionistas de la oposición estos últimos buscando emular a sus tétricos correligionarios del norte (AIPAC; IAF; CUFI). En teoría los primeros se alinean con Rusia, China y el mundo islámico aunque solo de forma retórica, mientras que los segundos, con estrechas vinculaciones -ideológicas, culturales y económicas- con EEUU, Gran Bretaña e Israel les facilita los planes a esos estados para desplegar en el país y la región sus intereses.

Ambos han vendido al país, aunque a diferentes intereses, ambos se han servido de las cajas y de las instituciones del estado para fines que no beneficiaron al país. Los primeros, aunque se los pretenda asociar a Rusia y a los sectores de la resistencia global, no califican ni en sueños para esa relación ya que solo son meros estafadores y charlatanes que han depredado el estado bajo el argumento pobrista de una igualdad social que nivela hacia abajo y los segundos, que se presentan como “demócratas” y “civilizados”, los “liberales”, llenan sus bolsillos gracias a los servicios que prestan a los usureros y especuladores de la banca en Wall Street y La City londinense.

En resumen de cuentas, por un lado tenemos una troupe de aventureros populistas (de izquierda y derecha) y a chacales atlantistas por el otro disputándose los despojos del estado de un país con mucho potencial.

Son claramente extremos de una realidad política que no es ajena a la Argentina, pero que aquí se manifiesta de forma clara y grosera. Una pequeña metrópoli como Buenos Aires en manos de estas tendencias anglófilas manejando un enorme territorio de 23 provincias con diversidades, potencialidades y riquezas es algo que no llevó ni llevará a ninguna parte y si la frágil unidad política quiere mantenerse, habría que comenzar a descentralizar ese poder omnímodo que tiene una urbe parcialmente cosmopolita -con algunas embajadas influyentes- que tiene sus ojos y sus intereses puestos  afuera.