“DISECCIONADO
AL LIBANO”
¿Quiénes y por qué están tratando de despedazar al país de los cedros?
Por
Ali Al Najafi
Para sionistas como Moshe Dayan y Ariel Sharon el Líbano era el próximo
bocado para lograr ampliar las fronteras de un estado nacido de la conquista
bélica. Pese a la influencia francesa y la variopinta conformación identitaria
de la población libanesa, los israelíes tenían en sus planes hacerse con su
territorio para controlar toda la costa que da al Mar Mediterráneo.
La excusa
para incursionar contra el Líbano vino en la década de los setentas de la mano
del ingreso de tropas sirias en 1976, de presencia de la OLP y sus incursiones
contra la ocupación israelí. Como es su estilo, los jerarcas en Tel Aviv no
iban a golpear de frente y aprovecharían las discordias internas para filtrarse
y profundizarlas. Con el talento que la destaca para generar divisiones e
intriga en los países objetivo, el Mossad recluto agentes árabes para que
trabajaran desde adentro generando peleas internas que fueron explotadas por
Tel Aviv. Fue así que Israel, con el apoyo de los falangistas cristianos
libaneses llevó adelante dos invasiones, una en 1978 y la segunda en 1982 que
mantuvo en el sur hasta el año 2000.
Justamente
en 1982 la aparición de un nuevo actor político en el complicado escenario faccioso
libanes significó el comienzo del fin de la impunidad de Israel sobre su
pequeño y caótico vecino. La contundente entrada de Hizb´allah (Partido de
Dios) en el campo de acción golpeando en 1983 a los estadounidenses en las
barracas de Beirut quienes habían desembarcado para precisamente jugar en favor
de Israel, reveló un panorama mucho más complejo y peligroso que la CIA no pudo
prever.
Una pequeña
milicia liderada por un joven clérigo chiita llamado Hassan Nasrallah lograron
expulsar a los marines estadounidenses y a partir de entonces, la furia se
centró sobre su persona.
A partir de
ese entonces, las milicias cristianas pro-israelies (del sur del Líbano), la
red de informantes y las bases del Mossad que habían montado en pleno de Beirut
fueron borradas de un plumazo y las operaciones israelíes simplemente debieron
abandonarse. Esto no solo desató la ira de los israelíes sino que les obligo a
replegarse al sur donde ocuparon hasta el año 2000 una franja de territorio
desde donde no les quedaba otra alternativa que lanzar bombardeos sobres las
aldeas y posiciones en el sur.
En mayo del
2000 Israel se repliega y abandona la franja que ocupaba poniendo ante la vista
de los libaneses, el efecto del poder y la persistencia de la milicia chiita. Aun
así, los israelíes retuvieron las granjas en Shebaá, uno de los puntos de
conflicto que sigue pendiente.
También los
libaneses comprobaron en 2006 que Hizb´allah era la única fuerza que podía
frenar a Israel de sus ambiciones expansivas y aunque la mayoría festeja eso,
hay ciertos sectores dentro del Líbano que eso no les agrada y casualmente son
los pro-israelies ligados a las milicias falangistas cristianas.
Pero lo que
más resienten estos sectores es la institucionalidad política que ha logrado
Hizb´allah lo que le ha dado mayor injerencia y participación en la vida
pública del país. Durante años, Israel ha estado instigando dentro del espectro
político libanes para crear un frente contra Nasrallah e incluso el Mossad
logró reclutar a un alto funcionario dentro de la cúpula del partido que sería
descubierto en 2015.
Como parte
de esos esfuerzos se ha tratado de culpar a Hizb´allah de todo lo malo que
ocurra allí, en especial de hechos impactantes como fue el atentado ejecutado
en febrero de 2005 contra el primer ministro Rafiq Hariri lo que ha derivado en
una gran pantomima política propiciada por Naciones Unidas y en la que sesgadamente
intervienen Francia, EEUU y Alemania.
Otro
intento, por cierto inhumano y brutal, por destruir la reputación de la
resistencia chiita fue la explosión del puerto de Beirut en agosto del 2020 que
nunca fue investigada pero que desde los medios occidentales señalaron en base
a teorías y suposiciones nunca corroboradas a Hizb´allah como responsable del almacenamiento de armas y explosivos en el puerto.
Durante
todo ese tiempo, estos elementos han estado colaborando con el Mossad israelí
colocando bombas y atacando a tiros a los partidarios y a las oficinas de
Hizb´allah. Pero a pesar de esos esfuerzos por incitar los viejos odios, los
israelíes siguieron fracasando en sus intentos. Ha sido la cooperación entre
Hizb´allah y las autoridades libanesas la que ha impedido reiterados intentos
de infiltración de comandos israelíes con fines nada buenos, o la captura de
agentes del Mossad tratando de reclutar alcahuetes y el descubrimiento y
desbaratamiento de instalaciones para escucha ilegal de las comunicaciones
libanesas.
Pero pese a
ello, las circunstancias internas del propio país conspiran en su contra. La
actual situación de precariedad económica y política del Líbano ha facilitado que
las acciones sucias de estos sectores se hayan multiplicado. Como condimento
extra de esto, no se deben dejar de lado las conexiones que mantiene la CIA con
otros viejos criminales de la guerra civil, tan influyentes, necesarios y
útiles para sostener los planes contra el movimiento de resistencia islámico.
Actualmente
hay un nombre que está retumbando en los oídos de los libaneses y es el de
Samir Geagea, un influyente político quien en el pasado participo en la guerra
civil colaborando con Israel. Justamente y como tal, fue condenado a prisión
perpetua en 1995 por volar -pese a ser él cristiano- una iglesia
cristiana con sus fieles adentro como parte de un plan macabro por avivar el
odio interreligioso.
Geagea tras
lograr su libertad ha continuado con su trabajo, enfocado en tratar de
desbancar a los musulmanes chiitas de Hizb´allah contando para tal fin con los
apoyos de Arabia Saudita, EEUU y obviamente Israel. Como parte de su enfoque,
se está financiando y entrenando (en campamentos dirigidos por la CIA en
Jordania) a milicias cristianas que bajo la máscara de patrullas de seguridad
urbana (que tienen su base en el barrio “Ashrafiah” de Beirut) buscan adquirir
suficiente poder de fuego para tratar de derrotar a los chiitas.
No
olvidemos tampoco como los grupos afiliados a ISIS han estado tratando de hacer
pie en el Líbano con la velada intensión de cumplir los objetivos de Israel.
Al parecer
Israel ha puesto mayor importancia en tratar de destruir a Hizb´allah que ir
por el programa nuclear iraní, eso al menos por el momento y para ello debe
seguir conspirando contra la unidad política de su vecino. Esto lo podemos
deducir del último informe del Mossad difundido públicamente por Tel Aviv en el
cual (y para desagrado de los sionistas argentinos) aparta sorpresivamente a
Irán de cualquier responsabilidad de los atentados en Buenos Aires, Argentina.
Queda claro
que mientras exista Hizb´allah, subsistirá la resistencia árabe-islámica contra
las ambiciones expansionistas israelíes y lo peor, seguirá el apoyo político y
potencialmente militar a la resistencia palestina contra la ocupación.