DOS PASOS A LA CRISIS NUCLEAR
¿Por qué y quiénes son los que están abriendo las puertas a una
escalada nuclear en Ucrania?
Por
Charles H. Slim
El golpe que significó el impacto de dos misiles rusos sobre un hotel en
el centro de Kramatorsk el 27 de junio pasado no paso la muerte de simples
comensales que se hallaban casualmente en el restaurante del complejo sino por
las verdaderas implicancias que dicho edificio tenía al momento del ataque.
No es nada
nuevo que las FAU y el SBU de inteligencia utilicen edificios civiles para
cubrir unidades de combate, puestos de mando, comunicaciones y centros de
reunión de información. Tampoco es novedad que no les importe las consecuencias
de sus propios ciudadanos al exponerlos al fuego enemigo.
Según las
fuentes de inteligencia rusa en ese edificio se concentraban altos oficiales
ucranianos y de otras nacionalidades pertenecientes a la OTAN que no estaban en
una comida de agasajo o un encuentro de camaradería. Los oficiales más
importantes que allí estaban y que murieron en el ataque eran oficiales del
101º Brigada Aerotransportada de EEUU ¿Qué estaban haciendo allí?
Si
realmente hubiera organizaciones internacionales neutrales que hicieran
observar la ley internacional, este tipo de preguntas tendrían una respuesta. Este
episodio fue un duro golpe para los planes de Kiev que ya vienen atravesados
por los fracasos en el frente de combate pero mucho más, para Washington y
Bruselas que además de perder a varios altos oficiales en dicha ocasión, ven
retrasados sus planes.
Quienes
también sufren el desánimo ante estas noticias son los grupos de políticos
opositores y colaboradores bielorusos en el exilio con base en Lituania quienes
con el apoyo de Washington y la OTAN aspiran a derrocar a su gobierno tal como
sucedieron con las nefastas experiencias en Libia y los fallidos intentos en
Siria y Venezuela.
Quienes se
encargan de gestionar los enlaces y las actividades panfletarias de estos
“gobiernos en el exilio” son funcionarios de la UE como el “socialista” español
Josep Borrell, Ursula Von Der Leyen y el presidente del Consejo Europeo,
Charles Michel, más atentos a las mandas de Bruselas y Washington que a las
crecientes necesidades y problemas de sus propios ciudadanos de la Unión.
No es
necesario aclarar que estas estructuras “opositoras” no se crean con
voluntarismo, palabrerío y el tan aclamado “amor a la democracia”. Su diseño y
conformación se da sobre la base de un sustancial financiamiento y apoyo
político de occidente. Tampoco se crean para que sean meros foros de charlas
estériles. Quienes colaboran con estas estructuras deben dar frutos o si no se
acaba el dinero. Son sin muchas vueltas, verdaderos centros de conspiración
contra sus propios países.
Quizás
muchos se pregunten ¿Por qué nunca ha aparecido un gobierno opositor en el
exilio de EEUU o de alguno de sus socios? Simplemente porque es allí donde se
ubica el centro de la banca político-financiera que permite estos jueguitos.
Desde La
Casa Blanca ya se escucharon las excusas para argumentar sobre este fracaso
hablando del clima adverso, las condiciones del terreno y la mejor preparación
de los rusos, en síntesis, todo ha salido mal y no podemos justificarlo. Uno de
los voceros de estas malas noticias no podía ser otro que el Asistente de la
Defensa para los Asuntos Públicos John Kirby quien en rueda de prensa no
necesitaba abrir la boca para demostrarles a sus interlocutores que no había
buenas noticias.
Esto y las
circunstancias imperantes ayudaron para que los sectores del partido de la
guerra que presionan en el Congreso y en otros estamentos en Washington
lograsen que la presidencia apruebe el envío de sistemas de misiles de mayor
alcance que decididamente amenazan a la seguridad de Rusia. Según se sabe, Joe
Biden autorizaría el envío de sistemas de misiles balísticos ATACMS que tiene
un alcance de 300 kilómetros fabricados por Lockheed Martin con lo cual, se
habla de aumentar aún más el presupuesto de ayuda militar al régimen de Kiev.
Las
implicancias de despliegue de semejante sistema de misiles suponen un
agravamiento de la situación demostrando por enésima vez, que La Casa Blanca y
el estamento de los neoconservadores que viven de la guerra, no estuvieron ni
estarán nunca interesados en la paz. Pero lo que realmente se escuda detrás de
estas decisiones es una billonaria retroalimentación del negocio entre la política
y la industria armamentística estadounidense, reales ganadores detrás de este
desastre.
Entre los
principales gestores políticos del envío de estos misiles de largo alcance
están Victoria Nuland y Antony Blinken quienes al parecer no han reparado ( o
por el contrario poco les importa) que esos vectores son una amenaza
intolerable para la seguridad estratégica de la Federación.
La entrada
de estos misiles de largo alcance dentro de Ucrania los cuales pueden llevar
cabezas (además de Biológicas-Químicas) nucleares tácticas representarían para
Moscú una puesta en alerta máxima nuclear creando así una atmosfera de mayor
tensión que ya viene escalando con las maniobras y movimientos de tropas que
polacos y lituanos están realizando en las fronteras de Bielorusia.
Esto cambia
radicalmente las cosas y con ello, los EEUU podría desatar una catástrofe aún
peor y que tendría implicancias de alcance global ¿Queda alguien con
razonabilidad en Washington?