sábado, 16 de julio de 2022

 

“VIENTOS NUCLEARES”

Por qué es real y muy peligrosa la especulación de una posible acción nuclear en Ucrania. Cuando el derecho humano no forma parte de la democracia

 

Por Dany Smith

Hoy ya no vemos y mucho menos en la primera plana un solo artículo sobre la guerra en Ucrania ¿Será porque las cosas están saliendo magníficamente para la OTAN?; Ciertamente no lo creo así. Para varios expertos militares el ejército ruso ya consiguió concretar sus principales objetivos estratégicos sobre el terreno y si vemos el actual mapa de operaciones nos preguntaremos ¿Dónde esta la heroica resistencia de las Fuerzas Armadas ucranianas?

Igual de mudos están en Washington, Londres y Bruselas desde donde se empujo al servil mandatario ucraniano a creer que lo respaldarían para ganar una guerra que jamás podría ganar. Es tiempo de explicaciones y claramente, no las hay, no al menos fáciles de argumentar. A grandes rasgos podemos esbozar algunas. La primera, falló el arma de la desinformación y la intoxicación demostrando que el mundo anglosajón ha perdido la hegemonía en el discurso. La segunda, occidente ha sido víctima de sus propias trampas extorsivas materializadas en las sanciones extorsivas que funcionaron en el pasado con pequeños estados pero no con Rusia. Para peor, esas mismas sanciones son las que hoy hunde sus economías y alimenta una recesión en ciernes.

Por último, las generosas donaciones en dinero y armas al régimen ultraderechista de tendencia filo nazi conducido por un judío Azkenazi (que a su vez representa a los oligarcas locales) parecen haberse evaporado en medio de una omnipresente y ya conocida corrupción. Lo interesante de estos es saber si los contribuyentes norteamericanos y los británicos cuestionaran estos dispendios cuando ellos mismos están pasando por una severa crisis socio-económica producto de las sanciones de Washington. La salida de Boris Johnson es una clara señal de que el pueblo británico no está dispuesto a seguir pagando aventuras de piratas en otras latitudes.

Joe Biden también está sintiendo el escarnio de los propios estadounidenses quienes día a día cuestionan su administración.

La realidad en Ucrania es contundente e irreversible para Bruselas y Washington.

Todo el este y la línea costera al sur sobre el Mar Azov y el Mar Negro se hallan bajo control de las tropas rusas y de las milicias ucranianas de Donetsk y Lugansk quienes desde hace un mes están supervisando la reconstrucción de las localidades y de toda la infraestructura portuaria dañada durante los combates. Según fuentes del Ministerio de Defensa de Rusia se hasta el momento han destruido 4073 vehículos blindados y otros acorazados, 355 sistemas de defensa antiaérea, 256 aviones e inutilizado 16 aeródromos revelando el costo de las pérdidas.

Sumado a esto, los últimos golpes sobre objetivos militares en Sloviank, el ataque preciso contra el cuartel general de las FAU en Vinitsia, la pérdida de equipos y defecciones en un ya inexistente frente está poniendo en consideración de los personeros occidentales una alternativa peligrosa pero factible de poner en marcha y ella es la alternativa nuclear.

Esto último no significa que EEUU antes no haya echado mano a este recurso en teatros bélicos como Iraq, Siria o haya tolerado su uso a sus aliados contra Yemen. Las armas nucleares no solo son la detonación de un hongo de humo y fuego bestial que se eleva hasta kilómetros sobre el cielo. Hay actualmente armas que (aunque se niegue su existencia) usan el átomo pero descompuesto siendo tan (o más) letal que una detonación solo que la destrucción es más controlada.

El episodio registrado durante la invasión de Iraq por abril de 2003 en cercanías del Aeropuerto de Bagdad, puso en evidencia como la energía nuclear puede ser empleada como fuente de energía de otras armas mucho más compactas, direccionables y dañinas como las denominadas DEW (Directed Energy Weapon) que pueden fundir un carro de combate.

Es evidente que los burócratas en Washington ni mucho menos en Bruselas buscan un enfrentamiento nuclear con una Rusia con las actuales capacidades militares. Incluso aquellas conclusiones a las que el Pentágono, el Departamento de Estado bajo la era John Foster Dulles y la CIA habían llegado en la guerra fría sobre las consecuencias de una guerra nuclear sin dudas hoy día están totalmente desactualizadas. Adunado a esto, la advertida vulnerabilidad de los escudos antimisiles de la OTAN ante los novedosos misiles hipersónicos rusos “Sarmat” y “Avangard”, presentados al conocimiento público a comienzos del 2019 aseguran una catástrofe inmediata, segura y total para todo el hemisferio occidental y a la larga, para todo el mundo.

El escenario se presenta muy claro, pero eso no pareciera importarles a los jerarcas de La Casa Blanca, sus asesores militares y de inteligencia. En realidad no todos los funcionarios en Washington están en esta sintonía, pero Joe Biden y su aureola de neoconservadores parecen convencidos de esto. Esto deja en evidencia que hay un problema muy serio para los propios ciudadanos norteamericanos dentro de los EEUU y ese es que tienen en su gobierno a una secta de fanáticos neoconservadores quienes no les importaría destruir a todo el mundo con tal de lograr su agenda.    

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