sábado, 28 de enero de 2023

 

“DeMOCRACIA

¿Por qué la democracia anglosajona es una pantomima de un mutante político que poco tiene de ese término?

 

Por Charles H. Slim

La gran vedette de los políticos en occidente es sin dudas La Democracia, pero solo en el sentido estricto de aquella palabra. Una palabra muy presente en sus bocas pero que solo se usa como apariencia para encubrir sus negociados y ambiciones hegemonistas. En ese sentido la representación política que invisten, esta dirigida por la ambición personal y la corrupción que ha devaluado la sustancialidad de la misma democracia y que no la diferencia en nada de aquellas denominadas “autocracias”.

Como no podía ser de otra manera, quienes se auto encumbraron en la cúspide de los estados más democráticos son al mismo tiempo y en el trasfondo los más corruptos y arbitrarios ¿Cómo puede ser eso? El sistema representativo y republicano que muchos invocan como fundamentos de esa democracia es tan podrido y corrupto como sus componentes humanos ¿En qué ha consistido realmente la democracia occidental y qué tan democrático puede ser imponerla por la fuerza?

Esta palabra ha estado rodeada de una mística claramente falsa ya que lo hechos de la historia contemporánea demuestran todo lo contrario a lo que su significado epistemológico refiere: Gobierno del pueblo.  

Occidente y entiéndase este compuesto solamente por EEUU, la UE, Gran Bretaña y los países del Commonwealth hacen de este significado epistemológico una mera apariencia. En EEUU el “sistema representativo” tiene una personalidad (Colegios electorales) completamente aparte de sus representados y la voluntad de estos últimos es el último orejón del tarro. Pese a ello, una elite en Washington clama un liderazgo democrático global, pretendiendo una universalidad con fines alejados del sentido democrático. Una elite neoconservadora que se cree superior, complota y ejecuta agresiones para extender sus maquiavélicos intereses; y sino ¿Cómo se puede calificar la doctrina Wolfowitz?  Ante este esquema de pensamiento surge la pregunta ¿Dónde esta la igualdad entre las naciones y el respeto al principio de no injerencia? Si el respeto a la libertad, los valores y los derechos humanos han sido los argumentos más invocados por las administraciones norteamericanas de los últimos 30 años para abrir guerras en nombre de la democracia, estas últimas para aplastar esa libertad (especialmente la política), apoderarse de recursos ajenos y violar todos los derechos humanos de quienes fueron invadidos ¿Entonces cómo se resuelve esta contradicción existencial?

En lo interno, el occidente se muestra como una democracia formal, pero detrás de esa fachada, es tan falsa y frágil como las sonrisas de sus políticos en campaña. Se trata de una apariencia que encubre un sofisticado sistema fascista apoyado sobre la industria militar y un corrupto sistema financiero. En EEUU la libertad de los “american people” (Quienes son citados al inicio del preámbulo de la Constitución) es total siempre y cuando solo se maten entre ellos y no se atrevan a agredir al poder. Ese colectivo llamado “american people” pueden hacer lo que les venga en gana; morirse, violar, matar a su vecino o traficar todo lo que de dinero siempre bajo el riesgo de la represión de la justicia establecida y lo más importante…cuando no estorbe al poder.

En esencia esa es la libertad que la “elite política” defiende, ajena a valores éticos y morales, central para mantener un control más extenso y férreo que cualquier autocracia. Sino es así ¿Cómo se explica el racismo, la desigualdad y la brutalidad pública y privada que anida en la sociedad norteamericana? Mientras su sociedad se halle en caos y bajo antagonismos, más poder adquiere la elite.

Sus políticos, forman parte de esa elite que se auto percibe como el alma de la democracia y desde esa percepción de superioridad moral juzgan y califican a otros gobiernos como “autocráticos” por no proceder con sus razonamientos maquiavélicos. Pero ¿Cómo estos políticos obran con sus propios ciudadanos? Con la misma desconfianza, dureza y rigidez de la que se valen los estados policiales más burdos solo que mediante procesos sigilosos, bien maquillados y fuera de la vista de sus administrados.

Para estos “demócratas” las masas no son el problema, a la cual engañan con sus variadas y convenientes máscaras ideológicas, son las individualidades contestatarias las que siempre les ha quitado el sueño. Estas individualidades en lo que va del siglo han amplificado y potenciado su rebeldía gracias al avance en las comunicaciones haciendo que estos gobiernos “democráticos” reaccionen para contrarestar su influencia. Así, el internet que al inicio parecía ser un ámbito de libertad de expresión y de comunicación de verdades que los gobiernos ocultaban, hoy es una jungla virtual repleta de trampas y engaños tendientes a cazar a esos provocadores del pensamiento.

El control y el espionaje del gobierno sobre las comunicaciones (mediante las IA), el avasallamiento a la intimidad hoy llega a niveles inimaginables y la internet que creció por la conectividad de usuarios de todo el mundo hoy es un universo de prospección para las agencias de inteligencia de estas “democracias”, recopilando la información personal (hábitos, gustos, consumos, etc) tratando de controlar y manipular a los internautas bajo excusas tales como el terrorismo y las autocracias.

Así y manteniendo esa formalidad y echando mano a ese doble rasero que caracteriza a la política estadounidense, ejecutan a través de terceros (como se ha visto en Rusia) sus acciones represivas más reprobables.

El periodista francés Adrien Bocquet quien expuso las falsas acusaciones de las ejecuciones rusas en Bucha, por atreverse a contradecir la versión oficial, casi fue asesinado por encargo de Kiev en Estambul, recibiendo más de once cuchilladas ¿Y quiénes están apoyando al régimen en Kiev? Según Joe Biden y su staff (quienes presionan democráticamente a sus socios europeos), están apoyando (con más armas, dinero y tanques) a la pretendida “democracia” ucraniana, una que ha estado mostrando el grado de putrefacción y corrupción generalizada encabezada por un tipo llamado Volodymyr Zelensky.

En resumen de cuentas la democracia para los anglosajones solo es el envoltorio para tapar la intensión final por lograr un totalitarismo geopolítico (que hoy se dirime en Ucrania) y un consumismo extremo sistematizado al detalle con la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA) como desarrollo insigne de esta cuarta revolución industrial.  

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